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Luz y Vida por sora-sempai

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Notas del capitulo:

Bueno, estoy de regreso.

:D 

 se viene el arco final de esta primera parte, espero les guste y les agradezco mucho si comentan :D

 

este capitulo es largo y tiene algo de lemmon. no mucho ;)

Desde el incidente ocurrido aquella noche hace un mes las cosas entre los dos mejoraron bastante, Adam se había vuelto más expresivo y cariñoso con Alejandro, no mucho, pero si lo suficiente para que el más alto estuviera satisfecho, además, le encantaba pasar tiempo con Adam sin importar si estaban en una cita o en medio de una batalla contra cadáveres andantes, los cuales, por cierto, cada vez eran más frecuentes.

En este momento Adam estaba ayudando a Alejandro a terminar su proyecto semestral, que por supuesto había dejado para última hora.

-Aaaaaamoooor, estoy aburrido…- se quejó Alejandro, dejándose caer sobre el escritorio – vamos a comer algo y volvemos ¿sii? – rogo haciendo los típicos pucheros que a Adam le conmovían.

-No hasta que termines un par de párrafos más, te conozco Alejo- Regaño Adam desde el escritorio que estaba justo al lado, ayudándole a corregir lo que ya había redactado y organizando el documento. Se encontraban de nuevo en el laboratorio de Adam, el cual se había vuelto su sitio de estudio habitual.

-Pero amor… enserio ya no me puedo concentrar más- lloriqueo de nuevo, llevaban bastante tiempo en esas y la concentración de Alejandro no daba para tanto. -te prometo que solo damos una vuelta comemos algo y regresamos… ¿siiiiii?- intento convencer al otro.

Adam suspiro derrotado. -Vale, pero no más de media hora de descanso, no quiero que termines trasnochando por culpa de dejar este trabajo para última hora- el más alto se levantó feliz, abrazo a su chico levantándolo del suelo unos cuantos centímetros, a Adam no le molestaba que Alejandro lo cargara, él sabía muy bien la fuerza física descomunal del pelirrojo, lo único que cuidaba es que no se pasara en el apretón.

Una vez en llegaron a una de las tiendas de la universidad Adam se sentó a esperar que Alejandro comprara lo que quería. En ese momento llego Mateo a la tienda, se veía demacrado, saludó a Alejandro de lejos y se sentó en la misma mesa que ocupaba Adam.

-No te ves muy bien- comento Adam, haciendo que el otro levantara su cansada mirada.

-Es horrible, no te imaginas, tengo muchos trabajos acumulados y para mañana es el proyecto- se quejó mostrándole las evidentes ojeras a Adam -me quiero matar… ¿Cómo va Alejo con el proyecto? - preguntó dejándose caer en la mesa.

-Bien, creo que podemos terminar si trabajamos concentrados unas dos horas más- contesto mientras veía a su novio acercarse ya con una charola llena con varias cosas, ¿Qué tanto había comprado?

-Qué suerte tiene Alejo de tenerte ayudándole…- iba a continuar hablando, pero fue interrumpido

-¿De qué tanto hablan?…- pregunto Alejandro llegando a la mesa, dejo la charola con todo lo que compro y se sentó.

-De que eres un jodido de buenas, tener a Adam ayudándote, vaya suerte- le contesto Mateo.

-Soy muy afortunado de tenerlo a mi lado, y no solo por eso – contesto mandándole un beso en el aire al chico que estaba justo a su lado.  Adam como respuesta lo halo del buso deportivo que tenía ese día para besarlo en los labios.

-Paguen hotel- Gruño Mateo intentando molestarlos

-Cuando Alejo acabe el trabajo lo haremos- contesto Adam ocasionando un sonrojo en su novio, mateo solo hizo un ademan de que no quería imaginárselo. -Grandulón que tanto trajiste, ¿todo eso te vas a comer? – comento viendo la charola.

-No, obvio no- empezó a repartir -un café sin azúcar con una barra de chocolate semi amargo para mi chico, un late regular con azúcar y una dona para ti Mateo y esto para mí- jalando para sí mismo un emparedado de pavo junto a un cappuccino.

-me compraste algo, a mi….- dijo Mateo supremamente conmovido, Alejandro lo miro confundido con el emparedado en la boca -Gracias Bro, eres el mejor- el rubio hizo una seña con el puño para que Alejandro lo golpeara. el denominado “brofist”.

