Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

95. Indiscutiblemente Tuyo (09) por dayanstyle

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Sun Youl se sorprendió al ver entrar a Jong Bin en Silk Room. No se había enterado, que regresaría tan pronto. Por otra parte, Jong Bin no le había dicho a nadie cuánto tiempo estaría ausente. Sun Youl corrió entre la multitud para ir con el hada. Se moría de ganas de contarle lo que había sucedido en su picnic. Seguía impactado con la noticia y quería contárselo a alguien. —Sólo vine unas horas —Jong Bin dijo, al rodear la barra donde estaba atendiendo Ki Ho y agarraba los recibos de la barra de atrás. —Por favor, no me digas que tienes otra crisis de vestimenta. Tengo mucho papeleo del que debo ocuparme.—Pues hola a ti también —Sun Youl resopló. Qué feliz reencuentro—. Me alegra ver que tus vacaciones te han puesto de buen humor. —Bueno, no me hables —agregó cuando Jong Bin pareció ignorarlo—. Y yo que creí que éramos amigos. Quería preguntarle a su amigo porque extrañaba tan desesperadamente a Woo Shin, pero parecía que el hada no estaba de humor para platicar. Sun Youl no tenía a nadie más a quien pudiera preguntarle. Allí estaba Ki Ho, pero la verdad es que el hombre lo intimidaba un poco. El tipo era grande y le gruñía mucho a las demás personas. 

Eso no le hacía sentir como si pudiera acercarse al tipo y preguntarle acerca de los no humanos. Sabía que Ki Ho era un lobo, pero eso era casi todo lo que sabía del barman. Y él no era cercano a los otros bailarines. Eran engreídos y lo odiaban porque era el preferido de todos. ¿Por qué lo culpaban de eso? Hacía sólo lo que era algo natural para él. No era su culpa que tuviera mejores habilidades de baile que los demás. También era el mejor amigo del jefe. Eso no agradó mucho a los otros strippers. Mino era un tipo bastante agradable y Phillip también, pero no era amigo de los guardias. Así que era Jong Bin o nadie. Y por la forma en que su jefe actuaba, Sun Youl tenía una suerte pésima. «Las parejas son escogidas por el destino. Cada sobrenatural tiene una. Reconocen a su pareja por la forma en que esa persona los hace sentir, por una fuerte atracción, por la forma en que sus animales enloquecen en su interior».

    Pero Woo Shin no mencionó nada acerca de la forma en que una pareja reaccionaria o cómo debía sentirse. Sus emociones podían percibirse por todo el lugar, como si las hubieran puesto en una licuadora y salieran deshechas. Su mente no dejaba de dar vueltas, y maldita sea, quería respuestas. 

—¿Quieres preguntarme qué es lo que pasa antes o después de me vuelva loco ahora mismo? —Le preguntó a Jong Bin, golpeando la barra de madera con los dedos. —Porque estoy al borde de una fusión nuclear y si no hablas conmigo en privado, no me haré responsable cuando empiece a destruir el lugar. Eso llamó la atención del hada. Ki Ho soltó una sutil y profunda risa. —El peque apenas puede andar. Toda la noche ha estado actuando como un loco, Jong Bin. Pienso que tal vez se metió algo antes de venir aquí. Sun Youl entrecerró los ojos hacia el barman. —No consumo drogas, muchas gracias. —Entonces, quizás, deberías. —Ki Ho se alejó para atender a unos clientes. De vez en cuando Sun Youl podría embriagarse, pero eso era a lo más que llegaba. Tuvo un primo que murió de una sobredosis de cocaína, así que las drogas lo aterraban.  Sabía que los otros bailarines consumían píldoras, -de que tipo, no sabía- pero siempre que le habían ofrecido alguna, la rechazaba. —Vamos a mi oficina —Jong Bin dijo agotado, saliendo de detrás la barra. —Pero tienes cinco minutos, psicótico. Tengo mucho papeleo que poner en orden antes poder irme—Jong Bin se detuvo.

