Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Luz y Vida por sora-sempai

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

y la hisotira continua :D

-Amor despierta, se hace tarde para tu primer día de trabajo- Escuchaba como la suave voz de su amado Adam intentaba despertarlo mientras lo removían ligeramente.

-Bebé aún es temprano, ven acuéstate conmigo- intento buscar a su amado con el brazo, pero Adam ya estaba de pie.

-Gatito, es muy tarde, si no te levantas ya no vas a llegar- Adam camino hacia un espejo para arreglar su cabello. -tu papá se va a enojar si sabe que no llegaste a la oficina temprano-

-Espera…- se levanto de golpe, algo no estaba cuadrando acá -¿trabajo? ¿papá? ¿oficina? - preguntó sin coordinar bien lo que quería decir.

-Cariño, sé que estas nervioso, pero recuerda que después de que nos casamos tu papá te ofreció un trabajo en su empresa- Adam lo miraba como un bicho raro.

-¿Casados?- pregunto Alejandro completamente confundido.

-Amor, ya me estas asustando nos casamos hace quince días- le mostro el anillo -¿también se te olvidó?- algo no estaba bien,  miro su mano encontrando un anillo idéntico, sus recuerdos estaban borrosos, pero estaba seguro que no se había casado,  o sea aun estaba muy joven para ello. Observo el cuarto, no era ni su habitación ni la de Adam, las cosas cada vez resultaban más extrañas. Decidido no cuestionar más, sea lo que sea que estuviera pasando lo averiguaría más tarde.

El chico se levantó, cambio y preparo para irse al supuesto trabajo que tenia con su padre, observo el apartamento estaba decorado tal como le gustaría que estuviera su casa cuando tuviera una, además pudo ver algunos detalles que le llamarón la atención, por ejemplo: en la sala estaban los diplomas de ambos enmarcados.

-¿O sea que este apartamento es nuestro?- susurro para sí mismo.

-por supuesto cariño… hoy estas más raro de lo normal- respondo Adam que lo había escuchado -Bueno Grandulón, me iré a trabajar… te veo en la cena- estaban juntos en la entrada mientras Adam le arreglaba la corbata -Por favor, intenta calmarte tu papá ya nos acepta así que no vayas a pelear con él- definitivamente esto resultaba cada vez más extraño. Despidiéndose con un corto beso tomo rumbo a su supuesto compromiso de oficina, al llegar al edificio de su padre, las cosas extrañas de ese día no pararon: su padre lo recibió con entusiasmo felicitándolo por la boda y disculpándose por no haber asistido, él solo pudo decirle que no se preocupara.

La secretaria de la dirección le indico cual seria su trabajo, como hijo del dueño de la corporación estaría a cargo de la división de tecnología y robótica.

-¿robótica?- preguntó a la mujer que lo llevaba por los pasillos del edificio.

-Por supuesto, usted mismo le dio la idea a su padre para fundarla- le contesto la chica, de nuevo Alejandro no preguntó más.  

Al llegar a la oficina se sentó en el inmenso escritorio, dando dos vueltas en la elegante silla forrada en cuero. La mujer se disculpo para luego salir del lugar.

-No sé qué está pasando, pero cada vez me gusta más- dijo para sí mismo.

El día continuo con normalidad, las sorpresas se estaban volviendo regulares así que decidió no darle mucha importancia, disfrutaba mucho esto. El problema es que por más que intentara recordar algo antes de despertar le era imposible y le dolía la cabeza.

Mas pronto de lo que esperaba, Alejandro se acostumbró a esta hermosa vida, dejándose de preguntar por qué las cosas le parecían extrañas, ya que con el paso del tiempo más se acostumbraba, los días pasaron convirtiéndose en semanas, las semanas pronto se hicieron meses y los meses en años. La vida era perfecta, todos los días despertaba junto a su amado, trabajaba, entrenaba y luego volvía a su casa a cenar con su chico, hacían el amor y luego dormían. Algunas veces rompían la rutina viajando por todo el mundo, Pronto adoptaron una gata de tres colores a la que llamaron Kalico y cuando celebraron su aniversario número ocho decidieron adoptar una bella niña, a la cual siguiendo la tradición de la familia Rose llamarón Iris, las responsabilidades aumentaron considerablemente con la adopción sobre todo porque Adam al estar haciendo su PhD tenía poco tiempo libre, pero entre los dos estaban criando una hermosa y saludable niña.

