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102. Kidoh (05) por dayanstyle

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- ¿Alguna novedad? - preguntó Sung Hak entrando en la oficina de Dong Wan y sentándose. No le gustaba la mirada en la cara de su hermano. Este problema con Kang Hyun los tenía a todos en el borde. Sung Hak ni siquiera estaba apareado y estaba herido. Todo el mundo temía que la hiena se llevara a uno de los compañeros para utilizarlo como moneda de cambio para el regreso de Yano.

También seguía viendo a Yano en el suelo del baño, sacudiéndose mientras la aguja estaba allí a su lado. Estos dos últimos días habían estado realmente investigando. Sung Hak sólo deseaba que las cosas se asentaran el tiempo suficiente para que todos tomaran un respiro. Aún estaban tratando de averiguar cómo había conseguido Yano las drogas en primer lugar.

- No. Kidoh todavía está en la guarida. - Había sido un día completo, y Sung Hak estaba preocupado por Kidoh y Yano.

- ¿Sabemos quién le dio esas drogas? - Necesitaban a Kidoh. Podría haberse introducido en las cámaras del restaurante para ver si podían detectar algo sospechoso.

- Nakta encontró un número de teléfono en sus últimas llamadas que no conocía. Necesito a Kidoh para rastrear el número, pero ya que él no está aquí, vamos a tener que esperar.

- ¿Por qué no llamas al número?

 

- Porque no quiero avisar a quien quiera que sea de que estamos tras él.

Eso tenía sentido. Si el número pertenecía al distribuidor, no tenía sentido espantar al tipo. - Quiero saber si hay algo que pueda hacer para ayudar.

Dong Wan se pasó una mano por la cara antes de reclinarse en la  silla. El hombre parecía cansado. - En este momento no hay mucho que hacer además del trabajo, vigilar nuestras espaldas, y esperar que todo esto termine pronto. Me gustaría ir detrás de ese pedazo de mierda de hiena, pero apenas conseguimos salir de allí la última vez. Lo necesitamos solo, sin su séquito de guardaespaldas.

Había pocas oportunidades de que eso ocurriera. Kang Hyun no iba a ninguna parte sin al menos media docena de hombres a su lado. O bien el tipo era un paranoico o tenía un ego demasiado inflado. Su otro enemigo hiena era Wang Hao, e incluso él no tenía media docena de hombres rodeándole continuamente.

Los hombres Remus habían estado luchando contra las hienas durante demasiado tiempo. Sung Hak estaba cansado de la lucha. Todo lo que quería era tener una vida normal en la que no estuviera constantemente tratando con los traficantes de droga o algún imbécil con delirios de grandeza intentando gobernar Sugar Creek. No creía que fuera pedir demasiado.

En honor a la verdad, había estado pensando mucho últimamente en iniciar su propio negocio. Sung Hak sentía pasión por la cocina y había pensado más de una vez en abrir su propio restaurante.

Sung Hak se levantó. - Mantenme informado sobre Kidoh y Yano.

- Lo tienes.

* * * *

Kidoh se sentó en la silla de su habitación mientras localizaba a quien pertenecía el misterioso número de teléfono.

Yano estaba dormido en la cama. Kidoh le había traído a casa después de que Yano rechazara cualquier tipo de tratamiento. Dado que Kidoh no iba a intimidar a Yano para hablar con el consejero sobre las drogas, la única alternativa era traerlo a casa.

Su móvil sonó de nuevo. Kidoh estaba enfermo y cansado de que Kang Hyun se acercara a su casa y luego girara por una calle lateral. ¿Qué clase de juego enfermo estaba jugando la hiena?

En lugar de llamar a Dong Wan, Kidoh envió a su hermano un mensaje de texto rápido. Envió uno cada vez que Kang Hyun jugó este juego. Además, Kidoh no quería despertar a Yano hablando por teléfono.

El chico había estado descansando durante unos buenos tres días, despertando el tiempo suficiente para vomitar o sufrir un ataque. Yano estaba mal, y Kidoh se sentía como si estuviera enloqueciendo, pero Xiumin le había dicho lo que debía esperar y las mentiras que Yano le contaría para hacerlo de nuevo. Dijo que no podía hacer nada por Yano hasta que Yano estuviera listo para aceptar la ayuda.

El tratamiento a la fuerza no funcionaría si Yano no estaba preparado. Kidoh sospecha que Yano dormía tanto porque estaba demasiado avergonzado para hacer frente a cualquiera. Yano no tenía nada de qué avergonzarse. Todo el mundo tocaba fondo en algún momento de su vida, y Kidoh estaría allí para su compañero sin importar qué sucediese.

Su labio superior se curvó hacia atrás cuando descubrió el nombre del propietario del número misterioso. Arnold Flask. Kidoh conocía ese nombre. Arnie era un traficante de drogas, y los hermanos Remus habían tratado con él en más de una ocasión. Era una jodida hiena, y Kidoh quería arrancarle la cabeza. Envió un texto a Dong Wan.

Kidoh: Tengo el nombre. Arnold Flask. ¿Te suena?

