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90. Buscar y Seducir (04) por dayanstyle

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—¿Señores, necesitan sólo una cama? —Preguntó la señora Betty, con un leve rubor tiñendo sus mejillas. Era una cambiaformas impala. Aunque eran criaturas tímidas, la Sra. Betty nunca se alejó de él. Gun Woo nunca le había dado razón para hacerlo. Ella era muy pequeña, delgada, y tenía el pelo negro, que ataba en un moño.

La había conocido cuando llegó, por primera vez, a Dalton Falls. La gente de la ciudad, en ese entonces, no confiaba en él, pero la Sra. Betty le había dado su amistad. Era como si su sello de aprobación fuera necesario, para el resto de la ciudad. Cuando el pueblo de Dalton Falls, vio cómo le llevaba magdalenas cada mañana, a la estación durante el primer mes, comenzaron a aceptarlo como uno de los suyos.

Ella era una verdadera joya.

Chaejin se aclaró la garganta, mientras desviaba la mirada. Gun Woo emitió una suave risa. —Sí, señora.

—Sólo uno de nosotros se quedara —, aclaró Chaejin.

—Eso, no es de mi incumbencia —, la Sra. Betty respondió, con una mirada de complicidad. —Con tal de que los dos no sean demasiado ruidosos y despierten a los otros huéspedes.

La risa de Gun Woo se profundizó, cuando un rubor floreció sobre las mejillas de Chaejin.

A pesar de que ellos habían tenido un comienzo difícil, momentos como éste hacían que valiera la pena. Gun Woo deslizó su mano por la espalda de su compañero y luego las bajo un poco más, hasta la cintura del hombre. Para su sorpresa, Chaejin no se alejó.

 

Los milagros realmente existían.

—La habitación es sólo para mí —, dijo Chaejin, no tan a la defensiva, en esta ocasión.

 

—Eso no es de mi incumbencia —, la Sra. Betty repitió, mientras se los llevaba, aparte, a un conjunto de escalones de madera rústica. La pensión era pintoresca. Era una casa grande, que con una mirada, te hacía sentir como si hubieras entrado a la casa de tu abuela. Había una sala de estar, decorada con tapetes y muebles, que parecían que eran más para mostrar, que para darles un uso real. Una gran chimenea, estaba en la pared del fondo y marcos con fotografías esparcidos sobre las mesas, la chimenea y las paredes.

Gun Woo se quedó cerca, para asegurarse de que Chaejin pudiera manejar las escaleras. Su compañero estaba lesionado, pero logró llegar a la cima, sin ningún problema, aparte de quedarse un poco sin aliento. La Sra. Betty les llevó a la segunda puerta de la izquierda.

Le entregó una llave a Gun Woo. —La salida es a mediodía, a menos que ustedes chicos, vayan a permanecer una noche extra.

—Eso no será necesario. —Chaejin agarró la llave de la mano de Gun Woo, le dio a la Sra. Betty una cálida sonrisa, y desapareció en la habitación.

—Gracias —, dijo Gun Woo, antes de seguir a Chaejin y cerrar la puerta. La habitación era color crema, acentuada con azul oscuro. El mueble por la puerta mantenía un florero azul oscuro, con lirios blancos. Le recordó a Gun Woo, las flores que le había enviado a Chaejin.

La cama era grande, con una colcha de flores y tenía muchas almohadas, que hacían a la cama parecer más pequeño que una King. Había alfombras esparcidas por la habitación y obras de arte en las paredes, del tipo que uno podía encontrar en una tienda de mercado de pulgas o de descuento. Pegajosa, pero de alguna manera funcionaban.

—Está bien, bueno... — Chaejin miró a su alrededor, con nerviosismo. —Gracias por ayudarme.

¿Estaba echándolo? Apenas. Era plenamente consciente, de que Chaejin estaba herido, pero si el chico podía hacer frente a un tramo de escaleras, podía manejar algo más. Caricias y besos, no serían algo demasiado extenuante.

 

Cuanto más llegaran a conocerse, de esa manera intima, más cómodo Chaejin estaría con él.

Si continuaba permitiéndole a Chaejin que lo alejara, el hijo de Gun Woo se habría graduado de la universidad, para el momento en que reclamara al elfo.

