Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

EL AMOR EN TIEMPOS DE COVID por juda

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Sábado 6 de la madrugada.

Ivan estaba acostado en su cama mirando el techo, se maldecía por no haber dormido. A las 4 de la tarde le tocaba entrar a su turno, nuevamente estaría en el sector del triaje y no creía que fuera un turno menor a 10 hs.

Tendría que tomar cafeína y algún estimulante para mantenerse receptivo. Odiaba hacerlo, pero en épocas como las que estaban atravesando, en pleno invierno y el hospital abarrotado por gripes, neumonías, bronquiolitis y ataques de asma, era común que los médicos se ayudaran con fármacos para mantenerse despiertos.

No había podido dormir por recordar la forma en la que se había despedido su vecino.

Sonrió.

Lejos de sentirse cansado tenía el corazón dándole de patadas en el pecho, tendría que hacer algo para relajarse. Tal vez era hora de empezar a hacer un poco de ejercicio físico, la última vez que corrió por las escaleras tras Tomy casi muere infartado.

Se levantó de un salto, se dio una ducha rápida, se puso su equipo de gimnasia casi nuevo por la falta de uso y salió a trotar. Estaba decidido a que la próxima vez que tuviera que correr por detrás de ese pelirrojo, no pasaría vergüenza.

***

-FUCK! -jadeó jalándosela por última vez y llevó una mano hacia la pared para sostener el cuerpo mientras eyaculaba en el inodoro

Se masajeó los testículos, pasó el dedo por la punta de la pija y se lo llevó a la boca.

Aun se mantenía agitado y con los ojos cerrados.

Era la segunda vez que se despertaba soñando con su vecino y tenía que masturbarse. Sin abrir demasiado los ojos y en la oscuridad, retornó a su cama y se tiró en ella para taparse hasta la cabeza y dormir. Había visto la hora de reojo: las 6 de la mañana. El pelirrojo aun tenía hasta el mediodía para seguir durmiendo.

***

Ivan caminaba por una calle con muy poco movimiento, eran las 8 de la mañana y había logrado realizar una hora de ejercicio. Era imposible correr demasiado pero sabía que mejoraría con los días, era cuestión de que su organismo comenzara a responder al esfuerzo físico.

Regresaba al edificio y paró en un bar. Se notaba que estaban abriendo porque una pelirroja en patines repartía contenedores con sobres de azúcar y sacarina por todas las mesas.

Era una mañana fresca, ideal para tomar un café caliente... en compañía.

Entró, tomó asiento y cuando ella se le acercó, ordenó la infusión con masas mientras sacaba su celular.

8,15 hs.

¿Sería prudente que le escribiera?

¿Hasta que hora dormiría el pelirrojo los sábados?

Nunca se lo había cruzado temprano pero estaba tan ansioso por verlo que se arriesgó.

"estás despierto?"

Se quedó mirando hacia afuera a través de la ventana, con la ilusión de verlo pasar.

"estoy en un bar de la zona. El Ronroneo se llama, me preguntaba si querías desayunar conmigo"

Dejó el celular sobre la mesa y trató de serenarse, pero podía sentir la garganta cerrada por los nervios. La pelirroja bonita regresó con su desayuno y lo tomó, demorándose en hacerlo, extendiendo los sorbos hasta que el café estuvo prácticamente frío.

Se sintió estúpido mirando el mensaje enviado pero el beso de la noche pasada era una indicación de que no pasaba desapercibido para el otro.

Jugó con una servilleta mirando como paulatinamente el bar se llenaba de gente y a las 8,45 pidió la cuenta.

Era una estupidez comportarse como lo estaba haciendo, era un hombre grande ¿por qué no le bajaba dos rayitas a su nivel de ansiedad? Negó sonriendo. Es que hacía tanto tiempo que no se dedicaba a él mismo! Es que hacía tanto tiempo que no se sorprendía de esa manera: pensando constantemente en alguien!!

