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102. Kidoh (05) por dayanstyle

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- ¿Dónde demonios estás?

Kidoh sonrió mientras dejaba a un lado los papeles que había estado leyendo. - Cálmate, gatito. Estoy a un tiro de piedra.

- No estás en ninguna parte de la casa - despotricó Yano- ¿Cómo vas a protegerme si no estás aquí?

En verdad, Kidoh había esperado que Yano intentara huir. El hombre había actuado de esa manera antes, y sólo porque habían sellado su vínculo no significaba que Yano se quedaría. Para estar seguro, le había pedido a Nakta, que había estado en el salón con sus compañeros, que vigilara las salidas. Como Kidoh no le había dado su número a Yano, sólo podía asumir que lo hizo Nakta.

- Mira por la ventana de la habitación - dijo Kidoh. Estaba en el taller, en la oficina de Dong Wan, ocupándose de algunos papeles. Todo el mundo estaba en estado de alerta, y Kidoh había conectado su dormitorio con una cámara, mientras Yano dormía. Había estado observando a su compañero dormir mientras trabajaba.

- No te veo.

Kidoh utilizó la puerta trasera de la oficina y salió. Vio a Yano de pie junto a la ventana de su dormitorio. El hombre no llevaba camisa, y la polla de Kidoh se estremeció mientras miraba el pecho desnudo de su compañero. - ¿Me ves ahora?

Yano entrecerró los ojos. - No puedes hacer eso.

- ¿Hacer qué?

- Dejarme despertar solo.

El hombre sonaba genuinamente alterado. Kidoh sonrió, cerró la puerta de la oficina detrás de él, y se dirigió hacia el interior de la casa. Yano ya estaba en la cocina cuando llegó allí. - No fui muy lejos.

Las cejas de Kidoh se dispararon cuando Yano le dio un puñetazo en el brazo. No le había dolido, pero el acto de agresión le tomó por sorpresa. - ¿Por qué fue eso?

- Por dejarme despertar solo.

- ¿Necesitas una palabra segura, Kidoh? - preguntó Nakta mientras entraba en la cocina y ponía su taza en el fregadero. El hombre tenía una enorme sonrisa en el rostro, como si disfrutara de la ira de Yano- El pequeño volcán es un luchador.

- No necesito una maldita palabra segura - dijo Kidoh entre dientes- ¿No escucho a uno de tus compañeros llamándote?

- Mantequilla de cacahuete - indicó Nakta- Una palabra de seguridad grande y divertida.

- Vete - gruñó Kidoh- Ni siquiera me gusta la mantequilla de cacahuete.

Nakta rió. - No te enfades conmigo porque Yano te esté pateando el culo.

- ¿Cómo A-Tom pateó el tuyo?

Nakta lo refutó. - Me arañó. Hay una gran diferencia.

- ¿Cómo es que tiene dos compañeros? - preguntó Yano mientras observaba a Nakta salir de la cocina- Nunca había oído nada acerca de eso.

- Yo si lo he oído - dijo Kidoh pensando en el alfa de Dalton Falls. Taehyung y Jimin eran gemelos, y compartían un compañero llamado Ho seok. Él sabía que los gemelos no tenían relaciones sexuales entre sí, y el resto de la dinámica de su relación no era incumbencia de Kidoh- ¿Por qué? ¿Estás celoso?

Yano arrugó la nariz. - Difícilmente. Apenas puedo hacer malabares con un tipo a la vez.

Kidoh soltó un gruñido mientras abrazaba a Yano. - El único hombre con el que estás haciendo malabares a partir de ahora soy yo.

- ¿Ahora quién es el celoso? - Yano se apartó- ¿Ha  llegado el coche de Kang Hyun a cualquier lugar cerca de la casa de nuevo?

- No. - Pero Kidoh había notado que el hombre visitaba algunos lugares peculiares. No podía entender por qué la hiena iría a una residencia de ancianos, una tienda de niños, o al parque Lee Road.

¿Qué estaba haciendo Kang Hyun?

- Bueno, entonces puedo salir un rato de la casa.

- No, infiernos. - Esas dos palabras volaron de la boca de Kidoh antes de que pudiera censurarlas- Quiero decir que todavía no es seguro.