Gun Woo no estaba seguro acerca de otras personas, pero no estaba dispuesto a esperar tanto tiempo. Le había dicho a Chaejin que le daría tiempo, pero no mucho maldito tiempo. Se consideraba un buen tipo, pero no era un santo.

—Vamos a acomodarte.

—¿Acomodarme cómo? —Preguntó Chaejin con recelo.

—Haciendo una fiesta. —Gun Woo dio dos, seguros, pasos de baile junto a la cama. No podía bailar ni para salvar su vida y probablemente se veía como si estuviera teniendo una convulsión, en su lugar.

Chaejin dio un suspiro tembloroso, casi una risa. Sus manos se movían arriba y abajo, por sus brazos, como una mariposa nerviosa. Se humedeció los labios, con aprensión. —¿Es una oferta seria, o estás tratando de llevarme a la cama?

Gun Woo sonrió a su compañero. —Voy a dejar que pienses acerca de esa pregunta, por un minuto.

Las cejas de Chaejin se arrugaron y luego se levantaron, cuando una sonrisa floreció en su rostro. —¿Crees que eres hábil, ¿verdad? —La cara de Chaejin se retorció. Gun Woo no estaba seguro de si su pareja estaba tratando de no reírse o no fruncir el ceño. Tal vez ambas.

—Te dispararon hace menos de una semana —, le recordó a Chaejin, al tiempo que cogía el borde de la colcha de flores y lo tiró hacia atrás. —Incluso el más duro de los hombres, necesita tiempo para recuperarse.

—Estoy casi seguro, de que me estás engañando —, dijo Chaejin. No dio un paso, hacia la cama. Se desplazaba cerca de la puerta, como si estuviera listo para huir, si Gun Woo llegara más cerca.

 

—¿Está funcionando? —Preguntó.

—No.

Gun Woo rodó los ojos. —Sólo iba a ayudarte a quitarte la ropa y luego arroparte.

—¿Toda mi ropa?

—Puedes dejarte los calcetines, si eso te hace sentir cómodo. —Gun Woo palmeó el colchón. —Deja de estar allí parado y ven aquí.

Hubo un color rosado en las mejillas de Chaejin, los ojos brillantes como si hubiera querido, pero todavía estaba demasiado preocupado para ceder a sus deseos.

Gun Woo hizo el primer movimiento. Dio unos pasos, viendo la expresión de Chaejin y su lenguaje corporal. Se sentía como un domador, acercándose a un potro, un potro muy grande, atractivo y nervioso.

La mirada de Chaejin se precipitó al suelo, cuando Gun Woo deslizó la chaqueta de cuero del hombre quitándosela y la arrojaba a un lado.

—Hay que descansar —, le recordó a su compañero. Chaejin se mordió el labio inferior, mientras asentía.

—Es importante para mí que te recuperes. —Gun Woo deslizó sus manos, por el ancho pecho y luego de vuelta otra vez, antes de empujar el primer botón por el ojal. Sentía el pulso de Chaejin, como un latido de mariposa, contra sus manos.

Soltó el segundo botón y luego el tercero. Cuando llegó al cuarto, se detuvo. Presiono sus labios, la mandíbula de Chaejin, sobre la suave piel, mientras desabotonaba el siguiente botón.

Chaejin se estremeció.

Continuó dando suaves besos, a lo largo de la mandíbula de Chaejin, mientras sus dedos trabajaban en los botones. Cuando llegó a la cintura, saco fuera del pantalón, la camisa de Chaejin y luego retiro el material.

 

 

Sus manos vagaron hacia arriba, hasta que sintió los pezones endurecidos, debajo de sus dedos. Gun Woo hizo rodar las protuberancias, entre las almohadillas de sus dedos, mientras ponía sus labios en los de su compañero.

Chaejin gimió, cuando Gun Woo le dio un beso y apretó sus pezones, rodando con los dedos y luego jugando con la piel. Se estremeció nuevamente, suspirando en la boca del otro.

Gun Woo dio un paso más, y sintió lo mucho que afectaba al hombre. El pene de Chaejin se hinchaba contra sus pantalones vaqueros.

