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Luz y Vida por sora-sempai

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Notas del capitulo:

día cuatro, las cosas se están poniendo densas.

Después de haber discutido un par de veces más por arruinar lo que pretendía ser unas tranquilas vacaciones y un almuerzo bastante sustancioso que Alejandro aprovecho gustoso; las cosas parecían haberse arreglado.

El cuarto día de las vacaciones comenzaba con entusiasmo por parte de todos, se centraban en la visita a un acuario que servía como refugio a animales marinos rescatados. Sin embargo, Mateo no tenía ningún interés en ir con su hermana y la pareja a hacer de candelabro así que en cuanto pudo se escabullo lejos sin que los demás se dieran cuenta.

Su plan era simple, dar una vuelta por el lugar, quizás ir a un bar o club e intentar ligar con alguna chica, o al menos beber un poco.

Camino por alrededor de una hora por el bazar, hasta llegar al parque del pueblo. Alrededor del mismo se encontraban varios café-bar, cafeterías, restaurantes fruterías y tiendas de ropa; a esa hora del día le fue imposible encontrar un bar abierto, así que decidió entrar a una cantina de mala muerte, tomaría hasta quedar en coma etílico.

No estaba seguro de cuantas horas habían pasado, pero ya se había bebido cerca de ocho cervezas y media botella de tequila, se sentía eufórico y mareado mientras de divertía jugando una partida de billar con otros hombres igual o más borrachos que él en aquella cantina. No estaban apostando, únicamente golpeaban la bola con el taco lo mejor que sus reflejos alterados les permitía.

Mateo se estaba aburriendo, aún era temprano para ir a una discoteca a bailar. Sin embargo, uno de los hombres se le ocurrió la maravillosa idea de cambiar de juego, de billar a póker; obviamente apostando, para hacerlo interesante. El rubio sin mucho más que hacer acepto y empezaron a jugar.

Poco tiempo después había perdido todo su dinero, sus zapatos y su reloj; logrando salvar únicamente su celular. Al no tener nada más que apostar sus nuevos “amigos” lo tiraron a la calle, como si fuera un costal de basura. Así que ebrio, mareado, sin zapatos y sin un centavo empezó a caminar por las calles de aquel pueblo.

Intento marcar a su hermana para decirle que le fuera a recoger, pero como si se tratara de una conspiración cósmica, su celular se apagó quedándose sin batería.

No sabía que horas eran exactamente, pero estaba oscuro y la gente se empezaba agolpar en las entradas de bares y clubs, ya abiertos. Decidido pedir ayuda a un grupo de jóvenes que parecían ser turistas también, pero lo único que obtuvo fue un empujón que lo lanzo sobre un charco, dejándolo empapado. Definitivamente no estaba siendo su mejor día, como pudo en medio de su conciencia nublada llego al parque nuevamente, acostándose en una de las bancas, cerro los ojos esperando que cuando los abriera tuviera la mente más clara.

En otro lado del pueblo, los tres chicos habían terminado su largo recorrido por el acuario, regresando a eso de las ocho de la noche a la casa de playa.

-Chicos, estoy preocupada- menciono Martha mientras miraba su celular

-¿Qué paso?- pregunto Adam.

-¿No ha notado que nos falta algo?- los miro con una ceja levantada, a lo que los otros dos la miraron sin saber a qué se refería -Ustedes definitivamente están en una nube, Mateo se separó de nosotros recién iniciamos el recorrido, y no he tenido noticas de él, hasta ahorita que recibí una llamada pero se cortó… y me preocupa, con lo loco que es cualquier cosa le pudo haber pasado- Martha daba vueltas en la sala de la casa de un lado a otro.

-Y no puedes localizarlo con magia, ustedes son algo así como los “gemelos místicos”- Comento Alejandro.

-Ya lo intenté y no logro encontrarlo, debe estar inconsciente- Respondió la chica.

-uhmm entonces es grave, tranquila amiga creo que puedo ayudarte- Adam tenía una idea, los otros dos lo miraron atentamente. El chico se sentó en el suelo en pose de loto cerrando los ojos, pocos segundos después centenares de insectos brillantes empezaron a volar alrededor del cuerpo del chico, cuando Adam volvió abrir los ojos la nube de insectos voló en todas las direcciones posibles. – ahora solo nos queda esperar, si alguno de mis chicos lo encuentra te avisare de inmediato- La idea de esperar más no entusiasmaba mucho a la chica, pero tener a cientos de ojos buscando a su hermano la tranquilizaba.