Empezaron a charlar por cerca de 25 minutos hasta que Adam, que estaba pendiente del tiempo, le indico a Alejandro que ya era momento de regresar, este muy a regañadientes obedeció pues sabía que tenía razón; así que lo siguió hasta el laboratorio para retomar su trabajo.

Dejando a mateo solo con su dona y sus pocas ganas de seguir haciendo trabajos.

 

 

 

 

Ya entrada la noche por fin habían terminado el dichoso proyecto, tardaron más de lo planeado, pero por fin habían acabado, ahora solo quedaba que Alejandro lo presentara al día siguiente y el semestre habría acabado con éxito.

-Bueno gatito, recoge tus cosas ya es tarde te acompaño hasta el estacionamiento y me voy para la casa- comento Adam recogiendo su computador y guardándolo en su mochila.

-Amor, no crees que ya es tarde yo te llevo- ofreció Alejandro, Adam se negó, no quería ponerle más molestias --no es molestia alguna… o sabes creo que tengo una mejor idea- sonrío de manera picara.

-Dime… ¿cuál sería esa mejor idea? - interrogo curioso.

-Te quedas a dormir en mi casa y mañana nos venimos los dos juntitos a la U, mis padres salieron por una semana- Adam lo miro sorprendido, era la primera vez que Alejandro después de meses de relación le proponía ir a su casa, obviamente no se iba a negar.

-¿Estás seguro? No quiero que tengas problemas- comento el pelinegro, preocupado por su novio.

-No te preocupes, además de paso conoces formalmente a mi hermana- obviamente Adam ya estaba al tanto de quien era la hermana de Alejandro y el pequeño percance que tuvieron tiempo atrás.

-Dale, hacer rato quiero conocer tu habitación y de paso conozco a Chicachu- se burló Adam usando el apodo que le había puesto Alejandro.

El tráfico de camino a la casa de Alejandro fue terrible, algunas calles estaban destrozadas a causa de la última pela en contra del ejercido de muertos andantes.

-Ya ves, gatito por esto es por lo que hay que tener cuidado de no destruir mucho- comento Adam sentado en el asiento de copiloto.

-Amor, no me regañes ahora yo sé que destroce una calle entera….  – suspiro- pero, este tráfico me tiene estresado—rasco su nuca en señal de molestia. Adam no agrego más, no quería que se estresara más, solo se acercó para darle un pequeño beso en la mejilla con la intención de calmarlo, lo cual funcionó, pues Alejandro se relajó un poco.

 

Después de otras dos horas en el tráfico, por fin lograron llegar a una casa de la Familia Lux la cual se encontraba ubicada en la zona más exclusiva de la ciudad, era de tipo campestre con una entrada al terreno bastante alejada de la puerta real. Alejandro estaciono en enfrente dándole sus llaves a un chico que se subió al auto para guardarlo en el garaje. 

Adam simplemente estaba estupefacto, sabía que la familia de su novio era dueña de varios negocios y bancos… pero no imagino tal opulencia, se sentía intimidado.

-Amor, por acá- Alejandro tomo a Adam de la mano guiándolo por la enorme casa.  Mientras caminaban por el enorme pasillo observando los ostentosos arreglos y los muebles finos. De pronto choco con la espalda de su novio el cual se había detenido de repente.

-Hermaniiiito….- Escuchó una voz femenina, se asomó de detrás de Alejandro para observar a una mujer pelirroja igual de alta que él -Oh ¿Quién, es esta preciosidad? – comento la chica intentando ver por los lados de su hermano.

-Mucho gusto, soy Adam- le extendió su mano a modo de saludo. Camila tomo la mano del chico jalándolo para abrazarlo, el abrazo era muy cercano, los pechos de la chica se restregaron con el pecho de Adam tanto que se él notaba incómodo.

-Camila, por favor déjalo en paz- volvió a jalar al más bajo, Adam ya se estaba molestando de tanto zarandeo

-¡Bueno ya los dos!- se soltó de Alejandro para acomodarse la ropa -Supongo que tú eres la hermana de Alejo ¿cierto? – la chica asintió. -De nuevo mucho gusto, soy Adam el novio del grandulón que esta acá- señalo con el pulgar. -Lamento mucho el inconveniente de la vez pasada, pero debes admitir que no la pusiste fácil- Camila se sonrojo, restándole importancia.