Se dirigió a paso tranquilo hacia el edificio, saludó al conserje que limpiaba la vereda, llegó hasta el ascensor y cuando lo llamó, escuchó el ruido de pisadas en las escaleras. Alguien bajaba como demente de dos en dos los escalones. Sabía que aparecería uno de los inquilinos por la forma en que descendía corriendo pero de todas maneras se asustó cuando lo vio aparecer y pasar por su lado como si la vida se le estuviera escapando.

Ivan tomó aire con fuerza cuando Tomas casi lo choca. El pelirrojo siguió su carrera hasta la puerta del edificio, la abrió y salió corriendo como desaforado.

Lo observó patinar en la vereda mojada y pudo ver cuando el conserje se asustaba y lo reñía, pero Tomas, casi a punto de revolcarse en el piso puso las puntas de los dedos en el suelo, logró hacer equilibrio y corrió hacia la derecha.

Ivan reaccionó cuando ya no lo vio más y salió apurado, se asustó. Se alarmó. Como médico solía relacionar a la gente corriendo con urgencias médicas y pensó que tal vez le había sucedido algo a la madre del pelirrojo y que corría por ayuda.

-TOMAS!! -gritó haciendo tres pasos en la dirección en la que corría el muchacho, se puso las manos a los costados de la boca y gritó de nuevo -TOMYYYYY!!

El pelirrojo ya había cruzado la calle como enajenado sin fijarse si venía o no algún vehículo cuando paró, frenando con todo, patinando y cayendo de culo.

Ivan aspiró aire de nuevo, asustándose aun más.

Tomas giró el rostro y buscó la voz que lo llamaba: Ivan estaba cerca del edificio, aun con las manos a los costados de la boca, los ojos inmensos por el susto.

Se levantó sonriente, se sacudió el pantalón y estaba por regresar cuando vio al conserje acercarse a su vecino, llevaba el ceño fruncido.

-TOMAS, ¿QUÉ TE DICE TU MADRE SOBRE ANDAR CORRIENDO COMO LOCO POR TODOS LADOS?

God!! god!! el viejo de mierda arruinaría todo!!

Ivan giró y miró al hombre y el hombre seguía regañando al pelirrojo.

A Tomas casi se le aflojan las piernas, el viejo metido de mierda diría algo que terminaría por ponerlo en aprietos. Corrió hacia Ivan y lo pegó en el brazo en un gesto de confianza mientas ignoraba al hombre que seguía regañándolo.

-Qué pasa Tomy? -preguntó Ivan aun asustado y Tomas lo tomó de la mano y lo dirigió hacia el edificio, mirando de reojo al viejo que ahora lo amenazaba con que le diría a su madre que casi se mata en el suelo mojado y todo por andar como desquiciado.

Debía decirle la verdad a Ivan si no quería que se enterara por otros y fuera mucho peor.

Tenía que ser valiente. Aunque se le hacía chiquitito el estómago al imaginar la reacción de su vecino hermoso.

-Perdón! recién me despierto! -jadeó Tomas mientras llamaba al ascensor e Ivan veía los movimientos sin entender, aun asustado.

-Pero qué pasó, Tomas?

-Dijiste que estabas en el Ronroneo, tenía la esperanza de aun encontrarte ahí! -le dijo subiendo un hombro y elevando un poco los labios.

Ok. Si Ivan estaba un poco ido por ese hombre, ahora estaba de cabeza. Sentía que los sesos se le habían estrellado contra ese pelirrojo y que ahora tenía licuado de neuronas: TOMAS CORRÍA DE ESA MANERA SOLO PARA INTENTAR ENCONTRARLO???

Rió estupidizado. No recordaba que alguien, en algún momento de su vida, hubiese corrido de esa manera solo para encontrarse con él!

No respondió, se quedó mudo mirando el pucherito de Tomas.

El pelirrojo no sabía como interpretar el silencio, giró mirando hacia la vereda y señaló hacia ahí.

-Otro día podríamos ir a tomar un café, si quieres. O podríamos ir ahora y te tomas otro -agregó haciéndole una sonrisa cuadrada.

Ivan inhaló cuando se dio cuenta de que había dejado de respirar.