 

El dolor de cabeza que mateo sentía en este momento no tenía nombre, le dolía hasta pensar, abrió los ojos con esfuerzo dándose cuenta de que estaba en una habitación completamente blanca, rodeado de separadores de hospital.

-¿Me trajeron a un hospital? – el lugar olía a desinfectante y hacía mucho frío.

-No es un hospital, es una morgue- escucho como una voz femenina le respondía del otro lado del separador -pensé que ya no ibas a despertar, es una lástima- reconoció de inmediato a la persona cuando esta movió la tela y se dejó ver.

-¿Doctora Paulina?- después de escuchar tantas veces como Adam se quejaba de ella y como le daban ganas de vomitar cada que estaba cerca, sería imposible si no la reconocía.

-oh me reconoces…- la mujer parecía sorprendida.

-Si, soy amigo de uno de sus alumnos- respondió mateo

- Que pequeño es el mundo- respondió la doctora mientras buscaba algo en la mesita que estaba al lado de la camilla.  La mirada de la mujer era fría y fija, algo que asusto al chico

-¿Qué está haciendo? – pregunto mateo cuando vio la jeringa que tomaba del cajón y rellenaba con el líquido de una ampolleta que saco de uno de los bolsillos de su bata.

-Terminando el trabajo- respondió aun con la mirada fija en la aguja. -ahora, se un buen chico y no te muevas esto no te dolerá y terminará más rápido de lo que imaginas- Paulina empezó a acercar la aguja al brazo de mateo con la intención de inyectarlo, el chico de inmediato y por acto reflejo invoco un sello de protección mandando a volar la jeringa y haciendo retroceder a Paulina un par de pasos por la impresión -Que interesante- la inmutable expresión de la mujer cada vez le inquietaba más a Mateo.

Con las pocas fuerzas físicas y aun mareado, se puso de pie enfrentando a la mujer.

-Aléjate – amenazo cerrando sus puños, dos runas se formaron en sus manos indicando que estaba en guardia

-Orden en la derecha y Caos en la izquierda- dijo la mujer ignorando a al chico.

- ¿Las puedes leer?- pregunto sorprendido el idioma de las runas era muy antiguo y poca gente lo conocía, la mujer nuevamente lo ignoro.

Mateo no pudo volver a replicar nada pues en la por la puerta de la habitación habían entrado  dos criaturas de forma humanoide, altos, robustos y deformes, cada uno tenía cuatro brazos, y cada brazo de distinto tamaño el rostro de las criaturas estaba lleno de suturas, sin boca y con un solo ojo; La imagen y el olor casi hicieron vomitar a Mateo.

-atrápenlo, vivo o muerto … me da igual- la mujer dio la espalda con la intención de retirarse -tengan cuidado con su mano izquierda- comento antes de cerrar la puerta dejando el recinto.

-Sii…. Aama- contestaron al unisonó los dos monstruos, lanzándose sobre Mateo, él esquivaba los ataques de los dos monstruos con esfuerzo, con su mano derecha invocaba escudos que lo protegían mientras con su mano izquierda lanzaba misiles de energía para alejar los ataques de las dos criaturas.

Mateo no era atlético de ningún modo, así que pronto empezó a cansarse, estaba perdido si no encontraba rápido algún modo de salir de ese lugar.

-No me queda otra opción- con preocupación en sus ojos, opto por una medida desesperada: junto sus dos manos y con ello las dos runas, que al chocar entre si causaron una explosión tan potente, que todo el edificio voló en pedazos.

Como pudo se levanto en medio de los escombros, logrando ver que el edificio estaba en medio de la nada, alrededor solo había inmensas llanuras cercadas por alambre eléctrico para retener el ganado. Empezó a caminar hacia donde creía quedaba el mar, con la intención de encontrar el pueblo, sin embargo, por el golpe y su mareada cabeza conectar ideas le era difícil, lo único que tenia claro es que debía huir del lugar; no tenia idea si esas criaturas estaban “vivas” aún o si lo estaban siguiendo.

Después  de media hora  de huida ya estaba cansado, la larga caminata y el sol abrazador le estaba pasando factura; deshidratado se dejó caer las raíces de un árbol en medio de la nada. Necesitaba seguir, pero sus piernas ya no respondían.

