El itinerario de mitad de semana incluía un viaje en lancha hasta una de las islas cercanas, llamada la isla de los monos, por la cantidad de primates de diferentes especies que allí habitaban, Adam especialmente deseaba ver la fauna y flora del sitio.
El viaje en lancha fue divertido, el viento y el agua salada golpeaban el rostro de los cuatro chicos mientras que el sol resplandecía en lo más alto. Martha estaba preocupada por colocarse el bloqueador solar mientras Mateo jugaba con las banderillas que decoraban el bote.
-Amor, mira- Grito Adam emocionado halando del brazo a Alejandro, a babor se encontraba una escuela de delfines saltando muy cerca del bote. El chico al ver las criaturas se emocionó, olvidando donde estaban: abrazo por la espalda a Adam mientras apoyaba su barbilla en su hombro.
El conductor del bote los miro con asco sin hacer ningún comentario, estaba relativamente acostumbrado a ver estas escenas ya que lidiaba con turistas constantemente.
-Igual están pagando..- susurro lo suficientemente bajo para que ninguno de sus clientes lo oyeran.
A los pocos minutos el bote arribo en uno de los puertos de la isla, aunque era una reserva natural se notaba que también era una atracción turística pues estaba lleno de vendedores y restaurantes. Los dos hermanos tenían interés en ver las tiendas mientras que la pareja quería ir directamente al sendero ecológico, así que se separaron quedando de verse por la tarde en el mismo puerto.
-Amor…. ¿no debimos contratar un guía? – pregunto Alejandro, mientras espantaba la nube de mosquitos que lo asediaban. Estaba cruzando la entrada del sendero Ecológico los dos solos.
-no es necesario, yo soy tu guía, además si contratáramos uno tendríamos que ir con todo un grupo y me da pereza- contesto Adam caminando fresco en medio de los grandes árboles.
-entiendo…- Alejandro seguía luchando con los mosquitos - ¿Por qué a ti no te están molestando estos bichos? Mírame ya tengo los brazos llenos de picaduras- mostró sus lastimados brazos.
-oh disculpa gatito- La mano de Adam se ilumino en un color verde pálido alejando todos los insectos de encima del otro chico -te dije que te pusieras una camisa de manga larga, pero no me hiciste caso- regaño, mientras pasaba su mano iluminada ahora en un color azul aguamarina, curando las heridas hechas por los insectos.
- ¿Cómo hiciste eso? - pregunto al verlo alejar los mosquitos, Adam lo miro incrédulo
-Amor, controlo la naturaleza decirles a los mosquitos que vayan a buscar hemoglobina a otro lado es muy sencillo- termino de sanar los brazos del chico y para continuar con su recorrido.
-Vaya.. sí que es útil eso ahora mismo –
La isla no solo tenia muchas especies de monos, también había diversos tipos de flores, aves y artrópodos de todos los tamaños y colores; algunos tan grandes que hicieron gritar del susto al más alto, que descubrió le tenía fobia a cualquier bicho, mientras observaba aterrorizado como Adam los manipulaba sin asco o miedo.
-Ven extiende tu mano- pidió Adam a Alejandro que estaba un poco cohibido.
-¿Qué vas a hacer?- el chico lo miraba con desconfianza, en sus manos tenía un insecto de unos 15 centímetros de color rosa.
-Voy a ayudarte con esa fobia que tienes, vamos extiende tu mano- Alejandro le hizo caso, temeroso extendió la mano-te prometo que no te hará nada- con cuidado paso el insecto de su mano a la palma del otro chico, que se notaba bastante nervioso -Es una mantis de las orquídeas, un espécimen bastante grande debo decir- explico Adam mientras sostenía la mano del mas alto con el propósito de calmarlo.
-Es…. Linda- Alejandro aun estaba nervioso, pero al ver que el insecto no le hacía ningún daño, junto con la confianza que le transmitía su novio, se tranquilizó y pudo observar mejor el bicho. -oye realmente es muy linda, ¿para qué son esas garras que tiene como manos? – pregunto, para luego obtener su respuesta de primera mano cuando una mosca paso volando cerca a la mantis y esta de un zarpazo la atrapo en el aire para luego comerla.
-Bueno para eso…- concluyo Adam riendo
-sorpréndete- fue lo único que pudo decir el pelirrojo, realmente Adam sabia bastante sobre la fauna y flora que encontraron durante el camino, pues le explicaba con mucho cariño y paciencia, además de disfrutar de su compañía.
Siguieron caminando por una hora más, hasta que llegaron al centro de la isla donde había un cráter de un volcán colapsado.
-Este parece ser un excelente lugar para almorzar- comento emocionado Alejandro sacando de su mochila una bolsa con emparedados y una toalla.
