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95. Indiscutiblemente Tuyo (09) por dayanstyle

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Con el número de Sun Youl apretado en el bolsillo decidió no esperar para llamarlo. Acababa de salir de la casa del chico y quería dar la vuelta y regresar. Con su pareja.Se rió para sus adentros. Recién había estado hablando con Taeyang sobre las parejas, y entonces aparece la suya. ¿Qué tan extraño era eso? No importaba. No iba a perder el tiempo. Vigilando el camino, se acomodó el Bluetooth en la oreja y marcó el número de Sun Youl.—¿Hola? Su interior se derretía mientras escuchaba la voz del hombre.

—Soy Woo Shin. Hubo una pausa. —¿Qué sucede? ¿Se descompuso tu coche? No puedo ir por ti ya que no tengo el mío. Preferiría regresarse caminando a Dalton Falls, antes que subirse a la trampa mortal de Sun Youl. —No, no pasa nada.—Oh, ¿entonces por qué llamas? —Sun Youl bufó—. Espero que no quieras hablar con mi madre. Ya sabes que está casada. Sonrió. La madre de Sun Youl era hermosa, pero además de sólo ser educado, él había estado tratando de impresionarla. —Llamé para hablar contigo, peque. —¿En serio? —El hombre sonaba sorprendido—. Pero, ¿por qué? —Se aclaró la garganta. —Es decir, bueno. ¿De qué querías hablar? Había tantas cosas perversas cruzando su mente.

Sexo telefónico podría ser genial, pero Sun Youl no parecía ese tipo de chico. Era agradable, pero parecía que era un poco reservado. —Hay una fogata el fin de semana y me preguntaba si quieres ir conmigo. —¿Cómo amigos? Woo Shin frunció el ceño. —No, como en una cita. —¿Eres gay? —De nuevo, el hombre sonaba sorprendido. Tal vez lo había malinterpretado. —¿Tú no?   

 Si Sun Youl no era gay tendría un problema entre manos. Nunca había tenido sexo con un chico heterosexual, de todos modos no es que un hetero tuviera sexo con otro hombre, aunque la idea siempre lo había intrigado. Pero él era su pareja. No quería forzarlo. Aunque quería. Definitivamente lo haría. «Además, ¿no sería divertido decirle todos los pormenores?» —Sí, lo soy —Sun Youl respondió—. Pero creí... por la forma en que te comportaste... no importa. Woo Shin se río entre dientes. —La gente cree que todos los hombres gay se comportan de cierto modo. Así soy yo. Entonces, ¿quieres ir? —¡Claro que sí! —Sun Youl gimió—. Es decir... por supuesto. El entusiasmo del hombre hizo que se sintiera más ligero. Se necesitaría una taladradora para quitarle la sonrisa del rostro. Salió a la autopista y puso el autocrucero mientras se reclinaba. —Genial, el viernes por la noche. —¿Viernes? ¿A qué hora? —No estoy seguro, pero como a eso de las diez. —No le gustó lo que dijo Sun Youl. Como que dudaba. Y no entendía por qué, si justo hace un momento había  estado muy emocionado. Escuchó un gemido y luego Sun Youl dijo, —Lo lamento Woo Shin. De verdad me gustaría ir contigo, pero tengo un compromiso previo la noche del viernes. Ese repentino cambio no le gustó nada. Era como si ocultara algo.

