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Luz y Vida por sora-sempai

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Notas del capitulo:

los capitulos no tendran el mismo tamaño, este por ejemplo es mucho mas largo hahah

pero no senti buena idea cortar la idea. 

La mañana se vislumbraba hermosa con un sol brillante, tan cálido tan acogedor que no quería levantarse, se sentía como un gato panza arriba en un techo soleado.

- ¡Alejandro, despierta de una buena vez! - grito de su madre pasando enfrente de su habitación. Haciendo que regresara a la realidad.

El chico se estiro nuevamente, anoche había sido pesado, se sentía cansado. Pero no importaba si el entrometido chico hojitas lo había dejado amarrado en la calle durante 30 minutos o si se le habían escapado los ladrones, o si su padre lo había regañado anoche por las dos cosas anteriores, hoy era un nuevo día, tenía que ir a la universidad y vería al amor de su vida…. O bueno al chico que veía de lejos sin atreverse a saludar si quiera, llevaba algunos meses prendado, pero el susodicho ni sabia de su existencia.

- ¡Alejandro! - volvió a gritar su mamá desde la sala de la casa, regresándolo a la realidad, otra vez.

Salto de la cama corriendo al baño, mientras se quitaba el pijama. Él era un chico alto, cerca de metro noventa bastante tonificado y 90 kilogramos de puro musculo, totalmente lampiño de rostro, pelirrojo y de ojos color azul turquesa.  Estaba consciente que era guapo y bastante llamativo para el resto de las personas en el mundo, sin embargo, su familia era bastante conservadora así que posibilidad de salir con alguien era bastante remota y más aún si ese alguien era un chico.

-me echarían a patadas….- suspiró en voz alta mientras se entraba a bañar.

Además, y, por si fuera poco, había heredado los poderes familiares sobre la luz, lo cual le daba una responsabilidad extra como protector de la ciudad.

-si no fuera por ese entrometido Lifeleaf, yo sería aclamado- balbuceo mientras se enjabonaba.

Alejandro había sido entrenado para mantenerse siempre positivo, alegre y motivado pues de esas emociones venia su control sobre la luz, sin embargo, su constante enfrentamiento con el otro super héroe lo había hecho enojar en más de una ocasión, por lo que sus padres tuvieron que desarrollar una armadura que le ayudara a controlar sus habilidades.

Al llegar a la universidad corrió apresurado pues, gracias a sus constantes idas de cabeza perdió demasiado tiempo y llego cinco minutos tarde.  Recibiendo un pequeño pero contundente regaño por uno de los más gruñones profesores de su carrera.

Él simplemente se sentó en silencio asintiendo con la cabeza y esperando que aquel anciano continuara su clase sin hacer mucho escándalo por la “majadería de los jóvenes de hoy en día”.

Al terminar la clase se encontró con Mateo, uno de sus compañeros de carrera que a su vez era uno de sus mejores amigos.

-Uy y eso por que tan bien arreglado el día de hoy-canturreo Mateo al verlo.

-hoy pienso acercarme e invitarlo a salir- dijo decidido, pues esa había sido su intención desde que se levantó esta mañana. Ya estaba cansado de pensar en que dirán sus padres o que pensarían los demás, él quedara darse esa oportunidad ya si lo rechazaban al menos hizo el intento.  

- ¡eso! Así me gusta, y ya que estas tan decidido al menos puedo saber ¿quién es la afortunada que te tiene babeando hace meses? - puyo con el codo la cadera de Alejandro, pues la diferencia de altura de los dos era evidente -Espera… dijiste invitarlo, ¿¡ES UN CHICO!?.... -grito antes que su amigo le tapara la boca con una de sus manos. Que básicamente le cubrió toda la cara.

-cállate-sentencio mirando para todos lados, esperando que nadie los haya escuchado. -si es un chico, soy gay, eres el primero en saberlo…  - termino un poco avergonzado. Mateo noto esto y que para Alejandro aún era un poco difícil manejarlo.