- Entonces ven conmigo - dijo Yano- No estoy acostumbrado a estar atrapado en casa todo el día. Creo que me está saliendo una erupción.

Kidoh levantó una ceja. - ¿Y dónde está esa erupción?

- Eso no es importante - dijo Yano con tono chillón. El hombre estaba, obviamente, mintiendo a través de sus dientes rectos y blancos- Sólo tengo que salir por un tiempo.

- No puedo arriesgarme con tu seguridad.

- Sólo estaba tratando de ser educado al preguntar - dijo Yano, con los ojos entrecerrados- No pienses que no puedo salir de aquí si quisiera.

Definitivamente había un desafío en los increíbles ojos verdes del hombre. Se dio la vuelta y se dirigió hacia arriba. Kidoh le  siguió. Eso era cierto. Si Yano realmente quería salir, todo lo que tenía que hacer era abrir una ventana y cambiar a su forma de gato. Kidoh tenía que clavar todas las ventanas de la casa o dar a Yano una tarde fuera.

O podría atar al hombre a una silla.

- Tienes que ser razonable - sostuvo Kidoh cuando él y Yano entraron en el dormitorio de Kidoh.

- ¿Razonable? - Yano le fulminó con la mirada- Me mantuvieron como rehén durante dos semanas, y ahora he estado aquí encerrado dos días. Quiero sentir el sol en mi cara. Quiero sentirme normal de nuevo. ¿Qué hay de malo en salir un poco? Cenar. Eso es todo lo que pido.

- ¿Y si nos encontramos con un grupo de hombres de Kang Hyun?

- Pensé que no les tenías miedo.

- Tener miedo y ponerme en una situación peligrosa sin necesidad son dos cosas diferentes, Yano. He arriesgado mi vida para sacarte de allí. No voy a arriesgarla de nuevo por una cena.

Yano cambió, siseo a Kidoh, y luego corrió debajo de la cama. Kidoh se gruñó a sí mismo antes de caer sobre sus manos y rodillas. Miró debajo de la cama para ver a Yano exactamente en el medio. - No vas a marcharte, Yano, y eso es definitivo.

Kidoh frunció el ceño cuando Yano se acercó más, manteniendo su vientre en el suelo hasta que su cara estaba cerca de la de Kidoh. El gato emitió un ronroneo bajo y vibrante mientras frotaba un lado de su cara contra la de Kidoh.

- No va a funcionar - dijo Kidoh, pero su voz no era tan firme como él había querido que fuera- No me vas a convencer de ir frotándote contra mí.

Yano debe haber oído el titubeo en el tono de Kidoh. Su ronroneo se hizo más fuerte mientras le lamía la mandíbula. Maldita sea. Kidoh se derretía bajo el asalto peludo de Yano. El gato seguía frotando su cuerpo sobre el pecho, los brazos y el cuello de Kidoh, rompiendo su determinación de no dejar que Yano saliera de la casa.

- Una cena, y luego es hora de volver a casa.

Yano cambió y echó los brazos alrededor de los hombros deKidoh, besándolo por toda la cara. - ¡Gracias!

Kidoh sabía que era un error. Había demasiadas cosas que podrían salir mal. Pero maldita sea, ¿cómo podría decirle a Yano que no cuando el tipo estaba tan feliz... y desnudo... y besándolo por toda la cara?

Mierda. Kidoh estaba perdido.

 

* * * *

Tan pronto como entraron en el restaurante, Yano hizo una línea recta hacia el cuarto de baño. Por supuesto, Kidoh tuvo que comprobarlo y había tratado de permanecer allí con Yano, pero después de que Yano le había lanzado un ataque, Kidoh se había ido.

 

Yano paseaba por el cuarto de baño. Tenía unos preciosos minutos antes de que Kidoh irrumpiera allí y le comprobara. ¿Dónde diablos estaba Arnie? Yano había llamado al hombre después de pedirle prestado el móvil a Nakta. Una vez que había colgado con Arnie, Yano se había movido a través de los contactos para encontrar el número de Kidoh y había masticado al chico por dejarlo.

Eso no había sido una actuación. Yano había entrado en pánico cuando se había despertado para encontrar a Kidoh desaparecido.

La puerta del baño se abrió, y Yano sintió un profundo latido en su pecho cuando Arnie entró. Yano casi atacó al tipo.