—Entonces, supongo que te llamaré cuando tenga noticias sobre tu coche. —Um, bueno. Woo Shin colgó. Se quitó el Bluetooth de la oreja y lo echó en el posavasos. Se le ocurrió una idea. ¿Qué tal si Sun Youl ya estaba en una relación? ¿Quizá sólo estaba siendo cortés y no quería lastimar sus sentimientos? Era la única cosa por la que estaría molesto. Su lobo gruñó al pensar en alguien más tocando a su pareja. «Bueno, cálmate. Te estás confundiendo». Estaba dispuesto a desafiar a un hombre que quizá no existía. Sólo había una forma de averiguarlo.   Agarró el Bluetooth, se lo puso en la oreja y volvió a marcar el número de Sun Youl. —¿Hola? —¿Tienes novio? —¿Para qué andarse con rodeos? —Wow, eso es algo personal —Sun Youl dijo. Se frotó la barba e intentó calmarse. Reñir con su pareja no lo llevaría a nada y podría estar molestándose por nada. —Tienes razón. Lo lamento —dijo—. Entonces... ¿tienes novio? Sun Youl sutilmente se rió. —Y también, persistente. No le gustaba la forma en que Sun Youl evadía la pregunta y lo estaba matando el no conocer la respuesta. —No quiero parecer imprudente. Sólo quiero saber si tengo oportunidad contigo. Woo Shin definitivamente tendría una oportunidad, si Sun Youl estaba viendo a alguien, de algún modo tendría que cortejarlo y conquistarlo. No se le ocurría otra solución. Una pareja era un raro hallazgo y no iba a rendirse tan fácilmente. No era alguien tan honorable. 

 —Responderé a tu pregunta, si aceptas almorzar conmigo el domingo.—¿En casa de tus padres? —Preguntó. —Dios, no. Si tuviera que verte coquetear con mi madre, toda la tarde, podría suicidarme. A pesar de su actual estado de ánimo, Woo Shin sonrió. —Sólo estaba siendo amable. —Y exageraste. De hecho, creo que mi padre está celoso. —¿Enserio? —Woo Shin no había pretendido causar eso.

Tendría que disculparse con el padre de Sun Youl. Sun Youl se echó a reír. —Eres tan fácil. No, él no está molesto. De hecho, creo que le caes bien. Bien, eso era algo bueno. Nunca hacía daño tener a los padres de su lado. — ¿A dónde quieres ir a almorzar? —Hay un restaurante italiano, sobre Broadview. Nunca he podido darme el lujo de comer allí —Sun Youl dijo. Woo Shin meditó acerca de eso. Preferiría tener un picnic con Sun Youl para poder cortejarlo.    

—Es una sugerencia —Sun Youl dijo, cuando no le respondió. —¿Esa es tu forma de decir que me llevarás?—¿No te gustaría, mejor, tener un picnic? —Preguntó. Sun Youl se quedó callado. A Woo Shin le pareció que pasó mucho tiempo y tuvo que mirar el teléfono, para asegurarse de que el chico no le había colgado. —¿Hola?—Nunca antes he tenido una cita con alguien —Sun Youl admitió—. Por eso, es que sugerí que fuéramos a almorzar. Woo Shin no podía creer que alguien tan increíblemente atractivo, como Sun Youl, nunca hubiera tenido una cita. Era alucinante. —Otra vez, has estado saliendo con los hombres equivocados. ¿Y no se alegraba por eso? Por supuesto. Estaba emocionado, porque Sun Youl tendría su primera cita con él.

—Entonces, ¿qué tal suena tener un picnic?—Maravilloso —dijo Sun Youl con ilusión.—Entonces iré a recogerte el domingo al mediodía — Woo Shin le dijo.—Es una cita. —El hombre sonaba emocionado y eso lo hizo sonreír—. Hasta entonces. Colgó. Luego maldijo. Sun Youl se había olvidado de decirle si estaba saliendo con alguien más. Ahora comprendía que ese pequeño humano iba a tenerlo alrededor de su meñique. Y honestamente, la verdad no le importaba. Con tal de que Sun Youl no estuviera viendo a alguien más.    

   Sun Youl se había cambiado cientos de veces y su habitación parecía una tienda de ropa que había explotado. No estaba seguro de lo que alguien tenía que usar para ir a un picnic. Se probó un conjunto, lo odió, se lo quitó y lo echó a un lado, sólo para probarse el siguiente, que pensó serviría. Llamó a Jong Bin, ya estando harto y frustrado. —Tienes que decirme que usa una persona para ir a un picnic —dijo, en cuanto su amigo respondió el teléfono. —Perfume —Jong Bin bromeó. —Me refiero a la ropa —Sun Youl dijo. —No tengo ni la más mínima idea de que ponerme.    —Primero necesitas decirme quien es el tipo y luego te diré qué ponerte. Sun Youl escuchó de fondo como arrullaban a un bebé y sonrió.