-Tranquilo Alejo, somos amigos hoy en día nadie te va a juzgar…. Quizás dejes desilusionadas a unas cuantas chicas de la clase, pero más que eso no va a pasar más. - consoló Mateo a su amigo, lo conocía hace años y aunque sabia los problemas que esto le podría traer frente a sus padres decidido apoyarlo con todo. – entonces, quién es el afortunado… - volvió a preguntar esta vez hundiendo uno de sus dedos en los costados del pelirrojo, haciendo que este se retorciera como camarón por las cosquillas.

-No creo que lo conozcas es un chico de biología, comparte conmigo la clase de ecología y es tan tierno- suspiro con añoranza. Ellos dos eran de la carrera de robótica y entre las materias optativas que tenían que ver estaba la de ecología, la cual era compartida con muchas otras carreras incluyendo en este caso, biología.

- ¿Te refieres al chico bajito de ojos verde brillante?, creo que se llama Adam- dijo Mateo después de pensar un rato, a quien se refería.

-si… ¿Cómo lo supiste?.... además, él no es bajito es igual de alto que tu - dijo con un deje de celos; Mateo lo tranquilizo, explicándole que era único chico de esa carrera que compartía clase con él y que además era amigo de su hermana, lo cual hizo que Alejandro se emocionara aún más exigiéndole información o en su defecto le dijera a su hermana que lo ayudara a acercarse.

Mientras tanto en otro lado de la misma universidad estaba Adam recostado en una de las plazoletas tomando el sol, había tenido que madrugar bastante y anoche con todo el lio provocado por los ladrones del centro comercial tuvo que trasnochar.  Estando en la universidad no podría desplegar sus hojas, sin embargo, con solo recibir el sol su parte vegetal estaba más que satisfecha.

-Hey Adam, ¿estás despierto? – canturreo una chica rubia sentándose en la silla justo al lado de él.

-Ahora lo estoy, ¿qué quieres Martha? - contesto el chico con un poco de mal humor.

-uy pero que genio, solo vine a almorzar contigo, amargado- se burló una de las pocas amigas que tenía en la universidad. – ¿qué quieres? Hoy hay crepas en la cafetería, sé que te gustan- Martha podía ser bastante intensa aun sin ser consciente de serlo. Así que el chico solamente le comento que él había traído almuerzo que si quería iban a calentar y luego la acompañaba a comprar lo que ella quisiera, por su parte la chica acepto feliz y ambos se dirigieron a donde estaban los hornos.

Mientras hacían la fila para calentar el almuerzo de Adam, que por cierto no estaba nada corta, ellos hablaban de todo y de nada; de sus clases de las prácticas en los laboratorios, hasta que fueron interrumpidos por el timbre del celular de la rubia.

-Que quieres engendro- contesto de mala gana a su hermano. Su relación no era mala, para nada, solo le gustaba molestarlo de vez en cuando.

-Pequeña hermanita querida mía de mi corazón- Soltó Mateo en tono meloso, para Martha esto sonó a que le iba a pedir un favor. Rodo los ojos y espero a que el chico terminara su petición. – de pura casualidad ¿estas con tu amigo Adam? – pregunto a lo que la chica respondió que sí, no sin antes preguntarle por qué tanto interés en él, hasta donde recordaba si acaso habían cruzado saludos.

Mateo como buen chismoso que era, se alejó de su acompañante Alejandro, para poder hablar a solas con su hermana y ahí la puso al tanto de toda la situación. Ella sin poder negar la herencia compartida con su hermano intento sonsacar la mayor cantidad de información disponible, después de haberse puesto al día decidieron que lo mejor era juntarlos de manera sutil, Mateo evitaría que Alejandro metiera las patas invitándolo a salir sin siquiera haberlo saludado y Martha evitaría que Adam lo mandara al caño sin siquiera conocerse. Una tarea olímpica puesto que El pelirrojo era muy impulsivo y el de ojos verdes era muy amargado.

-listo Señorita, por fin…  ¿A dónde vamos a ir? -pregunto Adam un poco hastiado por la fila tan larga que le toco hacer, mientras maldecía mentalmente: “si había tantos hornos en la universidad porque todos tenían que ir al de su edificio”.

