Ivan no entendía (o se negaba a entender).
Sin dejar de mirar a Tomas que tenía el semblante pálido y los ojos inmensos, preguntó.
-¿El Sr. Tomas es un alumno o el padre de un alumno?
-Qué? -cuestionó Daniel sin comprender. Miró hacia los costados porque creyó que el padre de Tomas estaba ahí y no lo había visto, pero no... en la oficina estaban él, el médico y el alumno.
-Él es el alumno del que le hablé, lo encontré descompuesto en el baño, aduce que le duele el estómago. ¿Cómo te sientes, Tomy?
-Me duele el estómago. -repuso con los labios temblando y el mentón arrugándose ante el llanto próximo.
Daniel se asustó aun más ante la reacción del estudiante, las lágrimas le comenzaron a caer una detrás de otra y miró al médico.
-Por favor, revíselo, pagaré la consulta! ¿Cree que será necesario llevarlo al hospital para que se le haga estudios? Llamaré a sus padres -jadeó apresurándose hacia el escritorio para tomar el teléfono.
-No. Primero lo revisaré -respondió por fin Ivan, elevando la mano, y Daniel bajó sin mucha convicción el aparato.
Tomas estaba hecho prácticamente un ovillo en la silla y temblaba.
El médico recogió su mochila y se arrimó al muchachito, respirando agitado por la consternación, la bronca.
-¿De qué curso es el alumno? -preguntó.
-Quinto. -respondió Daniel cuando veía que el pelirrojo no hacía por vocalizar nada y solo miraba al piso mientras lloraba.
-¿Dónde te duele, Tomas? -preguntó el pelinegro.
Tomas lo miró dudando, el mentón arrugado y el rostro mojado.
Ivan giró hacia Daniel y lo miró.
-Puedo estar un momentito a solas con el estudiante? Debo hacer preguntas que tal vez no responda en su presencia.
-Cómo cuales?? -preguntó alterado el rector y luego abrió grande los ojos y la boca -SR. GOMEZ TOMAS, ESTUVO CONSUMIENDO ALGO ILEGAL EN EL BAÑO? Estaba con alumno Raul!!! debo llamarlo??
-Todavía no. Podría dejarnos solos? serán solo un par de minutos.
Daniel dudó, miró al estudiante con el ceño arrugado y salió sin más alternativa.
Ivan le puso el brazal para tomar la tensión. Sacó el estetoscopio y lo auscultó.
-¿Qué te duele Gomez? ¿Te duele el estómago?
-No -gimió Tomas.
-¿Te sientes enfermo?
-No.
-¿El rector debería llamar a tus padres?
Tomas negó con la cabeza mientras lloraba más fuerte y se tapaba la cara con ambas manos, la forma en la que el pelinegro le hacía las preguntas era tan cortante como seria. No había dejado de mirarlo con el ceño fruncido, como si estuviese a punto de agarrarlo de la oreja y zarandearlo.
Lo había perdido. Había perdido al hombre con el que en el futuro debería casarse.
-Deja de llorar de esa forma. -siseó el hombre con la mirada dura sacándole el tensiómetro del brazo y guardando todo en su mochila.
-Perdón -jadeó el niño agarrándole de la muñeca y el pelinegro elevó el brazo con fuerza para deshacerse de ese agarre. Y cuando lo hizo Tomas vio su gesto de asco. El niño se encogió aun más y lloró fuerte.
-Deja de comportarte como un crío estúpido -siseo el pelinegro -hazte cargo de tus errores.
Se enderezó, se puso la mochila al hombro y salió, cerrando la puerta tras él.
Daniel caminaba de un lado al otro del pasillo.
-Y? -preguntó al borde de la histeria -¿Llamo a sus padres? ¿Habrá que internarlo? ¿Cree que sea grave?
-El niño está asustado por las vacunas -le respondió intentado una sonrisa, pero en realidad quería patear el mundo hasta que se le rompieran todos los huesos -Es un niño. Se escondió en el baño para que no lo encontraran.
-Qué? Todo ese espectáculo fue por miedo a la vacuna?? -jadeó el rector e Ivan pudo ver como el rostro se le ponía rojo.
-Por favor, entiéndalo, es un niño. No lo sancione. Cuando se le pase, acompáñelo, mi compañero le pondrá la vacuna. Yo iré a los otros cursos para ayudar a mis colegas. Trate de entenderlo y no lo regañe, es necesario que todos estos niños reciban la vacuna, será peor si lo hace sentir mal.
***
Cuando Tae entró al curso, ya lo hizo sin llorar, pero Raul le vio la carita y supo que algo malo había sucedido.
Si se enteraba que el médico pervertido le había dicho algo malo, iría y lo denunciaría. Publicaría su foto en todas las redes sociales para que perdiera el trabajo, para que tuviera que mudarse del continente. Pervertido de mierda!!
Raul se arrimó a Tomas y lo atrajo tomándolo del brazo, casi arrancándolo del lado del rector. Lo abrazó y se lo llevó al final del curso. Todavía faltaban unos 6 compañeros por vacunar.
-Te dijo algo? por qué lloraste?
-No me dijo nada. Eso es lo peor... no me dijo nada!!
Raul lo acercó cuando Tomas arrugó la naricita y lo abrazó con fuerza, besándole la cabeza.
-Hasta donde llegaste con ese hombre? Qué tanto avanzaste?
Tomas salió de su cuello y lo miró a los ojos.
-Llegué hasta un beso, nada más. Ahora me quedaré con las ganas de más y ni siquiera lo disfruté como debía. Si hubiese sabido que era el último!!
Raul volvió a esconder la cabeza de su amigo en su cuello y respiró fuerte con frustración.
