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EL AMOR EN TIEMPOS DE COVID por juda

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Ivan llegó al hospital y se fue a cambiar, estaba poniéndose su chaqueta cuando unos brazos lo rodearon desde atrás y lo apretaron fuerte. Sonrió ante el gesto. El hombre que lo tenía aprisionado puso la cabeza en su cuello y se lo mordisqueó.

-Ya desayunaste?

-Si -contestó el pelinegro y Marcos se puso a un costado, apoyado en el casillero lindante y lo miró con los ojos empequeñecidos.

-Me imagino que no habrás ido al ronroneo.

-Tu y tus celos! -jadeó el pelinegro haciendo un gesto disconforme.

-No me gusta como te mira esa pelirroja, no quiero que vayas solo.

-No fui al Ronroneo!! -replicó Ivan con el entrecejo arrugado dispuesto a dar la media vuelta para retirarse y Marcos se le tiró encima de nuevo.

-Ok, Ok! no te vayas enojado.

-No pasa nada -cortó Ivan mientras se dirigía al baño y se lavaba las manos. Nunca le diría a su novio que antes de estar con él, durante un mes había visitado ese bar con la esperanza de tener las agallas suficientes para invitar a salir a la pelirroja pero nunca terminó de animarse. -podríamos almorzar juntos. -dijo dando la vuelta hacia su novio, lo tomó por el rostro y lo besó lentamente, buscando su lengua y encontrándola.

Marcos se desarmó ante ese hombre como siempre le pasaba.

-Correcto. Búscame en el sector de enfermería al mediodía. Hoy viene otra tanda de estudiantes y los tengo que repartir entre 6 médicos. Quieres tener al menos dos?

Ya le había tocado el mes pasado hacer consultorio con estudiantes de medicina y no le gustaba, tenía que tener mucha paciencia y no la tenía. Evidentemente no habría servido como profesor.

-¿Crees que puedas evitarme el sufrimiento este mes? -preguntó besándole de nuevo la boca, con una sonrisa tentadora. Una de esas en las que se le achicaban los ojitos y se le formaban arruguitas a los costados.

-Ok, te libraré de ellos, pero me lo debes -contestó el enfermero pasando la mano por la entrepierna del pantalón del hombre y aprisionando la pija levemente. Ivan puso la mano sobre esa mano y lo obligó a que le acariciara un poco más la polla mientras cerraba los ojos y disfrutaba del tacto.

Fran entró al lugar y ambos se separaron con urgencia.

El hombre de tez bronceada quedó parado en el umbral mirándolos con una ceja en alto.

-Interrumpo?

-Si interrumpes, pero es una suerte que lo hagas o abría violado a tu compañero contra ese casillero -susurró Marcos antes de salir y el hombre alto largó una carcajada.

Ivan terminó de acomodarse la ropa mirándose en el espejo con el rostro absolutamente rojo. Francisco pasó por su lado, le pegó con la palma de la mano en la espalda y le guiñó un ojo a través del reflejo. Ivan no pudo con todo y sonrió, con esa sonrisa ancha y franca que mostraba desde que estaba con el enfermero y Fran se sintió complacido de ver tan bien a su amigo!

-Te parece que salgamos a almorzar hoy?

Ivan lo pensó.

-Iba a salir con Marcos. Pero podríamos salir los 4, hace mucho que no salimos todos juntos.

Fran lo observó meditándolo y miró el reloj, sacó el celular y le escribió a su hombre.

-Te diré en un rato si puede Dany.

-Dale, envíame un mensaje.

A la media hora, en pleno consultorio, Ivan recibió el whatsapp de que Daniel  podía e Ivan a su vez le escribió a su novio para decirle que la salida sería entre los 4.

Marcos miró el mensaje y guardó el celular en su bolsillo sin responder. Hacía una semana que no tenían tiempo para estar los dos solos, pero parecía que eso al pelinegro lo tenía sin cuidado. Suspiró. Le habría gustado que su hombre se fijara en esos detalles.

***

Ivan pasó a buscar a su novio por el sector de enfermería y cuando vio el grupo de hombres en batas blancas, supo que había llegado en mal momento: eran los estudiantes de medicina.

Saludó a Marylu que andaba buscando unos papeles y se sentó en la oficina siguiente para esperarlo. Sacó su celular y entró a Twitter. Era tendencia vaya a saber qué cosa de BTS, sonrió porque Marylu seguramente estaría como loca y no tenían tiempo de estar juntos para que ella le describiera con lujo de detalle lo que pasaba en la vida de esos 7. Desde que estaba con Marcos los momentos con la pequeña enfermera se habían espaciado.

Marcos era celoso y quería evitar enfrentamientos estúpidos.

Suspiró.

Suspiró porque desde lo más profundo otro recuerdo quiso emerger pero él se lo negó.

Estaba sumergido en su celular cuando escuchó una voz conocida que le pedía a su novio los horarios en los que le tocaría estar ahí a partir del día siguiente.

Era él? Si no era, había alguien con su mismo timbre de voz!

Se levantó despacio y se dirigió a la oficina contraria. Ingresó con los ojos como platos. Reteniendo un poco el aire.

Ni siquiera pensó en lo que estaba haciendo cuando lo vio y se dirigió directo hacía él parándose a su lado.

-Con qué médico te toca? -le dijo el pelinegro y el estudiante lo miró y al descubrirlo los ojos se le agrandaron por un momento.

-Me toca con el Dr. Jung -respondió casi sin voz.

-Con ese viejo no aprenderás nada -vociferó en medio de una carcajada, intentando parecer natural, pero el corazón le taladraba el pecho. Miró a su novio que lo observaba con el ceño fruncido sin entender qué mierda estaba haciendo ahí -Marcos anótame a este estudiante conmigo. Yo podré guiarlo mejor que Jung.