Quería hablar, decirle a Chaejin lo mucho que lo quería, pero tenía miedo de romper el hechizo, que había empezado a tejer su camino alrededor de ellos. En su lugar, dejó caer su mano derecha y tomó a su compañero, sonriendo cuando este se arqueó con el tacto.

Alentado, Gun Woo empujó su suerte, aún más. Tomaría tanto de esto como pudiera, hasta que Chaejin le detuviera.                    

Su mano masaje el contorno creciente, mientras jugaba con el pezón de Chaejin y continuó besándolo suavemente. Su objetivo final, era tenerlo, tan sin sentido, que le pidiera ser follado. Pero si eso no sucedía, se conformaría con el sexo oral. De cualquier manera, quería ver a Chaejin llegando a su clímax, una vez más.

Había sido hermoso en el bosque, y Gun Woo quería ver eso de nuevo. El elfo había sido como un elfo encantado, rodeado de naturaleza, el lago resplandeciente, y la luna brillando. Había sido una visión mágica, que no olvidaría. Pero quería más recuerdos de su compañero, durante la agonía de la pasión. Quería sentir a Chaejin someterse a él.

Gun Woo deslizó la camisa de Chaejin, hacía afuera y lo tiró al lado de la chaqueta del hombre. Se humedeció los labios, al ver al elfo de pie, delante de él. El pelo negro de Chaejin tocaba sus bronceados hombros, sus orejas puntiagudas sobresalían a los lados de la cabeza. El hombre era simplemente hermoso, y Gun Woo quería ver lo que su compañero parecía estando completamente desnudo.

 

 

Cuando Gun Woo alcanzó la cremallera de Chaejin, su compañero agarró sus muñecas. Se miraron a los ojos. La mirada de Chaejin era intensa. Sus ojos azules parecían arder con fuego luminiscente.

—No haremos nada que tú no quieras. —Gun Woo le aseguró. La pretensión de simplemente tomarlo había volado por la ventana. Gun Woo no iba a ocultar sus deseos por el elfo, con aspecto de guerrero. Lo quería con un hambre, que comenzara en sus dedos de los pies y consumiera todo su cuerpo.

Chaejin estaba tenso. Era una batalla de voluntades, que Gun Woo tenía la intención de ganar. Con la rapidez de un rayo, movió su cabeza hacia delante y mordió el labio inferior del elfo. La medida tomó por sorpresa a Chaejin. Sus manos se aflojaron, y Gun Woo abrió los pantalones vaqueros del hombre. Deslizó los dedos por los expuestos rizos negros, tirando de los vellos, antes de que deslizara su mano, más profundamente, en los pantalones vaqueros de Chaejin.

Su compañero no lo detuvo. Sus manos colgaban a los lados, como a la esperade ver lo que haría. Gun Woo envolvió sus dedos alrededor de la polla palpitante de Chaejin y empezó a acariciar a su pareja, mientras lo empujaba a hacia la cama.

—Esto parece ser algo más, que solo acomodarme—La voz de Chaejin se escuchaba profunda, pero mantenía una ventaja de nerviosismo.

—Nunca dije cómo —, le dijo Gun Woo.

Chaejin gruñó y giro a Gun Woo, hasta que la parte posterior de las piernas de este, tocaran el colchón. Lo había colocado, en una sumisa posición. Gun Woo necesitaba cambiar eso. Tenía la sensación de que Chaejin podría responder mejor, a la fuerza de voluntad, que a una gentil persuasión.

Su mano se tensó sobre el pene de Chaejin, cuando le enseñó los colmillos totalmente alargados. Gun Woo volcó sus posiciones una vez más, lo coloco en el borde de la cama, antes de empujar al hombre hacia atrás. Chaejin aterrizó de espalda, pero rápidamente se apoyó en los codos, el ceño fruncido, los labios aplastados juntos, desafiándolo.

 

—Veo cuál es tu juego—, dijo Gun Woo, mientras se arrastraba sobre Chaejin, obligando al elfo a retroceder. Tendría que tener en cuenta, que no hacía mucho tiempo atrás, el brazo izquierdo de este había recibido una bala, así como su pierna izquierda. Tuvo cuidado, mientras se acomodaba sobre Chaejin.

—¿Quieres que te obligue, para que parezcas que estas bajo coacción?

