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97. Pareja del Millón de Dólares (11) por dayanstyle

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—Tienes que dejar de desaparecer de esa manera, —se quejó Abe. —Llámame cuando salgas de la ciudad, así no término yendo a tu casa.

—¿Estás bien? —Tenía el corazón en la garganta. Había querido llamar a Abe, pero después de hablar con las otras parejas, su mente había estado tan llena de cosas, que no podían ser reales, que se había quedado dormido.

—Pfft, puedo manejar a tu tío. No, Abe no podía. —¿Lo viste?

Todo en lo que podía pensar, era que Ken Leung golpearía a Abe. El pensamiento asustó la mierda fuera de él.

—No estaba en casa, —dijo Abe. —Nadie lo estaba. Fui al lado para ver si estabas en la casa de la señora Lim Kim, pero ella no contestó la puerta. Pensé, que quizá, los extraterrestres habían llegado en medio de la noche y los habían secuestrado.

Eso había sido más o menos lo que había sentido -siendo brillado fuera de allí y todo-.

—Dime dónde estás, —dijo Abe— Iré por ti.

—Estoy en Dalton Falls. —dijo.

—Te fuiste con ese extraño, ¿verdad? —Abe no sonaba feliz. —Maldita sea, EDawn.

¿Cuántas veces tengo que advertirte, sobre el peligro de los extraños?

Paseó por el dormitorio. Había  una  tormenta  de  afuera, poniéndolo ansioso, mientras   miraba las ventanas y la puerta oscurecidas. El metal que cubría las ventanas de Hong Seok se había levantado, ayudándolo a respirar un poco más fácil, pero odiaba estar atrapado en el interior. Le encantaba la noche, le encantaba estar afuera, pero Hong Seok le había dicho que no saliera, hasta que descifraran las cosas.

—¿Por qué no vienes a la casa dónde estoy? —preguntó. —Entonces, verás que estos chicos, son muy amables.

—¿Estos chicos? —Abe sonaba desconcertado. —¿Cuántas personas viven en esa casa?

No lo sabía. Le habían presentado a unos cuantos, pero Hong Seok había dicho que otros también vivían allí. Era una casa bastante grande. —No estoy seguro.

—Conozco Dalton Falls, —dijo Abe. —Puedo encontrarte en el café local.

—No puedo—Esperaba que Abe no preguntara por qué. ¿Cómo iba a decirle a su amigo, que tenía algún tipo de criatura tras él? Hong Seok le había dicho que no se le permitía contarle a nadie sobre su mundo, y él le había prometido que no lo haría.

Cumplía sus promesas.

Aunque no estaba seguro de que fuera a él, al que la criatura perseguía. Podría haber sido a Hong Seok.

—Entonces iré a ti. No puedo dejar que mi mejor amigo, salga con extraños. Dame la dirección.

EDawn lo hizo.

 

 

—Estaré allí, pronto, —dijo Abe. —Voy a tomar prestado, el auto de mi padre.

Con saber que Abe venía, se sentía un poco mejor. —Sólo hazme saber cuándo estés cerca. No quiero que estaciones y que alguien se asuste.

Había hombres patrullando los terrenos y bosques. Lo último que quería, era que Abe fuera atacado.

Colgó, sólo para notar que Hong Seok estaba en la puerta. —¿Tu amigo viene hacia aquí?

—Sólo está preocupado por mí, —dijo. —Abe siempre se preocupa por mí.

—Suena como un buen amigo—Hong Seok entró en la habitación, y sintió como si todo el aire hubiera sido aspirado. Se acordó de la noche anterior y se sonrojó.

Cómo podía sentirse tan cerca de alguien que acababa de conocer estaba más allá de él, pero de nuevo, Hong Seok le había explicado lo que significaba ser una pareja, y no podía creer lo afortunado que había sido. Cierto, Hong Seok era un vampiro, pero él tomaría a un vampiro sobre un tío abusivo, cualquier día de la semana.

Hong Seok le pasó la mano por la mejilla. —Me alegra que hayas tenido un amigo en tu esquina, mientras pasabas por lo que pasaste.

—Yo también—le dijo. No estaba seguro de cómo lo hubiera hecho sin Abe en su vida. Hubo momentos en los que deseaba haber muerto con sus padres. Eso habría sido una alternativa mejor que tratar con Ken Leung. Pero ahora tenía a Hong Seok. Se alegró de no haber intentado terminar con todo. Habría perdido al vampiro que parecía estar en su esquina, listo para protegerlo, pase lo que pase.