-iré a almorzar con mi hermano- dijo Martha, a lo que el chico hizo mala cara – no hagas esa cara, no te voy a dejar solo, vamos juntos…. Además, mi hermano también va a llevar un amigo- Adam solo asintió y la siguió. Se verían en un restaurante de comida asiática que quedaba afuera de la universidad.

 

El almuerzo comenzó un poco silencioso, Adam estaba simplemente concentrado en el almuerzo que le había preparado su abuela, Martha y Mateo estaban pensando cómo hacerlos hablar y Alejandro, estaba más nervioso que una ardilla en una guarida de cobras.  Solo verlo tan cerca lo hacía sudar frio, pero es que como no hacerlo; era un chico de contextura tonificada, pero no como él que era bastante grande Adam parecía más un gimnasta, medía 1,71 metros de ojos verde brillante y cabello oscuro azabache, mandíbula cuadrada y rostro aniñado.

-Mateo, me acompañas a la barra a pedir… es que no recuerdo cómo se llaman esos rollitos de arroz y pescado- dijo la chica rompiendo el silencio que reinaba en la mesa.

- ¿te refieres al Sushi? - respondió sin entender bien las intenciones de la chica.

-si ese mismo- gruño entre dientes halando a su hermano, Mateo solo se quejó por la acción de su hermana.  -sí que eres menso, ¿no que esto era una cita arreglada para que se conocieran?...- agrego la rubia, a lo que su hermano solo pudo señalar que lo había olvidado por un instante y que igualmente estaba complicado, Alejandro parecía estar completamente bloqueado.

Por su parte en la mesa Adam había terminado su almuerzo, él era ese tipo de personas que cuando comen no prestan atención al resto del mundo. Al levantar la cabeza noto al chico pelirrojo frente suyo, lo conocía, era inevitable no hacerlo; pues era bastante llamativo y popular. Siempre le pareció guapo, pero jamás se interesó en él, los chicos de gimnasio suelen ser bastante arrogantes y prefería no involucrarse. Sin embargo, la verlo percibió los nervios, así que decidió hacerle la charla.

-Y… ¿entrenas a diario? - pregunto Adam con la intención de romper el hielo. Alejandro por su parte se sorprendió un poco al recibir la pregunta.

-siii, desde hace bastantes años, en casa tenemos un gimnasio bastante completo- contesto emocionado.

-oye que bien, yo también entreno un poco- comento Adam, le agrado mucho el modo en que el pelirrojo contestaba con emoción.

-sí, se te nota- se tapó la cara al creer que había metido la pata, por su parte Adam solo se rio por la acción del chico. -perdona no quería ser indiscreto- completo, bajando la cabeza en un gesto que a Adam le resulto adorable.

-no te preocupes- contesto intentando relajar al otro- un gusto soy Adam Rosales- se presentó estirando la mano, la cual fue tomada por el otro chico de inmediato, pero al ver que el más alto no conjugaba oración agrego- y…. ¿tú eres? - a lo que el otro reacciono.

-ah sí perdón, Soy Alejandro Lux-se presentó estrechando con más firmeza la mano del contrario, sintiendo la suavidad de la palma del pelinegro, rogaba para sus adentros que no empezara a sudar y arruinara el momento.

- ¿Lux No son la familia que son dueños del banco nacional? -pregunto curioso, no era un apellido muy común. Alejandro se sintió incomodo no quería que a él lo reconocieran por las cosas que tenía su padre, que seguramente desheredaría cuando supiera que a él le van los chicos y que lo dejaría sin nietos.

-sí, el dueño de todo eso es mi papá-dijo con un poco de molestia en su voz. Adam percibió lo incomodo que se ponía el chico así que decidió cambiar el tema, sobre la carrera, sus pasatiempos y demás trivialidades, descubriendo que en realidad Alejandro era un chico bastante agradable y era ameno hablar con él. Cuando Volvieron los hermanos a la mesa se unieron la conversación hasta que tuvieron que irse a sus respectivas clases.

- ¿le pediste su número? - Pregunto Mateo cuando los dos grupos de chicos se estaban separando.

-no, lo olvide por completo…-respondió sintiéndose un completo idiota, esta era su oportunidad.

