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97. Pareja del Millón de Dólares (11) por dayanstyle

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EDawn no tenía ni idea, de por qué Abe lo había arrastrado afuera, bajo la lluvia. Tiró de su brazo para liberarse, pero su mejor amigo tenía un férreo control sobre él. —Abe, ¿qué estás haciendo? ¡Para!

—No tienes sentido común, —espetó Abe—. Te dije que te mantuvieras alejado de esos extraños y ¿qué haces? Vas a su maldita casa.

Este no se parecía a Abe. Su amigo protestaría y lanzaría un ataque, pero nunca lo arrastraría llevándolo lejos. Especialmente bajo la lluvia.

Abe lo empujó, contra el Buick marrón de su padre. —Sube al auto, EDawn.

La lluvia le había empapado la ropa, dejándolo allí parando temblando. El suelo bajo sus pies estaba lleno de lodo, y parecía que el lago se había hinchado, moviéndose lentamente sobre la orilla y hacia el patio trasero.

Se apartó el pelo húmedo de la cara. Abe estaba igual de empapado, pero no pareció darse cuenta, por la forma en que se quedó allí, mirándolo. —No voy a ir a ningún lado cuando estas actuando como un loco. —le dijo.

La mirada salvaje en los ojos de Abe, lo asustó. Trató de empujar al hombre lejos de él, pero la mandíbula de Abe se flexionó, mientras lo tomaba con la otra mano, encerrándolo contra el auto. —Entra.

—¿Qué te pasa? —se quedó allí congelado, demasiado aterrorizado de su mejor amigo, como para moverse. —¿Por qué estás haciendo esto?  

—Porque diez de los grandes son demasiado como para dejarlos pasar. —Abe abrió la puerta del pasajero y lo empujó hacia ella.

—No entiendo.

—Nunca lo haces, —espetó Abe. —Y siento que se haya reducido a esto, pero mi papá ha acumulado una fuerte deuda de juego, y si no paga, lo van a matar.

—¿Qué? —frunció el ceño. —¿Quién va a matar a tu padre?

—¡Sólo entra en el maldito auto!

Se deslizó sobre el barro. Desparramándose en el suelo. Alzando las manos, trató de sacudirse el barro de sus dedos. Abe lo agarró debajo de su brazo y lo puso en pie.

—¿Quién te pagó? —le preguntó. ¿Quiénes tenían ese dinero y por qué le estaban pagando a Abe? ¿Secuestrarlo? ¿Por qué? Nada de eso tenía sentido para él. El Abe que conocía, con él que había ido a la escuela, y lo había apoyado desde que vivía con su tío, no haría algo como esto, no por todo el dinero en el mundo.

Abe metió la mano en el auto, abrió la guantera y se enderezó. Sus ojos se ensancharon y dio un paso atrás cuando vio un arma en la mano de su mejor amigo.

—Sube al auto, EDawn. Por favor, no hagas que te dispare.

EDawn retrocedió mientras sostenía su palma hacia arriba. Tenía los ojos muy abiertos y la mandíbula floja, mientras parpadeaba. Esto... esto no puede ser real. ¿Su mejor amigo lo había traicionado por dinero? No pudo asimilar ese hecho. No, tenía que haber algún error. Tenía que haberlo.

 

Te está apuntando con una pistola. Despierta. Esto no es un error. Es real, y necesitas pensar en una manera, de alejarte de él.

Hong Seok gritó su nombre. Miró por encima del hombro, para ver no sólo a su pareja en el porche trasero, sino también a Taehyung. Hwan Hee estaba parado dos autos más allá, con una mirada asesina en sus ojos oscuros.

—¿Qué demonios está pasando? —Hong Seok apretó su mandíbula, sus fosas nasales se abrieron, y sus ojos tenían un brillo rojo. Sus labios apretados en una línea, mientras daba un paso hacia ellos.

Abe apuntó el arma hacia el cielo y disparó. EDawn se agachó, pero Abe lo agarró, antes de que pudiera largarse. —Acércate y pondré una bala en EDawn.

—¡Bastardo! —Le gritó. —Pensé que éramos los mejores amigos.