-Tomas, estás desabrigado. -le dijo señalándolo.

El pelirrojo tenía puesta una remera de mangas cortas y el pantalón pijama sobre sus ojotas negras.

-Es que tu mensaje era de hacía una hora, no iba a tener tiempo de vestirme -se disculpó el pelirrojo e Ivan tragó duro.

-No puedes salir así, tienes que cuidarte, hay un virus flotando en el aire.

Se sacó el abrigo y mirando disimuladamente hacia el conserje que no dejaba de observarlos, se lo puso en los hombros.

Tomas sonrió dando las gracias con energía mientras le pegaba un pequeño puño en el brazo al contrario (ya se había dado cuenta que el viejo chusma no les sacaba los ojos de encima). El ascensor por fin llegó, subieron y en cuanto la puerta se cerró, Tomy lo miró directo a los ojos.

-Esta noche podríamos comer de nuevo en tu casa!

-No puedo, tengo turno en el hospital... pero puedo hacer café ahora y lo tomamos en mi casa! -susurró Ivan arriesgándose el todo por el todo.

Tomas se sintió ansioso, afirmó con la cabeza con tanta convicción que el cabello le cayó sobre los ojos e Ivan lo sacó con delicadeza, desviando la vista hasta sus labios.

-Ivan, te gusto? -preguntó directo e Ivan abrió un poco más los ojos, tragó duro mirándole la boca.

Tomas era unos dos o tres centímetros más bajo y cuando el pelirrojo lo miraba a los ojos lo hacía sin elevar el rostro, solo mirando hacia arriba con esa mirada profunda y amplia.

-Me gustas -susurró el pelinegro y fue la luz verde que necesitaba el pelirrojo. No sabía cuanto avanzaban los adultos una vez que se descubrían los intereses en común pero Tomas creía que dejaría de pensar tanto en todo.

Le puso las manos en el rostro, se acercó sintiendo como Ivan respiraba agitado y cuando estuvo a milímetros, se abrió el ascensor.

El pelirrojo se apartó bruscamente, si alguno de los vecinos lo veía con Ivan podían ir con el chisme a su madre y ahí sí que se le armaría la gorda.

Porque una cosa era tener relaciones pasajeras con muchachos de su edad y otra era el médico del quinto. Malditos protocolos sociales!!!

Ivan se sobresaltó cuando Tomas retrocedió de esa manera, comprendió que nadie debía verlos! Ok. No entendía muy bien por qué! Tal vez el pelirrojo necesitaba ir lento. Eso lo entendía. Lo entendía bien!! Ivan rió un poco, más para eliminar el aire acumulado en los pulmones que para otra cosa. Tomas lo notó colorado y se maldijo internamente por reaccionar de esa manera. Debía decirle la verdad, tenía que decirle que si lo veían con un adolescente los vecinos podrían hablar de ellos.

Ok.

Cuando entraran al departamento se lo diría.

-Tomaremos café? -preguntó Ivan en un susurro y Tomas afirmó de nuevo con convicción. Ivan volvió a acomodarle el cabello y antes de tentarse nuevamente salió un poco estupidizado y se dirigió a su departamento. Abrió la puerta, le hizo seña a Tomas que pasara poniendo la palma de la mano en dirección al interior de su hogar y Tomas sonrió mientras ingresaba, aspirando aire fuerte. Era todo muy romántico. Era todo tan perfecto! Ese era el hombre de su vida y aunque Raul no lo comprendiera, Tomas estaba seguro que un día estarían casados, tendrían hijos y morirían juntos.

Pero para que todo eso pasara... tenía que hablar con Ivan.

-Tomy. -jadeó luego de que la puerta estuvo cerrada.

Tomy giró y lo miró.

-Tomy... puedo besarte?

y Tomy no respondió, se le abalanzó tirando todo su cuerpo sobre el de él.

Ivan rebotó contra la puerta y lo abrazó con fuerza mientras abría la boca para que la lengua del pelirrojo se colara en su interior.

Ok.

La charla debería esperar.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).