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EL AMOR EN TIEMPOS DE COVID por juda

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Tomas estaba acostado en su cama, acurrucado sobre si mismo, temblaba por el frío que le daba la fiebre y su madre desesperada le cambiaba paños húmedos en la frente.

Se abrió la puerta, metió la cabeza el padre y le chistó.

-Mujer!

Ella giró para mirarlo, tenía los ojos grandes y llenos de miedo.

-El vecino del quinto está aquí y quiere hablar con nosotros.

-Qué? Tengo a Tomy enfermo, no estoy para vecinos. Pregúntale qué quiere y que se vaya.

-Mujer. Dice que es amigo de Tomas y que tiene que hablar con nosotros. Es el médico del quinto. Dice que es urgente.

Tomas abrió los ojos cuando escuchó "médico" y se removió en su lugar.

-Quédate en la cama, no te muevas -le susurró dándole un beso en la frente y salió.

Ivan estaba en su salón y llevaba una mascarilla en el rostro.

Se presentó y les pidió que lo escucharan.

Les dijo que Tomas y él eran amigos, que el niño lo había ido a ver porque se sentía mal y qué tomó muestras para analizarlas ya que mostraba algunos síntomas que coincidían con el virus. Mientras les hablaba notó que el padre de Tomas tosía fuerte, a veces perdía el aire, se tenía que levantar ir a tomar agua y volver.

Sacó el análisis y se lo pasó a la madre. La mujer confusa miró el papel, había un símbolo de un + en rojo.

-No entiendo -jadeó temblando.

-Tomy dio positivo para coronavirus.

y todos escucharon el llanto de Tomas en el pasillo.

El padre se levantó y fue hacia ese lugar, la madre no pudo levantarse, la madre rompió en llanto histérica.

Ivan se mantuvo quieto en el sofá, esperando que la mujer se calmara un poco para seguir explicando cuales eran los pasos a seguir, de reojo vio acercarse al hombre con alguien más, llevó la mirada hacia ahí y lo vio llegar envuelto en una manta, temblaba por la fiebre y tenía el rostro rojo. Se le achicó el pecho ante esa imagen.

Tomas tosió fuerte y se dobló en dos ante un acceso de tos, la madre corrió hacia él y lo abrazó chillando. Ivan se apresuró y le pidió tranquilidad.

Esperaron a que el episodio de tos disminuyera y cuando Tomas pudo respirar mejor, levantó el rostro: unas gotas de sangre salían de sus labios y la mujer nuevamente chilló.

-Por favor, por favor! necesito que se tranquilice -vociferó el médico poniéndole una mano temblorosa en el hombro -no ayuda si usted se quiebra, su hijo la necesita! lo revisaré!

Ingresaron al cuarto e Ivan auscultó al niño, el estetoscopio le temblaba sobre la espalda del dulce adolescente. Luego le revisó la garganta. Volteó hacia la madre que miraba todo encogida sobre el cuerpo de su marido.

-Tomas tiene la garganta muy inflamada y cuando tose se lastima, la sangre que ve es de este sector -dijo señalándose su mismo cuello -Tiene los pulmones limpios.

Les explicó que el riesgo estaba en los pulmones y que por el momento el niño estaba bien, pero que tenía que hacer el seguimiento diario.

Revisó a los mayores y les habló de los peligros en la edad de ellos. El padre de Tomas tenía los síntomas pero en menor escala y la mujer apenas había tenido una leve picazón en la garganta. No eran pacientes para ser hospitalizados pero debían mantener una cuarentena rigurosa en sus hogares.

Ivan les pidió la dirección de los amigos de Tomas porque tenían que ser puestos en cuarentena también y la mujer le pasó los números de todos y le fue aclarando que de los más cercanos casi todos estaban con gripe y que Raul había sido ingresado en el hospital con un episodio agudo de espasmo bronquial, no se lo había querido decir a su hijo porque temía que se escapara de la casa para ir a verlo.

-¿Cree que todos tengan el virus? -gimió la madre e Ivan sin elevar la mirada de su anotador, afirmó con la cabeza.

La escuchó gemir y llorar en el cuerpo de su marido.

Terminó de anotar los datos y les prometió que buscaría a Raul y averiguaría como estaba.

-La madre de Raul no me contesta los mensajes -le dijo la mujer desesperada e Ivan la estudió un momento antes de contestar.

