A la mañana siguiente las cosas parecían normales, las noticias en el radio indicaban como la bestia de agua había desaparecido sin causar ningún daño sobre el bazar, además de haberlo mojado.
Mateo y Martha estaban en la concina preparando algo para desayunar, Adam los saludo acercándose a ver en que podía apoyar, mientras Alejandro seguía dormido.
-Ayer te perdiste Mateo, Alejo y yo queríamos ver si nos acompañabas a dar una vuelta- menciono el pelinegro mientras cortaba fruta.
-Ay Adam, lo siento, pero realmente no quería hacer mal tercio- contesto mientras le daba un mordisco a una pieza de pan. – ayer fui a un bar a ver si conocía alguna chica linda- Marta lo golpeo con el cucharon que estaba usando para remover los huevos revueltos.
-y…. ¿no supiste nada del lio que se formó anoche en el bazar? - indago Adam curioso.
-Para nada, yo estaba del otro lado del pueblo… me vine a enterar esta mañana cuando Martha encendió la radio-
-Y tu – pregunto a la chica, esta lo volteo a mirar
-A mí ni me preguntes yo quede, como un tronco anoche, pudo caer un meteorito y ni me enteraba- Adam no pregunto nada más.
-Y ustedes como lograron salir- pregunto Mateo ya colocando unos platos en la mesa.
-Pues con Alejo estábamos sentados en un parque un poco lejos del lugar, así que cuando escuchamos los gritos solo salimos corriendo- era una verdad a medias.
Mientras tanto en la habitación Alejandro se movía incomodo buscando con su brazo a su acompañante, al no encontrarlo abrió los ojos dándose cuenta de que ya había amanecido, se tallo los ojos, se colocó un pantalón de sudadera y salió guiado por el olor.
-Buenos días- Saludo a los presentes, mientras aún bostezaba.
-Buenos días, Alejo- Saludaron los dos gemelos al unísono.
-Hola amor- contesto Adam dándole un beso en los labios que fue bien correspondido por el más alto -Mira te prepare fruta picada y Martha preparo huevos- entregándole su ración.
-Gracias lindo- recibió los dos platos -Y gracias a ti también Martha- le sonrió a la chica, que solo le restó importancia diciéndole que no era nada.
-Jo… Bro pero tú no pierdes el tiempo en el gimnasio- comento Mateo, cuando ya todos estaban sentados en la mesa -Cada uno de esos pectorales es del tamaño de mi cabeza-
-Maty tengo más musculo en uno de mis brazos que tú en todo tu cuerpo- Respondió Alejandro en modo de broma
-Que eres un debilucho dice- Completo Martha, ocultando su risa con una pieza de pan.
-¿Qué es hoy ¿ el día de molesten a Mateo- hablo de sí mismo en tercera persona -Dile algo al grandulón, Adam- señaló al mencionado con su tenedor lleno de jamón.
-lo siento Mateo, pero las verdades no se discuten- Respondió el aludido.
-Qué dices si tú también estas bastante delgado, deberíamos defendernos entre nosotros- Mateo lucia serio en su alegato.
-Uhmmm ni tanto- Adam se quitó la camiseta mostrando que él también tenía buena proporción de musculatura y sobre todo estaba muy bien definido-Sabes que yo entreno en el gimnasio de la universidad, y a veces Alejo me ayuda con las rutinas- finalizo regresando a su desayuno, Mateo al verse solo acudió a su hermana con la mirada.
-A mí no me mires, tu hasta barriguita tienes- comió un bocado de jamón-Algo de ejercicio sí deberías hacer- el chico simplemente se quejó de: lo malos amigos que eran todos.
Mas tarde ese día se encontraban todos en la playa, Mateo Haciendo un castillo de arena, Martha recostada en una toalla bajo una sombrilla, mientras se aplicaba bloqueador solar, y los otros dos chicos jugando en el Mar.
-¿Gatito, no deberías aplicarte tú también bloqueador solar?- Pregunto Adam nadando hacia su novio.
-Bebé, mis poderes vienen del sol… yo no me voy a quemar- estaban lo suficientemente lejos de la orilla así que nadie los estaba escuchando-tu sí deberías ponerte un poco-
-Amor, soy mitad planta- le sonrió salpicándole agua en el rostro, a lo que el más alto respondió empezando a juguetear de nuevo. Sin embargo, el jugueteo se detuvo cuando Adam se quedó quieto mirando a todo lado.
-Siento la misma magia de anoche- menciono, ambos se pusieron alerta. No tardo más de unos segundos desde que Adam sintió la anomalía cuando la arena de la playa se empezó a levantar formando un gigantesco goleen de arena, toda la gente de la playa empezó a huir, y por lo que lograron ver tampoco estaban ninguno de los dos hermanos a la vista.
Adam se transformó de inmediato y voló hasta llegar con la criatura, por su parte Alejandro estando más preparado que la noche anterior se ocultó bajo el agua para presionar un botón en su reloj que desplego su armadura, una vez con ella fue a ayudar a Lifeleaf.
La pelea era difícil pues: de nuevo la criatura estaba hecha de un material poco consistente y sumado a que cada vez que era atacada por los rayos de Highstar se fundía la arena formando cristales de cuarzo que la bestia usaba como proyectiles.