—Pero te encontré, —dijo Hong Seok, rozándole con sus labios la mandíbula. —Mi pareja. El destino hizo a una persona que se adapta a mí, en todos los sentidos.

Se sentía como si estuviera en un hechizo. No podía apartar la mirada. Decir que el destino lo había hecho para Hong Seok, todavía era algo que estaba tratando de entender, pero cierto o no, le gustaba tener a alguien tan guapo, tan fuerte, de su lado.

—¿Cuándo viene Abe? —Hong Seok fue hasta la mejilla de EDawn, y luego se dirigió hacia un gabinete construido en la pared de su habitación. Las puertas estaban hechas de vidrio, y vio vasos de vino en una estantería, una botella clara con líquido rojo dentro.

—Ahora, —respondió— Está en camino.

Hong Seok miró el reloj, antes de abrir el gabinete. —O va a ser una visita corta, o tu invitado se va a quedar a pasar la noche. No quiero que vuelva a Sugar Creek tan tarde, no cuando no sabemos quién era el hombre en el camino o lo que quería.

Eso tenía sentido. Tampoco quería jugar con la seguridad de Abe. Se le ocurrió una idea, mientras veía a Hong Seok verter una pequeña cantidad de líquido en un vaso. —¿Qué pasa con mi trabajo?

—¿En la tienda de mascotas? —Hong Seok volvió a tapar la botella, antes de girarse hacia él. —Creo que es mejor, si encuentras trabajo en Dalton Falls. Volver a Sugar Creek, no es recomendable, en este momento.

Frunció el ceño. —¿Estas bebiendo?

¿Podrían los vampiros beber algo, que no sea sangre? ¿Qué pasaría si pudieran y Hong Seok se embriagaba? No quería averiguar lo que un vampiro haría, cuando estaba borracho.

 

 

—No es alcohol, amor. —El vaso tocó los labios de Hong Seok. El hombre apenas tomó un sorbo, antes de bajarlo. —Es sangre sintética.

—¿Tienes sangre, en tu gabinete?

Dejando a un lado el vaso, Hong Seok abrió una ventana. La brisa de la tormenta, hizo que las cortinas se elevaran y bajaran. Se agitaron, mientras la brisa fresca hizo que la habitación se sintiera menos cargada. —Es lo que beben los vampiros, cuando no hay una fuente de sangre alrededor. Trabajando en el club de mi padre, la bebí, mientras estaba de turno y encontré que me gustaba el sabor. No es lo mismo que beber sangre fresca, pero tener un vaso de vez en cuando, me recuerda a mi padre mayor.

—¿Mayor? —Oh, cierto. Hong Seok le había dicho, que tenía tres padres.

—Sí. —Hong Seok asintió, mientras se giraba. —Tengo tres padres y un hermano menor, pero ya te he hablado de mis padres.

Trató de imaginar, cómo funcionaba con tres hombres, pero se rindió. —Creo que debería ir abajo y esperar a Abe.

Había un guardia afuera, y no quería que Abe se encontrara con ningún problema.

—Simplemente, no salgas—dijo Hong Seok.

Miró hacia las puertas del patio. Las ramas de los árboles rebotaban, mientras la lluvia hacía que todo brillara con la humedad, bajo la brillante luz de la luna. Un relámpago cortó a través del cielo, mientras un trueno retumbó. —Definitivamente no saldré afuera.

Alguien tendría que estar loco para salir. Lo que le recordaba. Abe conducía en este clima. Tal vez, debería haber hecho esperar a su amigo. Pero sabía que nada, ni siquiera una tormenta, detendría a Abe una vez que la mente del hombre estaba decidida.

Una punzada torció el intestino de Hong Seok. Algo se sentía muy mal, mientras bajaba las escaleras para ver si Abe había llegado. Debería haber hecho esperar al amigo de EDawn para que lo visitara, pero después de ver el brillo en los ojos azules eléctricos de este,

¿cómo podía negarle a su pareja esa felicidad?

—¿Estás seguro, de que tenga visitas es algo prudente? —preguntó Taehyung, cuando Hong Seok llegó al final de la escalera—. Todavía no sabemos qué está pasando o quién era ese hombre que estuvo persiguiéndolos.