-Bueno, bueno…  amor vamos- insistía Alejandro, Adam le siguió despidiéndose de la chica.

Camila se quedó pensando que Adam era mucho más guapo de lo que se imaginó, ella solo recordaba cientos de lianas siguiéndola y unos cuantos latigazos de su último encuentro.

-¡Por fin solos!- exclamo Alejandro levantando a Adam para literalmente comérselo a besos.

-Calma, calma grandulón- logro articular cuando se separaron -Tenemos toda la noche-

-Pero amor… me tienes en abstinencia hace una semana- se quejó hundiendo su cabeza en el cuello de su novio. -te quiero dentro, ¡ya! - Alejandro tenía una libido sexual bastante elevado y en estos momentos parecía que estuviera en celo.

-Calma amor- beso la nariz del más alto, para luego bajar al suelo, ya que aún estaba siendo cargado. -Ven acostémonos y hagamos las cosas bien- después de escuchar como Adam lo había llamado “amor” Alejandro se perdió de la realidad.

El pelinegro lo recostó en la enorme cama junto con él. -estoy seguro de que disfrutaras más algo lento y con cariño que algo rápido y desesperado- le acaricio el rostro, antes de volver a besarlo y subirse sobre él. Alejandro recibió gustoso la caricia, pero cuando empezó a ver que Adam tomaba el control lo detuvo, el otro chico lo miro confundido.

-Amor, si no te molesta esta vez quisiera ser yo el que lleve el ritmo – volteo la situación acostando a Adam y el estando arriba.  A Adam no le importo, simplemente se lanzó a besarlo. Mientras se comían la boca mutuamente Alejandro fue despojando de la ropa a su novio para dejarlo solo en ropa interior, Adam llevaba unos brief de color negro que lo hacían ver muy sensual a los ojos del pelirrojo, se detuvo unos segundos a admirar la escena pasando sus manos por el borde de la ropa interior sin llegar a quitársela, se detuvo un momento para  empezar a desnudarse regalándole al pelinegro un hermoso espectáculo con el muy su bien formado cuerpo, él también se quedó en ropa interior, llevaba unos jockstrap que había comprado especialmente para este tipo de situaciones  y que su novio admirara su trasero al descubierto.

- ¿Cuándo los compraste? -Pregunto Adam pasando su mano por la espalda y los glúteos del más alto.

-¿Te gustan?- Respondió en un ronroneo cerca del oído de Adam

-Me encantan- respondió este sin quitar sus manos del trasero tonificado de su novio.

-Ayer… quería darte la sorpresa- volvió a atacar los labios de Adam mientras disfrutaba las caricias que esté de daba.

Se separo para empezar a bajar por el cuello, quería dejar una marca, pero si lo hacía seguro su novio lo mataba.

-puedes dejarla en un sitio donde no se vaya a ver- respondió Adam ante la pregunta no hecha por Alejandro, este inmediatamente pensó en cuál sería el mejor lugar, pues no podía hacerla en el abdomen ya que el traje de Lifeleaf dejaba al descubierto toda esa zona de su pareja, por fin se decidió de hacerle una marca en el pecho cerca de uno de los pezones.

 -eso te hace feliz, ¿cierto? - comento Adam cuando sintió el leve chupón en su pecho.

-No sabes cuánto… - Alejandro continuó con su tarea de seguir bajando mientras besaba el abdomen de Adam, cuando estuvo en su abdomen bajo aprovecho para mordisquear la zona, sabía que su novio sentía cosquillas en este lugar y le encantaba verlo retorcerse cuando él era quien lo provocaba.

Cuando se sintió satisfecho continuo con su descenso, quitándole la última prenda.  Adam era más pequeño que él en muchos aspectos, era más bajo pesaba mucho menos y tenía menos musculatura, pero había algo en lo que para felicidad de Alejandro, Adam le ganaba y era aquella zona que se moría por meterse en la boca; Succiono y lamio con gusto por un buen tiempo el pene de su novio hasta que este lo detuvo, diciéndole que si seguía así lo haría terminar, algo que Alejandro no quería que ocurriera tan pronto así que regreso a besarlo, mientras acomodaba su trasero sobre la pelvis de su novio.

-Espera Alejo, los condones están en mi pantalón- menciono Adam ante la intención de su pareja. Alejandro le hizo casi y separándose por breves instantes, busco el condón para luego colocárselo a Adam.