-No puedo creer que moriré en un lugar así- alrededor de él solo había vacas y mucho pasto -No tengo fuerza ni siquiera para usar magia- suspiro empezando a cerrar sus ojos, cuando estaba a punto que quedar dormido sintió un cosquilleo en su nariz; volvió a abrir los ojos para darse cuenta de que era un insecto de color verde brillante.

 

 

Paulina estaba enojada, su morgue fue destrozada por un pequeño mago, y todo porque había confiado en sus inútiles sirvientes.

-Búsquenlo, yo misma lo mataré- ordeno a unos a 10 murciélagos esqueléticos, los cuales volaron en cuanto ella dio la orden con la mano.

Mientras cadáveres de personas reanimadas movían los escombros para rescatar todo el material de laboratorio. Poco tiempo después uno de los murciélagos regreso indicándole donde se encontraba.

-Si quieres que algo se haga bien, debes hacerlo tu misma- dijo mientras montaba un caballo esquelético que sus sirvientes descerebrados le habían traído, cabalgó cerca de un kilómetro cuando lo vio recostado al pie de un árbol, cuando el chico se dio cuenta de la presencia de la mujer intento levantarse y huir, pero cayó de nuevo al suelo, apenas se podía mover.

-Para ser una pequeña rata, me has traído muchos problemas- Paulina se acercaba caminando lentamente, invoco su hoz, la guadaña era de color blanco amarillento hecha de hueso tallado y con calaveras en la cabecera del filo. -Voy a disfrutar muchísimo esto- levanto el arma dispuesta a decapitar al chico, pero cuando intento bajar la cuchilla, no pudo, estaba completamente atada por lianas. -Esto se está poniendo cada vez más interesante - las lianas levantaron a la chica lanzándola varios metros lejos.

-Aléjate del chico, ahora está bajo nuestra protección- amenazó Lifeleaf detrás de él se encontraba Highstar.  Los dos héroes hacían de primera línea mientras más atrás Martha levantaba a su hermano.

-Tranquilo, te sacaré de acá- susurro su hermana, abriendo un portal -¡se los encargo, chicos¡ – grito a los dos héroes, para luego atravesar el portal junto a su hermano.

En el otro lado del campo Paulina se recuperaba del ataque de Lifeleaf, en sus planes aún era muy pronto para enfrentarse a los héroes, pero podría aprovechar la oportunidad, estaban en su territorio.

-Ya sabemos que estas detrás de todos los ataques de muertos vivientes en la ciudad- Reclamo Highstar apuntando con el dedo a la mujer que se estaba limpiando la bata.

-Que inteligentes son- respondió sarcásticamente –pero saben, es buena noticia que estén acá—su mirada era serena, camino parsimoniosamente acercándose a los chicos; ambos se pusieron en guardia dispuestos a luchar si era necesario. -Déjenme contarles una historia, hace muchos años antes de que siquiera ustedes nacieran, en este país hubo varias guerras, masacres y asesinatos por parte del estado- hizo una pausa remangándose la bata.

-Lo sabemos, fue una época muy sangrienta… pero gracias a los ancestros de Highstar las cosas pudieron cambiar- respondió Lifeleaf. -no entiendo que tiene que ver con nosotros ahora-

-Que ingenuos si creen que eso es cierto…- rio la mujer -pero ese no es el punto, lo importante es que hubo muchas muertes y para beneficio mío, ahora mismo nos encontramos en una de las fosas comunes donde desecharon cientos de esos cadáveres-  dicho esto los ojos de la mujer se iluminaron de un color azul pálido,  cuando levanto las manos la que tierra empezó a temblar abriendo múltiples grietas, los dos héroes desde el aire observaban como de estas surgían esqueletos humanos, ninguno tenia carne solo algunos aún conservaban algo de ropa.

-Qué diablos es esto- maldijo Lifeleaf al ver que no eran pocos esqueletos, si no centenares.

-Es una pena que hayan muerto hace tanto tiempo- comentó la mujer refiriéndose a que no conservaban rastro de carne -Ahora prepárense para morir- la mujer salto sobre Lifeleaf atacándolo con la guadaña, el chico ágilmente esquivaba los ataques, la mujer no podía volar y él sí, así que aprovechaba esa ventaja. Por su parte Highstar blandía su espada cortando decenas de esqueletos de un solo tajo, a primera vista las cosas lucían favorables para los dos, pero no era así.