Jong Bin era un chico afortunado. —Sólo alguien, a quien conocí —Sun Youl respondió.—¿Es sexy? —¿Tú que crees? —Está bien, pregunta tonta. ¿Realmente te gusta o sólo estás buscando un revolcón? —Jong Bin preguntó. —Porque hay una gran diferencia. —De verdad me gusta —Sun Youl dijo. Y le sorprendía lo mucho que eso significaba. Le importaba mucho lo que Woo Shin pensara de él y no quería arruinarlo. Había algo en el hombre, que lo atraía, algo que le hacía pensar incesantemente enél. Y era algo que nunca antes le había sucedido. 

—Algo que indique que me gusta, pero que no quiero sexo en nuestra primera cita —Sun Youl añadió.—Entonces, debes usar unos shorts, pero deben ir abajo de medio muslo. Una bonita camisa, pero nada que grite mujerzuela. Usa una de tus camisas polo. Sun Youl tenía una de cada color. —Está bien. —Entonces, ya tienes todo el conjunto. Usa esos tenis de lona bajos qué tanto odio. Quedan bien para ir a un picnic. —¿Mis All Star azul con negro? —Sí, esos. —Sun Youl prácticamente podía sentir a través del teléfono, el estremecimiento de Jong Bin. —Gracias —Sun Youl dijo antes de colgar. Tomó una camisa que combinara con el azul de sus tenis y tenía todo listo. Se preocuparía de limpiar su habitación cuando regresara.

Tenía que irse pronto, luego de ese colapso de vestimenta. Sun Youl se duchó, se afeito y se vistió, bajó corriendo las escaleras. Agradeció no encontrarse con su madre. Le hubiera hecho demasiadas preguntas y necesitaba irse. Woo Shin se detuvo en la calzada en cuanto salió al porche. El hombre era puntual. A Sun Youl le agradó eso. Para su sorpresa, Woo Shin se bajó y abrió, para él, la puerta del pasajero. Y fue todo un caballero. Sun Youl sonrió y miró por encima del hombre, para asegurarse de que sus padres no estuvieran asomándose por una ventana, entonces se apresuró a subir a la camioneta. —Luces bien —Woo Shin mencionó.    

El hombre no se veía nada mal. Usaba unos jeans, una camisa con botones y unos cómodos mocasines. Se veía apetecible y olía tan bien, terroso y masculino y Sun Youl quería lamerlo de la cabeza a los pies. —Gracias —Sun Youl dijo en cuanto subió a la camioneta. Ni idea tenía de en dónde es que Woo Shin quería tener el picnic, pero lo supo cuando se dirigían hacía Dalton Falls. Terminaron en la cima de una montaña, mirando hacía un espectacular lago. El lugar era perfecto. Cuando Woo Shin dejó todo afuera, Sun Youl se sentó en la manta, nervioso y con mariposas en el estómago. Woo Shin seguía cada uno de sus movimientos, mirándolo fijamente. Y la atención que le ponía, hizo que se sintiera inquieto. Sun Youl no estaba acostumbrado a que lo observaran tan de cerca. Una vez que Woo Shin puso el almuerzo, sobre la manta, se acostó junto a él. Al hombre se le subió un poco la camisa, mostrando un bronceado y firme abdomen. Embelesado por la piel mostrada, Sun Youl se dio cuenta que respiraba más profundamente, mientras su corazón desaceleraba. Le costó mucho apartar su atención del gran paquete que sobresalía en la cremallera del hombre. Había pasado mucho tiempo desde que había tenido sexo y  Woo Shin ahí recostado, se veía como un apetitoso almuerzo.