Durante un breve segundo, los ojos de Abe se suavizaron, antes de volverse fríos.

—Éramos, pero si es entre tú y mi padre... lo siento, EDawn. Me prometieron suficiente dinero, para limpiar la deuda de mi papá si te traía de regreso a casa. Ken Leung te golpeará un poco, pero vivirás. Eso son diez mil. ¿De qué otra manera, voy a conseguir esa cantidad de dinero?

—¿Me golpeara un poco? —dejó caer su mandíbula. —¿Cómo puedes ser tan frío?

—Piensa en ello—dijo, mientras se Hong Seok dio unos pasos acercándose, con las manos levantadas en señal de rendición. —¿Quién paga esa cantidad de dinero, sólo para recuperar a su sobrino?

Abe apuntó con la pistola a Hong Seok. Su corazón se detuvo. Si Abe disparaba contra  Hong Seok, ¿el vampiro moriría? Odiaba el no saberlo, y no había manera de que dejara que Hong Seok muriera debido a que su ex-mejor amigo había resultado ser un traidor hambriento de dinero.

—¿Toda tu preocupación fue falsa? —Ese pensamiento hizo que su corazón doliera. Había confiado en Abe, le había contado todo al hombre sobre sí mismo, y había pensado que nada se interpondría entre ellos.

—Me pagaron, para mantener un ojo en ti—admitió Abe. —No estoy seguro de por qué tu tío está tan obsesionado contigo. Un poco espeluznante si me preguntas, pero no podía dejar pasar el dinero. Además, no fue él quien me pagó.

—Entonces, ¿quién? —preguntó.

Abe se encogió de hombros. —No tengo ni idea, pero dejó un sobre con la mitad del dinero, para asegurarse de que te quedabas con Ken Leung y no te largabas.

Por eso Abe se asustó, cuando no pudo encontrarlo, por eso se reunió con EDawn en la plaza y luego caminó a casa con él, por qué hizo que EDawn le prometiera no ir a ninguna parte con Kyung Il. También, fue por eso que insistió en venir todo el camino aquí sólo para comprobarlo. Abe no se había preocupado. Abe lo había estado vigilando.

—Déjalo ir—dijo Hong Seok, con un gruñido bajo y temible. —Esta es mi única advertencia.

Abe lanzó una sonrisa maligna, mientras agitaba el arma hacia Hong Seok. —No creo que estés en condiciones, de dar órdenes.

 

Taehyung cambió, cuando Hwan Hee cerró la distancia. Los ojos de Abe se abrieron. EDawn utilizó la distracción para apartar al hombre y huir. Hong Seok se movió tan rápido que EDawn no le había visto mover un músculo, pero estaba a su lado en un abrir y cerrar de ojos.

Abe comenzó a disparar el arma. Hong Seok agarró a EDawn por la cintura y corrió con él hacia la puerta del patio. Dos llamaradas de dolor perforaban la espalda de EDawn. Este gritó mientras Hong Seok se detenía en la cocina.

—Lo tengo—dijo Woo Shin, mientras corría a la cocina. —Ve a buscar a su mejor amigo. EDawn se desplomó en el suelo, cuando Hong Seok lo dejó ir.

—Joder—Hong Seok se arrodilló y examinó la espalda de EDawn. Le dolía tanto que las lágrimas corrían por el rostro de EDawn. —Le ha disparado.

Taehyung entró por la puerta de atrás, su mano enroscada alrededor del brazo de Abe.

Tenía el arma en la otra mano. —¿Le disparo?

—¡Consigue al doctor! —Hong Seok giró a EDawn sobre su espalda. De la mirada en los ojos de su pareja, no era bueno. —Mierda, EDawn. Mierda.

EDawn se quedó sin aliento, por el dolor. Empezó a temblar, como si dentro de la habitación fuese invierno. La habitación se enfrió más, cuando Hong Seok levantó la cabeza de EDawn y la apoyó contra sus muslos del hombre.

EDawn parpadeó, tratando de mantener los ojos abiertos. Estaba cansado, tan cansado y dolorido. Solo necesitaba cerrar los ojos por un segundo.

