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EL AMOR EN TIEMPOS DE COVID por juda

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Casi lo choca!

Tomás iba tan apurado que lo esquivó, lo hizo a un lado y siguió rengueando, con la cara magullada, la nariz sangrante y el cabello blanco de polvo.

-lo voy a matar, lo voy a matar al infeliz, lo mato, yo lo mayo -repetía.

Ivan trastabilló cuando Tomás lo hizo a un lado lleno de odio, el pecho se le dobló de dolor porque esperaba la peor escena de todas y antes de gritarle retornó la mirada hacia el lugar donde pensaba encontrar su cuerpito tirado. Ahí, justo debajo del tercer piso desde donde lo arrojaron, había una inmensa caja de hierro de casi un metro y medio de alto llena de la arena con la que deberían empezar a trabajar los obreros la semana siguiente.

Ivan no pudo gritarle, intentó que le saliera la voz pero solo expulsó un resoplido en medio de una crisis nerviosa que lo tuvo tiritando en un mar de lágrimas. Elevó la mirada al cielo y agradeció a quien quiera que estuviera arriba, moviendo los hilos a su favor.

 

Tomás está por entrar al edificio cuando tres policías salen y se lo topan.

-A DONDE VAN? -grita Tomás sin pararse en ningún momento, cojea hacia las escaleras y ahora cojea más rápido -ARRIBA HAY UN HIJO DE MIL PUTA AL QUE VOY A MATAR, ESPERENMÉ QUE YA VUELVO ASÍ ME ARRESTAN.

Los tres policías se detienen estupefactos y uno le ordena a los otros que vayan a buscar al médico que había huido mientras él le grita al hombre blanco de polvo que se detenga… Pero Tomás va ciego de furia.

Encara las escaleras y siente bajar gente, al primero al que ve es a Raul con los ojitos grandes y la boquita en un O chiquito en medio de sus cachetes, las cejas levantadas. Está asustado. Ese gesto es característico en él. Aun no comprende que mierda pasó arriba.

Logra ver a su amigo cuando uno de los policías detiene a Tomás por el brazo.

-BEBÉ! -grita Raul -DONDE ESTABAS? POR QUÉ ESTÁS ASÍ?

Y Tomás ve aparecer por el recodo de las escaleras a Marcos escoltado por otro policía.

-TE VOY A MATAR! -grita Tomás evadiendo la mano del hombre e intenta subir hacia Marcos que lo mira con los ojos y la boca abierta.

En un segundo plano escucha a otros policías que gritan.

-El DOCTOR RODRIGUEZ NO ESTÁ BIEN, NECESITA UN MÉDICO, DONDE HAY UN MÉDICO EN ESTE MALDITO HOSPITAL?

Tomás vuelve el rostro. Hay gente mirando, curiosos, pero un domingo a la noche en ese lado del hospital no hay médicos, todos están del otro ala, del lado de emergencias.

-Rodriguez? qué Rodriguez? -pregunta luchando de nuevo con el brazo del policía que lo detiene y Raul grita que es estudiante de medicina.

Ivan está en un recodo del edifico intentado inhalar, busca desesperadamente entre sus ropas el inhalador. El estrés le ha disparado un ataque de asma.

Raul logra dar con el bendito aparatito y lo ayuda. Tomás llega corriendo, arrastrando por atrás al policía que no lo suelta. Chilla cuando lo ve, zapatea y tiembla cuando lo siente sin poder llenar los pulmones de aire.

-TIENE DE NUEVO COVID, DE NUEVO, DE NUEVO TIENE COVID! -aulla, y Raul grita también para callarlo, los policías aun intentan detenerlo porque no saben qué lugar le ha tocado en ese lío pero Tomás se les escapa de las manos y corre alrededor de su hombre y Marcos se retuerce y grita improperios mientras lo meten al patrullero... pero Ivan, Ivan está cayado, espera sereno a que la droga le despeje el sistema respiratorio, mira embobado a su niño hermoso. Ivan es el único que sonríe. Ivan es el único que esa noche siente que ha vuelto a vivir.

***

-¿Cómo puede ser que aun lo tengan detenido? -vociferó y Fran le puso la mano en el pecho para que no se levantara. -Lleva al menos 5 horas en la policía. Tomás no hizo nada!!! es tan difícil de comprobar?? FUE EL QUE VOLÓ DE LA AZOTEA!! HABÍA UN MONTÓN DE GENTE MIRANDO DESDE LOS OTROS EDIFICIOS!!

-Ivan, lleva tiempo, ya seguramente falta poco para que se arregle todo!

-Conmigo no estuvieron tantas horas!! porqué mierda con él sí?

