Ivan recibió todo el peso del cuerpo del menor y se aferró a él. Abrazándolo con fuerza, lo besó plantando todos sus labios sobre los suyos. Quería ser cortés, no ser invasivo, después de todo sentía que se aprovechaba del pelirrojo al tenerlo encerrado en su departamento y no tenía ninguna intención de hacerlo sentir acorralado.
Pero el pelirrojo pasó de tener las manos en torno a su rostro a agarrarlo con fuerza del cabello, le pegó el tirón en el pelo, hizo que su cabeza se inclinara y abrió la boca.
Ivan respondió abriendo la suya, dejándolo pasar y Tomas casi escala en su cuerpo intentando llegar más profundo, abarcándolo entero.
El pelinegro lo tomó por la cintura he intentó alejarlo con suavidad porque sentía que su sexo despertaba y no quería que el pelirrojo creyera que era un pervertido que lo había encerrado para cogérselo.
-Me calientas -le dijo Tomas en un susurro húmedo mientras soltaba su boca y se dirigía a su oído para morderle el lóbulo de la oreja. Ivan cerró con fuerza los ojos y cuando la lengua del muchachito hizo un ida y vuelta por su cuello, lo alejó con fuerza ante un estremecimiento que le dejó los vellos de punta.
-Tomás, Tomás, por favor -le rogó alejándolo de su cadera.
Salió caminando apurado lejos del cuerpo de ese hombre mientras se bajaba todo lo que podía la remera para tapar la carpa que tenía en su entrepierna.
Tomas trastabilló cuando Ivan lo alejó con fuerza de su cuerpo y se quedó mirándolo mientras se alejaba, el pecho en un sube y baja agitado. Se pasó el dorso de la mano por la boca para secarse los residuos de ambas salivas y se mordió el labio inferior.
¿Qué había sucedido? Algo no le había gustado a su vecino hermoso y no sabía qué!
¿Debería haber ido más lento? ¿Cuanto más lento? Esto lo estaba estresando. ¿QUE MIERDA PASABA? ¿ERA SIEMPRE TAN DIFÍCIL CONVERTIRSE EN MAYOR Y QUERER COGER? ¿ESO LE PASARÍA A ÉL? ¿TENDRÍA ALGÚN DÍA 30 AÑOS Y LE LLEVARÍA 3 VIDAS COGER CON ALGUIEN? CUANDO UNO CRECÍA... ¿DEJABA DE ACTUAR CON IMPULSIVIDAD?
Tragó duro sin saber qué hacer.
Era fácil intimar con los chicos de su edad, sabía exactamente qué querían, en cambio este hombre maduro y serio era un misterio!
Se quedó cerca de la puerta, intentando regular la respiración. Se pasó fuerte la mano por la entrepierna dura y se acomodó la remera larga para disimular. Lo vio alejarse de él con velocidad y entrar a la cocina. ¿Qué se hacía a continuación? ¿Debía seguirle y preguntarle qué le pasaba o se iba? Miró la puerta sin decidirse.
Ivan ingresó a la cocina, se fue directo al refrigerador y tomó grandes sorbos de agua helada directamente de la botella. Había estado a punto de estampar al pelirrojo contra la pared y desnudarlo. God! ¿qué mierda le pasaba? ¿desde cuando se comportaba como un cavernícola?
Antes de guardar la botella en el refrigerador se pasó el envase frío por las mejillas y la nuca, luego percibió el silencio en el salón y decidió que debía comportarse como un hombre y no como un canalla que encerraba a otro para meterle mano.
Se acercó al umbral de la cocina y vio al pelirrojo hermoso, tenía el cuerpo en su dirección pero el rostro volteado mirando el picaporte de la puerta de salida.
Había quedado en ese lugar, con la remera gigante sobre su pantalón pijama, tenía las manos cerradas fuertemente sobre el borde de la prenda y parecía dudar.
Ivan no podía cagarla desde el comienzo. Estaba oxidado en cuanto a relaciones interpersonales. Había olvidado por completo los protocolos y rituales, tuvo miedo que Tomas se decidiera, tomara el picaporte y huyera de su vida.