- ¿Qué te llevó tanto tiempo? Mi compañero está ahí fuera, y va a matarte si te pilla aquí conmigo.

- Es un baño público - dijo Arnie, que parecía imperturbable ante el pánico de Yano. Sacó una pequeña bolsa de cuero negro y se la entregó a Yano- Estoy poniendo esto en tu cuenta.

Yano agarró la bolsa y la empujó hacia abajo por los pantalones cortos. - Sabes que soy buen pagador.

Arnie no era un hombre pequeño, y no era conocido por su amabilidad. - Si no supiera que eres buen pagador no estaría dándote esta mierda. Incluso le hice sólido y lo volví líquido para ti. Nos vemos el viernes para el pago.

Eso le daba a Yano cinco días para pagar. - Está bien, pero tienes que irte ahora.

Arnie no se veía muy feliz sobre ser mangoneado. Dio una mirada fulminante a Yano antes de despegar. Yano presionó las manos contra el fregadero y trató de calmar sus nervios. Le dolía el cuerpo, y parecía que un agujero ardía en sus entrañas. La saliva se reunió en su boca mientras se miraba a sí mismo en el espejo, un hombre avergonzado le devolvía la mirada.

Había sido un consumidor de drogas ligeras antes de que Kang Hyun hubiera empezado a bombear esa mierda en sus venas. Recreativo, sobre todo en los clubes. Ahora sentía como si su piel estuviera tratando de arrastrarse fuera de su cuerpo. Después de las potentes drogas con que Kang Hyun le había alimentado, Yano ahora necesitaba más. Había tratado de negar el deseo después de despertarse para encontrarse en la casa de Kidoh. Había logrado empujar a un lado la necesidad un tiempo, pero estaba empezando a ser demasiado.

Había oído que Kang Hyun lo llamaba Paradise, y cuando Yano llamó a Arnie y le preguntó si tenía esa droga, el hombre le había dado un silbido y dijo que tenía algo. La mierda valía mil dólares por un gramo de líquido. Cuando Yano decidía hacer la cosa más tonta de su vida, iba todo el camino.

- El Paradise es una mierda bastante potente - le había advertido Arnie por teléfono cuando Yano había llamado- ¿Estás seguro de que es lo que quieres?

 

Yano había dicho que sí y le dijo a Arnie, donde debía reunirse con él.

- ¿Hey, todo bien? - preguntó Kidoh cuando asomó la cabeza al cuarto de baño.

Yano abrió el grifo y metió las manos temblorosas bajo el flujo de agua. - Sí, estaré en un momento.

Una punzada de culpa le golpeó cuando le mintió a su compañero. Yano no estaba bien, pero no tenía la fuerza para decirle a Kidoh lo que realmente estaba pasando. Si confesaba, su compañero le quitaría la pequeña bolsa. Yano no iba a permitir que eso ocurriera.

- Te esperaré en la mesa.

Asintiendo, Yano cerró el agua y se secó las manos.

La cena fue una serie de aperitivos, unos bocados rápidos que  a Yano no le sabían a nada, y cinco vasos de agua. Tenía la boca tan seca que su lengua comenzó a pegarse al paladar. Le dolía el estómago también. Se retorcía en nudos apretados, haciéndole casi imposible respirar.

- ¿Seguro que estás bien? - La preocupación llenó los ojos color avellana de Kidoh cuando Yano comenzó a beber su sexto vaso de agua. ¿Por qué mierda no desaparecía la sequedad? Ahora que su boca estaba húmeda, se había vuelto pastosa.

- Estoy listo para irnos. - Yano utilizo la servilleta para limpiar su boca.

- Pero apenas has tocado tu comida. - Kidoh señaló al pollo que tenía sólo dos bocados, el puré de patatas que Yano había movido alrededor del plato, y las verduras que habían sido ignoradas completamente.

No hagas esto. Puedes luchar contra esto. Sólo dile a Kidoh lo que está mal. Él te ayudará. Pero Yano no dijo una palabra y se sintió aliviado cuando Kidoh finalmente pidió la cuenta. En el momento en que salieron del restaurante, Yano estaba sudando.

Kidoh presiono la parte posterior de sus nudillos sobre la piel enrojecida de Yano. - ¿Qué pasa, gatito?