 Oyó a Hong Seok gritando su nombre, pero sonaba muy lejos. El corazón de EDawn latió una y dos veces, y luego el aire salió de sus pulmones.

—¡No! ¡No!—Hong Seok se sentía como si se hubiera deshecho. EDawn no estaba respirando. Su corazón no latía. —¡Trae a mi padre aquí, ahora!

Cuando Taehyung hizo la llamada, Hong Seok se puso de pie y atacó a Abe. No le importaba la razón de la traición, pero Abe había matado a EDawn, y él iba a exigir su venganza.

Woo Shin y Hwan Hee lo apartaron de Abe, tirando de él hacia atrás. —No se merece una muerte rápida. —Hwan Hee le gritó, pero no estaba escuchando. Todo lo que podía ver, era EDawn tendido en un charco de sangre, lo que sólo servía para alimentar su rabia.

—Necesitamos interrogarlo—argumentó Woo Shin. —Entonces puede pasar el resto de su miserable vida en el inframundo. Ve con EDawn. —El cambiaformas lobo lo alejó de Abe, mientras Hong Seok luchaba por liberarse. —¡Ve con EDawn! —gritó de nuevo Woo Shin.

Se liberó del agarre y saltó sobre el humano. Hundió sus colmillos profundamente, listo para drenar al traidor, cuando lo tiraron hacia atrás.

Jaehyo se quedó allí, con los ojos de un rojo brillante, mientras miraba a Abe.

—Sufrirás por lo que has hecho—le dijo a Abe.

 

Luchó para llegar al humano, pero Him Chan apareció, agarró Abe, y luego se fue. Echó la cabeza hacia atrás y dejó escapar un grito que helaba la sangre.

Jaehyo lo agarró por su camisa y lo obligó a mirarlo. —Ayúdame a salvar a EDawn. Hong Seok miró al suelo. Su pareja se había puesto pálido. Parecía tan sin vida, tendido allí.—Yo-yo no puedo hacerlo.

—Ponlo sobre la mesa—ordenó Jaehyo. — Voy a comenzar la transformación, pero EDawn necesitará un esfuerzo combinado si queremos salvarlo.

En ese momento, Tao volvió con Sun y Ki Ho. Los ojos de Sun se agrandaron mientras su pareja maldijo.

Hong Seok levantó suavemente a su pareja. La cabeza de EDawn se inclinó hacia un lado. Un sollozo soltó la garganta de Hong Seok, mientras ponía a EDawn abajo. Pasó la mano por el cabello de su pareja, le besó la sien, y luego hizo lo más difícil que había tenido que hacer.

Retrocedió.

Con una garra extendida su padre cortó a EDawn sobre su corazón. Hong Seok sabía lo que se necesitaba hacer, pero todavía sentía que la rabia lo consumía por ver a EDawn ser abierto así. Jaehyo era el vampiro original, el vampiro más poderoso que conocía. Su padre separó de la herida en el pecho de EDawn y luego mordió su propia muñeca.

Él sujetó su mano sobre la herida, y la sangre goteó en el cuerpo de EDawn.

—Ven aquí. —dijo su padre.

Se unió a Jaehyo, abrió la vena en su muñeca y permitió que su sangre fluyera hacia  su pareja. Sun y Hwan Hee se unieron a ellos. Tao brilló en la habitación, una vez más. Traía a J.Jun con él, y este, también, abrió una vena para EDawn, mientras Tao brillaba fuera de la habitación.

Si sus esfuerzos combinados no funcionaban, nada lo haría. Hong Seok lamió su herida cerrándola, al igual que su familia. Se quedó allí, conteniendo el aliento, y esperó.

Sentía como si mil años hubiesen pasado, sin embargo, EDawn seguía allí, muerto, con el pecho abierto, la piel pálida. Sun se movió al lado de Hong Seok, colocando una mano en su brazo. —Lo hará.

Con la sangre de cinco vampiros dentro de él, EDawn ya debería haber despertado. Sus ojos permanecían cerrados.

Se acercó a su pareja, pero su padre lo detuvo. —Dale tiempo.

—¿Cuánto tiempo debería tardar? —argumentó Hong Seok. —Debería estar despierto, para ahora.