-Te tomaron declaración primero, estás herido, y contigo también estuvieron un rato largo. No es sencillo.

-CÓMO QUE NO ES SENCILLO? MARCOS INTENTÓ MATARLO! ¿DÓNDE MIERDA ESTÁN MIS CALZONES?

-IVAN NO TE IRÁS A NINGÚN LADO!

-FRAN DAME MIS CALZONES O ME IRÉ DE AQUÍ MOSTRANDO EL CULO, NO TENDRÉ PROBLEMAS CON ELLO.

-Por qué mostrarás el culo? -preguntó Tomás entrando a la habitación donde tenían internado a Ivan e Ivan giró con fuerza.

-POR FIN! -gritó Fran elevando los brazos al cielo -YA ESTABA A PUNTO DE MATAR A ESTE INCONSCIENTE. POR FAVOR, DILE QUE DEBE QUEDAR EN OBSERVACIÓN ESTA NOCHE, QUE SE ACUESTE Y NO SE MUEVA, SUS PULMONES TODAVÍA NO ESTÁN SATURANDO BIEN.

Y se marchó dando un portazo.

-Bebé, mi chiquito hermoso -jadeó Ivan acercándose a Tomás que ya no era chiquito, que tenía su misma estatura, que era un hombre, pero que cada dos palabras hacía pucheritos y a Ivan le hacían dudar que no hubiese quedado detenido en el tiempo y tuviera 17 añitos. -Por qué demoraste?

-Por que me lo crucé a Marcos en la comisaría.

Ivan parpadeó cuando escuchó eso, arrugó el entrecejo y Tomás bajó la mirada y jugó con los deditos. Aun estaba mugroso y tenía el cabello duro, lleno de arena.

-Marcos está libre?

-No! Iba con dos policías.

-Entonces? por qué te demoraron?

-Porque lo cague a piña -dijo de una, arrugando el entrecejo y elevando los labios en una mueca de disgusto. Era un bebé a punto de hacer una rabieta.

Ivan intentó mantener el ceño arrugado pero tenía ganas de reír.

-Bebé! por qué!?

-COMO POR QUÉ, IVAN? TE GOLPEÓ DE NUEVO EL INFELIZ! Y DELANTE MÍO!! DELANTE MÍO!!!! -gritó Tomás e Ivan le tomó la carita con su mano buena (la otra descansaba en una cabestrillo) y apretó al costado de las mejillas provocando que sus labios se abultaran.

-Eres mi protector? -le susurró mientras le pasaba la lengua por los labios y Tomás suspiró contento con las caricias de su hombre. Afirmó con fuerza y esta vez el cabello no le tapó un ojito porque estaba duro de mugre y casi parado. -Eres mi guardaespaldas? -volvió a preguntar metiendo la lengua en la boca de Tomás y Tomás abrió los labios para permitirle el paso. El niño lo abrazó y cuando las manos llegaron a su espalda... tocó piel. Piel hermosa y caliente. Ivan tenía puesta la típica bata de hospital.

El médico profundizó el beso intentando no dañar demasiado el labio que aun tenía lastimado su bebé hermoso.

Tomás bajó las manos sucias de tierra hacia los glúteos del médico y apretó con ganas ambos cachetes.

El beso maduró y Tomás lo empujó hasta acorralarlo contra la cama. Abandonó los labios del médico. Llevó la mano a la boca se escupió los dedos y volvió a abrazarlo, pero ésta vez metió un par de dedos en la entrada de Ivan.

Ivan contuvo el aire, tiró hacia atrás la cabeza y puso en blanco los ojos.

-Te lavaste las manos, Tomás?

-No te contagiaré nada metiéndote los dedos sucios en el culo -susurró lamiendole el cuello.

Ivan respiraba agitado y se podía percibir una leve sibilancia en el pecho.

-Por qué respiras así? -preguntó Tomás metiendo y sacando los dedos.

-Porque los medicamentos aun están haciendo efecto.

-Si te cojo te vas a morir?

-No -jadeó el hombre en voz gruesa cuando sintió que los dedos de Tomás abandonaban su agujero y el cuerpo del niño se ponía en cuclillas para meterse su pija en la boca.

Tomás lamió los testículos, succionándolos uno por uno, chupando con fruición. Luego le dio lenguetazos a la polla dura, metiéndosela hasta la garganta.

Ivan le agarró de la cabeza para que quedara quieto y poder dar unas estocadas cuando no daba más de excitación mientras sentía de nuevo los dedos de Tomás entrando y saliendo de su agujero.

-Tienes el pelo duro de mugre -jadeó el hombre atragantándose con la saliva.