- Creo que necesito más descanso - mintió Yano- Tal vez no estoy tan recuperado como pensaba que estaba.

¿No era eso la verdad? Yano estaba en tan mal estado de su tiempo con Kang Hyun que no sabía en qué camino había terminado. Las drogas pesadas nunca habían sido lo suyo, sin embargo, tenía una bolsa negra en sus pantalones cortos. Eso sólo le dijo a Yano lo bajo que había caído.

El viaje de regreso a la casa se sentía como si hubieran pasado eones. Se agarró de la cintura de Kidoh cuando su compañero condujo la motocicleta por la ciudad. Durante todo el viaje Yano siguió tratando de convencerse a sí mismo de hablarle a Kidoh acerca de la droga, pero todavía no tenía la fuerza de voluntad para hacerlo.

Su cuerpo ansiaba demasiado el Paradise.

Cuando llegaron a la casa, Yano se obligó a no correr escaleras arriba. Se quedó allí y habló con Sung Hak y Hoojoon durante unos buenos cinco minutos, pero cuanto más tiempo permanecía allí, peor era su dolor de estómago.

- Necesito una ducha - dijo y se alejó en dirección a la escalera. Subió los escalones de uno en uno, lento y constante, y luego entró en la habitación, cerrando la puerta detrás de él.

Yano echó un vistazo a la puerta del baño y trató por última vez de convencerse de no hacer esto. Sabía que, si iba por ese camino oscuro, había una buena posibilidad de que nunca regresara.

* * * *

Algo no estaba bien. Yano había estado actuando de manera extraña durante toda la noche. Kidoh lo atribuyó a los nervios. Tal vez después de salir de la casa, Yano se había dado cuenta de lo peligrosas que eran las cosas. Eso tenía que explicar su estado fuera de sí en el restaurante, su nerviosismo en el baño, y su tranquilidad en el viaje a casa.

Pero algo le dijo a Kidoh que había más que eso. Miró las escaleras, y su instinto le dijo que fuera a ver a su compañero.

 

- ¿Me estás escuchando? - preguntó Sung Hak.

- Ahora vuelvo. - Kidoh se dirigió a las escaleras. Cuando entró en su habitación, oyó la ducha abierta. Toda la situación con Kang Hyun tenía a Kidoh en el borde. Tal vez estaba mirando demasiado profundamente algo que era tan simple como que Yano estaba cansado. Había dicho que no se había recuperado totalmente.

Lo que le recordó a Kidoh que llamara al médico. El doctor todavía no se había puesto en contacto con él.

Cuando Kidoh escuchó un golpe en el baño, corrió a través de la habitación y abrió la puerta. Yano estaba en el suelo, una aguja sobresaliendo de su brazo mientras convulsionaba alrededor.

- ¡Que alguien me ayude! - Tiró de la aguja del brazo de Yano y envolvió al hombre en sus brazos. Yano siguió retorciéndose. Kidoh no sabía qué hacer. Nunca había tratado con este tipo de mierda antes.

Dong Wan y Sung Hak irrumpieron en el cuarto de baño. - ¿Qué pasó? - preguntó Dong Wan.

- Creo que una sobredosis. - Kidoh señalo con la cabeza hacia la aguja al lado del inodoro.

Sung Hak maldijo cuando Dong Wan sacó su móvil del bolsillo y marcó. Kidoh descartó al hombre mientras mecía a Yano en sus brazos.

- ¿Por qué, gatito? ¿Por qué hiciste algo así? ¿Por qué no me dijiste lo que estaba pasando?

 

Las lágrimas brotaron de los ojos de Kidoh cuando Yano se quedó rígido en sus brazos. - ¡Creo que está convulsionando!

- Ponlo en el suelo- instruyó Sung Hak- Ponle la billetera en la boca para que no se muerda la lengua.

Kidoh sacó la billetera y la metió en la boca de Yano segundos antes de que la boca del hombre se cerrara. Kidoh dio un puñetazo, una grieta apareció bajo la tapa del inodoro. Se sentía tan malditamente impotente y estaba aterrorizado de que su compañero iba a morir allí mismo, en el suelo del baño.