No quería perderlo sin haber tenido tiempo de al menos conocerlo.
-Tomy? -preguntó, y el pelirrojo giró el rostro de ojos inmensos hasta él, parecía asustado o tal vez confundido... qué le decía esa mirada? -¿tomamos café?
Los ojos del pelirrojo se iluminaron, se agrandaron aun más y la boca se contorsionó en una sonrisa ancha. Afirmó con fuerza despeinándose de nuevo.
-¿Café solo o con leche? -preguntó y cuando dijo leche se asustó de sus palabras, casi se ahoga con la saliva. Horrorizado levantó la caja con el producto y se la mostró con el rostro rojo -Esta leche quiero decir, café con ésta leche!!!
Y Tomi inclinó un poco la cabeza y arrugó el entrecejo porque no entendía porqué se ruborizaba tanto el pelinegro! ¿¿Había algún mensaje encriptado en esa oración que solo los mayores conocían?? Fuck! le habría gustado tener una máquina del tiempo y viajar hasta tener 30 para pensar como el pelinegro y adivinar qué quería.
Pensó que podría ir a su casa y traer cacao pero lo más probable es que su madre le hiciera mil preguntas y no lo dejara salir nuevamente.
-Si. Quiero con leche, con mucha leche -aclaró en un susurro e Ivan casi sufre un infarto. Ok, tenía que tener la mente fría y dejar de pensar con la polla.
Tomas se acercó despacio hacia la cocina, parecía que los adultos cuando pedían al otro permiso para besarlo... era solo eso! se sintió un poco decepcionado cuando vio que Ivan lo alejó para dirigirse a la cocina, le habría gustado que le arrancara la ropa y se lo llevara al cuarto.
Ivan desapareció nuevamente de su campo de visión y corrió hacia la cafetera.
Tomas ingresó y lo vio preparar cosas y lavar otras con rapidez. Sonrió para si mismo porque el pelinegro le parecía lo más dulce que existía sobre la tierra. Pegó un salto y se sentó en el mesón cruzando las piernas a lo indio, dispuesto a esperar que Ivan le diera lo que tuviera ganas de darle. Se rió bajito al compararlo con sus amigos, Exequiel ya lo habría tenido boca abajo en la cama perforándolo con ahínco.
Tomaron el desayuno con calma en el salón, sentados uno al lado del otro en el sofá grande. Estaban juntos pero no lo suficiente como para que sus cuerpos se rozaran, Ivan había tenido cuidado en ese sentido. No quería perder el control de su lado racional y comportarse de nuevo como un bruto neandertal.
Ivan le contó sobre lo que hacía en el hospital y que trabajaba codo a codo con su amigo y ex compañero de la universidad: Francisco.
Tomas habló sobre su mejor amigo Raul, y le contó que también era su compañero en la oficina.
Si. Tomas habló nuevamente sobre la oficina. No se animaba a decirle la verdad y mucho menos después que Ivan lo había acorralado en la entrada al departamento. ¿Lo habría besado de esa forma si fuera consciente de su verdadera edad?
La charla se extendió hacia lo que el pelinegro leía, Tomas le contó que a él no le gustaba la literatura pero que le atraía el cine y la música.
-You now BTS? -le preguntó sonriente cuando Ivan quiso saber qué escuchaba.
El pelinegro largó una carcajada.
-si los conozco!!!! una de las enfermeras los escucha, está como loca con ellos. Cuando me quedo solo con ella en el descanso, lo único que hace es mostrarme videos de los 7, suele pararse delante mío y me hace coreografías enteras!!
A Tomás se le acortó la sonrisa.
Lo único que había escuchado fue "cuando me quedo solo con ella en el descanso"
Lo estudió mientras el hombre seguía contándole cosas de BTS que él conocía de sobra... ¿ese hombre hermoso tendría algo serio con alguien? ¿Era por eso que lo había alejado sin intentar llegar más lejos? Arrugó el entrecejo cuando volvió a nombrar a la enfermera.