—Tal vez debería llevarme el papeleo a casa—Luego sacudió la cabeza. —Nah, entonces nunca tendría tiempo para —Volteó a ver a Sun Youl. —Apresúrate ya. —Me alegra que a tu amigo le hagas un espacio en tu horario. —Normalmente se habría mantenido fuera de la vida de Jong Bin, pero tenía demasiadas cosas en la cabeza. Observó el ambiente del club y se preguntó qué pensaría Woo Shin si alguna vez entrara allí. La idea lo hizo sentirse incómodo. Le encantaba trabajar allí, pero el club, repentinamente, ya no se sentía tan agradable ni acogedor. No cuando esta parte de su vida se la ocultaba a Woo Shin.   

Ni cuando se imaginaba cómo lo trataría, si alguna vez llegara a enterarse. Estaba en terreno desconocido, era por ese motivo que necesitaba hablar con Jong Bin. Entraron a la oficina de Jong Bin. El pequeño lugar olía como a humedad, como si nadie hubiera estado ahí desde hace meses. Lo cual así era. Su jefe abrió la ventana para que entrara aire y luego fue a sentarse detrás del escritorio. —Bueno, dime qué es lo que te tiene tan abatido —Jong Bin dijo. Tomó uno delos libros de contabilidad de la estantería tras él y lo puso junto a las otras carpetas. —¿Qué significa ser una pareja? —Sun Youl fue directo al punto. Después de todo, sólo tenía cinco minutos y quería la mayor cantidad de información que el hada pudiera darle. Jong Bin había estado revisando una carpeta. Sus dedos se detuvieron y alzó la vista hacia Sun Youl. Incluso tras dos años trabajando allí, seguía fascinado con las orejas puntiagudas del hada. Le intrigaban todos los no humanos y se preguntaba cómo sería poder cambiar, tener que beber sangre o ser capaz de batir unas alas. —¿Por qué el interés? —Jong Bin se cruzó de brazos y los apoyó en el escritorio. Ahora tenía toda la atención del hombre. Woo Shin le había contado que las parejas eran sagradas y se preguntaba si Jong Bin evadiría la respuesta. Sun Youl habló tan rápido, que las palabras parecían amontonarse, mientras se retorcía las manos en su regazo.

 —Porque ayer, cuando fui al picnic, descubrí que el chico que me gusta es un lobo y me dijo que soy su pareja. —Whoa, más despacio. —Jong Bin levantó una mano. —Dime, despacio y con calma, cual es el problema. Miró boquiabierto a Jong Bin. —Ese es el problema. —¿Vienes a amedrentarme en mi oficina porque te enteraste que estás acoplado a un lobo? Jong Bin se reclinó en su asiento, haciendo un ruido de disgusto desde el fondo de su garganta. —Pensaba que estabas muriendo o algo así. Por la forma en que Sun Youl se sentía, podría haber sido una buena suposición. Deseaba tanto a Woo Shin. Su cuerpo estaba tenso por la necesidad y lo único en lo que podía pensar, era en estar bajo el hombre. No sabía qué hacer con las sensaciones que lo inundaban. —¿Se supone que me sienta como un gato en celo? —Sun Youl preguntó, retorciéndose en la silla. Jong Bin alzó una de sus cejas. —¿Así de mal? Se frotó la frente y dejó escapar un suspiro reprimido. —No tienes ni idea.   

