Tony Stark se encontraba en su taller, en los últimos seis meses había reducido drásticamente su número de misiones, tenía cosas más importantes que hacer, proyectos que perfeccionar, armas que crear. Dividía su tiempo entre el complejo de los vengadores y la base principal de HYDRA sin que su equipo lo notara y pretendía seguir así por un tiempo.
-Bien chicos- susurró mientras dirigía el equipo a distancia- Hay civiles a dos cuadras, la legión se encargará de ellos. Los contrabandistas tienen un punto débil en la formación en el ala oeste…
-“Un equipo de tres podrían entrar mientras el resto los distrae”- dijo Rogers de inmediato
-Exacto Capitán- contestó el castaño y dejó que el equipo continuara mientras él seguía monitoreando el área a la vez que sus manos trabajaban dando los últimos ajustes al dron que Beck le había enviado, ese hombre era muy talentoso sólo necesitaba un ancla para mantenerse estable…
-“Estamos dentro”- la voz del rubio se hizo escuchar
-Tres puertas a la derecha, seis pisos arriba. Visión debes desactivar el chaleco de inmediato- dijo el castaño sin poner realmente atención a las pantallas
-“Enseguida Sr. Stark”- contestó el androide adelantándose mientras el rubio le seguía
-Widow, a tus seis- murmuró mientras continuaba con su trabajo mecánico
-“¡Despejado!”- murmuró Wanda haciéndose notar
-Este es tu examen final Maximoff, te necesito alerta en caso de que Visión falle. Bajo ningún motivo Rumlow puede salir de ahí…- dijo Tony con calma
La misión ocurría rápidamente, golpes y jadeos se hicieron escuchar mientras el magnate continuaba en su taller dando órdenes sin mirar pantallas y corriendo pruebas en F.R.I.D.A.Y. mientras arreglaba el dron y aun así tenía su atención puesta perfectamente en cada una de sus tareas.
-Bien hecho Vengadores- dijo cuándo Rumlow por fin estuvo bajo custodia y sin representar una amenaza- Ross se encargará de llevarlo a la Balsa y la legión comenzara con los daños estructurales
-“Lo hiciste de maravilla”- dijo Steve con voz alegre
-Lo sé, soy un genio. Vuelvan ahora, tienen papeleo- murmuró el castaño poniéndose de pie y estirando su columna
-“… Nos vemos en casa Tiny”- susurró el ojiazul antes de que el moreno cortaba la comunicación, las pantallas se cerraron y un tenue brillo azulado en los ojos del genio comenzó a extinguirse poco a poco hasta recuperar su natural color chocolate y entonces unos férreos brazos le abrazaban por la espalda.
-Si vuelve a llamarle por ese estúpido mote de nuevo le voy a arrancar la maldita lengua- gruñó Abbadon besando su yugular
-No estarás celoso de tu “papi” ¿o sí?- se burló el mayor ladeando la cabeza para darle mejor acceso
-El idiota es muy obvio, te quiere…- siseó apretando aún más su agarre
-Sólo intenta ser un buen amigo, compensar los años que se aprovechó de mi enamoramiento- susurró el moreno intentando calmar los celos de su pareja
-Tal vez asi inició, pero el idiota se enamoró de ti. Lo sé- murmuró contra su piel
-¿Quieres una pequeña vendetta contra tu adorado padre?- cuestionó Tony girando dentro de aquel abrazo y colgándose de su cuello
-¿En qué estás pensando?
-Sígueme beloved- susurró tomándole de la mano y guiándole fuera del taller
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Los gemidos provenían de la habitación de Steve Rogers pero eran audibles en todo el complejo. Tony se encontraba tumbado sobre su costado derecho, su cuello era presa de una ruda mano y sus labios reclamados con fiereza, su pierna izquierda era sostenida en el aire por la férrea mano de Abbadon que detrás de él movía las caderas penetrándole fuerte y profundo torturando la próstata del castaño una y otra vez.
-Ahhh, mierda… más rápido Ab… ahhh- susurraba el moreno contra los labios del menor
-Sabes cómo pedirlo- siseó el aludido deteniendo sus movimientos casi por completo para trazar suaves círculos
-Por favor- susurró Tony llevando la mano al rostro de su pareja- follame duro papi… párteme en dos.
