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Luz y Vida por sora-sempai

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El fin de semana terminó teniendo que regresar a clases, Adam estaba en su clase de Fisiología la cual era a primera hora en la mañana, hoy tenían la visita de una profesora invitada la cual era experta en regeneración celular, un tema que al chico le llamaba bastante la atención. Su profesor magistral la presento como Paulina Echeverri una aclamada doctora, cuando Adam la vio le dio una sensación horrible, sentía el ambiente pesado y como ella escrudiñaba con la mirada a todos en el aula, le inquietó.

Al terminar la clase Adam salió a toda velocidad se sentía realmente incomodo y con ganas de vomitar en presencia de esa mujer, no sabía que era, pero tenía un aura perturbadora. Se dirigió a un baño a lavarse la cara logrando mejorar un poco su estado. Al salir se encontró a Alejandro esperándolo junto a Martha.

- ¡Bebe! ¿qué tienes? ¡estas pálido! - Alejandro corrió a abrazarlo.

-No sé Alejo, solo me sentí mareado, pero ya estoy bien- beso su mejilla, Alejandro en respuesta le dio pequeño beso en los labios.

-Ay, pero cuanta miel, me va a dar diabetes- se burló Martha, Adam solo ignoro a la chica. Alejandro le iba a replicar algo cuando fue interrumpido por el más bajo, pidiéndole que salieran de ahí, a lo que los otros dos solo asintieron yéndose del lugar.

Mientras salían Alejandro tenía abrazado por los hombros a Adam, al llegar al pasillo de salida pudo ver saliendo del salón en el que hasta poco estuvo su novio una persona que se le hizo extrañamente conocida: una mujer alta con bata de doctor y una mirada inquietante, siguió derecho sin prestarle más atención, sin embargo, el recuerdo de esa sonrisa si le perdurará por mucho tiempo.

Se encontraron con Mateo en el comedor, les estaba apartando una mesa. Adam tenía que ir a Calentar su almuerzo que traía de casa y Alejandro se ofreció a acompañarlo. Cuando estuvieron en la fila empezaron a hablar de cosas varias, entre los temas llegaron al tema de un trabajo que tenían juntos en la única clase que compartían, Decidieron reunirse en la biblioteca para hacerlo más tarde ese día.

-Y ¿cómo va tu proyecto semestral? - pregunto Adam, Alejandro solo desvió la mirada. -no lo has comenzado, ¿cierto? – concluyo al ver la expresión del más alto.

-Nooo.... he tenido tantas cosas que hacer que lo he estado aplazando- se quejó haciendo los típicos pucheros con la boca que a Adam le resultaban adorables. -igual aún tengo un mes y medio para plantearlo- se defendió ante la mirada suspicaz de su novio.

-Está bien grandulón, si necesitas ayuda, solo dime para ti siempre estoy dispuesto- dijo dándole un corto beso en los labios. Alejandro adoraba cuando Adam se comportaba así, usualmente era un poco más seco. Pero aún tenía un reclamo.

-no me digas grandulón dime: amor, bebé, gatito... con más cariño- se quejaba mientras puyaba con su índice la mejilla de su compañero.

-Está bien, como quieras grandulón- sonrió socarrón mientras recogía su almuerzo del horno y le indicaba que fueran al comedor con los otros dos, desde hace un tiempo habían tomado como costumbre estar los cuatro juntos en el tiempo de almuerzo.

Por otro lado, la gente que los rodeaba no podía creer lo que veía, últimamente los habían visto muy juntos, pero cuando Adam beso a Alejandro las sospechas quedaron confirmadas.

-Es increíble ¿Qué le ve a ese flacucho? - hablo una chica de pelo castaño junto con su grupo de amigas.

-Y que importa Carolina, a mí se me hace que hacen linda pareja- comento una chica de pelo negro corto, sentada en la misma mesa.

-Es cierto, María tiene razón deja la envidia- se burló una tercera de también cabello castaño pero trenzado.

-Cállate Ana, no es gracioso a mí me gusta Alejandro y quería invitarlo a salir- volvió a hablar la primera chica.

-Pues dudo que si quiera te tenga en cuenta- Volvió a contestar Ana, burlándose de nuevo de la chica- Adam tiene algo que tu no le puedes dar, si es que me entiendes- hizo un gesto con un mano.

-No seas grotesca Ana- se quejó esta vez María- no creo que sea fácil para ellos, ya sabes lo conservadora que es la familia Lux- menciono, a lo que sus otras dos amigas estuvieron de acuerdo.

Esa misma tarde se encontraban los dos chicos en laboratorio al que pertenecía Adam, ya que la biblioteca estaba muy llena y para suerte de los dos, Adam tenía llaves y el laboratorio estaba solo, así que podían estar tranquilos. Dicha tranquilidad tenía inquieto a Alejandro que pensaba en todo menos en el trabajo que se supone tenían que hacer.

-Gatito, concéntrate por favor – Llamo Adam mientras tecleaba en su computador.

-Amoooor, estamos solitos- Alejandro acerco su silla justo al lado de Adam y empezó a acariciar su muslo.

- ¿Qué estás haciendo? - comento intentando mantener la calma de sus propios instintos, él no era de piedra.

-Estamos solitos, y ¿no te da curiosidad? – Alejandro estaba llevando su mano ya a sitios peligrosos.

-Gatito, sé que tienes ganas y para que negarlo yo también, pero... el lab tiene cámaras- volteo a verlo besándolo en la mejilla -así que, concéntrate en el trabajo que necesitamos terminarlo hoy- Alejandro agacho la cabeza como un niño al que regaño su mamá.

-Tienes razón, concentrémonos – se sentó derecho en su sitio -Pero aun quiero que me hagas tuyo bebé- le mordió suavemente el cuello a su chico. Adam debía admitir que le encantaba esa parte atrevida del pelirrojo.

-Cuando acabemos, con esto miramos como solucionar eso- respondió -Ahora concéntrate- agrego pellizcándole un glúteo al más alto. 

 


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