Cuando abrió los ojos no podía creer la escena, estaba desnudo junto al chico que lo traía loco. Adam aun dormía recostado en uno de sus brazos, con cuidado saco su brazo de debajo de la cabeza del otro para levantarse de la cama. Busco su ropa encontrando un desastre, estaba regada en todo el suelo de la habitación, su bóxer debajo de la cama, su pantalón sobre el escritorio, su camisa estaba destrozada, su chico había sido un poco violento; todos los botones habían sido arrancados. Sin darle mucha importancia igual se la puso y se dirigió al primer piso, cuando Adam se despertará encontraría un delicioso desayuno hecho por él.
El timbre de la casa lo despertó, miro su reloj y eran apenas las 7:30 de la mañana, no esperaba a nadie así que se volvió a acomodar en la cama para seguir durmiendo. Sin embargo, el timbre no dejaba de sonar, fastidiado se levantó se colocó una pantaloneta y bajo abrir la puerta seguro era algún vendedor. Al abrir la puerta, bella fue su sorpresa al ver a Alejandro con la cabeza gacha, parecía un cachorro regañado.
-siento haberte despertado- Adam se sintió como un idiota como había olvidado que pasó la noche con su ahora novio.
- ¿Qué hacías afuera gatito? - pregunto dejándolo entrar, Alejandro por su parte solo se sentó en una de las sillas del comedor.
-Prométeme que no te vas a reír de mi- él otro Solo asintió sin entender muy bien por qué la petición de Alejandro. – bueno... me levante temprano para hacerte un desayuno delicioso, ya sabes cómo en las películas románticas, pero la nevera estaba vacía y en las alacenas tampoco había nada, dije: "pues voy a ir a comprar", tome mi chaqueta, mi billetera y Sali a comprar, resulta que no aceptan ninguna de mis tarjetas en la panadería o en ninguna tienda de este barrio... por si fuera poco, cuando venía de regreso un tipo intento robarme, me toco noquearlo de un puñetazo. – suspiro, Adam imagino el golpe viendo los brazos de su novio y sintió un pequeño escalofrío- y cuando llegué a la casa, me di cuenta que no tengo llaves así que me toco timbrar y esperar a que me abrieras- termino, acurrucándose en la silla.
Adam tuvo que aguantar la risa, la historia era tan adorable como graciosa; se mordió la lengua y lo abrazo tranquilizándolo.
-no tenías que molestarte- como su abuela no estaba a él le había dado pereza comprar víveres.
-yo quería hacer algo especial- Alejandro seguía haciendo pucheros.
-ven deja de hacer caras, vamos a comprar algo en la panadería-lo animó.
Después de desayunar Adam acompaño a Alejandro a compran una camisa nueva, no podía llegar a su casa con esas fachas o lo castigarían eternamente. El más bajo se disculpó de todas las formas que pudo incluso le ofreció que él le compraba la camisa, aunque los precios de la tienda donde las compraba fueran tan altos que con la suma de una camisa Adam comería un mes entero, Alejandro simplemente se negó y le restó importancia. Adam no estaba conforme así que se quedó con la camisa rota con la intención de arreglarla, ante tanta insistencia el pelirrojo debió aceptar.
Se despidieron ese día con la promesa de hablar por chat esa noche y verse en la universidad el lunes.
Cuando Alejandro llego a casa no había nadie, al parecer sus padres habían estado de un viaje de negocios según le contó Angela, una de las muchachas que ayudaban en la casa con el aseo y oficios varios. Se relajo acostándose en su cama, fue una noche maravillosa, aun le dolía un poco su espalda baja, pero de solo recordar todo lo que habían hecho se excitaba; así que para distraer su mente se cambió y se dirigió al gimnasio. Por su parte Adam al llegar encontró a su abuela ya en la casa, bastante morena por el sol y con una bolsa llena de comida y regalos que había traído del viaje.
Todo parecía muy idílico si no fuera porque un par de horas más tarde al noroccidente de la ciudad, de la nada había aparecido una enorme monstruosidad de carne putrefacta y hueso amarillento, media cerca de seis metros de alto, creciendo a medida que avanzaba y lograba capturar víctimas.
El primero en llegar al rescate fue Highstar empezando lidiar con los múltiples tentáculos y garras de la bestia deforme, el olor era casi tan abrumador como la muerte y destrucción que estaba dejando en su avance. Era bastante difícil estando solo pues tenía que lidiar tanto con la bestia como con los civiles que no lograron escapar.
- ¿Dónde esté el chico hojas? - se preguntó a sí mismo mientras con un potente rayo desintegraba uno de los enormes tentáculos, no es que lo extrañara, pero si le hacía el trabajo más fácil ahora que lo pensaba.
Los rayos de luz eran muy potentes, pero le consumían demasiada energía así que invoco su fiel espada solar, para luchar cuerpo a cuerpo contra la criatura. Con agiles movimientos y potentes cortes fue diezmando el ataque de la bestia.
Estaba a punto de conseguir la victoria cortando el ultimo tentáculo, sin embargo, no contaba con que estaba luchando contra una simple marioneta, se distrajo brevemente lo que aprovecho el amo de la bestia para desde la lejanía reintegrar al monstruo y atrapar al héroe por la espalda, chocándolo contra el suelo, Highstar tenía una fuerza descomunal, pero la magia putrefacta que emanaba la criatura además de la peste a carne podrida lo empezó a debilitar; otro de los tentáculos se reformo junto con una enorme púa de hueso afilado que amenazaba con atravesarlo.
-Este no puede ser mi fin- susurro cerrando los ojos esperando el golpe. Sin embargo, nunca llego; al abrir los ojos vio como la púa estaba ligeramente enterrada en su armadura metálica mientras una serie de lianas mantenían paralizado el tentáculo.
-no te quedes ahí como inútil.... Ve y busca el origen de la invocación... yo lo retendré- hablo Lifeleaf mientras intentaba halar la bestia para que le diera el espacio de salir al otro héroe. Highstar en cuanto tuvo la oportunidad salió volando de ahí, intentando ver el origen de la magia putrefacta, regreso siguiendo el rastro de destrucción de la bestia hasta un almacén a un kilómetro y medio de donde estaba peleando Lifeleaf.
En picada entro destruyendo la puerta de un puñetazo, divisando en el centro de la sala un sello hecho con runas y sangre, sin embargo, esta vez no había fetiche, se le hizo extraño así que empezó a buscar por las cercanías. Y no demoro en encontrar algo sospechoso: en medio del polvo levantado cuando destruyo la puerta, vio una figura femenina de cabellera oscura y larga. Se movió lo más rápido que pudo reaccionar, cuando la alcanzo había desaparecido entre las sombras. Frustrado por el escape de la posible culpable Highstar regreso donde dejó al otro héroe, pero este ya no estaba, además ya no quedaba rastro de la bestia, confirmando que la invocadora fue esa chica.
-no le pude agradecer que me haya ayudado.... y tampoco le pude dar la información nueva – susurro-que importa resolveré esto solo- terminó para luego irse del lugar.