 —Entonces, supongo, que este amigo tuyo aún no te ha reclamado. —Jong Bin lo observó como si fuera un bicho bajo el microscopio. Lo contempló con interés y un poco de alegría. —¿Reclamarme? —De eso precisamente era de lo que hablaba. No tenía ni idea. —Qué ingenuo. —Jong Bin murmuró antes de decir en voz alta—. Joderte, morderte y hacerte suyo. —¿Morderme? —A Sun Youl no le gustaba como sonaba eso. —Si es un lobo, entonces sí, te muerde. —El hombre señaló un lugar entre el cuello y el hombro—. Aquí. —¿Pero por qué? —Eso sella el vínculo —Jong Bin respondió—. Los une. —Golpeó el escritorio con los dedos—. Y ustedes dos, aún no han tenido sexo. Así que deberías irte de aquí. Si él piensa que otro hombre te tocó y no te ha reclamado, bueno, ten por seguro que no destruirá mi club. —Pero necesito el dinero —Sun Youl protestó. —Pero yo no quiero un dolor de cabeza. Ve a buscar a tu pareja, dale una razón para sonreír. —Jong Bin le hizo señas para que se fuera.

—Regresa cuando tengas algo jugoso que contarme. Sun Youl salió de la oficina de Jong Bin con los hombros caídos. Podría ser su mejor amigo, pero antes que nada, era su jefe. No le vendría mal tomarse un poco de tiempo libre. El Señor sabía que él podría aprovechar un descanso. Desde hace dos años estaba trabajando casi todas las noches para ahorrar dinero y una temporada alejado de Silk Room podría ser lo que necesitaba para aclarar sus ideas. 

Y también podría aprovechar el tiempo para conocer mejor a Woo Shin. Sólo porque el hombre le había dicho que una pareja era algo especial y que estuviera soltero, no implicaba que simplemente lo aceptaría y ya. No conocía muy bien a Woo Shin y lo que escuchó de Jong Bin confirmó que de verdad existían las parejas, eso lo tranquilizó un poco. No le había mentido, porque el Señor sabía las mentiras que un hombre diría para intentar meterse en sus pantalones. Por mucho que no le gustara gastar dinero, tomó un taxi a casa. Por ningún motivo llamaría a Woo Shin para que lo llevara. Para eso requería dar ciertas explicaciones sobre el por qué estaba siendo recogido en un club nocturno. Y aún no estaba listo para eso.  

  Entró a la casa y escuchó voces a lo lejos. Terminó afuera del estudio de su padre, siguiendo el sonido. No quería ser un entrometido, pero las voces se escuchaban más fuertes. Presionó la oreja contra la puerta, intentando escuchar lo que decían. —Fuiste el contador de mi hermano y quiero que se mantenga así. Sun Youl no reconoció la voz, pero el hombre sonaba como si no estuviera pidiendo, sino exigiendo. 

—Lamento su pérdida, pero con un nuevo líder en la familia, creo que lo mejor es que busque a otra persona —su padre respondió—. Véalo como un nuevo comienzo. Sun Youl se estremeció, cuando sonó como si algo se hubiera caído. Escuchó un fuerte jadeo y luego un gruñido. Tomó el pomo de la puerta, pero titubeó. Su padre se enfurecía si interrumpía una reunión de negocios. Una vez lo regañó y le dijo que no volviera a entrar al estudio cuando la puerta estuviera cerrada. Aun así, parecía que su padre estuviera en aprietos. Se quedó allí, debatiéndose sobre qué hacer, cuando el extraño volvió a hablar. 

—Nadie tendrá reemplazo. El viernes a primera hora, te quiero en mi oficina. No me arruines esto o te unirás a Kenji. Sun Youl sólo conocía a uno. No personalmente, ya que el Kenji del que había escuchado, era un capo de la droga. En la calle se rumoreaba que estaba muerto, que lo habían asesinado en su propia casa y que su hermano Zero asumiría el control del negocio. Parecía que cuando un baboso bastardo moría, otro ocupaba su lugar. No estaba seguro de cuánto creer de esos rumores, pero por lo que escuchó al otro lado de la puerta del estudio de su padre, empezaba a creerlos. Se sobresaltó cuando la puerta se abrió. Salió un hombre que tenía un gran parecido a Kenji. Tenía que ser Zero. El desconocido se quedó viéndolo. Al principio de forma distante, pero en un instante se volvió candente y hambrienta.

