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EL AMOR EN TIEMPOS DE COVID por juda

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-Tomas!! -jadeó el médico parado a 4 pasos de distancia.

-Ivan -respondió el hombre de cabello semiondulado con una sonrisa tímida -Raul me dijo que querías saber cómo estaba de salud -agregó cuando veía que Ivan seguía mirándolo con los ojos gigantes y no hacía nada más.

El pelinegro reaccionó y tiró todo el aire de los pulmones, miró la hora: 7,45. En 15 minutos llegarían Raul y Javier para su último día con él en consultorio. Se apresuró a abrir la puerta para que ingresara el muchacho.

Había perdido las esperanzas de verlo. No le insistió más a Raul aquel lunes, pero al correr de los días y no tener mayores noticias, ni que el rubio tocara ese tema, decidió dejar de lado todo.

(Aunque no sabía cuanto más tardaría en no salir como desesperado y buscarlo por todos los profesorados de la ciudad!)

-Estás distinto -susurró Ivan mirándole el cabello y Tomas bajó el rostro avergonzado.

-Ya no me lo tiño. Éste es mi color.

-Es hermoso -dijo elevando la mano para tocarlo y en el camino se dio cuenta de que no era correcto así que bajó la mano nuevamente.

Tomas se dio cuenta y jugó con sus dedos sin saber qué hacer.

-Tomy no estuve para seguir tu proceso con el virus, perdón. Sé que no te internaron.

-No. No estuviste, faltaste a tu promesa. Estabas demasiado ocupado intentando morir -jadeó con una media sonrisa, mirándolo por un segundo para luego regresar la vista al piso, aun no podía recordar esa época sin ponerse a llorar.

Le había costado mucho averiguar si Ivan había sobrevivido. Su madre se negaba a darle información y tuvo que amenazar con matarse si no le permitían comunicarse con el médico que los atendió suplantando a Ivan.

-Estuve muchos meses en coma -le explicó, y Tomas afirmó con el rostro.

Al tercer mes se escapó del campo, hizo autostop y regresó a la ciudad, tuvo que ingeniárselas para meterse en el hospital. Cuatro veces lo pillaron y en una ocasión casi lo llevan detenido, al último pudo conseguir entre la ropa sucia y contaminada un traje de enfermero. Sólo así logró llegar cerca y poder verlo desde lejos.

-Tu y Raul por poco y no la cuentan! -respondió riendo bajito el muchacho de cabello semiondulado.

-Me alegra mucho verte bien, Tomy -susurró Ivan y a Tomas se le escapó un pucherito.

Ivan quiso morir ante ese gesto, Tomas seguía siendo su niño hermoso, pequeñito, lleno de gestitos tristes.

Golpearon la puerta y los dos brincaron por el susto.

Ivan miró la hora 7,55.

FUCK

Maldita puntualidad de Raul y Javier!

Pero no le dio tiempo a decirles que esperaran, la puerta se abrió e ingresó Marcos con unos papeles.

-Oh! perdón! -jadeó cuando los vio parados en medio del consultorio -No sabía que ya tenía pacientes, Doctor! -dijo con el ceño arrugado. En teoría el primero no debía llegar hasta media hora después.

-Marcos, éste hombre no es un paciente, es un amigo -dijo señalando a Tomas con una sonrisa. -Él es Tomy!

Y Marcos giró y miró al hombre de cabello semiondulado.

Cuando comenzó su relación con Ivan, un año atrás, hablaron de las ex parejas y el pelinegro había nombrado al que ahora estaba ahí.

-Oh! es el que te contagio el covid -dijo con tono apático e Ivan arrugó el entrecejo y miró a su novio.

Abrió la boca para responder, pero el otro fue más ligero.

Hizo un paso hacia el muchacho de cabello semiondulado y extendió la mano.

-Soy Marcos, pareja de Ivan.

-Mucho gusto -respondió Tomas devolviendo el saludo. El muchacho alto acababa de marcar territorio, la mano lo apretó más de lo necesario y Tomas arrugó un poco la frente.

No tenía previsto un duelo con la nueva pareja de Ivan.

Sabía por Raul que su ex (ex que? ex nada! nunca habían sido nada!) estaba acompañado de manera que esa visita había sido puramente cordial, necesitaba verlo bien, sano, siguiendo su vida con naturalidad. La culpa por haberle contagiado el virus le había impedido avanzar por mucho tiempo.

Golpearon otra vez la puerta e Ivan le largó mentalmente improperios a todos los dioses del olimpo.

-Deben ser tus estudiantes -le dijo Marcos a Ivan pero mirando a Tomas, como dándole a entender que el médico no tenía tiempo para él, que debía retirarse. Y recién ahí, lo soltó.