Dong Wan: Tienes que estar bromeando

Kidoh: Nop. Cuando lo atrape está muerto

Dong Wan: ¿Quieres que le siga la pista?

Kidoh: Si puedes. Tráemelo si lo encuentras Dong Wan: Sin duda

 

Kidoh dejó su teléfono a un lado y volvió a su ordenador portátil. Sin nada más que hacer que sentarse allí y ver dormir a su compañero, había estado buscando propiedades inmobiliarias para Sung Hak. No podía creer que su hermano quisiera dirigir su propio restaurante, pero se sentía orgulloso de él porque Sung Hak debería haber entrado en el negocio hace mucho tiempo.

El hombre era un genio en la cocina.

Su teléfono hizo un ruido de máquina de escribir, diciéndole que tenía un texto.

Sung Hak: ¿Todavía nada?

Kidoh: ¿Tan desesperado? Acabo de empezar la búsqueda

Sung Hak: Envíame un mail con cualquier perspectiva

Kidoh: Salsa

Sung Hak: ?

Kidoh: Maldito corrector automático. Lo haré

Tiró el teléfono a un lado y levantó la vista cuando Yano gimió y se dio la vuelta. Kidoh dejó el portátil en la mesita de noche y se acercó al borde de la silla. Cuando los ojos de Yano se abrieron, el corazón de Kidoh comenzó a latir con más fuerza. En este punto, cualquier cosa podría suceder. El chico podría empezar a vomitar de nuevo. Podía empezar a gritar y arañar su piel.

 

O podía hacer lo que estaba haciendo ahora, que era mirar a Kidoh mientras yacía allí en silencio. Esta erala primera vez y Kidoh apenas respiraba mientras estaba allí sentado esperando a ver lo que haría su compañero a continuación.

Su corazón dolió cuando Yano se quedó allí y lloró. Kidoh se levantó de la silla y se metió en la cama, envolviendo sus brazos alrededor de Yano. - Estas bien. Te tengo. Estás bien, gatito.

Kidoh siguió calmando a su compañero mientras le mecía en sus brazos.

 

* * * *

Yano dormía cada vez menos, pero todavía no había comido lo suficiente para satisfacer a Kidoh. Su compañero necesitaba alimentarse. También necesitaba levantarse y moverse. Acostarse en la cama no era sano, no cuando Kidoh sospechaba que Yano estaba allí machacándose por lo que había hecho.

Ayudo a Yano a levantarse de la cama, colocó una manta ligera sobre los delgados hombros y lo llevó abajo. Cuando entró en la cocina, Kidoh vio a Sung Hak delante de la placa. No estaba seguro de lo que estaba cocinando, pero maldición si no olía deliciosamente.

Sung Hak volvió la cabeza, y sus ojos azules se suavizaron cuando aterrizaron en Yano. - ¿Hambriento?

Yano asintió y se sentó en la mesa.

 

- ¿Dónde diablos está mi botella de agua? - gritó Se Hyuk mientras entraba en la cocina- Nakta y A-Tom lo hicieron otra vez. ¡Juro, que si el sexo no fuera glorioso, los castraría a los dos!

- ¿Qué es esta vez? - preguntó Sung Hak.

- Oye - dijo Se Hyuk cuando vio a Yano sentado en la mesa- No nos han presentado formalmente. - Se Hyuk le tendió la mano- Soy Se Hyuk, compañero de tu irritante hermano. ¿Hay un secreto para hacer que deje de actuar tan malditamente malicioso?

Yano sonrió. - Si lo hay, no lo he descubierto todavía.

El corazón de Kidoh se fundió con la sonrisa de Yano. No la había visto desde que había reclamado a su compañero.

- Bueno, eso no me ayuda. ¿Por qué demonios cree que tiene que tener siempre la última palabra?

Yano se encogió de hombros. - Ha sido así durante toda su vida.

Se Hyuk frunció el ceño cuando empezó buscar a través de los armarios. - Sé que vi esa botella por aquí.

- No te atrevas a irte y dejarme con ese oso gruñón - dijo A-Tom irrumpiendo en la cocina- Voy a arrancarle las pelotas si no se calla.

A-Tom se paró bruscamente cuando miró a Yano. Los hermanos simplemente se quedaron mirando el uno al otro, y a Kidoh le preocupaba que comenzaran a discutir. Eso era lo último que Yano necesitaba.

 

A-Tom metió los brazos detrás de la espalda. - ¿Cómo te sientes?

Yano miró hacia Kidoh. La mirada rompió el corazón de Kidoh. Yano parecía tan perdido, tan impotente. Kidoh se movió hasta que estuvo de pie junto a su compañero, colocando una mano sobre el hombro de Yano.

- No tan mal - dijo Yano, como si el contacto de Kidoh le hubiera dado la fuerza para enfrentarse a su hermano.

- ¿Por qué no viniste a mí? - preguntó A-Tom. Su voz era suave y llena de simpatía, pero los hombros de Yano se pusieron rígidos.

- No puedo creer que me hayas preguntado eso - replicó Yano- ¿Desde cuándo estas ahí para mí?