-buena idea- comento el otro, usando sus poderes para despejar un claro en el que se pudieran sentar.
Sin embargo, como se había hecho costumbre estos días las cosas no pudieron terminar bien. Apenas se sentaron la tierra empezó a temblar, las rocas volcánicas empezaron a agruparse en una enorme bestia de roca que escupía lava.
-Nooooo, yo tengo hambre- se quejó Alejandro, estaba a punto de darle un mordisco al emparedado cuando se formó la criatura.
-tranquilo sigue comiendo, yo me encargo- Adam tomo las riendas del asunto, rodeado de vegetación los poderes del chico se incrementaban bastante. Con avidez las raíces empezaron a destruir todas las rocas, la bestia se defendía escupiendo lava, pero era fácilmente esquivada por Adam.
Finalizo la pelea cuando con destreza Adam destruyo el objeto que mantenía la invocación el cual se encontraba encerrado en la roca que el goleen tenía como cabeza.
-¿una bandera?- pregunto Alejandro cercándose a su novio que sostenía el objeto mientras lo miraba detenidamente -¿Ya tienes algo, cierto?-
-Si, ponte tu traje… te explico en el camino- el más alto le obedeció, siguiendo a Lifeleaf mientras volaban a la zona turística de la isla.
-Ahí están- Lifeleaf bajo hasta donde se encontraban los dos hermanos, una zona bastante alejada de las demás personas -Bueno, ya fue… ahora me van a explicar que significa esto- hablo encarando los dos hermanos mientras les mostraba la bandera rota.
-¿amor, que ocurre?- el vuelo había sido bastante rápido, así que Highstar aun estaba confundido ya que Lifeleaf no le había alcanzado a explicar.
-Ustedes dos sí que son obvios- Menciono Martha.
-lindos trajes, pero deberían disimular un poco más- agrego Mateo.
Highstar se palmeo la cara, debía cuidar mas sus palabras cuando estaba transformado.
-Es cierto, hemos sido descuidados… pero ahora explica esto- volvió a acusar Lifeleaf mientras se des-transformaba.
-Antes de explicarte Adam, dime como lo supiste… fuimos muy cuidados- Pregunto Martha.
-No fue fácil pero uniendo los cabos lo logre, eran elementales invocados con objetos que estaba relacionados con ustedes, primero una concha de una almeja cuya especie solo he visto enfrente de la casa de playa, luego una pala de plástico que era exactamente igual a tenia Mateo mientras jugaba haciendo castillos de arena y finalmente esto… una banderita del barco en el que veníamos que curiosamente desapareció de justo el lado donde Martha estaba sentada.- Alejandro lo miro sorprendido, definitivamente Adam tenía una capacidad de observación increíble. -Ahora si nos explicas-
Martha se sorprendió, el parecer no había sido tan cuidadosos, así que viéndose acorralada explico.
-Bueno, como ya habrás deducido mi hermano y yo somos uhmm ¿hechiceros? Si creo que es la palabra más adecuada, a diferencia de ustedes dos no estamos interesados en ser “héroes”- hizo las comillas con los dedos – los dos habíamos sospechado de ustedes, y más aún cuando vimos como los dos héroes se empezaron a llevar mejor de un momento a otro, así que decidimos hacer la prueba-
-Ambos invocamos esos elementales para verificar- Mateo interrumpió mientras les mostraba unas fotos que él había tomado, en ellas se encontraban ellos dos y se veía como se transformaban, en la playa y en el bazar incluso en medio de la selva. -no nos mal entiendan, si notan no causamos daños grandes y nunca quisimos lastimarlos, solo queríamos saber si eran ustedes-
-¿y no podían preguntarnos?- inquirió Alejandro.
-Si les preguntábamos ustedes simplemente lo negarían, necesitamos pruebas- se defendió Martha
Adam que hasta ese momento se encontraba en silencio, se estaba poniendo rojo, Alejandro entendió que estaba enfadado.
-Amor no vayas a enojarte- intervino Alejandro tomándole la mano, este la apretó con fuerza.
-Tranquilo, no voy a hacer nada loco- dijo mirándolo, para luego voltear a ver a los otros dos -primero que nada ¿qué van a hacer con esa información? – Adam los escrutaba fijamente con la mirada.
-Nada, solo queríamos – Mateo pensó sus palabras -¿Saber?- subió los hombros intentando restarle importancia
-Lo sentimos- concluyo Martha.
-Ok, o sea que por un tonto juego nos arruinaron el tiempo juntos tres días…- Adam se sobo el puente de la nariz. – además nos arruinaron el almuerzo hoy… así que a modo de disculpas tendrán que invitarnos a comer, y Alejo no come poquito—los gemelos suspiraron aliviados entendiendo que con ese comentario Adam los había perdonado