Tony trabajaba como loco en los últimos detalles de su más reciente proyecto, aun se encontraba frustrado ya que en los últimos meses continuaba sin ningún avance significativo con su endo-armadura, sin embargo este proyecto en particular le tenía bastante satisfecho.
-Señor, tiene correo de Everett Ross- anunció F.R.I.D.A.Y.
-Muéstralo querida. Ordenó dejando a un lado aquel brazalete negro ónix, sus ojos viajaron a la pantalla holográfica leyendo como sólo él sabría
-“…sin peligro… no sospecha… el Secretario… sin poder sobre el equipo... plan continua… sin novedad…”
-¡Ah! Todo va perfecto- canturreo estirándose sobre su silla
Una sonrisa apareció en su rostro al saber que sus verdaderos adversarios se encontraban frustrados sin poder hacer nada en su contra. Desde que Rogers había accedido a sus condiciones, las estrategias del equipo habían mejorado y los daños colaterales disminuyeron drásticamente, Tony estaba seguro que aquello había echado para abajo los planes del Secretario de Estado… De no ser por la advertencia de Abbadon no se encontraría con tal poder en la palma de sus manos.
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“… Rogers parece un cachorro apaleado, se ve contento después de visitar a Barnes pero en cuanto me mira puedo notar la culpa carcomiéndole, aun le duele que no pase más tiempo con él aun cuando se supone que le he perdonado. Pero no me pueden culpar: yo realmente ya no deseo pasar tiempo con él, sólo puedo pensar en Abbadon, en sus sonrisas, sus labios rozando mi piel, sus ojos mirando directo a mi alma… no lo he visto en dos semanas y lo extraño como un loco. No se supone que sienta esto, no sabiendo quien es y lo que ha hecho pero admito que a gran parte de mi eso no le interesa…”
I finally found my way
I am bound to you
I am bound to
-¡Sr. Stark!- aquel grito ahora familiar le hizo sonreír mientras cerraba aquel diario que cada vez ocupaba menos
-Niño, que bueno que llegaste- susurró poniéndose de pie, frente a él un joven castaño de apenas quince años le miraba destilando emoción por cada poro
-Apenas pude dormir de los nervios- confesó mirando al piso con una sonrisita apenada
-Es normal Peter, pero estoy seguro que el traje quedó fabuloso- dijo abrazándole de los hombros para guiarle hacia el taller.
-Aun no puedo creer que me dejó utilizar sus máquinas ¡Conocí su taller personal!- casi gritó extasiado gesticulando ampliamente con las manos
-Acostúmbrate- declaró Tony sonriendo con ganas mientras se perdían por los pasillos del complejo
-Sigo sin creer que este sea lugar para Parker- susurró Sam a Steve, ambos iban entrando a la sala después de entrenar cuando vieron al par platicando.
-El chico tiene potencial, he entrenado con él- dijo Steve con la mirada aun perdida en aquel pasillo
-Es sólo un niño…
-Dale una oportunidad- pidió el rubio mirando a su compañero
-¿Por qué últimamente haces todo lo que Stark pide?- siseó el moreno molesto antes de salir del lugar. Steve solo miró el suelo con tristeza, sentía que todo a su alrededor se desmoronaba
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La Mark L volaba a toda velocidad en espacio aéreo suizo, su fiel F.R.I.D.A.Y. le guiaba a las coordenadas que Abbadon había enviado guiándole hasta lo profundo de los Alpes Suizos. “Conocerás mi hogar…” había escrito el menor y Tony no pudo evitar emocionarse.
-F.R.I.D.A.Y. busca algún pasadizo escondido- ordenó mientras comenzaba a merodear cerca de las coordenadas
-Parece haber una caverna cerca de la cima, pero hay una señal interfiriendo con mis lecturas- contestó la I.A. de inmediato
-Debe ser ahí- dijo dirigiéndose al punto señalando por su asistente
Le costó un poco encontrarlo, las barreras naturales eran buenas pero por fin dio con la entrada de una cueva lo suficientemente amplia para un quinjet. Sin dudarlo entró encontrándose maravillado con un perfecto hangar donde unas treinta naves furtivas descansaban, en el centro de la plataforma le esperaba aquel rubio de ojos rojos enfundado en una especie de traje de gala militar pero este era completamente negro a excepción de la camisa gris Oxford y la corbata rojo sangre, adornado con los emblemas de Hydra en color plata y negro ónix muy brillante.