—El proceso es diferente para todo el mundo—dijo Jaehyo. —Murió, Hong Seok. Dale a su cuerpo tiempo para...

La herida en el pecho de su pareja se cerró, y luego los ojos de EDawn se abrieron de golpe. Hong Seok tomó una profunda respiración, mientras EDawn se agachaba, escudriñando a todos en la habitación. Sus ojos eran de un rojo brillante, no del azul eléctrico del que Hong Seok se había enamorado. Su pareja le enseñó los nuevos colmillos a todo el mundo.

—Tendrá que alimentarse—dijo Jaehyo. —Y no creo que necesites una audiencia, para eso.

 

—¿Qué significa ? —preguntó Woo Shin.

 

—Significa, que las cosas están a punto de llegar a ser muy... íntimas—dijo Hwan Hee, mientras le guiñaba un ojo a Woo Shin. —A menos que quieras ver a estos dos...

—Fuera—Jaehyo espantó a todos, de la habitación.

Aún en cuclillas sobre la mesa los ojos de EDawn se clavaron en Hong Seok. Su pareja había sido precioso antes, pero... maldita sea. Su piel era de porcelana, su cabello era más brillante, más sedoso, y su olor casi lo condujo a la locura.

—¿EDawn?—levantó las manos las palmas hacia fuera, mientras se acercaba a la mesa.

—¿Me puedes entender, amor?

EDawn olisqueó el aire. Sus colmillos brillaban bajo la iluminación fluorescente. Su pecho se levantó y cayó en rápidos jadeos, mientras inclinaba la cabeza hacia un lado.

Manteniendo la mano extendida, dejó que sus garras se deslizaran libres. Utilizó la punta de una, para hacer un pequeño corte en su cuello. —Ven, amor. Aliméntate de tu pareja.

EDawn saltó de la mesa, con una velocidad inhumana. Hong Seok cayó al suelo pero utilizó la palma de su mano, para apartar la barbilla de EDawn. —No me arrancarás la garganta, EDawn.

EDawn gruñó.

En lugar de permitir que su pareja se alimentara de su cuello, se mordió su muñeca abriéndola. Tendría un mejor control sobre EDawn de esa manera. Su pareja se enganchó a su muñeca y empezó a beber. La polla de Hong Seok se puso instantáneamente dura.  

Girando, atrapó a EDawn debajo de él. Su pareja bebía, mientras le rasgaba su ropa, arrancando el material de ambos cuerpos. Con una sola mano no fue fácil, pero los tenía desnudos en menos de un minuto. Escupió en su mano, mojó su pene, y luego se movió hasta que estaba metido entre las piernas de EDawn.

Con un gruñido salvaje, lo penetró profundamente, moviéndose hasta que tuvo las bolas profundamente dentro de su pareja. EDawn gruñó, mientras bebía, moviéndose al ritmo de Hong Seok.

—Suficiente—le pellizcó la nariz de EDawn, cortando su aire, obligando a su pareja a tomar un respiro. Lamiendo la herida y cerrándola, atrapó las manos de EDawn por encima de su cabeza. Su pareja corcoveó, gritó y se retorció bajo Hong Seok mientras reclamaba su pareja una vez más.

Sintió que el vínculo se profundizaba entre ellos, mientras golpeaba sus caderas, conduciendo su polla en el culo de EDawn. —Nunca me dejes de nuevo —exclamó. —Eres mío. Te estoy diciendo, que no se te permite morir.

Sabía que no era culpa de EDawn, pero todavía sentía el miedo, el horror de perder a su pareja. Lo mantuvo en su agarre y lo sacudió, mientras pistoneaba en EDawn.

—Oh Dios—gimió EDawn, mientras sacudía la cabeza de un lado al otro. —Se siente... las sensaciones...

—Es mucho mejor como vampiro, ¿eh? —sonrió. —Bienvenido a mi mundo, amor.

 

Y aunque EDawn ya había sido parte de su mundo, ahora estaba inmerso en él, una verdadera parte de él. Su pareja arqueó su espalda y gritó el nombre de Hong Seok, mientras su polla entraba en erupción, semen salpicando su pecho. El olor lo condujo por el borde. Doblándose, hundió sus colmillos en EDawn, con cuidado de tomar sólo una gota. Su pareja estaba recién convertido y necesita la sangre que había tomado de Hong Seok.