-Veo que también venias preparado- Adam no le contesto solo le giño el ojo, dándole a entender que sí.

El más alto volvió a su labor sentándose sobre la erección de Adam, penetrándose a sí mismo, había pasado una semana desde su última vez así que tenía que ir con cuidado, cuando se acostumbró, empezó a moverse de arriba para abajo cabalgando sobre su pareja, mientras que con un de sus brazos evitaba que Adam se moviera, él quería llevar el ritmo.

Después de varios minutos en esta posición logro terminar junto con Adam que también se corrió dentro de él.

-¿Te gusto?- pregunto Alejandro recostado junto a Adam, este lo miro sonriéndole.

-Me encanto, debo admitir que esa no la esperaba, no sabía que te habías vuelto tan diestro- se acomodó para recostarse sobre el pecho de Alejandro -hasta hace unos meses no sabias mucho que digamos – comento mientras acariciaba el abdomen de su chico.

-Tú me has enseñado bien- abrazo acercándolo – Además también he estado investigando en internet- agrego susurrando. Adam rio ante la confesión.

-O sea, has visto porno- Alejandro no pudo negarlo

-sí, pero también cosas de erotismo y otras cosas más – Alejandro se estaba sonrojando.

-No me digas, que estas interesado en el BDSM o en el bondage- Adam se levantó ligeramente para ver el rostro de su chico y como este se sonrojaba casi tanto como el rojo de su cabello.  - ¿Quieres que te ate? -  el pelirrojo desvió la mirada ligeramente.

-Pues, me llama la atención, pero nada más- Adam lo miro curioso, no era algo que a él le llamara la atención, pero si Alejo se lo pedía con gusto lo complacería.

-Entonces dejémoslo dentro de las posibilidades- Respondió el pelinegro, Alejandro solo asintió bastante sonrojado, Adam decidido no seguir echando leña al fuego así que se recostó de nuevo sobre el pecho del más alto para quedarse dormido. Alejandro viendo a su novio ya dormido, también se acomodó para descansar un rato.

Horas más tarde ambos se habían quedado profundamente dormidos, cuando de repente, escucharon un golpeteo la puerta del cuarto de Alejandro.

- ¿Quien? - respondió el dueño de la habitación aún con los ojos cerrados

-Hermanito, papá está en casa y pregunta: que quien es tu amigo…-contesto la vez de Camila del otro lado de la puerta.  Ocasionando un susto de muerte en Alejandro que se levantó de la cama tirando a Adam al suelo el cual despertó con el golpe.

-¿Qué pasa gatito?- pregunto mientras se sobaba la cabeza, el suelo tenía tapete así que el golpe no fue tan fuerte, Alejandro estaba desperado buscando ropa  que ponerse, pero la que tenía preparada no era la más idónea, sin embargo en el desespero empezó a ponérsela.

-Padre está en casa…- el chico estaba pálido, Adam de inmediato se levantó a buscar también su ropa.

Tan ocupados estaban que no habían escuchado la estruendosa risa de la chica del otro lado de la puerta.

-Era broma, padre no vendrá si no hasta el domingo, no te vaya a dar un paro cardiaco- aclaro Camila intentando aguantar la risa, sin mucho éxito por cierto, no veía lo que pasaba dentro de la habitación, pero podía escuchar cómo se movían agitados los dos.

Alejandro que apenas se había puesto una pantaloneta, se desplomo en el suelo.

-Camila, con eso no se juega… enserio casi me muero del susto- contesto tapándose la cara con la camiseta que iba a ponerse. Adam por su parte maldijo mentalmente a la hermana de su novio, queriendo matarla, pero su tarea ahora mismo era consolar a Alejo, el cual parecía iba a llorar en cualquier momento.

-Vamos amor, levántate…  no pasó nada- se agacho para besar su frente.

-bajen a cenar, Angela ya tiene la mesa servida- volvió a interrumpir Camila.

-Cállate, fastidiosa…- le grito el pelirrojo, a lo que la chica solo rio a carcajadas mientras se iba.

-No le pongas cuidado gatito- lo tomo de los brazos – Vamos, levántate- insistió Adam acariciándole los brazos. Alejandro obedeciendo se levantó, beso a su chico y se colocó la camisa.