El alfa había exteriorizado sus pensamientos, pero no le contó eso a Taehyung. —Creo que le hará algún bien, después de todo lo que ha pasado.

—Lo entiendo—dijo Taehyung. —De verdad lo hago. Pero la seguridad de EDawn es lo primero. Tenemos que tomar precauciones, por ahora.

Odiaba el hecho, de que el alfa estuviera en lo cierto, odiaba el hecho de que se hubiera inclinado hacia el deseo de EDawn, en lugar de hacer lo que sabía que era lo correcto, para mantener a su pareja seguro. Pero Abe era humano e inofensivo. ¿Qué podría salir mal?

 

 

—Se quedará la noche, y luego lo enviaré de regreso en la mañana. —Tendría que hacer ver a EDawn, que no era el momento perfecto para dejar que su amigo lo visitara. Abe era humano y no necesitaba ver nada sobrenatural.

—Me aseguraré de que todos se comporten de la mejor manera, —dijo Taehyung. —No necesitamos a Abe viendo algo sorprendente.

Como cuando EDawn había visto a Jong Hyun entrar en la cocina, con su forma de tigre.

—Gracias—Se dirigió hacia su pareja. Abe y EDawn estaban sentados en la mesa, Helmet en el regazo de EDawn.

La puerta del patio se abrió de golpe y entro Woo Shin, empapado y desnudo. La mandíbula de Abe cayó, mientras sus ojos seguían el paso del lobo.

Hong Seok entrecerró los ojos. Afortunadamente, la espalda de EDawn estaba girada. —¿Qué demonios estás haciendo?

—Está jodidamente lloviendo, —Woo Shin señaló lo obvio. —¿Crees que me voy a poner la ropa mojada de nuevo?

Woo Shin había sido el que patrullaba en forma de lobo. Helmet siseó y saltó del regazo de EDawn. Debe haber olido el lobo de Woo Shin. La espalda del gato se arqueó, mientras seguía silbando y retrocediendo.

Woo Shin lanzó una señal de paz al gato y siguió moviéndose hasta que alcanzó las escaleras y subió. Hong Seok le devolvió la mirada a Abe, que seguía sentado allí, con la boca abierta. Sólo que ahora estaba mirando a EDawn, un intenso rubor coloreando sus mejillas.

—Es un poco... raro, —le explicó a Abe. —Es una especie de chico de la naturaleza.   

—Ya veo—Los ojos de Abe brillaron con interés. —¿Son, uh, los demás chicos que viven aquí, hombres de la naturaleza?

—Olvídalo, —le dijo EDawn, a su amigo. —Todos están tomados.

Abe sonrió mientras EDawn trataba de alzar a Helmet del suelo. El gato de tres patas se disparó a la izquierda y trató de saltar sobre una silla, pero cayó hacia atrás. EDawn lo agarró y se sentó.

Hwan Hee pasó a Hong Seok en la cocina y se dirigió al exterior, para hacerse cargo de la patrulla. Tal vez dejar que Abe pasara la noche no era una buena idea, pero no estaba dispuesto a dejar que el humano regresara a casa. Era tarde, y la tormenta no parecía estar disminuyendo.

Besó el cabello de EDawn. —Los dejaré hablar.

No quería que EDawn pensara que estaba agobiándolo. Con toda honestidad, había bajado para revisar a EDawn. Ahora que vio que su pareja estaba bien y que Hwan Hee estaba afuera para asegurarse de que todo estaba seguro, podía ir a llamar a su padre y ver si Jaehyo había encontrado algo sobre el tío.

Fue hasta la sala de estar y sacó su teléfono celular. Se sentó en el sofá, marcó y esperó a que su padre contestara, mientras miraba más allá de las cortinas, a las ramas que se balanceaban.

Cuando Jaehyo respondió, dijo —¿Encontraste algo?

—Un saludo, sería bueno, antes de llegar directamente al punto. —le dijo Jaehyo.

Se frotó, algunos dedos sobre su frente, mientras soltaba un largo suspiro. —Lo siento, papá. Es sólo, que no me gusta estar en el borde.

—Comprensible, —respondió. —Quiero que traigas a EDawn a La Mansión. Min Hyuk está encantado de que te hayas apareado y no puede esperar para conocer al humano.