-Bienvenido min kjaerlighet- saludó el hombre sonriendo ampliamente
-Hola bombón- saludó Tony mientras aterrizaba frente a él, de inmediato la armadura se retrajo hasta guardarse en el reactor mostrando la vestimenta que había elegido cuidadosamente
-Te ves hermoso- murmuró Abbadon sin poder evitar recorrer su figura
-¿Estos trapos viejos?- respondió Tony señalándose, vestía unos ajustados jeans negro profundo, una suave camisa de seda roja que permitía ver parte de su pecho y una chaqueta de piel negra.
-No importa lo que uses, siempre eres hermoso- declaró el más alto tomando su mano para besar sus nudillos
De inmediato el rubio guio aquella cálida mano alrededor de su brazo para caminar juntos hasta el cubo de ascensor que se abrió de inmediato entraron en un cómodo silencio sintiendo aquella suave electricidad corriendo entre ellos, era aquella química tan perfecta siempre presente entre ellos…
-¿Listo para conocer mi hogar?- preguntó Abbadon cuando el ascensor se detuvo y las puertas se abrieron
-Por supuesto- dijo el aludido con genuina emoción en la mirada
-Bienvenido- susurró guiándole al exterior del cubo
Tony se quedó fascinado, una plataforma central donde gente se dirigía de un lado a otro le recibió, pudo ver gente con trajes como el de su rubio, otros con trajes de combate y algunos más con batas dirigiéndose a sus destinos en pequeños grupos, en cuanto captaron la presencia de su líder detuvieron sus labores colocándose en firmes y cuadrando sus hombros señalando con el brazo izquierdo sin importarles que el hombre de hierro estuviese ahí.
-¡Hail HYDRA! El rugido se hizo escuchar con fuerza haciendo que la piel del magnate se erizara
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Habían pasado horas caminando en aquella base que cada vez parecía ser más y más profunda escondiendo cantidad de habitaciones y asombrándolo a cada instante
-No puedo creer lo que has logrado- susurró Tony ahora en la privacidad del despacho del rubio
-No es más que lo necesario- contestó el aludido
-¡Pero la manera en que lo has hecho!- exclamó- Este lugar es 100% autosustentable, agua, electricidad, cultivos… Es extraordinario y la forma en que tratas a tus subordinados… Más que una organización ´parecen una especie de manada- susurró fascinado
-La lealtad es más efectiva que el miedo- declaró Abbadon sentándose al borde del escritorio frente al castaño
-Impresionante Rogers- murmuró con sorna haciendo que el aludido frunciera el ceño
-Puede que luzca como él pero no lo soy…
-Lo sé, Zola estaría orgulloso de su creación- contestó Tony acercándose despacio- Fue algo muy avanzado para la época crear células sexuales a partir de una muestra de sangre y más convencer a una mujer de ese embarazo… ¿Piensas en ella?
-No la recuerdo- murmuró- todo lo que sé de ella es por los archivos de Zola y mi investigación pero no la conocí
-Estoy seguro que ella estaría orgullosa de su hijo- contestó Tony reduciendo aun más la distancia y atreviéndose a tomar aquellas manos
-Lo dudo, soy una rata de laboratorio. Yo no fui un bebé normal, una vez Zola logró la fecundación se metió en lo profundo de mi ADN y lo modificó a conveniencia para volverme “perfecto” y eliminar cualquier posible debilidad. De hecho siempre se quejó del gen del albinismo de mi madre, nunca lo pudo eliminar…- murmuró con voz ácida
-Me alegra, tus ojos son increíblemente hermosos- intervino Tony tomando aquel rostro entre sus manos y su gesto cambió
-¿Qué sucede?
-Eres tan joven… ¿Cómo puedes estar interesado en alguien cómo yo?
-Du er nemling verden for meg*- la voz de Abbadon era tan suave como seda, sin poder soportar más rozó sus labios contra los del genio quien suspiró quedamente y cerró los ojos antes de contestar la caricia
Suddenly the moment's here
I embrace my fears
Ambos hombres podían jurar que se encontraban en el paraíso, sus labios parecieron cobrar vida propia intentando marcar la carne ajena como su propiedad, sus lenguas se unieron a la batalla luchando por dominar mientras las manos del menor viajaban a las amplias caderas de su genio y le estrujaban contra su pecho, Tony jadeaba al sentir la fuerza de aquel agarre y sus manos se instalaron en aquel amplio pecho mientras desabotonaban con prisa los botones plateados.