-Es lo mejor Tomas, tarde o temprano eso se iría a la mierda. Te dije, te lo advertí. Vamos, deja de llorar, que te pongan la vacuna para que se vayan. Si ese Ivan vuelve a entrar en nuestro curso, no sé si podré contenerme de las ganas que tengo de patearlo.
-El no hizo nada -jadeó Tomas secándose las pocas lágrimas que habían comenzado a salir y girando para ver si alguien los miraba, pero sus compañeros seguían protestando por los pinchazos. -¿Dónde está?
-Lo vi pasar hacia otro curso, no está aquí. Al menos tuvo la decencia de no regresar -jadeó Raul apretándolo fuerte una última vez para colocarlo en la fila.
El pelirrojo inhaló fuerte y esperó su turno, siempre la mirada hacia afuera del curso, con la esperanza de verlo entrar o al menos cruzar.
Cuando le tocó el turno, se paró frente a la morenita de mirada dulce. La muchachita le sonrió con tanta dulzura que Tomas tuvo un pinchazo de celos... ¿así le sonreiría a Ivan esa enfermera?
-No tengas miedo -le dijo la muchachita viendo los ojitos rojos del niño -Será un pinchacito. Cómo te llamas? -le preguntó intentado que el muchachito dejara de pensar en la aguja.
-Tomas -susurró el pelirrojo.
-Yo soy Marylu -le respondió ella la mar de sonriente, pasándole un algodón con alcohol por la zona en la que debería pinchar. Tae desvió los ojos a la cara de la muchacha.
Ella era Marylu!
-Es una lástima que te perdieras la charla que dieron los doctores. Sería genial que pudieras conversar con tus compañeros sobre lo que escucharon -le dijo ella mientras clavaba la aguja e introducía la dosis en un proceso que duró aproximadamente 4 segundos. Luego le pasó nuevamente alcohol y lo miró sonriente, pero el rostro del niño!!! el rostro del niño se había transformado. Tenía el ceño fuertemente arrugado y los labios en un rictus extraño, parecía odio. De manera inconsciente retrocedió un paso.
Tomas no se movió del lugar y ella se sintió confundida. Fue Raul el que sostuvo a su casi hermano de la cintura y se lo llevó de ahí.
***
-¿Qué te pasa? -preguntó Francisco cuando estuvieron todos juntos en la ambulancia que los llevaba nuevamente al hospital.
Ivan negó con la cabeza sin dejar de mirar hacia el exterior.
-¿Pasó algo en el colegio?
El pelinegro volvió a negar.
-¿Discutiste con el rector?
Negación.
-¿Lo conoces? ¿Es él con quien te estabas viendo? -preguntó en un susurro e Ivan giró para mirarlo.
La mirada de Fran era de desconcierto.
-Qué?
-Te buscó el rector y luego regresaste así! ¿El rector era la persona con la que te veías?
Ivan sonrió. Él había regresado cambiado luego de estar con el rector y un alumno, Fran lo sabía, pero su amigo nunca imaginó que el problema no era el hombre hermoso que tal vez tendría la edad de ellos... sino un alumno del colegio. ¿Qué pensaría de él si se enteraba que había estado encerrado en su departamento con un niño y que lo había manoseado, que lo había besado?
-No, Fran!!! no tengo nada con el rector!! y con respecto a mi cita, todo se fue a la mierda. Ya no tengo nada con él.
Francisco quedó en silencio y le golpeó levemente la espalda.
Ivan hubiese preferido que ni siquiera tuviese ese gesto de condescendencia porque en ese momento se sentía peor. Si Fran volvía a preguntar algo, se pondría a llorar como un crío.
Respiró profundo.
-Estás seguro que no tienes nada con el rector?
-No Fran, tranquilo, si quieres invitarlo a salir, hazlo... que yo también vi como te miraba -le contestó regalándole una sonrisa triste y a Fran se le iluminaron los ojos.
-Tú también lo viste?? No lo imaginé??
-No lo imaginaste. -respondió el pelinegro y Fran se acomodó mejor en su lugar, no iba a festejar porque Ivan estaba mal... pero en realidad tenía ganas de levantarse y hacer un bailecito de victoria.
***
Regresó a su departamento a las 12 de la noche. Le dolía la cabeza y le ardía el estómago por el hambre. No había querido almorzar, merendar, ni cenar y ahora se arrepentía. Se sentía mareado.
Salió del ascensor, caminó por el pasillo, dobló en el recodo y se detuvo.
El cuerpo de Tomas estaba apoyado en su puerta y dormía abrazando un taper. Giró y miró hacia los otros departamentos... ¿desde cuando estaría ahí? Si seguía así, sus vecinos sospecharían. Aun tenía puesto el pantalón del colegio pero estaba con chinelas... malditas chinelas sin medias! El niño seguramente estaría congelado.
Se acercó despacio y lo observó. Tenía los ojitos hinchados. Quiso levantarlo y besarlo.
Qué hacer? Tomas se despertaría y ¿cómo le decía que se fuera a su casa que ya no quería saber nada más con él? Salía olor a pollo de ese taper, seguramente había robado nuevamente comida para él. Esperaba que hubiese sacado sobras y que no le estuviese llevando la comida que el niño debía consumir.
La bronca se le había quedado dormida en algún rincón del esternón, ahora sentía tristeza.
Durante la tarde había recibido un mensaje del niño implorándole hablar e Ivan, sabiendo que no podría, lo había borrado y bloqueado.
Se puso de cuclillas y lo observó.
Alargó el brazo para tocarle el pelito que le caía sobre el rostro.
Negó para si mismo, se levantó y se fue.