-y que esperas gigante bobo, ve no están lejos- Respondió Mateo pegándole con la palma en la enorme espalda del chico. Alejandro no lo pensó dos veces y corrió a alcanzar a Adam. Por su parte Mateo se lamentó haberle pegado mientras se sobaba la mano, ese bobo era duro como una roca.

Corrió apresurado, estaba en muy buena forma así que lo alcanzo con facilidad. Sorprendiendo a los dos chicos que en shock no sabían cómo responder al verlo de nuevo ahí al frente.

-eh…. Esto- no sabía cómo pedirlo, quizás no debió hacerle caso su amigo, quizás si esperaba podrían volver a hablar en otra ocasión.

Adam por su parte una vez pasada la impresión, dedujo exactamente qué era lo que quería el chico, así que saco su celular – y bien, ¿cuál es tu número? - preguntó, Alejandro por su parte sonrío de oreja a oreja.

 

El día continuo con normalidad, bastante relajado de hecho. Un alivio para Adam que necesitaba urgentemente dormir. Al terminar la jornada se encamino a su casa, vivía cerca de la universidad en una pequeña casita junto con su abuela, la cual a pesar de su avanzada edad tenía una vitalidad de envidiar, así que rara vez la encontrabas en la casa.  Al llegar lo primero que hizo fue quitarse los zapatos y echase cual ballena en su cama, no tenía trabajos pendientes y tampoco parecía que hubiera ninguna alerta por la cual tuviera que asistir con su alter ego heroico.

Se disponía a dormir, cuando un mensaje en su celular le llamo la atención, era Alejandro preguntándole como le había terminado de ir en su día; pensó en ignorarlo y solo dormir, pero el recuerdo del chico y su expresión aniñada adorable lo inundo, por lo que decidió contestarle. Grave error para sus planes de dormir, se quedaron charlando de todo y de nada hasta la una de la madrugada.  No se arrepentía de haberlo hecho Alejandro era un chico bastante agradable y a su parecer genial en muchos aspectos, pero… sus horas de valioso sueño habían sufrido las consecuencias.

 

Las clases del día de hoy parecían más interesantes, el cielo más azul el pasto más verde. Todo para Alejandro el día de hoy lucia más hermoso.

-Despierta galán, parece que hoy estas en las nubes- se burló Mateo una vez salieron de clases.

-Maty no te parece que el mundo es muy bello- suspiró casi volando sobre la tierra. Realmente se tuvo que controlar, pues casi realmente sale volando. Por su parte el rubio estaba anonadado, desde cuando le decía “Maty”. Algo había hecho corto circuito dentro de la cabeza de ese grandulón.

Todos sus pensamientos de lo loco que estaba su amigo fueron interrumpidos cuando su hermana llego corriendo un poco angustiada.

-Mateo, Alejandro, menos mal los encuentro… ¿si no están ocupados, será que me pueden ayudar en una pequeña labor? - comento dubitativa, sus amigos la cuestionaron sobre que era, ella solo les pidió que la siguieran.

Martha los guío entre los edificios y pasillos de la universidad hasta un salón en el quinto piso de uno de los edificios más concurridos.

-Pues resulta que al terminar la clase, dijo que se quería recostar cinco minutos y desde entonces se quedo dormido… el problema es que ahorita el salón tiene otra clase y no logro despertarlo- señalo a Adam que estaba sobre uno de los asientos dormido profundamente. - intente despertarlo de muchas formas hasta le eche agua, pero nada funciono- explico la chica, mostrando la ropa mojada del chico que estaba recostado sobre sus brazos en la mesa.

- y ¿qué quieres que hagamos nosotros exactamente? – pregunto Mateo aguantando la risa que le producía la situación.

-pues que me ayuden a llevarlo a un sitio donde pueda dormir y no haga estorbo, el cabrón pesa mucho-chillo la chica. Mateo solo la miro como si estuviera loca, si ella pretendía que él hiciera esfuerzo físico realmente algo le fallaba en la cabeza, el rubio era bastante delgado y la máxima actividad física que hacia durante el día era subir las escaleras de su casa.

Alejandro simplemente lo agarro con los dos brazos, el chico pesaba, pero no era nada realmente para él. -llevémoslo a mi carro ahí puede descansar tranquilo- dijo cargándolo cual princesa.