Tomas retrocedió.

-Me alegra saber que te recuperaste, Ivan -le dijo con una sonrisa chiquita e Ivan vio en esa carita a la carita de su pequeñito adolescente. Quiso besarle el pelito y preguntarle si había comido su fruta con vitaminas.

-Adiós -dijo el hombre de cabello semiondulado dirigiéndose al médico y luego al enfermero. El enfermero afirmó con una sonrisa cínica sin moverse ni un centímetro de su lugar: junto al médico, pegado a él.

Ivan dudó, miró los papeles que su pareja tenía en la mano para que le diera lo que tuviera que darle y se marchara, pero Marcos se hizo el estúpido y quedó parado en el lugar.

Quería decirle a Tomas que tal vez podrían un día tomar algo para contarse cómo habían superado la pandemia, pero los celos de su novio harían implosión si lo hacía delante de él. No supo qué decir y Tomas parecía tener apuro por irse... ¿por qué tenía apuro? no se alegraba como él de verlo?

El hombre de pelo semiondulado abrió la puerta y se encontró cara a cara con Raul. Raul no se sorprendió, lo miró con los ojitos tristes e Ivan supo que Raul ya sabía que su amigo vendría a verlo.

-Raul -jadeó Tomas y Raul se acercó, le tomó el rostro con ambas manos y le besó la frente.

-Quieres que nos veamos para almorzar? -susurró y Tomas hizo un asentimiento pequeñito, le dio la mano a Javier en forma de saludo y desapareció.

Ivan sentía que se le iba el alma cuando desde su lugar lo vio alejarse.

Marcos se puso frente a él, le extendió los papeles con tanta fuerza que le golpeó el estómago y el pelinegro largó un quejido. Miró a su novio con la frente arrugada.

-Doctor, no olvide llenar los formularios con las notas de los estudiantes. Es el último día de los chicos y necesitan esto lleno. -dijo lapidario y salió.

FUCK!

***

Raul y Javier estaban sentados fuera del consultorio, era la una de la tarde y esperaban que el doctor llenara sus formularios.

Ivan salió y llamó a Javier primero. Raul arrugó el entrecejo: ¿por qué los llamaba por separado? era necesario darles los papeles y listo, no hacía falta darles algún discurso. Fuck! el médico estaba haciendo eso para quedarse a solas con él.

Qué querría ahora? Ya le había dicho a su Tomy que ese infeliz lo buscaba! ya había logrado que su Tomy se rebajara a venir a verlo sabiendo que ese enfermero psicótico andaba por detrás de Ivan y que se lo podría cruzar... ahora que mierda quería? porque estaba seguro que Ivan estaba buscando estar a solas con él a propósito.

Javier salió y estuvo por preguntarle qué le dijo cuando el médico lo llamó desde el consultorio. Raul ingresó y se paró frente al escritorio. Ivan le sonrió con su mejor sonrisa.

"A mi no me impresionas, hijo de puta" pensó Raul.

El médico extendió la mano y le dijo con mucha cortesía.

-Cierra la puerta y sientate Raul.

Raul apretó los labios y la nariz se le hizo hacia un costadito. Dudó pero no le quedó otra opción, fue a la puerta, la cerró y se sentó delante del hijo de puta.

-Raul hiciste un excelente trabajo ésta semana, no me caben dudas que serás un médico extraordinario y que lograrás tu cometido.

"Aja, y ahora qué más?"

-Puse las más altas calificaciones porque demostraste responsabilidad, predisposición para realizar todas las tareas y leer las historias clínicas de los pacientes que estaban por verse.

"eso lo hizo también Javier, qué más? no creo que estés haciendo éste teatro porque te caigo bien"

-Me alegra saber que en un futuro serás un médico competente.

Raul forzó una sonrisa y se paró, hizo una reverencia y extendió la mano para recibir sus papeles, pero Ivan no levantó la vista y jugó con el pliegue de los papeles.

Raul metió las labios dentro de su boquita dejando una línea recta y esperó.

Tomas seguramente lo estaba esperando para almorzar y si no hacía que el hijo de puta se apurara no saldría de ese consultorio en toda la tarde, con Javier había demorado medio minuto. Viejo hijo de puta!

-Puedo retirarme, Doctor? O desea decirme algo más?

Ivan le extendió los papeles, Raul los agarró pero cuando quiso retirarlos Ivan no los soltó.

Raul suspiró y volvió a sentarse.