-No te voy a coger con la cabeza -respondió el muchachito y se puso de pie.

Ivan miró a su niño.

Tomás lo observó con el ceño levemente arrugado y a Ivan casi se le caen los intestinos ante la excitación: Tomás con la mirada dura era intimidante y eso lo ponía a mil.

-Girate -ordenó con voz gruesa.

Ivan tragó duro.

Volteó y apoyó el pecho sobre la cama. Aspiró fuerte y para evitar un grito mordió las sábanas: Tomás se había agachado y le metía la lengua en su entrada.

-Cierra la puerta, ponle el seguro -jadeó con la voz casi apagada por las mantas.

Tomás se fue hacia ese lugar, le puso el pestillo y regresó desprendiéndose el pantalón.

Ivan había girado la mitad del cuerpo y lo veía caminar hacia él con la polla dura y venosa afuera, masturbándola con las manos sucias y eso lo excitó aun más.

Tomás se apoyó en su espalda, le tomó el rostro y lo besó mientras se introducía lentamente. No cerró los ojos, miró como el médico ponía en blanco los suyos y dejaba de besarlo, tenía la boca abierta y se babeaba mientras Tomás se la metía entera y jugaba a hacer círculos con la cadera.

Lo soltó e Ivan cayó como marioneta sobre la cama, hizo puños en las mantas y Tomás le agarró la cadera blanca con las manos negras de mugre y comenzó a embestirlo. Suave primero, suave, muy suave, hasta que alguien intentó abrir la puerta y como la encontró cerrada, golpeó.

- Tomás? -gritó la voz de Raul.

Entonces Tomás dobló un poquito las rodillas para mejorar la diagonal de entrada, empujó fuerte y cuando Ivan se sacudió en un espasmo, supo que había encontrado el lugar exacto.

- Tomás? -volvió a repetir Raul golpeando de nuevo.

Y Tomás ya no fue gentil, lo agarró fuerte de la cadera y dio potentes estocadas, directo en ese punto que hacia a su hombre saltar. Lo taladró una, dos, tres, cuatro, diez, once, quince, dieciséis veces cortas y profundas hasta que Ivan ahogó un grito en medio de las mantas y su esfinter se cerró sobre la pija de Tomás.

Tomás aspiró fuerte ante el orgasmo de su hombre, salió de su interior, corrió al baño y se la jaló un par de veces para eyacular en el inodoro.

***

Raul escuchaba ruidos raros.

- Tomás? -preguntó de nuevo con menos convicción.

-Qué pasa? -preguntó Francisco llegando hasta el lugar.

Raul puso el dedo índice en la boca y pidió silencio. Se acercó a la puerta y puso el oído. Fran arrugó el entrecejo y también hizo lo mismo y cuando la puerta se abrió, los dos casi caen encima de Tomás.

-Qué pasa? -preguntó el muchacho mugroso de cabello semiondulado duro.

-QUE HACÍAN? -gritó Raul con el rostro rojo de vergüenza y Tomás giró y miró a su hombre.

Ivan estaba acostado en la cama, tenía el cabello revuelto y el rostro acalorado.

-Nada.

-MIENTES!

-Por qué crees que miento? qué escuchaste?

Raul seguía con el rostro rojo y Fran retenía una sonrisa, con solo ver el estado de su compañero ya se imaginó lo que había sucedido.

-COCHINOS -gritó el rubito y Tomás largó una carcajada.

-Iré a bañarme, Ivan me prohibió que se la vuelva a meter con esta mugre -aclaró sonriente e Ivan se tapó hasta la cabeza con la manta.

-OYE! QUE TE DIJE DE NO MOVERTE DE LA CAMA -increpó Fran y Tomás elevó los hombros.

-Es que no se movió, fui yo el que hizo todo el trabajo!!! -explicó, regresó hasta la cama, destapó a su hombre que tenía rojo hasta el cabello y lo besó. Lo besó suspirando e Ivan se dejó llevar de nuevo por esos labios. ¿Cómo había hecho para sobrevivir sin él?

-Cuanto te extrañé mi niño hermoso -susurró sobre sus labios.

-No me extrañes más, ya regresé -le respondió sonriente e Ivan también dibujó una sonrisa, Tomás desvió los ojos hacia esas arruguitas y le dio gracias al cosmos por regresarlo al lugar al que pertenecía.

La pandemia había quedado atrás y contra todos los pronósticos y mensajes pesimistas, el mundo volvía a revivir... esos dos enamorados eran la prueba viviente.

 

 

FIN

Si llegaste hasta este punto, te doy las gracias por no abandonar a mi Tomás adolescente y a su amor prohibido.


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