Gun Woo negó con la cabeza. —No juego ese tipo de juegos, Chaejin. Antes de acabar la noche, me rogaras follarte.

—O simplemente podría decir, que te vayas de mi habitación—La barbilla de Chaejin, se alzó en desafío, una pulgada más.

—Pero no lo harás. —Gun Woo llego entre ellos y agarro el grueso pene de Chaejin.

—Quieres esto tanto como yo.

 

Chaejin no dijo una palabra. Sus ojos tenían tanto miedo, como deseo. —No tengo ningún problema —, dijo.

Los lados de la boca de Gun Woo se movieron, una sonrisa amenazaba salir a la superficie. —Pero yo no soy el que va a ser follado, al menos, no esta vez.

El pulso en el cuello de Chaejin se aceleró, mientras el elfo se humedecía los labios. —¿Qué pasó con darme todo el tiempo que necesitara?

Gun Woo apretó la mano en el pecho de Chaejin y le empujó el brazo, hasta que la parte posterior del elfo golpeó la cama. Se le acercó más, sus bocas casi tocándose. —Voy a ser un viejo gris, hasta que me des luz verde.

Cambió de posición, asegurándose de que no ejercer una presión excesiva en la pierna lesionada. —Lo que sucede entre nosotros, queda entre tú y yo.

Chaejin hizo un ligero movimiento, con la cabeza. — ¿Quién dijo que algo va a pasar?

Gun Woo apretó otra vez la mano en el pecho de Chaejin. Era una orden silenciosa, a su compañero, que no se moviera. Se deslizó de la cama y le quitó las botas, dejando los calcetines. Una vez que las botas golpearon el suelo, Gun Woo bajo los pantalones y se los sacó.

 

Aparte de sus calcetines negros, estaba allí, completamente desnudo. La vista era impresionante. Chaejin tenía una buena estructura muscular, muslos gruesos, bien esculpidos, un abdomen rígido, y la parte superior del cuerpo como una roca.

Gun Woo se encogió de hombros, mientras veía sus rasgos. Era el momento de cambiar las cosas. —Tienes razón. No debería presionar. —Lo dijo con tanta brusquedad, que había un ceño fruncido entre los ojos de Chaejin.

—Por lo tanto, ¿no vamos a hacer nada? —Dijo Chaejin.

Gun Woo estaba tan duro, que le dolía físicamente. Su lobo le gruñó para cambiar las cosas, pero no le hizo caso a la bestia. —Como ya he dicho, no voy a obligarte.

Gun Woo tiró de la manta, de debajo de Chaejin, listo para meterse junto a su compañero. La mano de este se disparó, los dedos dando vueltas alrededor de la muñeca de Gun Woo. Había algo en los ojos de Chaejin, que Gun Woo no podía descifrar. Su compañero le dio un ligero tirón. Gun Woo se quedó allí, por un momento, y luego se deslizó al lado de su compañero.

No pronunciaron palabra alguna. Chaejin lanzó la muñeca sobre Gun Woo y luego se deslizó alrededor de su cuello. Gun Woo se sentó hasta que sus labios se encontraron. El beso era suave, explorando. Era como si Chaejin no quisiera que se fuera, pero tenía miedo de decirle que se quedara.

La mano de Gun Woo se deslizó sobre el lado de Chaejin y luego alrededor de la espalda, antes de que tomar el trasero del elfo. Masajeaba la mejilla, mientras profundizaba el beso, sus lenguas luchaban, como si Chaejin todavía no pudiera ceder el control.

 

—¿Gun Woo?

—¿Sí? —Gun Woo se echó hacia atrás y miró a los hermosos ojos azules de Chaejin.

—Realmente no necesito mis calcetines.

 

Gun Woo se rió entre dientes, mientras tiraba de los brazos de Chaejin y le sacaba los calcetines al hombre. Una vez que los arrojó al suelo, se levantó y se quitó la camisa y los zapatos.

Chaejin observaba todo el tiempo, con los ojos como dardos, con cada pulgada que Gun Woo revelaba. El cual se desabrochó el cinturón y se lo quito, dejando que se le cayera de las manos.

