Tony se encontraba en su habitación dentro del complejo de los vengadores, tenía setenta y dos horas sin dormir, sosteniéndose a penas a base de café, donas y tan sólo dos siestas de no más de diez minutos. Ni siquiera Steve logró sacarle del taller e incluso habían discutido por ello… ¿Por qué el imbécil no entendía que era justo por él que estaba así? Se negaba a ver al rubio herido y al borde de la muerte a causa suya… Debía mantener al equipo a salvo aunque eso significara descuidarse, total, no sería la primera vez.
Sin energía siquiera para cambiarse se dejó caer sobre el colchón rogando estar lo suficientemente agotado como para no soñar, las pesadillas eran lo último que necesitaba en este momento.
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Aquel rubio miraba al castaño mientras dormía de manera inquieta, sus ojos recorrieron aquel atlético cuerpo y se perdía en las suaves cuervas de sus caderas y glúteos preguntándose cómo se sentirían en las palmas de sus manos, tomó asiento a su lado lentamente para no despertarle, inhaló profundo para llenar con la suave esencia de canela que desprendía la bronceada piel del genio.
Sweet love, sweet love
Trapped in your love
I've opened up, unsure I can trust
My heart and I were buried in dust
Free me, free us
-Anthony… mi amado Anthony- susurró con voz suave aquel nombre casi como si se tratara de una plegaria y conteniendo aquella inmensa necesidad de tocarlo.
Con un último suspiro se puso de pie para salir antes de que el amanecer le atrapara en aquel lugar.
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Cuando Tony despertó era más de medio día, todos se encontraban entrenando o en algún trabajo que se les hubiera asignado mientras él entraba a la cocina dispuesto a engullir la primer cosa azucarada que se le pusiera enfrente
-Creímos que nunca despertarías- murmuró Steve entrando a la cocina
-Necesitaba esa siesta más de lo que creí- contestó colocando la taza a la espera del vital líquido oscuro y mordió una dona
-Eso no es sano, llevas días sin comer y lo primero que haces es saturarte de azúcar- siseó el capitán molesto y cruzando los brazos sobre el pecho
-Primer punto, en realidad si estuve comiendo… donas y segundo: me las gané- contestó con la boca llena
-Un día de estos te vas a matar encerrado ahí y nadie va a poder hacer nada para detenerlo- Steve estaba harto de aquel comportamiento
-No es como si al equipo realmente le fuera a molestar- susurró el moreno tomando su taza para retirarse pero el mayor le detuvo
-No vuelvas a decir algo así, eres importante y estaríamos perdidos sin ti… yo estaría perdido sin ti- confesó mirándole fijamente
-Me halagas Cap- contestó con una sonrisa coqueta en un intento de esconder el sonrojo y felicidad que esas palabras le causaron, para seguido salir en dirección a su despacho con el corazón latiendo desbocado en su pecho
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-Tienes que convencerlo- dijo –Natasha cruzando los brazos
-No lo sé Nat, podríamos necesitarlo- murmuró Steve con un suspiro
-Y también necesitamos encontrar a Bruce, Stark puede hacerlo mientras nosotros nos encargamos de la misión- declaró la pelirroja sin inmutarse
-Tony ya se está encargando de eso…
-No lo suficiente- siseó la espía-Tantas actualizaciones y equipo que no necesitamos, además de misiones que decide tomar personalmente… está perdiendo tiempo valioso
-… ok, hablaré con él- aceptó el rubio dirigiéndose al despacho del genio.
Steve no pudo ver el gesto de la pelirroja torcerse pues ella nunca admitiría que presionaba a Tony porque no podía con su propia culpa
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Tony tecleaba casi con violencia mientras daba órdenes a su I.A., estaba tan concentrado que no notó cuando entraron al taller
-¿Qué te hizo ese pobre teclado?- murmuraron llamando su atención
-¡Rhodey- pooh!- gritó con una enorme sonrisa en el rostro
-Creí que tenían una misión en Asia ¿Qué haces aquí?
-… Steve creyó que era mejor que me quedara- murmuró con mal humor
-¿Y tú aceptaste sin más?- inquirió sus amigo molesto
-Bueno… Cap insinuó que tal vez estoy desperdiciando energía que podría aprovechar en la búsqueda de Bruce…
-Y una mierda- gruñó el moreno- he visto todo lo que haces para encontrarlo, no tienen derecho alguno a reclamarte, estoy seguro que esa ha sido Romanoff ¿Por qué no intentan ella y sus dotes de espía buscar a su casi novio?
-Yo…
-No Tony- le interrumpió- no hay nada más que puedas hacer y lo sabes ¿Por qué aceptaste quedarte atrás sabiendo eso?
El multimillonario no contestó, desvió la mirada hacia el suelo y estrujó sus manos se manera sin atreverse a decir en voz alta lo que tanto se repetía en su mente: Porque no soy parte de ellos, no me quieren en su equipo… porque quiero ser digno de Rogers…
-Tones… sé lo que sientes por Rogers, todos lo sabemos y ese es el maldito problema- murmuró haciendo que le mirara de frente
-Escúchame- interrumpió de nuevo- el que estés enamorado de él no significa que debas dejarlo convencerle de hacer cualquier cosa que él quiera
-… Soy patético ¿cierto?- murmuró Tony torciendo el gesto, odiaba admitir que cuando Steve lo pedía él solía ceder ante discusiones que de otra manera se habría negado en redondo
-Nunca vuelvas a decir eso- murmuró el Coronel- eres increíble, un magnifico ser humano y él es un idiota por no notarlo.
Tony soltó una suave risita mientras su mejor amigo le abrazaba con cariño
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“… sé que no debería ceder a todo lo que él pide pero no puedo evitarlo. Tengo tan pocas probabilidades de que me corresponda, que esa es mi forma de amarlo en silencio, la única manera en la que podría tener algún vínculo o lazo con él. Soy patético, lo sé y aunque se esmeren en decirme que no así, soy realmente consciente de mi actuar alrededor de Steve”.
El rubio cerró el diario y con cuidado lo colocó en su lugar, despacio y en silencio tomó asiento en la cama queen size y con un suave roce peinó los castaños del objeto de su adoración. Le dolía saber que su amado tuviera tales pensamientos sobre sí mismo, era imposible para él concebir que el gran Anthony Stark se viera de esa manera.
-Lo lamento mi amor- con delicadeza posó sus labios sobre su frente antes de salir de la habitación como cada noche.