- No es como si no lo intentara - argumentó A-Tom de inmediato- Pero siempre estabas atendiendo tus propios asuntos, actuando como si no existiera.

Kidoh   sintió la agitación en los   hombros de Yano.

- Devolverlo es juego limpio. Toda mi vida actuaste como si yo no existiera. Ahora ya sabes cómo se siente esa mierda.

- ¿Sabes qué? - A-Tom sacudió la mano- Te amo, Yano, y si me necesitas, estoy aquí, pero no voy a quedarme quieto y discutir.

- Adelante, huye - dijo Yano con desprecio- Es en lo que eres realmente bueno.

- Whoa - Sung Hak miro entre A-Tom y Yano con las cejas arqueadas.

- Creo que necesitas refrescarte. - Se Hyuk agarró el brazo de A-Tom y lo sacó de la cocina.

- Joder. - Yano saltó de la silla y tiró la manta a un lado- No me voy a quedar bajo el mismo techo que A-Tom.

Kidoh se colocó delante de su compañero cuando Yano se dirigió a la puerta trasera. - ¿Por qué no volvemos arriba? Sung Hak puede traernos la comida.

- Puedo hacer eso - dijo Sung Hak desde la cocina.

- ¡No te necesito flotando a mi alrededor como si fuese a sacar una puta aguja y usarla! - Yano empujó a Kidohen el pecho- No te necesito, ni a A-Tom, o cualquier otra persona. He estado haciéndolo muy bien por mi cuenta.

Kidoh se esforzó por impedir que su compañero saliera corriendo de la casa. No quería hacerle daño, pero tuvo que usar la fuerza para evitar que llegara a la puerta.

- ¡Déjame ir! - Yano dio patadas y puñetazos, y giró sobre Kidoh. Cuando estuvieron de pie en la habitación, Kidoh vio los demonios de Yano arañando al hombre. Podía oler la desesperada necesidad dentro de Yano. Kidoh no iba a rendirse. Iba a luchar duramente para evitar que Yano arruinara su vida más de lo que ya lo estaba.

- ¡Yano, para! - Kidoh apretó el abrazo alrededor de su compañero- Vas a hacerte daño.

Sung Hak se lanzó al otro lado de la habitación cuando Yano cambió a su forma de gato y trató de salir corriendo de la cocina. El hermano de Kidoh se lanzó hacia el suelo y agarró la piel del cuello de Yano. El gato se giró violentamente, arañando a Sung Hak. Los ojos de Kidoh se abrieron cuando aparecieron cuatro líneas rojas en su mejilla, pero para crédito de Sung Hak, no liberó a Yano. Él ni siquiera se veía molesto.

Yano cambió a su forma humana y rodó fuera del alcance de Sung Hak. Se puso de pie y salió disparado de la cocina. Kidoh y Sung Hak lo persiguieron. Fue Nakta quien agarró a Yano alrededor de la cintura y lo levantó.

- ¡Yano, para! - gritó A-Tom, con lágrimas en los ojos- Por favor, por favor, para.

Yano se echó a llorar mientras se acurrucaba alrededor del grueso brazo de Nakta. - ¡Haz que se detenga el dolor!

Kidoh no era en absoluto un llorón. Costaba mucho traer lágrimas a sus ojos. Pero ver a Yano tan roto y perdido tenía un duro bulto formándose en su garganta. Cruzó la habitación y sacó a Yano del agarre de Nakta.

 

- Necesito ayuda - admitió Kidoh cuando Yano se enroscó en sus brazos- No tengo idea de lo que estoy haciendo o cómo ayudarlo.

 

- Sabes que estamos todos aquí para ti - dijo Sung Hak- Haremos esto como una familia, como siempre hacemos cuando la mierda se hace demasiado profunda.

- Hice una llamada telefónica - dijo Dong Wan mientras bajaba las escaleras- El consejero de drogas de la guarida aceptó venir aquí y ayudar a Yano. Viene con su compañero. - Dong Wan se volvió a Sung Hak- . ¿Puedes preparar la habitación de invitados?

Los ojos de Sung Hak aterrizaron en Yano. - Lo que sea por Yano.

Kidoh asintió con apreciación. - Voy a llevar a Yano arriba.

Yano se estremeció cuando Kidoh subió las escaleras. Él apretó más a su compañero cuando entró en la habitación y cerró la puerta tras de sí.

 

* * * *

Dong Wan entró en la cocina, en busca de la fuente de ese pitido irritante. Vio el teléfono de Kidoh en la mesa de la cocina, la pantalla donde se veía el seguimiento del coche de Kang Hyun abierta de par en par.

Y el punto rojo estaba justo enfrente de su casa.

 

- Mierda. - Dong Wan despegó a través de la sala de estar- Kang Hyun

- le gritó a Nakta. Su hermano estaba justo en los talones de Dong Wan mientras corrían a través de la puerta principal y al porche. Dong Wan tenía su arma levantada mientras examinaba la calle.

Aparte de un pequeño automóvil compacto que pasaba, Dong Wan no vio nada. Dong Wan había colocado el dispositivo de seguimiento en la rueda de Kang Hyun. ¿Qué carajo estaba pasando?

 

continuara....


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