Se desabrochó el pantalón, pero no se los quito. Chaejin ya parecía bastante nervioso. Quería que su compañero estuviera tranquilo con esto. Gun Woo subió de nuevo en la cama y comenzó a acurrucarse alrededor de su pareja, pero Chaejin tenía otras ideas.

Gun Woo vio cómo su compañero se abría camino hasta la cama y luego se colocó entre sus piernas. Su aliento se quedó atrapado en sus pulmones. Chaejin tiró de la pretina de Gun Woo. Este levantó sus caderas, y sus pantalones se deslizaron hacia abajo de sus muslos. Su erección salto libremente, golpeando la parte baja del estómago.            

Los ojos de Chaejin se abrieron un poco, antes de quitarles los pantalones. No creyó que su compañero fuera tan atrevido. No de la forma en que había estado actuando. Gun Woo pensó que tendría que hablar con Chaejin, sobre todo lo que harían. Al parecer no, y estaba demasiado terriblemente feliz por eso. Gun Woo no permitió que su sonrisa floreciera. Mantuvo sus facciones tranquilas, cuando Chaejin envolvió sus manos alrededor de la polla de Gun Woo. Sus caderas se sacudieron involuntariamente.

Gun Woo estaba tratando de mantener su afán de asumir el control. No quería asustarlo. No estaba seguro de si lo haría, pero no quería correr ningún riesgo. Tenía al elfo donde lo quería.

Gun Woo que ir por todo. Si se diera la oportunidad, reclamaría a Chaejin esta noche.

Este acarició la carne caliente, un par de veces. Si el chico mantenía el ritmo, Gun Woo estaría terminando, antes de comenzar cualquier cosa. Por lo general tenía más resistencia, pero había deseado al elfo desde el primer momento, y averiguar que el hombre era su compañero... sí, no duraría mucho tiempo.

 

No tenía que preocuparse por qué Chaejin lo acariciara hasta que llegara al final. Lo preocupa a Gun Woo era lo que vendría después. Su compañero se inclinó y lo tomó con la boca.

Gun Woo gimió entre dientes y empujó sus caderas, sus manos aferradas en la cabeza del hombre. Fue el puro instinto, lo que le hizo hacer eso, pero cuando sus dedos rozaron la punta de las orejas de Chaejin, se movió.

Si su pene no se estuviera hundiendo en ese maravilloso placer, podría haber explorado esas orejas. Sabía desde la vez que las había tocado, que eran sensibles, y Gun Woo averiguaría cómo de sensibles eran, a su debido tiempo.

Sus dedos se cerraron en el cabello de Chaejin, mientras el hombre trabajaba su pene como magia. Chaejin tomó el eje en la garganta, lamió la cabeza, y luego se lo tragó de nuevo. No dejaba de repetir esos pasos hasta que Gun Woo casi llego. Echo a Chaejin hacia atrás, jadeante, no decidiéndose por venirse.

Chaejin le dio una sonrisa arrogante, como si supiera lo mucho que le afectaba. Era el momento, de volver a tener la pelota de su lado. Gun Woo sacó a Chaejin de debajo de él y le dio la vuelta, hasta que su compañero estaba tumbado sobre su espalda. Chaejin trago ruidosamente.

—Miiiiiiieeeeeeerdaaaaa—, dijo Chaejin, en un gemido. Se agarró a la cabeza de Gun Woo y empezó a colocar su pene en la boca de este. Gun Woo lo tomó. Él tenía otro plan en mente, y Chaejin estaba jugando en sus manos. Se echó hacia atrás por un segundo, se humedeció los dedos, y luego tomó a Chaejin de nuevo en su boca. Mientras chupaba el pene de su compañero, Gun Woo deslizó un dedo en el culo de su compañero.

Chaejin vaciló, y cuando Gun Woo alzó la vista, parecía como si el hombre había dejado de respirar. Sus ojos se clavaron en los de Gun Woo, cuando este, deslizó otro dedo dentro del culo del hombre. Antes de que Chaejin protestara, curvó el dedo y encontró la glándula con forma de nuez.

Chaejin se resistió, apretando los dedos en el cabello de Gun Woo. El tipo parecía como que empezaría a babear en cualquier momento. Gun Woo repitió el movimiento una y otra vez. La polla del elfo latía en su boca, y Gun Woo sabía que tenía al chico.