—Tú debes ser el hijo más joven de Dante. Por encima del hombro del hombre vio a su padre moviendo la cabeza. Se veía levemente pálido, mientras las manos le temblaban a los costados. Él nunca se había involucrado en las transacciones comerciales de su padre y no quería empezar ahora. Simplemente le sorprendió, totalmente, descubrir que su padre había sido el contador de Kenji. ¿Qué otros secretos ocultaría? Qué mal que no se le pudiera ocurrir una buena mentira. ¿Quién diría que era si estaba llegando a la una de la mañana? El chico de los mandados o un limpiador de piscina que no limpiaba. A Sun Youl se le quedó la mente en blanco, mientras miraba al intimidante hombre.   

 La sonrisa que el hombre le dedicó, no se reflejó en sus ojos calculadores. —Dante —el tipo habló sin apartar la mirada de Sun Youl. —Quiero que traigas a este joven cuando vayas el viernes. —Pero Sr. Oota, pienso ... —No pido que pienses. —El hombre entrecerró los ojos y con tono indiferente dijo. —Sólo llévalo. Sun Youl se estremeció un poco cuando el desconocido salía. Zero. Entonces él era hermano de Kenji. Cuando la puerta se cerró, volteo a ver a su padre.

—Por favor, dime que no has estado trabajando para el cártel. Ahora todo tenía sentido, cómo es que un contador podía permitirse algo como una gran casa, vacaciones cada año o el Bentley estacionado en la calzada. Antes no había pensado en eso. Sólo era la forma en que vivían sus padres. Pero sentía ganas de vomitar, ahora que sabía cómo su padre podía permitirse una vida tan lujosa. Y él que había estado aterrado de que su padre descubriera que era un stripper. Eso parecía algo leve, en comparación con lo que su padre hacía. —Lamento que tuvieras que ver eso —su padre dijo, cuando salía del estudio y cerró la puerta—. Pero espero que estés aquí el viernes para acompañarme. 

 Se quedó boquiabierto, mirando al hombre. —Dime que no hablas en serio— Movió la cabeza, mientras el miedo se instalaba en su garganta. —No iré a ningún lado cerca de ese hombre. —No estoy seguro porque te quiere allí, pero irás conmigo, aún si tengo que llevarte arrastrándote. —Su padre se le quedó viendo. Siempre había sido amable y atento. En el rostro de Sun Youl había una expresión de temor. Tenía una muy buena idea de lo que el Sr. Oota quería con él y no tenía nada que ver con procesar números. Se dio cuenta como lo miraba el tipo. Era de la misma forma que los hombres en Silk Room. Lujuria. Así de simple. El tipo lo quería, pero él jamás se convertiría en su juguete. Sun Youl retrocedió, se volteó y se apresuró a subir las escaleras cuando el pánico se asentó en él. No podría respirar tranquilamente hasta que estuviera resguardado en su dormitorio con la puerta cerrada y asegurada. El tipo debía ser despiadado, a fin de dirigir un cártel de droga y si el Sr. Oota insistió en que fuera con su padre, entonces él se aseguraría de llevar a Sun Youl. Su padre pagaría el precio si escapaba y huía hacia Dalton Falls. Así de molesto como estaba con él, no podía dejarlo sufrir. Amaba demasiado al hombre y realmente no era su culpa que el Sr. Oota se hubiera interesado en él.   

 «Abre los ojos. Si no te hubieras dado a conocer, en primer lugar, ahora tu trasero no estaría metido en este problema». Sun Youl estaba acostado en su cama y ahogando un grito en las almohadas. Primero Woo Shin y ahora esto. Demonios. Woo Shin. Si Zero Oota se le insinuaba, ¿realmente qué podría hacer al respecto? Cuando estuviera en casa del hombre, una casa que más bien parecía una fortaleza, estaría por su cuenta.  

 

continuara...  

----------------------------------------------------------


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).