Adam nunca lo había visto con esa vestimenta simple, pero muy seductora: Una pantaloneta muy corta que hacía lucir sus atributos traseros y una camisa deportiva que ajustaba cada uno de los músculos de sus brazos pecho y abdomen, se sonrojo y desvió la mirada.

-No quites tu mirada amor, si me visto así es para que me veas- menciono Alejandro al ver la reacción de su chico.

-Sabes, a veces me asusta como nos entendemos tan bien sin decirnos una palabra- salto hacia Alejandro el cual lo tomo y lo cargo, para luego darle un beso en los labios.

-Que no te asuste, eso solo quiere decir que somos el uno para el otro-contesto sosteniendo al otro chico de la cintura. -bajemos a cenar, que si seguimos así no salimos del cuarto nunca- Adam asintió regresando al suelo, parece ser le estaba gustando ser cargado por Alejandro.

El comedor era enorme, cubiertos de plata, centros de mesa que seguramente valían más que toda la ropa que tenía Adam encima, y la comida parecía preparada por un restaurante molecular.

Sin embargo, en la enorme mesa solo estaban sentados los dos a un costado y la hermana de Alejandro al otro.

-Y bueno, no me van a decir que estaban haciendo que se asustaron tanto cuando les dije que papá estaba en casa- chincho Camila mientras llevaba un bocado de su platillo a la boca.

-Estábamos durmiendo…- contestó Adam para quitarle importancia al asunto, igualmente, era cierto.

-Eso no te importa, metiche- contestó Alejandro al mismo tiempo, haciendo reír a su hermana.

-Gatito, no te alteres ella solo se burla de ti…- sugirió Adam mientras comía e intentaba adivinar que era exactamente eso que parecía una manzana, pero sabía a pato.

-Pero es que me irrita mucho- se escudó haciendo uno de sus típicos pucheros, Adam lo consoló acariciándole la barbilla.

-¿Gatito? ¿enserio? Estas ciego Adam, si ese lo que parece es un gorila Calvo- Alejandro iba a contestar, pero Adam lo detuvo poniendo una mano sobre su muslo.

-Pues a mí me parece un gatito tierno y adorable. - le sonrío presuntuoso a Camila -además si fuera un gorila sería el gorila más guapo del universo- esta vez le sonrío a Alejandro el cual lo miro como un tonto enamorado.

-ay que cursis…-Camila hizo un gesto de querer vomitar

-A ti lo que te da es envidia- Defendió Adam.

-Pues la verdad si… no sé qué le ves a mi hermano- Contesto Camila.

-Que no me ve… soy un partidazo- Adam rodo los ojos, mientras los dos hermanos reían por la broma.

La cena continuó con tranquilidad, Adam descubrió que lo que estaba comiendo era una especie de pate de hígado de pato, con una cubierta de colágeno coloreado. Terminada la cena Camila se fue a un bar, pues según ella sus amigos la estaba esperando.  Mientras los dos chicos se fueron a dormir, al día siguiente los dos tendrían que ir a la universidad, Adam a su última clase del semestre y Alejandro a presentar su trabajo final.

El día comenzó muy de madrugada ambos tenían que llegar temprano ese día y con el tráfico tan pesado era mejor ir con tiempo.  El primero en bañarse fue Alejandro mientras Adam arreglaba su ropa, dando se cuenta que estaba manchada, debió traer ropa de cambio; quizás si se apuraban podría pasar a su casa por algo de ropa.

-Amor sal rápido, creo que me toca pasar a casa – menciono.

-¿Y eso bebé? – salió del baño vistiendo solo una toalla en la cintura.

-lo haces apropósito, ¿cierto? – comento Adam al verlo.

-Shi- respondió secándose el cabello.

-Bueno, sexy tengo que pasar a casa por ropa- mencionó mostrando su camisa manchada de una sustancia blanca-no sé en qué momento paso, pero se manchó-

-Amor, no creo que sea necesario-

-Como que no, esa mancha se nota mucho- Alejandro mientras abrió su closet para sacar una caja envuelta en papel de regalo.

-Te lo iba a dar de regalo, pero creo que este es el momento adecuado para darte esto- menciono entregándole la caja a Adam -Ábrelo amor- Adam abrió la caja encontrando una muda completa de ropa de marcas bastante costosas

-Amor muchas gracias, pero me siento parasito recibiéndote el regalo- agradeció besándole los labios.