-Señora, a las personas con covid se las interna en solitario. La pandemia nos está sobrepasando. No hay lugar para acompañantes, ni siquiera para los más cercanos.

-Qué?

-La madre de Raul seguramente está fuera del hospital. Ningún enfermo con covid puede estar acompañado.

-El niño está solo ahí? -jadeó ella temblando, mirando hacia el cuarto de su hijo.

-Está solo. Pero eso no le pasará a Tomas, yo lo cuidaré!

Ella asintió sin preguntarse desde cuando era tan cercano a su hijo, en ese momento no le importaba, lo único que necesitaba era saber que su hijo se curaría.

Jungkook dejó los medicamentos que debía tomar el pelirrojo y las instrucciones, antes de irse pasó por el cuarto del niño, le tomó la temperatura. El crío dormía profundo con una respiración agitada por la fiebre. Se bajó el protector, le besó el rostro y se fue.

***

Francisco lo llamó unas horas después para preguntar como le había ido y que tal se encontraba él.

Ivan dio el reporte sabiendo lo que venía.

-Tienes que regresar esta tarde, tengo que revisarte de nuevo.

-Iré cuando me sienta mal.

-No Ivan, necesito saber cómo avanza tu caso.

-Mañana iré, déjame descansar, necesito dormir. Hasta ahora no presento ningún síntoma -le dijo mientras miraba el termómetro que marcaba 38°.

Francisco protestó.

-Iré a verte.

-No, Fran, tú también necesitas descansar. Prometo estar ahí mañana a la mañana. Si siento algo estaré en el hospital cuanto antes.

-Ok -respondió dudando.

-Un último favor.

-Dime.

-Busca en el registro a Raul Lisandro Ramirez y dime cómo está. Es un amigo de mi pareja y según me dijeron ya está internado. Me comuniqué telefónicamente con el círculo de Tomas y todos están ya medicados por los síntomas y en cuarentena pero el único ingresado es Raul. Necesito saber cómo está.

Dejó el celular y fue a calentar la comida que le había dejado Tomas, almorzó sintiéndose mareado por la fiebre, tomó un antipirético y se estaba por acostar cuando sonó el celular.

-Fran!

-Ivan, el único Raul Lisandro Ramirez que está ingresado es un adolescente!

-Si, es amigo de Tomas.

Sintió la duda de Fran y agradeció cuando su amigo no preguntó más.

-Se encuentra medianamente estable, pero tiene comprometido un pulmón, hasta el momento se normalizó la saturación de oxígeno. Dio positivo para covid.

-Me mantendrás informado?

-Si. Cómo estás tu?

-Acabo de almorzar, estoy cansado. Me acostaré a dormir y tengo la esperanza de hacerlo hasta mañana. Lo necesito. Perdón que te lo diga porque sé que tu también pero...

-Yo no estoy enfermo, Ivan. Descansa. Te estaré esperando mañana para revisarte.

Cortó la comunicación, miró la hora: 5 de la tarde.

Se acostó y quedó profundamente dormido. Soñó con él. Soñó con el único con el que soñaba desde hacía más de un mes. Se reía ampliamente y lo abrazaba. Se sentaba a horcajadas sobre sus piernas y le besaba el cuello.

"me dijiste amor" le decía en medio de sus sueños y de pronto sus ojitos se agrandaron y se tapó la boca horrorizado "que es ese ruido, Ivan?" le preguntó asustado e Ivan quiso abrazarlo pero él no lo dejaba y lo movía de los hombros.

"qué es ese ruido, Ivan?" gritó de nuevo y el grito salió de la zona onírica y lo escuchó en la fase primera del despertar.

Se asustó, se elevó sobre las sábanas alejándose de quien sea que estuviera sobre él y esa persona seguía en tarea de sacudirlo.

Le costó reconocer su voz.

-Tomy?

-Por qué respiras así, Ivan? -preguntó llorando -qué es ese ruido?

El pelinegro se llevó la mano al pecho, estaba con un espasmo, era leve pero la sibilancia había asustado al niño. Buscó desesperado su inhalador e hizo varios disparos mirando con el ceño fruncido al pelirrojo que estaba hecho un ovillo junto a él, tenía las rodillas en su pecho y se tapaba los oídos.