-No quiero quejas después min kjaerlighet*- gruñó Abbadon retomando un ritmo errático y salvaje
-¡Ah sí! A-así….- el castaño arqueó la espalda imposiblemente
-Carajo Anthony… agh…- gruñía el más alto sintiendo el orgasmo acercándose peligrosamente
-Ah… me encanta… p-papii, me… me voy a… c-correr…
-Vamos precioso… aghhh, déjame ver como lo h-haces- murmuró el rubio aumentando la velocidad y presionando su palma en la garganta del genio quien se arqueó contra su pecho con los ojos cerrados y la boca abierta en una perfecta “o”
Los músculos de su vientre bajo se tensaron con fuerza y aquel chorro de semen salió disparado manchando su abdomen y las sabanas mientras boqueaba por la inquietantemente placentera falta de aire y sus ojos desbordaban gruesas lágrimas, un par de estocadas después Abbadon le alcanzó en le clímax gruñendo como una bestia y abrazándole contra su pecho con fuerza.
-Ah… mierda Ab, eso fue asombroso- susurró Tony aun recuperándose y con la respiración agitada
-Jeg elsker deg*- murmuró contra la suave piel de sus hombros
-Yo también te amo, beloved- contestó tomando una de sus manos para besarla
Oh, I can trust
And boy, I believe in us
I am terrified to love for the first time
Sin despegar sus labios de aquella acanelada piel que tanto adoraba, Abbadon movió las caderas despacio para salir de su interior y quitarse el preservativo para arrojarlo descuidadamente sobre el colchón
-A Rogers padre le daría un infarto si se enterara lo que hicimos- murmuró el castaño riendo bajito
-… Rogers no es mi apellido- contestó tomando su rostro para besar sus hinchados y rojizos labios
-Mmm cierto, hay que hacer algo al respecto- murmuró aun contra los labios ajenos- ¿Tienes alguno en mente?
-¿Tal vez Stark?- bromeó delineando su nariz con las yemas de los dedos
-Quisieras tener tanta suerte- bromeó el moreno en respuesta reclamando de nueva cuenta un beso
-¿Vas a extrañarme?- cuestionó el rubio una vez que se separaron
-Mucho ¿Cuánto tiempo te irás?- murmuró girándose para verle de frente
-Una semana, pero te llamaré siempre que pueda- dio Abbadon acariciando los castaños cabellos
-Eres el jodido líder ¿Por qué debes ir tú?- se quejó el mayor con el ceño fruncido y con un tierno puchero
-Tus vengadores se deshicieron de Rumlow, ahora yo me puedo encargar de sus insurrectos sin llamar la atención. Debo ir en persona para recordarles a quien le debían lealtad- declaró con voz seria pero con una sonrisa por el berrinche de su pareja
-¿Rumlow sabía de ti?
-Sí, también Pierce pero nunca me vieron en persona- contestó
-Bien, entonces me encargaré de él en persona- dijo Tony comenzando a trazar planes
-Me encanta cuando comienzas a crear planes malvados- gruñó el rubio mordiendo sus labios juguetonamente
-Y tú a mí en una sola pieza- susurró el castaño tomando su rostro- promete que te vas a cuidar… ¿Lo usarás cierto?
-Lo prometo- dijo el menor agitando la muñeca donde descansaba el brazalete que su genio le obsequió aquella tarde en su despacho después hacer el amor- Por supuesto que lo usaré, tú lo diseñaste.
-Es enserio Abbadon, te quiero de regreso…
-Nada ni nadie me va a separar de ti- juró juntando sus frentes- ¿Y tú? ¿Te vas a comportar?
-Sí papi, seré un niño bueno- murmuró contra sus labios haciéndole gruñir suavemente
-Me voy a enterar si no comes o duermes, Kanelgifler*- murmuró
-Lo sé, lo prometo beloved
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Al día siguiente Tony caminaba por la sala principal con una sonrisa resplandeciente y taza de café en mano mientras se dirigía a su despacho
-¿Por qué tan sonriente Stark?- cuestionó Natasha al verle, el aludido la miró y contuvo una mueca al ver su compañía
-¿Acaso no puedo ser feliz sin motivo alguno?
-Tomando en cuenta tus comportamientos recientes yo diría que tu motivo tiene nombre y apellido- susurró la pelirroja intentando obtener de manera directa lo que no había logrado encontrar y comenzaba a frustrarle
-Bueno… a decir verdad ayer tuve una tarde fantástica con mi “motivo”- declaró el magnate viendo como Rogers contenía su molestia fallidamente
-¿Ayer? Creí que estabas muy ocupado como para ir a la misión…- susurró el rubio con los puños apretados
-Así fue, tengo muchas cosas con las que lidiar Cao- contestó tomando un sorbo de su bebida- Cuando por fin fui libre no dudé en correr a los dulces brazos de mi amado…
Sin esperar una respuesta les dio la espalda y salió de la habitación para continuar con su día mientras una sonrisa se extendía en su rostro… Abbadon estaría furioso cuando le confirmara que tenía razón sobre su queridísimo progenitor.