-Pero...

-A menos que quieras estar la semana completa con un hombre que lo único que hará será gritarte para que le lleves el café -le dijo al estudiante y el estudiante tragó saliva mirando al enfermero.

-¿Me puede cambiar con el Doctor Rodriguez? -preguntó el muchachito y Marcos arrugó más el ceño porque su novio no tenía el distintivo con su nombre en la chaqueta y el niño había adivinado el apellido.

-Está seguro doctor? -preguntó Marcos e Ivan asintió sin darle demasiada importancia a la mirada que le estaban tirando. Ya encontraría el momento para que su novio no se enojara, pero necesitaba... ¿qué necesitaba? ¿por qué lo había hecho? ¿Quería saber de él? ¿Quería noticias? ¿Saber de su existencia?

-Está bien, tu y tu compañero estarán con el Dr. Rodriguez. Dime de nuevo tu nombre así te hago el cambio.

-Mi compañero es Javier y yo soy Raul -le dictó e Ivan le pegó una palmada en la espalda al rubio pequeño.

-Los espero mañana a las 8 de la mañana en el consultorio 3.

-Gracias -susurró Raul sin entender muy bien porqué había sido tan amable. Hizo una reverencia.

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que lo vio. Recordó que fue a verlo cuando aun estaba internado con covid. Y que luego lo cruzó en la calle y preguntó por Tomas. De eso hacía casi tres años, Por los cuchicheos de sus compañeras sabía perfectamente que estaba de novio con el enfermero que los estaba anotando. Se le cruzó por la cabeza que tal vez Ivan había olvidado su rostro y no lo reconocía. Tenía la esperanza que fuera eso. Sí! seguramente era eso. El médico había superado a su amigo y se lo veía bien. Cruzó los dedos para que no le preguntara por él.

***

Fran sintió la tensión en el vehículo y no quiso opinar.

-Les parece que vayamos al Scenery? -preguntó el moreno mirando por el espejo retrovisor al enfermero y a su compañero.

-Por mi está bien -respondió Marcos mirando por la ventanilla hacia la calle. Fran miró a Ivan esperando respuesta pero Ivan parecía ir en otro mundo. Miraba hacia el lado contrario y tenía una pequeña sonrisa en los labios.

-Ivan?

-Qué? -preguntó sobresaltándose.

-El Scenery te parece bien? Hoy canta el muchacho del saxo que te gusta -y cuando Marcos lo miró por el espejo retrovisor, Fran se apresuró a corregirse -QUE TE GUSTA COMO TOCA EL SAXO. NO TE GUSTA COMO HOMBRE SINO CÓMO TOCA EL SAXO!

Ivan pareció no darse cuenta y asintió con la cabeza mirando nuevamente hacia afuera, sonriente.

-Me parece muy bien -suspiró.

Fran sabía de los celos del enfermero y ciertamente no quería tener una mala relación con él. Era la pareja de su amigo, lo hacía feliz y eso era todo lo que importaba.

Pasaron por el San Gabriel e Ivan se hundió en su asiento como hacía siempre que pasaban por ese lugar para buscar al novio de Fran. No le gustaba mirar hacia el establecimiento. Mientras menos recuerdos llegaran... mejor!

Daniel hablaba con dos hombres jóvenes, uno de ellos tenía el cabello negro semiondulado y recibía papeles del rector. Daniel le dio la mano a uno para despedirse y al otro lo abrazó.

Fran miraba a su hombre sonriente, orgulloso de él.

Cuando ingresó al vehículo, Dany traía una sonrisa que le abultaba las mejillas.

-Viste esos dos muchachos? -le preguntó a Francisco sin saludar todavía a sus amigos que iban en la parte trasera del vehículo.

-No les vi la cara pero sí te vi con ellos.

-Están haciendo la residencia en un profesorado y uno de ellos fue alumno de mi colegio. Estoy tan orgulloso de ellos!!! Ya le dije que en cuanto se reciba quiero ver su curriculum en mi escritorio! -les contó mirando a los de atrás.

Marcos recordó algo y elevó las cejas.

-En esta época del año andan los estudiantes de las carreras por todos lados. Yo también recibí un estudiante de este colegio entre los futuros médicos.

-En serio?? un futuro médico?? -preguntó Daniel abriendo gigante los ojos, sonriendo hermoso -Quien? Recuerdas su nombre?

Sí recordaba, era ese Raul, pero no quería nombrarlo y que Ivan dijera de donde lo conocía. Era plenamente consciente de sus celos y no quería arruinar las cosas. Negó sonriente.

-No lo recuerdo, pero mañana me fijaré en los archivos y te diré el nombre.

-No recuerdas ni cuantos años tiene?

-No.

Daniel se sentó mirando al frente y suspiró.

-Les tengo cariños a todos, pero en el año de la pandemia un grupo grande de mis estudiantes se enfermaron y pudieron sobrellevar la enfermedad y luego recibirse. Todos lo hicieron. Ni uno solo repitió el año!!! Les tengo un especial afecto. El que estaba conmigo recién es de ese período, pasó por todo eso. Lamentablemente no terminó el año en mi colegio, sus padres lo llevaron a otro lado. Pero estoy decidido a ayudarlo. -concluyó.

Fran miró a su hombre, orgulloso.

Marcos sonrió ante esa muestra de altruismo.

Ivan no escuchaba, seguía con la mente en otro lado. Miraba por la ventanilla y sonreía. Desde que había visto a Raul, no paraba de recordar una época que el creía superada.


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