-No digas eso, me hace feliz poder darte algo y además esto lo necesitas ahora- respondió mientras buscaba su propia ropa. Adam decidió no seguir con la discusión solo le volvió a agradecer a su chico, sin embargo, a él nunca le gusto ser un mantenido y no esperaba serlo.

-Sé que aun te sientes incomodo, pero tómalo como un regalo de cumpleaños- agrego Alejandro – ve, cámbiate y ponte guapo-Adam solo asintió y se dirigió al baño.

 

Llegaron temprano a la universidad, el tráfico a esa hora fluía mejor, por lo que alcanzaron a pasar a una cafetería a desayunar. Tan concentrados estaban en lo suyo, Adam comía mientras escuchaba a Alejandro practicar una última vez su presentación; que no notaron las miradas indiscretas de una pareja sentada a unas cuantas mesas de ellos.

 

-Me da asco solo verlos…- dijo una chica rubia delgada de metro y medio de estatura..

-Lo sé, definitivamente ya no hay valores- contesto un chico moreno de metro ochenta de altura y contextura fornida.

-Además míralos, Raúl, ese flacucho hasta ayer venía a la universidad con unos harapos feos y ahora tiene ropa de marca- comento con desdén la chica.

-Lo sé Sofía, seguro el hijo de los Lux se las compro, seguro el pobretón ese le da culo para que le compre cosas- miro con odio a la pareja, que estaba ignorando completamente la situación. Sin embargo, si había alguien escuchándolos y no iba permitir que hablaran así de sus amigos.

 

-Y a ustedes que les importa lo que hagan o dejen de hacer ellos- Mateo interrumpió la conversación lo suficientemente alto para que todos en la cafetería lo escucharan.

-Porque es antinatural por donde se mire, dos hombres, un rico y un arrastrado… da asco solo pensarlo- esta vez fue Sofia la que estaba casi gritando.

-No se atreva a decirle así a mis amigos – Mateo se le acerco encarando a la chica, en ese momento Raúl se levantó de la silla y empujo con fuerza a Mateo que al ser un chico delgado fue lanzado directo al suelo.

-Aléjate de ella, renacuajo o es que acaso eres igual que esas escorias- fue ahí donde la paciencia de Alejandro se agotó, ya estaba irritado, podía aguantar que se metieran con él, pero no que insultaran Adam y cuando golpearon a su mejor amigo, la cosa se volvió personal. Rápidamente se levantó interponiéndose entre Raúl y Mateo.

-Ya basta – sentencio severo, Adam se preocupó al ver la expresión en el rostro de su chico

-y que vas a hacer…. Mariquita- se burló Raúl, a lo que Alejandro respondió con un ligero empujón al chico moreno, sin embargo, no midió su fuerza y lanzo al otro contra la silla casi haciéndolo caer de ella. Raúl era un chico fornido, también hacia pesas; pero la fuerza que sintió del empujón de Alejandro lo hizo acobardarse, no quería saber que más era capaz de hacer ese “mariquita”. Adam por su parte estaba ayudando a Mateo a levantarse, para luego intervenir en la discusión.

-Amor vámonos, tienes la presentación en cinco minutos y yo tengo clase… - el más alto asintió rodeando con su brazo los hombros de Adam, mientras le preguntaba a Mateo si estaba bien, este le respondió que sí; procedieron a retirarse los tres.

-Eso váyanse cobardes- esta vez fue Sofía la que quiso hacer el papel  de valiente. Adam ya cansado de tanta majadería tomo una ramita del suelo, volteo mirando a la chica y la lanzo directo al vaso que tenía ella en sus manos rompiendo el mismo y regando el café tibio sobre el vestido de la chica, esta quiso a responder algo, pero fue detenida por Raúl que le mostró como la ramita que había lanzado el segundo “mariquita” estaba incrustada en el muro de concreto justo detrás de ella.

 

Ese mismo día por la tarde-noche se encontraban reunidos los cuatro amigos en un pequeño café-bar a las afueras de la ciudad, ni Adam ni Alejandro tomaban, pero ante la insistencia de Martha decidieron reunirse ahí.

-Y entonces el bobalicón quedo sentado por el empujón de Alejo y eso que solo uso sus dedos- contaba Mateo, mientras su hermana escuchaba atenta.