Retirando sus colmillos y sellando la herida, se puso rígido y luego gritó cuando su clímax lo atrajo.

Jadeó, mientras presionaba su frente contra la de su pareja, agradecido más allá de las palabras, de que no había perdido a EDawn. —Te llevaré arriba para que podamos empezar la segunda ronda.

 

EDawn sonrió, sus colmillos brillaban mientras asentía. Todavía no parecía tener un control completo de sí mismo, pero ¿qué vampiro recién convertido lo hacía? No es que muchos vampiros fueran hechos, pero aun así, sabía que tendría que enseñarle a EDawn moderación, y por la mirada en los ojos de su pareja, eso tomaría un tiempo.

 

 

—Tengo el nombre del abogado—dijo Jaehyo. —Voy tras él. Quédate aquí y vigila las cosas. Ese perro del Infierno, aún está por ahí, en alguna parte.

J.Jun asintió. —Me aseguraré, de que Hong Seok y EDawn, estén a salvo.        

Jaehyo odiaba marcharse. Quería mantener un ojo en las cosas, pero necesitaba arreglar el asunto con el abogado. Después de que hizo una rápida llamada telefónica, Tao brilló en la habitación. No era su modo de transporte favorito, pero la rabia lo consumía demasiado y no iba a conducir todo el camino, hasta Sugar Creek.

El elfo lo apareció en la casa del abogado. —Puedo continuar desde aquí.

—¿Estás seguro? —preguntó Tao. —No me importaría volver. Luhan está de mal humor, y oírlo, me está dando dolor de cabeza.

Ni siquiera quería saber. —Estaré bien. Gracias, Tao. El elfo asintió, antes de brillar.

Sacó su teléfono móvil y llamó. Puesto que el abogado era humano, No podía entrar en su casa, sin ser invitado, y dudaba que el humano lo dejara entrar sin más.

—Estoy aquí.

—En camino—dijo Ji An. El vigilante diurno bajó por la entrada con una sonrisa en su rostro. —Pensé que era mejor, si esperaba en mi auto, por ti.

Y ésa era una de las razones, por las que conservó al cambiaformas lobo, cerca.

—Tráemelo.

Ji An  asintió. —Un ser humano, viniendo en camino.

 

Moviéndose hacia el fondo de la casa, Ji An entró. Oyó un grito, algo se rompió, y luego Ji An salió por la puerta trasera arrastrando al humano detrás de él. Tiró al abogado al suelo.

Jaehyo se puso en cuclillas, delante de Donnie Yen. —Has sido un niño muy travieso, Donnie.

—¿Quién demonios eres tú? —preguntó Donnie, mientras trataba de levantarse. Le dio una bofetada y luego envolvió su mano alrededor de la garganta del hombre.

—¿Quién soy? —le preguntó. —Soy el suegro del hombre por el que contrataste a un perro del infierno para matarlo.

Los ojos del hombre, se ensancharon. —Sólo eran negocios.

Levantando al hombre del suelo y colgándolo en el aire, sonrió. —Qué casualidad. Igual que esto.

Arrancó la garganta de Donnie.

Echando el cuerpo a un lado, se giró hacia Ji An. —Una parada más.

—¿El tío? —preguntó Ji An mientras los dos caminaban por la entrada.

—Sí, pero tráemelo vivo. Merece una celda, junto al amigo traidor de EDawn. Ji An rió entre dientes. —Eres tan condenadamente malo.

Se detuvo. Se giró hacia Ji An. —Sólo cuando alguien jode con mi familia. Tráeme a Ken Leung, para que le enseñe por qué joder con su sobrino no valía la pena el precio que va a tener que pagar.

Con un movimiento de cabeza, Ji An entró en su auto y se fue.

Jaehyo se frotó la frente. Sus hijos estaban apareados ahora, pero tenía la sensación, de que no significaba que las cosas irían viento en popa, de aquí en adelante.

Nunca lo hacían.

 

continuara...


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