 

Su compañero se retorcía en la cama, mientras seguía acariciando la glándula y lamiendo la polla en su boca. Cuando el cuerpo de Chaejin comenzó a sacudirse, deslizó un tercer dedo, dentro del culo del elfo.

—Gun Woo... no creo... ¿qué me estás haciendo? —La voz de Chaejin era áspera, un poco ahogada.

No le respondió. Gun Woo quería a Chaejin sin sentido. Cuando sintió como si hubiera estirado al hombre lo suficiente, se puso de rodillas y se deslizó de la cama. Se dirigió rápidamente al baño, donde vació todo el gabinete de medicinas, en busca de algo que pudiera utilizar para lubricar.

Encontró una pequeña botella de aceite de bebé. Eso serviría. Salió del baño, su andar era suave, como si sus entrañas no estuvieran retorciéndose. Chaejin estaba allí, su pecho subiendo y bajando rápidamente, su mirada a la deriva a la botella en la mano de Gun Woo.

 

Volviendo a caer en la cama, dejó la botella a un lado. No quería que Chaejin, se olvidara de él. Comenzó a besar al elfo de nuevo, al llegar entre las piernas de Chaejin, rodeando su estrecho agujero con la punta de los dedos. Chaejin separó las piernas, mientras Gun Woo se lamia los labios.

No estaba seguro, de si Chaejin estaba al tanto de lo que estaba haciendo. El hombre parecía perdido, mientras se agarraba a Gun Woo, gimiendo, comiendo y chupando sus labios.

Gun Woo tomó el aceite, sin romper el beso, mientras se humedecía los dedos, dejó caer la botella, y luego sumergió profundamente tres dedos. Toco la glándula, y Chaejin se arqueó contra él. El elfo colgó una pierna, sobre el muslo de Gun Woo, abriéndose más ampliamente.

—¿Se siente bien? —Gun Woo gimió las palabras, en la boca de Chaejin.

Chaejin no respondió con palabras. Condujo sus caderas hacia adelante y luego empujó hacia atrás, empalándose a sí mismo, en los dedos de Gun Woo.

—¿Quieres más? —Gun Woo retiró su mano, dejando sólo las puntas de los dedos dentro de su compañero. Cuando Chaejin trató de empujarse en los dedos de nuevo, Gun Woo apartó aún más, su mano.

 

Y repitió la pregunta. —¿Quieres más?

Chaejin mordió el labio inferior de Gun Woo, por lo que su lobo dio un gruñido de placer.

Lo tomó como un sí.

Gun Woo tomó, nuevamente, la botella, humedeciendo su pene. Coloco a Chaejin sobre un lado, mordisqueando su cuello, mordiendo su hombro. Chaejin se estremeció.

—Acaríciate, bebé —, le dijo, mientras presionaba la cabeza roma de su pene, en la entrada estirada de Chaejin. —Acaríciate, así puedo ver.

Vio que Chaejin estaba enfriándose rápidamente. Ya no lo estaba agarrando y gimiendo. Se quedó allí, rígido. Gun Woo llevó los dedos hacia el interior de Chaejin, necesitaba calentar de nuevo, al hombre. Usó su otra mano para acariciar la oreja del elfo.

Reacción instantánea.

Chaejin se agarró a la ropa de cama, gimiendo cuando cogió los dedos de Gun Woo. El pene de su compañero comenzó a llenarse de nuevo, cada vez más. Gun Woo hizo esto durante unos minutos, hasta que Chaejin estaba una vez más, sin sentido. Siguió jugando con la oreja del elfo, mirando con fascinación como Chaejin se venía abajo. El chico se retorció, jadeando, mientras sus labios se abrían y un largo gemido retumbó en su ancho pecho.

Gun Woo cambió, a toda prisa, los dedos por su pene y penetró a Chaejin. No se detuvo. No le dio al elfo tiempo para pensar, tiempo para reaccionar, el tiempo para poner fin a esto. Golpeó en Chaejin, hasta que el cuerpo rígido del hombre se derritió.

Chaejin comenzó a igualar el ritmo de Gun Woo, empujando hacia atrás, mientras Gun Woo lo hacia adelante.