-Maty no le des más importancia al asunto, esos idiotas no merecen que hablemos de ellos- interrumpió Alejandro.

-Estoy de acuerdo- Secundó Adam -Más bien como les termino de ir en el semestre- miro a los dos hermanos.

-¡Genial! Ya hablé con una profesora para empezar con mi tesis el próximo semestre- Mencionó emocionada Martha mientras levantaba su copa con un coctel de color rosa.

-yo casi no logró terminar, pero logre sacar un 3.0 en ese proyecto final y con eso me doy por bien servido- Mateo se recostó en su silla mientras bebía una cerveza.

-Eres un vago, le voy a decir a papá para que te quite la tarjeta de crédito- amenazo Martha a su hermano.

-Calla, ni se te ocurra- replico su hermano, los otros dos chicos los miraban divertidos -ja… pero hubieran visto a Alejo exponiendo, fue el mejor de la clase. Hasta le hicieron un reconocimiento- comento señalando con el pico de la botella a su amigo.

- ¿enserio amor? Felicidades- Adam beso sus labios- ¿Por qué no me habías dicho? -

-Gracias bebé, es que no creí que fuera tan importante- se defendió

- ¿Cómo qué no? Es super importante, mi chico además de guapo es inteligente-

-Awww hermoso, pero sabes que no lo hubiera logrado sin ti – los dos estaba muy juntos siendo melosos entre ellos.

Mateo y Martha los miraron enternecidos.

-Quiero una novia- Hablo Mateo mientras se tomaba el ultimo sorbo de su cerveza.

-Con lo feo que eres nunca vas a tener una- se burló, su hermana.

-Martha, no es por defender a Mateo, pero ustedes son gemelos… así que…-menciono Adam, Martha solo resoplo ofuscada.

-No importa igual yo soy más bella- Mateo se burló al verla haciendo una pataleta. -Bueno, ya basta de burlarse de mí, los trajimos acá a los dos para una propuesta-

-Si, si Diles hermanita- interrumpió Mateo abriendo ya su sexta cerveza, parecía que ya empezaba a estar ebrio.

-Bueno ya que termino el semestre y a todos nos fue muy bien…o bueno a casi todos- volteo a mirar a su hermano mientras bebía otra cerveza-mi mamá nos dijo que podíamos quedarnos con amigos una semana en la casa de la playa que tenemos, y… queríamos invitarlos a ustedes-

-Te agradezco que nos hayas invitado, pero yo creo que no voy a poder…- empezó a decir Adam.

-No le hagas caso, nosotros vamos a ir- interrumpió Alejandro.

-Pero amor, no tengo…- Alejandro lo interrumpió con un beso -Amor… déjame- volvió a interrumpir -Hablar…-

- ¡No! Sé lo que vas a decir y no te voy a dejar, así sea amarrado te llevo- Martha se río.

-No te preocupes… no vamos a gastar mucho, la casa es nuestra… y tenemos comida suficiente…- comento Mateo ya notándose lo ebrio que estaba.

-Además la idea era irnos por carretera para disfrutar el viaje – completo Martha.

-Ves amor, yo te llevo en mi auto y no gastas un peso- secundo emocionado Alejandro.

-Bueno, está bien, pero déjame ayudarte con la gasolina, aunque sea- Cedió Adam ante la presión de los otros tres.

-Si amor como quieras- Alejandro sonrió victorioso, no le iba a dejar gastar un centavo, pero no le iba a decir en ese momento.

Continuaron por unas horas más hasta que Mateo literalmente estaba en coma etílico, así que Martha con la ayuda de sus dos amigos lo subieron en un taxi, ya que ella también había tomado un poco, no podía conducir. Antes de irse quedaron que saldrían el lunes en la mañana desde la universidad, que era el punto medio a donde todos vivían.

-Ven amor te llevo a casa, Doña Orquídea debe estar enojada – comento Alejandro. Adam solo rio recordando que ayer no había ido a la casa y aunque le avisó que no llegaría a su abuela para que no se preocupará, ella siempre se preocupaba.

-¿Grandulón y si te quedas el fin de semana conmigo?- Alejandro lo miro ilusionado -mi abuela estaría feliz y pues ya tienes bastante ropa en mi casa- Obviamente el chico no iba a decir que no, solo hizo una llamada para avisarle a su hermana, por cualquier cosa.

Notas finales:

Espero les haya gustado


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