No se refería a ella como si fuese la novia.
Tal vez el hombre lo había besado para sacarse un poco las ganas. Tomas arrugó aun más el entrecejo... ¿estaba jugando con él? ¿Tenía algo serio con alguien y solo lo había usado un rato para sacarse la calentura? Miró las tazas de café y apretó la mandíbula... ¿era por un par de besos de mierda que había aguantado por segunda vez tomar esa asquerosidad de café?
De vuelta dijo algo de la enfermera de mierda.
-Tienes algo con ella? -preguntó de repente sin siquiera habérselo propuesto e Ivan elevó las cejas.
-Con Marylu? -respondió sonriente.
Ok, ya no solo era "la enfermera" ahora también la susodicha tenía nombre!
-Ufffff -dijo Tomas cuando Ivan abrió la boca para seguir respondiendo, no quería saber qué seguía, no quería que el pelinegro le dijera "por supuesto! Marylu es mi novia y tu eres el simple pelirrojo del tercero". Se enojó. Se enojó porque dentro de la novela que se estaba armando, Ivan lo había usado y ni siquiera había tenido la cortesía de follárselo y regalarle un orgasmo. Se miró la muñeca sin reloj y se llevó la mano a la frente -Qué tarde se hizo!! Tengo que ir a la oficina para tomar café con Raul!
Ivan pestañeó confuso sin entender el cambio brusco del pelirrojo, él creía que todo marchaba sobre ruedas!!!!
-Los sábados también trabajas? -preguntó aturdido.
Tomas dejó su taza en la mesita que estaba a un lado y se paró.
-Si. Los sábados también trabajo, soy un hombre muy ocupado!
El pelinegro también dejó su taza en la mesita con los ojos inmensos y las cejas arriba porque el ambiente había cambiado drásticamente y para mal. ¿¿Estuvo hablando demasiado?? Tal vez el pelirrojo había sentido que era un ególatra que se la pasaba embobado por su propio ombligo.
-Ok -jadeó el pelinegro y el pelirrojo enojado se ofendió porque lo dejaba ir sin más.
Lo empujó con fuerza por los hombros, Ivan cayó en el sofá y Tomas se tiró sobre él, se sentó a horcajadas sobre sus piernas, le agarró el rostro con ambas manos y tras meterle la lengua en la boca sin piedad, llevó la mano hacia los pezones y los pellizcó con brutalidad mientras movía la cadera de atrás hacia adelante, casi estrangulándole la pija.
Ivan llevó las manos hacia los brazos del hombre e intentó acariciarlo. Tenía la boca abierta al igual que los ojos y dejaba que el pelirrojo hiciera lo que quisiera. Tomas le levantó la remera, pasó las manos de dedos infinitos por su torso y le rascó apenas con las yemas de los dedos los pezones. Ivan jadeó sobre sus labios mientras ponía los ojos en blanco.
Tomas sintió perfectamente como la pija se le endurecía al médico de mierda que había osado jugar con él y hablarle de la novia que tenía en el hospital y con la que seguramente ya se estaba por casar y tener todos los hijos que debería tener con él.
Refregó su pija sobre la de él, dejó en paz uno de los pezones del hombre y bajó la mano para tocarle la polla por sobre el pantalón. Ivan tembló entero mientras intentaba seguir con el ritmo desenfrenado del beso pero sin mucho éxito, la saliva escapándose por las comisuras.
Tomás se elevó sobre sus rodillas y tomando la cabeza de Ivan hizo que el rostro del pelinegro quedara estampado sobre su pelvis, realizó dos estocadas. Ivan le agarró el culo por sobre el pantalón pijama, abrió la boca para lamer la tela que cubría la entrepierna del pelirrojo y el pelirrojo se puso de pie.
-Uffff, se me hace tarde -jadeó agitado mirando de nuevo su muñeca sin reloj -Perdón, creo que me excedí! espero que tengas alguien que te ayude con tu problema -le dijo mirándole con desdén la carpa en el pantalón del pelinegro y sin más, se marchó del lugar.