 

 

Cómodo, relajado y sobre todo descansado; así se sentía después de haber dormido, enserio que para el trasnochar lo afectaba demasiado.

Lentamente abrió los ojos quitando los rastros de pereza, no reconoció donde estaba, lo último que recordaba es haber hablado con su amiga Martha en la clase de fisiología y de ahí no recordaba nada más.

Al parecer estaba en auto deportivo, no sabía de carros, pero este lucia del tipo costoso.

- ¿me secuestraron? - susurro sentándose en los asientos traseros, no parecía haber nadie en la periferia. Miro por la ventana y reconoció que estaba en los parqueaderos de la universidad. Eso lo alivio pues parecía que no habían sido secuestrado.

Intento abrir la puerta, pero estaba cerrada. Eso lo enojo, odiaba la sensación de sentirse encerrado. Conjuró un escarabajo de mágico que iba a introducir por el borde de la puerta para que rompiera la chapa.  Lastimosamente fue interrumpido pues a lo lejos diviso la enorme silueta de Alejandro, para evitar ser descubierto des invoco al pequeño insecto, esperando al pelirrojo que parecía traer una bandeja.

-Me alegra que ya hayas despertado - dijo Alejandro entrando en el coche, sentándose al lado-mira te traje un emparedado con papitas, ya que no has almorzado y pasan las dos de la tarde- entrego el susodicho con una sonrisa en el rostro.

-gracias…-susurro Adam un poco confundido aún- ¿este es un carro? - pregunto a lo que el otro solo asintió moviendo la cabeza rápidamente. – no lo tomes a mal, te agradezco mucho el emparedado, pero primero que nada me puedes explicar ¿Qué carajos hago acá? – pregunto mientras lo miraba serio.

-Bueno es una larga historia- Adam solo lo miro a los ojos,  Alejandro continuo- bueno en resumen, te dormiste en clase, tu amiga nos pidió ayuda a Mateo y a mí para que te sacáramos del salón, los hermanitos son unos debiluchos así que no te podían cargar, así que yo te traje a mi carro para que pudieras dormir en un lugar seguro- completo – mira, no era tan larga la historia- sonrío por su pequeña broma.

- no pudieron cargarme. ¿acaso me estás diciendo gordo? -  lo enfrento, poniendo muy nervioso al más alto.

-no, no para nada…. Tu estas perfecto- dijo rápidamente- digo delgado- completo al darse cuenta de que se podrían mal interpretar sus palabras.  Adam solo rio ante el nerviosismo de Alejandro.

-no te preocupes, solo estoy jugando contigo- dijo palmeando uno de sus hombros.

-ay no, me alcanzaste a asustar- menciono cabizbajo. Adam lo observo bastante interesado necesitaba comprobar algo así que haría la primera jugada.

Mientras Alejandro se lamentaba mentalmente por cómo había arruinado el momento, “llamarlo gordo, acaso era tonto”. Pero sus lamentaciones fueron interrumpidas por Adam que lo beso en la mejilla.

- yo te gusto, ¿cierto? - dijo directamente, Alejandro de nuevo estaba en shock.

-no, no hay un día en qué tu no me pongas nervioso ¿cierto? - se agarró sus rojos cabellos- sí, si me gustas ¿es tan obvio? -  el chico estaba a punto de darle un paro cardiaco.

- un poco, sí… pero ese no es el punto, tú me pareces super buen chico, además de guapo. Si quieres podemos intentar salir- propuso.

-Salir… ¿Cómo novios? - pregunto con la mirada llena de esperanza.

-Calma tu carro grandulón, no crees que está un poco pronto para hablar de novios. Llevamos dos días conociéndonos- tomo las manos del más alto- pero si podemos ir un poco más enserio salir a citas y quizás… algo más y vemos si esto puede funcionar-

-algo, más… ¿cómo qué más? –  pregunto, a lo que Adam solo cerro la distancia entre los dos besándolo esta vez en los labios.

-algo como esto- contesto después de terminado el corto beso.

Notas finales:

no olviden comentar si les gusto,   si no tambien pero con cariño hehehe 

Saludos :D


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