 ¿Cómo es que el hombre se veía tan bien allí? No era justo. Necesitaba horas para verse la mitad de bien que Woo Shin. Y este hombre no parecía de los que dedicaban algo de tiempo a sí mismo. Tenía el pelo demasiado corto, como para necesitar algo con que peinarlo y lo más probable, es que lo hiciera para conservar esa corta barba y fino bigote. No sabía si Woo Shin iba a ejercitarse al gimnasio o si esa complexión musculosa era completamente natural. Como sea, ese hombre era un dios. Woo Shin se quitó los mocasines y hasta sus pies eran preciosos. Estar cerca del hombre, era intoxicante. Olía como si se hubiera duchado, justo antes de ir por él. El aroma era una mezcla de algún jabón para hombre con su aroma natural. Se moría por empujar su nariz contra el cuello del hombre e inhalar profundamente... se moría por hacer, mucho más que eso. —¿No te parece mejor que un abarrotado restaurante? —Woo Shin preguntó, haciendo que apartara su atención de ese tentador cuerpo. Sun Youl notó que Woo Shin estaba plenamente consciente de hacia dónde había estado mirando.

Por unos instantes, sólo se quedaron viéndose el uno al otro. Definitivamente, esto era más íntimo y la vista era espectacular, tanto el lago como Woo Shin. Este lentamente lo recorrió con la mirada y su expresión le indicó que estaba hambriento de él.    —Es tan tranquilo. —Sun Youl carraspeó nerviosamente y añadió—. ¿Entonces, qué tipo de shifter eres? Las cosas habían estado saliendo tan perfectas que Sun Youl esperaba que el cielo cayera. Los otros hombres con quienes había salido, al principio habían sido caballerosos hasta que se enteraban de lo que hacía para ganarse la vida, y ni siquiera le habían gustado la mitad de lo que le gustaba Woo Shin. Eso sólo cimentaba su decisión de asegurarse que Woo Shin jamás descubriera que era un stripper. No quería que esta maravillosa sensación terminara. Ni quería que lo viera como una estrella porno. Le gustaba la forma en que Woo Shin lo miraba con esos cálidos y necesitados ojos verdes. Pero en su mirada no había lujuria, ni era el tipo de mirada que recibía de los hombres del Silk Room, como si no fuera más que un objeto de usar y tirar. Woo Shin lo miraba como si fuera algo más, como si él fuera la persona de la que el hombre se enorgullecería de llamar suyo. Así era Woo Shin, no ocultaba nada. Eso hizo que se sintiera una porquería por ocultarle una parte de su ser, el sólo pensar en perder esa sonrisa o no volver a escuchar su voz, le dolía de una forma que no comprendía del todo.

 Con una risa brusca y seductora, Woo Shin dijo—¿Sabes sobre los shifters? — Frunció el ceño—. ¿Entonces, por qué en tu casa no dijiste nada? Sun Youl se encogió de hombros, mientras arrancaba algunas uvas del racimo que seguía dentro de la canasta. —Sé sobre los shifters, pero me sentí como que estaba siendo indiscreto cuando pregunté acerca de tus padres. Y no parecías querer hablar al respecto, así que, no quise ahondar más sobre ti. La sonrisa de Woo Shin era provocativa. Si ese hombre pudiera embotellarla, sería rico. No sólo sus dientes eran perfectos y blancos, sino que un hoyuelo aparecía en ambos lados de su boca. —Soy un shifter lobo y no tengo problemas para hablar sobre mis padres. —¿Entonces, por qué te pusiste rígido y cambiaste de tema? —Sun Youl preguntó. —Porque hay algo, sobre lo que necesito hablar contigo —Woo Shin respondió. Se sentó y flexionó las piernas antes de rodeárselas con los brazos. Miró a Sun Youl y él no estaba seguro de querer saber. Woo Shin se veía muy serio y no quería que su tarde se estropeara. —¿Es algo malo? —Sun Youl preguntó. —Primero, debes decirme si estas saliendo con alguien. —Woo Shin le agarró el mentón y con su pulgar recorrió su quijada. —Necesito saber.  