-Ya está, Tomas! es mi asma. POR QUÉ MIERDA ESTÁS AQUÍ? -gritó ronco y cuando Tomas se le tiró encima llorando, no pudo hacer otra cosa que abrazarlo y llorar él también: Tomas se veía fresco, con poca tos y con el rostro claro, sin vestigios de fiebre.

Ivan intentó calmarlo porque si el niño seguía llorando de esa manera le haría mal, por ratos tosía y temblaba acurrucado en su pecho.

-Por qué estás aquí, amor? -le preguntó bajito.

-Ya estoy bien.

-No es así! Te bajó la fiebre y eso te da la falsa sensación de que estás curado, pero estás cursando el virus, debes hacer reposo.

-Y alimentarme? -preguntó haciendo pucherito y mirándolo a los ojos.

Ivan sonrió besándole los labios abultados.

-Exacto... y alimentarte.

-Y tu?

-Yo qué?

-Quien te alimentará a ti?

-Tomas, puedo levantarme y cocinar.

-No! es medianoche y solo veo un plato de comida reseca, pareciera que hace horas que no consumes nada. No vi ni siquiera tazas con esa asquerosidad de café.

Ivan elevó las cejas acariciándole el rostro, pasando la mano por su espalda, deteniéndose ahí para comprobar que no saliera ningún ruido de sus pulmones.

-No te gusta el café?

-Es la asquerosidad más grande que probé.

-Lo tomaste conmigo!

-Pero porque quería conquistarte!

Ivan quiso reír pero un estallido de tos lo obligó a alejarse del niño. Cuando por fin pudo parar, lo observó: el muchachito de nuevo había llevado las manos a sus oídos y se los tapaba.

-Cómo están tus padres?

-Bien. Duermen.

-Tomas, no quiero estar toda la hora regañándote, pero estás contaminando todo mientras cruzas de tu departamento al mío.

-NO! he venido con guantes y sin tocar nada, con barbijo y por las escaleras! Y casi no quedan vecinos. Sólo hay un par de parejas en el primer piso, todos los demás se fueron. Regresaron a casas de parientes o se fueron de la capital.

Ivan ya lo había notado. Abrió los brazos y el niño corrió hacia él. Con fiebre y el pecho hundido ante la falta de aire, todo sonaba como un ambiente apocalíptico. ¿Cuantos lograrían sobrevivir? Si algo pasaba, quería que fuera entre los brazos de ese niño.

-La gente con problemas respiratorios no está dentro de la franja de vulnerables? -preguntó despacito el pelirrojo desde el pecho de Ivan, escuchaba el ruido que le hacían los pulmones a su médico cuando respiraba y le dolía el alma.

-Estoy bien.

Tomas se deshizo de su abrazo y caminó hacia la cocina, temblaba y no quería que lo viera así, necesitaba ser fuerte, estaba ahí para cuidar de su hombre.

-Quédate en la cama, traje verduras, te haré la cena.

-No podré comer, Tomas. No tengo hambre.

-Te haré sopa. Es líquido, si podrás comer! -insistió escondiéndose en la cocina e Ivan escuchó cuando la voz se le quebraba. Caminó hacia ahí, le dolía el cuerpo ante la fiebre que se avecinaba.

-Estoy bien, Tomas. Ve a tu casa, tienes que dormir y recuperarte. Te quedan al menos dos semanas de lucha contra el virus.

-VE A ACOSTARTE -le gritó girando e Ivan pudo ver la desesperación en sus ojitos rojizos, estaba por tener fiebre de nuevo -SI TE MUERES POR MI CULPA, ME MORIRÉ YO TAMBIÉN -chilló y se tapó la cara para llorar con fuerza.

El médico lo abrazó y lo calmó.

Tomó la sopa, comió una fruta y se durmió con fiebre, acunado por el cuerpo de su amor dulce.

Se durmió entre sus mimos, besos y lloriqueos.

Se durmió con sus caricias.

Tomas se fue una hora después.

Se despertó a las 6 de la mañana en soledad y casi sin poder respirar.

Llamó a Fran y le pidió que fuera a buscarlo, que estaba sin aire (si Ivan habría sospechado que no vería de nuevo a Tomas se habría despedido besándolo fuerte).

Cuando cortó agradeció a los dioses que su pelirrojo no estuviera en ese momento... para verlo colapsar.


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