Luego puso a Chaejin sobre sus manos y rodillas, separo las piernas del hombre, y golpeo dentro de él.

 

 

Su compañero se resistió, y por un segundo, Gun Woo pensó que el hombre estaba tratando de liberarse, pero pronto se dio cuenta de que era un movimiento dominante.

—Joder, te sientes tan bien —, se quejó Gun Woo. —Nunca alejes este culo de mí, otra vez.

Chaejin dijo algo, pero fue entre dientes, en las almohadas. —Más alto, bebé. Chaejin negó con la cabeza. Gun Woo desaceleró. —Dime lo que acabas de decir.

Los dedos de Chaejin apretaban la ropa de cama, hasta que el color sangró sus nudillos. —¡Jódeme, maldita sea!

Gun Woo sonrió y le dio una palmada, en una de las nalgas redondeadas de Chaejin, antes de acelerar el ritmo, sus caderas se movían a la velocidad del rayo. La columna vertebral de Chaejin, se curvada hacia adentro, mientras echaba la cabeza hacia atrás y dejaba escapar un gemido largo y sensual.

—Estoy seguro, como la mierda, que actuaras de esta manera cuando me estés jodiendo, —dijo Gun Woo, —porque maldita sea si no te ves bien.

—Más fuerte —, espetó Chaejin. —Deja de hablar y follame con más fuerza.

Esta era, exactamente, la reacción que había deseado. Clavó sus dedos en los lados de Chaejin y cogió al hombre. Esas heridas iban a matar a Chaejin por la mañana, pero no había manera de que Gun Woo se detuviera ahora. Cogió a Chaejin hasta que la cama empezó a chirriar y se movió una pulgada a través del piso de madera. La cabecera se golpeó contra la pared, y el plato antiguo, en la mesita de noche, cayó al rebotar.

Chaejin se alzó y agarró la cabecera, como si tratara de trepar fuera de Gun Woo.

—No lo creo. —Gun Woo tiró de su compañero, hacia atrás y luego cubrió al hombre con su cuerpo. Metió la mano bajo el elfo y le agarró el pene, acariciándolo, mientras golpeaba en el culo del hombre.

—Vente, para mí —, dijo Gun Woo.

 

Chaejin se sacudió de nuevo, y luego una explosión de gruñidos, gemidos, retumbó en su pecho, mientras que su miembro palpitaba y su culo apretaba la polla de Gun Woo. El agujero de Chaejin lo apretó, hasta el punto de que apenas podía moverse dentro de su compañero.

Cuando el latido se volvió más lento, soltó la polla y mordió a Chaejin en el hombro, hundiendo profundamente sus colmillos, reclamándolo como suyo, empujando duro y profundo hasta que se vino. Lamió la herida, cerrándola, mientras desaceleraba sus caderas.

Los dos se desplomaron, en la cama, antes de que Gun Woo se volteara hacia Chaejin. Llevando su mano al vendaje en el muslo del otro. —¿Duele?

Chaejin negó con la cabeza. —Pero mi brazo sí.

Gun Woo se incorporó y comprobó la herida. El vendaje estaba manchado de rojo. Mierda. Se levantó de la cama y fue al baño, mojando un trapo antes de regresar.

—Déjame ver.

Chaejin extendió el brazo, y Gun Woo retiro el vendaje. La herida de bala estaba casi curada, pero no había enrojecimiento, y cuando la limpió, se encontró que, sólo una pequeña parte se había desgarrado. Estaba seguro de que, si Chaejin no se extendía demasiado, iba a cerrar y sanar muy bien.

—Debería curarse, si no intentas subir más montañas —, dijo Gun Woo, en referencia a Chaejin subiendo la cabecera.

—Qué hombre tan divertido —, dijo Chaejin, mientras dejaba escapar un largo suspiro. Se quedó allí, sudando como el infierno, pero tenía una mirada de satisfacción. Sólo para estar seguro, comprobó la herida en la pierna. La piel estaba arrugada, pero no sangraba.

Gun Woo arrojó la tela a un lado y se metió en la cama.

—Ahora estas acomodado, apropiadamente.

Chaejin lo miró, y Gun Woo se preparó para que le dieran la espalda. Lo que obtuvo fue una risa retumbante.

 

continuar..

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