  —¿Por qué?—Sun Youl preguntó bromeando. —¿Planeas pedirme ser exclusivos? —Se rió entre dientes. —Es un poco pronto para eso, ¿no te parece? Sun Youl bromeaba, sólo porque detestaba ser rechazado. No sabía a dónde lo llevaría todo esto y si Woo Shin no estaba siendo serio respecto a salir con él, entonces quería mantener abiertas otras opciones. No le importaría ser exclusivo con Woo Shin. Hasta ahora, el hombre había demostrado ser una joya. Pero, por otra parte, no conocía tan bien al hombre y había visto a tipos que iban de amables a francamente canallas, una vez que llegaba a conocerlos. —¿Qué tanto sabes sobre los shifters? —Woo Shin le preguntó. Tal pregunta hizo que Sun Youl frunciera el ceño. —Que puedes cambiar a un animal —dijo—. ¿Qué más hay que saber?

 Woo Shin se pasó la mano por el rostro. —Hay aún mucho que necesitas saber. —¿Cómo qué? —¿Sabes acerca de las parejas? —Preguntó. Sun Youl se quedó pensando en la palabra. Tenía una ligera idea de lo que probablemente significaba, pero tenía miedo de preguntar. La pregunta de Woo Shin  podría ir en diferentes direcciones. Si el tipo estaba a punto de decirle que estaba en una relación, le patearía el trasero por ilusionarlo. No es que realmente pudiera vencerlo. Mientras él era bajito y apenas pesaba ciento diez libras, Woo Shin era alto, de más de seis pies y más ancho y musculoso que él. Aunque lo intentara, le patearía el trasero, pero sin duda pondría al tipo en su lugar. No le gustaba hacer conjeturas, así que se preparó.

—La verdad, no. —¿Te sientes atraído por mi, Sun Youl? —Woo Shin brevemente echó un vistazo por sobre su hombro, contemplándolo con esos hermosos ojos verdes. —No —Sun Youl respondió—. Sólo tengo una cita con un hombre al azar, que está ayudándome con mi coche. Woo Shin sonrió. —Insolente. —Sí. —Sun Youl contuvo la risa en su garganta—. Me siento atraído por ti. Pero creo que lo supe desde que te invité a salir. Haciendo la canasta a un lado, Woo Shin se fue acercando hasta que sus cuerpos se tocaron desde los costados. Con esos ojos seductores bajó la mirada hacía Sun Youl y su temperatura se disparó. Se lamió los labios, preguntándose si Woo Shin estaba a punto de besarlo. 

   —Soy un lobo —Woo Shin dijo, intentando parecer gracioso y como si estuviera tratando de amortiguar el golpe, añadió con un guiño—, y también soy un vampiro. Sun Youl no se esperaba eso y se sentía muy confundido. —Si eres un vampiro, ¿cómo es que puedes estar fuera durante el día? ¿Qué no los vampiros sólo salen durante la noche? Admitía que no estaba muy informado, acerca de los no humanos, pero estaba seguro de que los vampiros no podían salir durante el día. Conocía a J.Jun, pero nunca le había preguntado delos mitos acerca de los vampiros. También conocía a Mino, el guardia en Silk Room, pero no eran amigos. Sólo conocidos. 

—Mitad vampiro —Woo Shin le recordó gentilmente. Dejando de bromear y era como si estuviera esperando su reacción. Sun Youl podría haber reaccionado mal, si no hubiera sabido ya sobre los no humanos. Podría haberse asustado o desmayado. Incluso a sabiendas de que existían y que era amigo de algunos, seguía perturbándolo, un poco, el estar sentado junto a un hombre que era capaz de cambiar en un lobo. ¿Pero vampiro? —Oh—Seguía sin saber que significaba ser mitad vampiro.