Eso lo hizo sonreír. Amaba a sus tres padres, pero Min Hyuk tenía un lugar especial en su corazón. El hombre era pequeño, tímido, y quería protegerlo del mundo, aunque a medida que crecía, Min Hyuk lo regañaba, suavemente, por tales acciones. El hombrecillo tenía dos parejas que lo protegían ferozmente. Sin embargo, no podía evitar ser quién era y siempre sentía la necesidad de proteger a los que eran más pequeños que él.

Por eso se había vuelto demasiado celoso cuando se trataba de Sun. Después de lo que le había ocurrido a Hwan Hee, había decidido mantener a salvo a su hermano menor.

—¿Cómo están todos? —preguntó. Se levantó y empezó a caminar. Comprendió el punto de las bromas de su padre, pero se moría de ganas de saber, lo que su viejo había encontrado.

Jaehyo suspiró. —No hagas que tu preocupación suene tan forzada.

—Lo siento.

—Descubrí un montón de cosas, —dijo Jaehyo. —El tío de tu compañero es un hombre muy malo. ¿Sabe EDawn que tiene una herencia?

Frunció el ceño. —No lo ha mencionado.

—Ha estado recibiendo cheques mensuales, durante los últimos cinco años—dijo Jaehyo.No es que se preocupara por las finanzas de su pareja. Él tenía suficiente dinero para que le duraran diez vidas, pero que no creía que EDawn fuera consciente –ya sea eso o que al humano le gustara vestir con ropa de segunda mano y tomar el transporte público-.

Nuevamente, dudaba de que EDawn estuviera al corriente del dinero. Comenzó a tener sentido el por qué el tío de EDawn estaba tan empeñado en mantenerlo bajo su pulgar.

—Hay algo más, —dijo Jaehyo. —Cuando EDawn cumpla veintiuno, heredará la suma total. Un millón de dólares. —Jaehyo hizo una pausa. —Hong Seok, EDawn tendrá veintiuno en dos días. Tengo la sensación, de que quien está detrás de ustedes dos, tiene la intención de recoger esa herencia.

—¿Estás seguro? —Se dejó caer, de nuevo, en el sofá y se apoyó en los cojines. Esto era irreal. —¿Cómo lo descubriste?

—Tuve a alguien entrando en la casa de EDawn y revisando el lugar. Hay papeles en el dormitorio del tío. Estaban escondidos, en una caja en el fondo de su armario. Creo que no sólo ha recogido los cheques mensuales, sino que ha falsificado la firma de EDawn en las copias de los documentos que encontraron.

Se sintió enfermo. ¿Cómo podría alguien hacerle eso a su propia familia? ¿Cómo planeó Ken Leung conseguir el dinero de EDawn? No había manera de que EDawn pudiera haberse quedado en la oscuridad durante todos estos años, pero de nuevo, si Ken Leung era lo suficientemente ingenioso, podría haber mantenido a EDawn ignorante.

—¿Crees que alguien del bufete de abogados está en esto?

—No puedo ver cómo ha pasado todo este tiempo, sin un hombre en el interior, —dijo Jaehyo. Su voz se hizo más baja y oscura. —Mantén a EDawn vigilado en todo momento, hijo. Voy a cavar más profundo y averiguar qué abogado está detrás de esto.

—Gracias—colgó y se levantó del sofá. Se había dirigido hacia la cocina, cuando Taehyung entró en la sala de estar.

—Tengo algunas noticias sobre Ken Leung, —dijo el alfa.

—Jaehyo ya me informó—dijo. Los dos se quedaron allí y compararon información.

—¿También te dijo, que Ken Leung contrató a un jodido perro del infierno? —preguntó Taehyung.

—No. —hizo crujir su mandíbula. —¿Así que no es un demonio?

Taehyung sacudió la cabeza. —Y ambos sabemos que un perro del infierno no se detiene, hasta que haya terminado el trabajo.

—¿Cómo lo averiguaste? —Los perros del infierno no solían ir alrededor, jactándose de los tratos que habían hecho.

—Tengo mis fuentes. El nombre del perro es Inati, y él es alguien desagradable, con quien tratar.

¿No lo eran todos los perros del infierno? Frunció el ceño, hacia Taehyung. —¿Qué fuente?

 

El hombre se encogió de hombros. —Lo importante es mantener a EDawn a salvo, hasta que derribemos a Inati.

Y EDawn no sabía que algo de esto había estado pasando. Quería arrancar la garganta de alguien. Se dirigió hacia la cocina para revisar a su pareja, sólo para entrar en una habitación vacía.

 

continuara...


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