-Amor, ya vi el objeto encantado- menciono Highstar esquivando una oleada de arena.
-Vale, lo inmovilizaré destrúyelo en cuanto puedas – Lifeleaf bajo poniendo sus manos en el suelo, de pronto cientos de raíces empezaron a crecer en la arena de la bestia reduciendo su movilidad, lo cual aprovecho el otro héroe para cortar con su espada una pala de plástico que estaba en la “cabeza” del monstruo, en cuanto el sello se rompió toda la arena se colapsó al suelo.
-¿Una pala?- Adam observaba el objeto, haciéndose varias preguntas internas.
-Amor, vámonos ya viene la gente – hizo caer en cuenta Highstar, ambos volaron detrás de unas rocas rompeolas, donde recuperaron sus formas civiles.
-Que buena idea la del reloj- menciono Adam cuando iban caminando de regreso a la playa.
-Sí, después de lo de ayer mejor que no me cojan desprevenido-
-Si, hoy había mucha más gente en la playa, creo que alguien trata de exhibirnos – Alejandro adoraba la capacidad de deducción de Adam, pocas veces se le escapaba algo.
-y ¿sabes quién puede ser? – pregunto mirando a los alrededores que nadie los escuchara.
-Tengo sospechas, pero… mejor reúno más pistas, antes de decirte algo- el más alto le hizo un puchero.
-Vamos bebé dime..- lo tomo por la cintura y lo levanto en el aire cargándolo contra su pecho.
-Ten paciencia grandulón- contesto rodeándolo con las piernas y besando su nariz.
-¡Paguen Hotel!- escucharon un grito, era una voz conocida así que no le tomaron importancia, era Mateo venia junto a su hermana.
-¿Qué se hicieron los estuvimos buscando por todo lado?- pregunto la chica.
-Ehh- balbuceo Alejandro, ya que no se les había ocurrido una coartada.
-cuando apareció la bestia de arena, era muy peligroso regresar a la playa- interrumpió Adam -Así que nadamos hasta el rompeolas- la rapidez y seguridad con la que Adam dijo la mentira sorprendió a Alejandro- y… ustedes ¿Dónde estaban? Desaparecieron muy rápido-
-Mateo se enterró un pedazo de coral en el dedo mientras jugaba con la arena y fuimos a buscar algo con que curarle la herida- Respondió Martha y Mateo les mostró su dedo envuelto en gasa.
-justo eso cuando nos fuimos apareció el monstruo de arena –
-Mira, que buena suerte- Agrego Alejandro sonriendo.
El día continuo con normalidad
Esa misma tarde se encontraban los dos en la habitación que compartían en la casa de playa.
-Amor, te puedo hacer una pregunta y no te enojas- Estaban acostados en la cama Adam recostado en el pecho de Alejandro mientras veían una película.
-Claro gatito, dime que sería- respondió Adam abrazándose más al pecho del otro. Realmente esa posición le parecía muy cómoda.
-Adam, ¿alguna vez me has mentido? - Adam se levantó a mirarlo -es que… vi cómo le mentiste tan fácil a Mateo y…- no sabía cómo continuar la oración.
-Y empezaste a dudar de mi- Adam se sentó en la cama mirándolo muy seriamente.
-no, no – contesto rápidamente sentándose también en la cama, Adam lo miro inquisitivo -Bueno sí… lo siento- bajo la cabeza -Sabes que olvídalo, no es importante-
-si lo es, y te voy a ser honesto- el otro chico lo miro interesado -Obviamente si te he mentido, te mentí con mi identidad secreta durante varios meses, y tú también- pauso un segundo-también te mentí sobre que me cae bien tu hermana, no es cierto aun le tengo desconfianza.. también te mentí sobre: que me siento bien cuando me regalas cosas, en realidad me hace sentir incomodo, pero sé que lo haces por amor y juro que estoy intentando mejorar eso… y así sobre pequeñas cosas…. Entiendo tu inseguridad, pero créeme que intento ser lo más honesto contigo por eso te pido que no desconfíes en mí. - Adam lo miraba seriamente se notaba que fue un esfuerzo para él decir todo eso.
Alejandro esperaba un discurso sobre que “él nunca le había mentido”, pero lo que recibió extrañamente lo hizo sentir mejor, porque estaba siendo honesto con lo importante.
-O sea que no te cae bien mi hermana… eh- el pelirrojo sonrió- no importa, a mí tampoco me cae muy bien que digamos… pero es buena chica – Adam lo miro sorprendido por el comentario.
-¿O sea estamos bien?- pregunto Adam un poco temeroso.
-Por supuesto, me hubiera sentido mal si me dices que nunca me has mentido lo cual es ridículo – sonrió para trasmitirle confianza al otro. – todo el mundo lo hace, en cosas pequeñas o para evitar líos, sin embargo, mi preocupación era porque me sentí inseguro, pero al oír tu respuesta me di cuenta de que estaba siendo un bobo y que tengo un novio muy maduro-
-No eres bobo- Adam se le acerco tumbándolo en la cama-solo un grandulón muy sexy- antes de que el otro pudiera comentar algo, Adam ya lo estaba besando, así que solo se dejó llevar.