La doctora Paulina cada vez era más rápida con su arma, esquivarla se hacía difícil aun con la ventaja del vuelo, y del mismo modo los esqueletos que destruía Highstar, se reconstruían de inmediato, se estaba convirtiendo en una batalla a desgaste. En un rápido movimiento Lifeleaf lanzo una nube de avispas que alejaron por un breve instante a la Mujer de la guadaña, ventaja que aprovecho el héroe para usar sus lianas y empezar con el contrataque, ahora ella la que intentaba esquivar los latigazos desde arriba y las raíces desde el suelo que intentaban atraparle los pies.

Highstar tenía que pensar en algo rápido se estaba viendo acorralado por el ejercito de muertos,  un rayo de luz no era suficiente para acabar a todos de un golpe, pero quizás si distribuía mejor su energía podrían ser más efectivo, dio un salto en el aire elevándose varios metros sobre el suelo y blandiendo su espada de izquierda a derecha disparó una ráfaga de luz en forma de media luna, el golpe incinero a todos los esqueletos que toco evitando que se volvieran a reformar.

-Cool, la llamare ráfaga solar- comento emocionado, mientras seguía lanzando más de estos potentes ataques contra el ejército, diezmándolo rápidamente.

Lifeleaf tenia acorralada a Paulina cuando ella lograba esquivar un latigazo el chico lograba asestarle cinco, que aduras penas la mujer podía mitigar usando su hoz.

-¡Estas acabada!- celebro el héroe cuando en un descuido Paulina  quedo atrapada por unas de las raíces, él de inmediato la hizo creer rodeándola completamente -Ahora vas a hablar, ¿Qué pretendes con todo esto?-  la mujer lo miro y soltó a reír.

-¿Enserio?  Me va a decir que no tienes idea… te creí más listo chico Hada- Lifeleaf no entendía la situación, pero algo no le daba buena espina -además, ¿enserio crees que ya ganaste? Que engreído- El héroe le iba a contestar, pero no pudo una gigantesca mano de carne putrefacta broto de debajo de la tierra atrapándolo, junto con la mano una criatura de al menos diez metros de alto surgió, la peste y putrefacción que emitía eran tan potentes que debilito al chico, al no poder respirar bien.

-Solo te estaba trayendo a esta zona- agrego La mujer zafándose fácilmente de las raicees que la tenían atrapada. -Creo que te sobreestime, si hubiera sabido que esto sería tan fácil…- la mujer río de manera melancólica. Lifeleaf intentaba salir del agarre del gigante, pero su magia estaba siendo bloqueada por la enorme cantidad de magia de muerte que el monstruo expelía.  

A lo lejos Highstar había acabado con su ultimo esqueleto y se dirigía a ayudarle a su compañero, que para sorpresa del héroe lo vio atrapado por el gigante, así que voló rápidamente con la intención de liberarlo. sin embargo, a mitad del recorrido fue interceptado por la guadaña de Paulina, la cual Highstar bloqueó hábilmente con su espada.

-A él lo necesito vivo, por ahora- comento Paulina mientras aún tenían las armas trabadas en combate -pero contigo me puedo desquitar- terminada la frase retrocedió dos pasos, para tomar posición y atacar con su guadaña, dando cinco certeros tajos que destrozaron la armadura del otro héroe. -Ahora, niño…. ¡muere! - grito lanzando de su guadaña un rayo de magia color azul pálido que golpeo a un desarmado Highstar, el chico intento defenderse usando un escudo de luz, pero la fuerza descomunal del rayo lo superaba y por mucho, mandándolo a volar al héroe tan lejos que Paulina lo perdió de vista.

-¿Estas segura que deberías dejarlo?- hablo la luz color azul, saliendo del cuerpo de la doctora.

-Tu magia es necrotizante, si no lo mató el golpe del rayo o la caída después de lanzarlo tan lejos… seguro lo mata la descomposición- comento la mujer, regresando hacia donde estaba el gigante de carne.

Cuando llego donde tenía a su prisionero dio un salto hasta quedar de pie sobre el puño del monstruo, encontrándose con que el chico se había desmayado, en su rostro se notaban marcas de lágrimas.

-míralo que ternura, llora por la muerte de su amado- se burló la mujer -yo de ti no lloraría por él, el destino que te espera es mucho peor-

Notas finales:

si les gusta mi historia les pido el favor comenten, no saben lo importante que es leer que a alguien le esta gustando.

 

:D


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