-Anthony…- sus labios se separaron tan sólo lo justo- ¿Estás seguro, cariño?
-Nunca había estado tan seguro de algo, beloved- contestó sonriéndole
Eso fue todo lo que el rubio necesitó para mandar al carajo su autocontrol, sus manos se colaron bajo la chaqueta de piel para que se deslizara por aquellos hombros que tanto ansiaba marcar, sus labios volvieron a apoderarse de los otros mientas sus manos se deshacían del cinturón para poder masajear aquella turgente erección.
-Mierda… Ab…- el castaño se arqueó al sentir la cálida mano contra su pene siguiendo un ritmo lento y tortuoso
El más alto gruñó desde lo profundo de su pecho poniéndose de pie y dejó caer el pantalón y boxers del castaño, quien a patadas terminó de quitárselos antes de que le cargaran con suma facilidad y el enredara sus piernas alrededor de aquellas estrecha cintura
-Tu silla, rápido…- exigió el magnate ansioso y de inmediato fue obedecido
Abbadon caminó detrás de su escritorio sentándose en su silla con el castaño a horcajadas sobre él mientras sentía su cuello ser recorrido por una habida lengua y unos traviesos dientes que le hacían estremecerse
-Eres perfecto, Kanelgifler- susurró con voz ronca, acarició un par de veces la erección del moreno antes de guiar aquellos dedos bañados en líquido preseminal a la fruncida entrada y acariciarla tentativamente
-Ah, hazlo… por favor- pidió el mayor contra la suave piel de su pecho ahora descubierto y se dedicó a besar y lamer aquella HYDRA de tinta roja en todo su esplendor mientras dos dedos le penetraban de golpe.
Sus caderas comenzaron a trazar círculos buscando que aquellos dígitos llegaran más profundo, su frente se perlaba en sudor y su nariz aspiraba aquel varonil perfume al que ya era adicto.
-Carajo Anthony… vas a volverme loco- gimió el menor perdido en tal erótica escena
-Ahhh… No, sono pazzo di te*- murmuró el mayor a su oído antes de morderlo lentamente
-Mierda- gruñó el rubio antes de apoderarse se sus pezones y haciéndole gemir audible
-Ahh… ¡Abbadon!
-Dilo de nuevo- pidió contra su piel mientras retiraba sus dedos y alineaba su erección contra la punzante entrada
-Abbadon- susurró tomando su rostro y mirándole a los ojos- Hazme el amor, Abbadon.
Sus labios se juntaron en una caricia suave mientras aquel grueso falo se abría paso en el interior del castaño, se quedaron unos instantes quietos, las manos del rubio acariciaban sus caderas intentando aligerar el dolor hasta que sintió aquellas caderas comenzar a moverse. Tony se tomó de aquellos amplios hombros para darse impulso mientras subía y bajaba de aquel eje arqueando la espalda y exponiendo el cuello que era devorando con gula.
-Ahhh… Dios, sí… estás tan adentro…
-Me encantas Anthony- gruñó el aludido elevando las caderas y golpeando en el acto la próstata del mayor
-¡Abbadon!- gritó con los ojos anegados en lágrimas de placer puro y un hilillo de saliva escapando de la comisura de sus labios
-N-no sabes… ahhh sí… no sabes, cuanto esperé… escucharte gemir mi nombre- confesó mientras sus manos surcaban la piel acanelada con fuerza y sus caderas comenzaban a bombear con fuerza contra aquel firme trasero
-Más… mierda sí… Ab…Me vengo…
-Carajo, tan… oh, aprietas tan bien- gruñó el menor intentando aguantar un poco más
-Ab… Ab… por favor amor ¡Oh sí! ¡Abbadon!- gritó el moreno en éxtasis mientras se corría contra el abdomen del rubio
-¡Anthony!- el de ojos rojos gimió cerrando los ojos y dejando caer la cabeza al sentir como aquellas cálidas paredes le ordeñaban hasta la última gota- … Jeg elsker deg*
La pareja se miró con una sonrisita satisfecho y juntaron sus frentes sintiéndose plenos.