 —¿Bebes sangre? No estaba seguro que le gustara que alguien le chupara una vena. Se mareaba y se sentía aturdido cuando veía sangre. —Sí, pero no la necesito tan a menudo como los vampiros completos — Woo Shin dijo—. ¿Es que nunca responderás mi pregunta? Sun Youl tardó un segundo para acordarse de lo que Woo Shin le había preguntado. Seguía aturdido, por lo que el hombre le había dicho, así que movió la cabeza. —No, no estoy viendo a nadie. La vista de Woo Shin se enfocó en su boca. —Bueno. Se quedó sin aliento, cuando Woo Shin lo sujetó de la nuca y empezó a besarlo. Dios, este hombre olía tan bien y besaba de maravilla. Con sus manos envolvió los bíceps del hombre y los dedos de sus pies se curvaron. Le encantaban los hombres altos y Woo Shin encajaba perfectamente en esa característica. Al gemir, abrió la boca mientras Woo Shin lentamente lo acomodaba sobre la manta.

 Quedó atrapado bajo el hombre y le encantó cada segundo de ello. La ligera barba de Woo Shin raspó por toda su piel, provocándole más placer. Tuvo que recordarse que estaban en su primera cita, porque estaba a segundo de suplicarle al hombre que tuviera sexo con él. Woo Shin se apartó, dejándole un beso en el mentón. Tenía el corazón acelerado y sus dedos seguían aferrándose a los brazos del hombre. Sun Youl alzó la mirada hacia Woo Shin y vio pura hambre en esos ojos verdes.  

  —Joder, estás tentándome—Woo Shin dijo. Su voz se había vuelto grave y ronca. —Todas las cosas que se me vienen a la mente, en este instante. Sun Youl tragó, mientras salía de debajo de Woo Shin. Se sentó y se acomodó el pelo. La mano le temblaba, pero también lo hacía todo él. —No quiero apresurar las cosas. —No tenemos que hacerlo — Woo Shin dijo, mientras se volteaba y se sentaba. Sun Youl estaba tan distraído. Trató de recordar la conversación, pero en lo único que podía pensar era en ese beso y cuánto quería otro. «Por Dios, uno más». Pero debía ir despacio.

Tenía que hacerlo. No quería que tuvieran sexo y que después, Woo Shin no le volviera a llamar, le había dicho al hombre que se sentía atraído por él, pero era más que eso. No entendía porque sentía una conexión tan profunda con Woo Shin, cuando recién se habían conocido. Para él no tenía sentido, pero no se lo diría. No quería ajustarlo, aunque tuviera miedo de esa fuerte atracción que sentía por el chico. Se paró y se acercó a la orilla de la montaña, contempló el lago, mientras intentaba recobrar el sentido común. Su cuerpo estaba en llamas y su pene también estaba muy duro. Respiró profundamente y exhaló despacio. Woo Shin presionó su pecho contra la espalda de Sun Youl y luego lo rodeó con sus musculosos brazos. Y lo besó en la sien. —Espero que esto no te asuste. —Woo Shin dijo—. Pero quiero terminar de explicarte, lo que estaba diciendo antes, sobre las parejas. Nuevamente, Sun Youl se preparó. —Está bien, continúa. —Las parejas son escogidas por el destino —Woo Shin explicó—. Cada sobrenatural tiene una. Reconocen a su pareja por la forma en que esa persona los hace sentir, por una fuerte atracción, por la forma en que sus animales enloquecen en su interior. Es mucho más que esto, pero también es un poco difícil poner en palabras esas emociones. —Entiendo lo que quieres decir —Sun Youl dijo. Seguía sin estar seguro de a dónde iba Woo Shin con todo esto, pero se quedó en silencio, permitiendo que el hombre terminara. 

—Para un sobrenatural, una pareja es sagrada. No todos encuentran la suya. —¿Ya encontraste la tuya? —Sun Youl se puso rígido, esperando que el otro zapato cayera. —Sí —Woo Shin dijo—. Y la estoy sosteniendo en mis brazos. 

 

 continuara...


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