Tao brilló con el doctor Jaejoong. El médico agarró inmediatamente la mano de Yano y entonces brilló de nuevo. Dado que Kidoh había estado tocando a su compañero, brilló junto con ellos.

- Lo siento - dijo Kidoh mientras aparecían en una habitación que era exactamente como una sala de examen de un hospital. - Sé que el compañero de Tao y el tuyo están molestos sobre nosotros llamándoos, pero esto era una emergencia.

- Mi compañero conoce los riesgos de mi trabajo- dijo el médico- ¿Sabes lo que tomó?

- No. - Kidoh fue al final de la mesa de examen, masticando sin piedad la uña del pulgar- El doctor Harper vino y le sacó un poco de sangre. Ya debe tener los resultados.

 

El doctor Harper era un médico Shifter establecido en Sugar Creek. Kidoh conocía al hombre, le había atendido en más de una ocasión. Estaba siempre ocupado, era difícil ponerse en contacto con él, y muchas veces, la mayoría de los no humanos se arriesgaba con el hospital humano en lugar de esperar a que el doctor Harper apareciera.

A menos que tuvieras dinero. El dinero hablaba, y el médico no era diferente de cualquier otra persona. Veía a los ricos en primer lugar, a la gente común cuando tenía tiempo. El tipo no habría llegado a Kidoh a tiempo, incluso si él lo dejaba todo y corría hacia allí.

 

- Llama al doctor Harper y dile que necesito esos resultados - dijo  el   doctor  Jaejoong mientras  empujaba  un  tubo por la garganta de Yano.

- ¿Qué estás haciendo?

- Necesito introducirle carbón para absorber lo que sea que tomó. - El médico miró por encima del hombro a Kidoh- Haz esa llamada. Voy a estar en mejores condiciones para ayudarlo una vez que sepa con lo que estoy tratando.

Las manos Kidoh temblaron mientras trataba de desplazarse a través de sus contactos. Gruñó con frustración hasta que finalmente encontró el número del médico. Cuando el doctor contestó, Kidoh estuvo malditamente cerca de gritar la pregunta en el teléfono.

- Es una droga llamada Paradise. Déjame hablar con el doctor Jaejoong.

Kidoh entregó el teléfono al doctor Jaejoong. Mientras hablaban, Kidoh se trasladó hasta el final de la cama de Yano. No quería estar en el camino del doctor, pero tenía que tocar a Yano. Tenía que dejar que su compañero supiera que estaba allí para él.

Kidoh repitió la cita de la cena una y otra vez en su cabeza. Tenía que ser ahí donde Yano consiguió la droga, pero ¿cómo? Más importante aún, ¿por qué? Kidoh no podía entender por qué Yano haría esto.

Cuando el doctor Jaejoong colgó, Kidoh le dio al hombre toda su atención.

- Me ha dicho que Yano fue drogado durante dos semanas, mientras estuvo en cautiverio.

Kidoh asintió. - ¿Qué tiene eso que ver con esto?

Se quedó allí y escuchó al médico explicar las adicciones a las drogas y cómo Yano, quisiera o no, se había vuelto adicto a la droga que Kang Hyun le había inyectado.

Kidoh vio rojo. Ahora más que nunca quería a Kang Hyun muerto.

Cazaría al bastardo y lenta y metódicamente le mataría.

El doctor Jaejoong chasqueó los dedos. - Oye, quédate conmigo, oso. Puedes planear tu venganza más tarde. Tenemos que hablar sobre el largo camino por delante de ti y Yano.

Kidoh echó un vistazo a su compañero, y le dolió el pecho.

- Uno de los compañeros aquí ha estado asesorando en un programa contra las drogas durante mucho tiempo. Solía ser un drogadicto, y yo le escucharía si fuera tú - dijo el doctor Jaejoong- Xiumin sabe de lo que está hablando, y si alguien puede ayudarlos a pasar a través de esto, es él.

Kidoh asintió mientras envolvía su mano alrededor de los pies de Yano. - Voy a hacer lo que sea necesario para ayudar a Yano a dejar esas drogas.

El doctor Jaejoong le dio una cálida y simpática sonrisa. - Bien, ahora déjame trabajar en tu compañero.

Kidoh se movió de nuevo, sentándose mientras sentía como si su mundo se hubiera derrumbado.

 

continuara...


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