-No hablé mucho con Tomas, llegó mi pareja y luego ustedes. En fin. -tiró el aire y Raul tamborileo los dedos en el escritorio, Ivan miró los dedos y jugó con el papel -No logré ni pedirle su nuevo número. No pude saber cómo le fue luego del virus, si logró recuperarse.

-No lo vio? Está bien! Está sano! pasaron casi 3 años de eso, doctor!! Al año siguiente cuando el virus retornó ya estaba la vacuna y Tomas fue vacunado. No volvió a tener el virus. Dígame qué más necesita saber de él y tal vez yo pueda aclarar todas las dudas.

-Raul... por qué no te agrado?

Raul miró el formulario e Ivanse lo entregó.

-Las notas ya están, me contestes lo que contestes no puedo cambiarlas. Ahora dime qué te pasa conmigo? por qué tanta animosidad?

-Mi Tomy hizo mal en buscarlo en aquella época, pero usted no se quedó atrás. Pudo escracharlo, pudo decirle a su madre que lo estaba acosando... pero prefirió aprovechar el momento. Tomas... -no sabía si seguir, no sabía si continuar hablando. Dudó, se mordió los labios, pero creyó que si ese hombre sabía cuanto había sufrido Tomas, entonces se haría a un lado para no herirlo más. Ese hombre ya no tenía necesidad de acercarse tanto, estaba de novio. -Tomas pasó por una depresión, se tiró a morir. Sus padres lo internaron en un psiquiátrico un tiempo corto y luego continuó con un tratamiento ambulatorio. No es necesario que se acerque. Él por fin lo superó. Está estudiando un profesorado, va muy bien! Por favor doctor! a él le costó superarlo, usted ya rehizo su vida, no es necesario que lo haga revivir una época que a Tomas le fue tan dura.

Raul hablaba y le temblaban los labios al recordar a su casi hermano internado en el psiquiátrico, pero Ivan se estaba desarmando. No había estado para cuidarlo. Su pequeñito! Su dulce niño!!

-Necesita saber algo más doctor? -preguntó Raul con dureza e Ivan negó con la cabeza, se puso de pie y le dio la mano.

-Serás un gran profesional, te deseo suerte. -dijo en un susurro y Raul por una fracción de segundo le tuvo pena. El rubio volvió a hacer una reverencia y se fue.

***

Marcos entró cuando Ivan estaba al celular, estaba hablando con Francisco.

Esperó paciente sentado del otro lado del escritorio, intentado parecer "amigable".

El médico cortó el llamado y miró a su novio.

-Me cambio y salimos en 10 minutos -le dijo, parecía cansado.

Marcos asintió suspirando. Cambio la posición en la que estaba sentado, sacó la pierna derecha que estaba sobre la izquierda e invirtió la posición. Carraspeó. Suspiró.

-Qué quería ese Tomas?

-Me enteré que había vuelto a la ciudad y le pedí a Raul que le dijera que quería verlo.

Marcos volteó con los ojos enormes.

-TU LE DIJISTE QUE VINIERA? -dijo en voz alta e Ivan que se estaba sacando la chaqueta giró para mirarlo.

-Si! Cuando deperté del coma aquella vez,  él ya se había ido, quería saber que tal estaba!

-Me dijiste que te habías enterado que había vuelto a la ciudad por ende no estaba muerto!!! no te bastaba con eso?? -preguntó indignado e Ivan sonrió regresando la mirada al perchero para tomar su abrigo.

-No, amor. No era suficiente. Sólo quería saber como estaba!

-Ok, ya lo viste! imagino que no lo verás nunca más!!

A Ivan le dolió el pecho, recordó lo que Raul le había dicho "que él había seguido con su vida y que en cambio a Tomas le había sido difícil sobrellevar todo"

"Si supiera!" pensó el médico.

-ME IMAGINO QUE NO LO VERÁS NUNCA MÁS!! -volvió a gritar, e Ivan hizo un gesto de cansancio, girando hacia él.

-No es necesario que levantes tanto la voz, estoy cerca y puedo escucharte perfectamente, el hospital completo se entera cada vez que chillas. No! no lo veré más!!

Marcos retornó la mirada al escritorio, tenía la mandíbula dura por el odio que tenía. Intentó tranquilizarse.

-Estabas hablando con Francisco cuando entré, pasó algo?

-No. Le decía que podíamos almorzar los cuatro juntos.

Su novio giró de nuevo con los ojos inmensos.

-Ivan!! de nuevo??

Ivan se acercó, le besó la cabeza, tomó su maletín y se fue a la puerta. La abrió para que su pareja saliera.

-Es mejor cuando hay más gente, ¿no te parece? Los dos solos muchas veces nos aburrimos!


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