                                                                                                                              

Una mañana, Adam regresaba de acompañar a Iris a tomar el autobús escolar, ya la pequeña tenia 10 años y llenaba de orgullo a sus dos padres.

-Mira, nuestra pequeña Iris saco otro 5 en un examen- presumió Alejandro al ver entrar a Adam en el apartamento -Es tan lista, seguro lo heredo de mi- canturreo.

-Amor… es nuestra hija, pero no pudo heredar nada de nosotros ¿recuerdas? – corrigió Adam acercándose.

-No me importa, tú eres el doctor en biología, pero yo sé que ella heredo mi la inteligencia y tus bellos ojos-Adam solo rio con melancolía. Alejandro inmediatamente lo notó

-¿Qué tienes amor? Yo sé que lo que dije no tiene sentido, pero no es para que hagas esa cara- Alejandro se acerco al otro chico que se notaba bastante triste.

-No es eso gatito- suspiro -me diagnosticaron cáncer- soltó la bomba dejando boquiabierto al más alto.

-Qué, cuando, por que donde- El pelirrojo no era capaz de articular las oraciones.

-En la medula espinal, hace poco lo descubrieron, parece ser que lo tengo desde hace muchos años y creció silenciosamente- empezó a llorar -No hay nada que los doctores puedan hacer, está, demasiado avanzado, me dieron seis meses- ambos abrazados se consolaron, jurando que pasarían esos seis meses lo mejor que pudieran y que a Iris no le contarían nada, no querían arruinar los días de su preciada hija.

 

Los seis meses pasaron demasiado rápido, la salud de Adam cada vez se fue deteriorando más, al mes tuvo que renunciar a su trabajo como docente de la universidad donde había hecho su pregrado, a los tres meses los dolores de espalda eran tan grandes que tuvo que empezar a usar una silla de ruedas para moverse, a los cinco meses su salud estaba tan mal que tuvieron que internarlo en el hospital. Por más dinero o influencias que tuviera él o su padre no había nada que hacer más que manejar el intenso y agónico dolor que el chico sentía.

Alejandro estuvo a su lado cada minuto desde que habían internado a Adam, su hermana Camila le ayudaba cuidando a Iris, manteniéndola lo más lejos posible de la situación.

-Amor, ve a casa estaré bien… debes cuidar a Iris- Pidió Adam recostado en la camilla, Alejandro no le haría caso, estaba preocupado por su hija, pero sabía que debía estar ahí. Ya que en cualquier momento la tragedia podría ocurrir.

-No lo haré, y lo sabes- respondió este tomando la mano izquierda de Adam, la cual estaba libre del catéter.

-Me alegra que hayas estado conmigo en estos años maravillosos, pero no quiero que me veas así – tosió un par de veces -quiero que me recuerdes en mis mejores fachas- intento sonreírle sin mucho éxito.

-Estaré contigo hasta el último suspiro- Adam apretó su mano, Alejandro el apretó también sintiendo como el agarre cada vez se hacía más suave.

-Adam….-

-¡ADAM!-

-¡AAAAADAM!- Grito levantase de la cama donde estaba, observo la habitación, este no era el hospital, tampoco vea a Adam por ningún lado ¿Dónde estaba?

-¡Chicos despertó vengan rápido!- Esa voz la conocía, volteo a ver encontrándose con la señora Orquídea. Él estaba completamente vendado de su cuello para abajo y no entendía el por qué.  De golpe un dolor de cabeza abrumador lo ataco y con este todos sus recuerdos llegaron: como fueron a rescatar a Mateo, como lucharon contra el ejercito de esqueletos y como intento rescatar a su amado, pero fue reducido fácilmente por la loca de la guadaña.

-Tranquilo cariño estuviste en coma una semana, es normal que te sientas confundido- respondió la mujer sentada a su lado.

-¿Qué?-

Notas finales:

Saludos a los que llegan hasta acá.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).