-Hola, Saga- saludó Mu con una sonrisa y sus manos cruzadas en la enorme mesa del salón.
-Vaya, esto es incómodo- sonrió el peliazul llevándose una mano al pelo en un gesto nervioso.
-Quiero el divorcio.
-No me hagas esto, Mu, te amo- dijo mirando al pelilila con tristeza mientras este le dedicaba una mueca de asco.
-Es muy tarde para eso, Saga.
-Por favor- pidió el peliazul acercándose al trío- he cometido errores, pero ¿Quién no?
-De acuerdo, pero cuando duermes con tantas personas no es un error, cariño, es patológico.
-Lo es, pero podemos resolverlo, puedo cambiar, puedes ayudarme a cambiar- sonrió y continuó hablando como si los otros dos no estuviesen ahí.
-¿Cuántos hubo, Saga?
-¿Amoríos? Los que estás viendo- dijo señalando a Shura y a Afrodita, quienes le dedicaron un gesto con el dedo medio- Bueno, quizá uno más, dos talvez o cinco- dijo comenzando a ponerse nervioso hasta que se llevo ambas manos a la cabeza- ¡¿Qué quieres que te diga?! Recibo más traseros que un inodoro. Soy inseguro, tengo problemas, pero eso no quiere decir que no me importe- Shura soltó una risa burlona- Ellos fueron un amorío y lo saben- musitó dirigiéndose de nuevo a los chicos quien comenzaron a reírse- Excepto Shura, eso era exclusivo.
-Púdrete.
-Me dijiste que te ibas a divorciar y nos mudaríamos a la Toscana- dijo Afrodita alzando una de sus cejas.
-Te lo dije, pero te mentí- sonrió el peliazul.
-Saga, eres un verdadero pedazo de mierda- soltó Mu.
-Sí, lo eres- secundaron Shura y Afrodita asintiendo.
-Y sin importar con cuantos hombres duermas o cuantos autos y ropa compres, nada podrá llenar ese hueco dentro de ti. Eres un hombre vacío- espetó Shura apretando los dientes provocando que Saga sonriera- Si no fueras tan desagradable como lo eres talvez no hubiera sabido que necesitaba cambiar.
-Eres genial, me caes mejor ahora- dijo el pelilila tomando la mano del azabache, quien le sonrió.
-En fin, hablando de cambios- continuó Shura sacando un sobre de su portafolio y lanzándolo por la enorme mesa hasta Saga, quien frunció el ceño.
-¿Qué es esto?
-Los papeles del divorcio- explicó sonriendo- Somos dueños de todo lo que posees, Saga y el número al final es nuestro valor neto.
-¿Creen que pueden quitarme todo mi dinero? Están locos- soltó el mayor con burla mientras agitaba el sobre.
-No, tiene razón- agregó Mu- Somos socios por igual, al 50%, aunque tuvimos que reducir significativamente tu parte- Saga frunció el ceño abriendo el sobre comenzando a leer los papeles y buscando la cuenta de Suiza… la cual ahora se encontraba en ceros.
-¿Qué…? ¿Qué significa esto? ¿Por qué está en cero?- preguntó mirándolos con cierto temor.
-¿Te refieres al dinero que robaste de Service Circuit?- le dijo Afrodita aún sonriendo.
-No sé nada sobre eso.
-Sí, cariño, yo tampoco- soltó Mu fingiendo estar confundido- Pero aparentemente soy el CEO, de hecho, de todas tus compañías, así que vacíe tus cuentas y… estás quebrado- sonrió alzándose de hombros mientras Shura asentía orgulloso.
-¿Cómo?
-Revisamos tus cuentas y lo hicimos, eso sucede cuando haces enojar a tu gente- espetó Shura inclinándose sobre la mesa dándole énfasis a sus palabras.
-¿Entonces ustedes me robaron? ¡Los tres!- soltó Saga comenzando a reírse, parecía que había perdido la cabeza- Claro que no, ustedes no tienen las agallas.
-¿En serio? ¿Acaso no notas un rico aire helado suizo en nosotros?- soltó Afrodita con un aire coqueto.
-No sé qué sucede con ustedes, pero por su bien espero que estén mintiendo, porque tu nombre está en todos los contratos, tú eres el responsable de todo- musitó entre dientes señalando a Mu, quien sonrió- Así que no me vengas con tonterías, cariño, porque si vaciaste esa cuenta eres que va a caer en el hoyo- Shura resopló cansado mientras el nipón miraba a su esposo con media sonrisa.
-Pensé que dirías eso, luego Shura me explicó algo llamado restitución.
-Considéralo una devolución, por ello se lo mostramos a Shaka, tu inversionista- agregó Afrodita ladeando el rostro.
-¿Se lo mostraron a Shaka? ¿Lo incluyeron en esta estupidez? - en ese momento, Shaina hizo pasar al rubio a la sala, mirando al trío y después dirigiéndole a Saga una mueca bastante molesta- Hola, amigo… yo… no sé lo que te dijeron estos tres, pero tienen una crisis de grupo- sonrió acercándose al hindú, quien lo miró con enojo.
-No me dijeron nada, Saga, me lo mostraron. Se terminó, ya no serás incluido en mis empresas de ahora en adelante.
-¡¿Por él?! ¿Es una broma? ¡¿Me despides ahora?!
-Es por lo menos que deberías preocuparte- soltó Shaka señalándolo- La única razón por la que no irás a prisión es porque tu esposo devolvió todo el dinero.
-No, no, son mentiras ¡Tonterías! ¡Todo es una mierda! Mi esposo no es un genio criminal, ¡Su cerebro está muerto! ¡Es mi dinero!- comenzó a gritar haciendo una rabieta comenzando a golpear el piso con sus pies para enseguida darse la vuelta y golpearse el rostro con la puerta. Al parecer no había notado lo cerca que estaba.
Se tomó el puente de la nariz dirigiéndoles una última mirada y saliendo del lugar dejando al trío mirándose con una enorme sonrisa.
Saga salió del edificio sólo para encontrarse que estaban remolcando su auto.
-¡Oye! No puedes hacer eso.
-Ya lo enganché- dijo el joven alzándose de hombros.
-¡Es un auto de 300 mil!- el chico lo miró de pies a cabeza y se dio la vuelta.
-Puedes costearlo- finalizó dejando a Saga con el rostro colorado por el coraje y comenzando a hacer otra rabieta importándole poco que la gente que pasaba a su lado lo mirara extrañados.
Con lo que tampoco contaba es que lentamente se acercaba Kardia, el padre de Shura, quien en cuanto estuvo lo suficiente cerca tocó su hombro. Saga lo miró extrañado y aprovechando aquello, el mayor le propinó una patada en los testículos.
-La próxima vez llama a un plomero- dijo sonriendo y dándose la vuelta.
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Unas semanas después, los amigos se citaron en un lindo restaurante para cenar y poder ponerse al día.
-Quiero brindar por mis maravillosos amigos, amigos que aman cada parte de mí- dijo Mu alzando su copa de champaña recibiendo dos sonrisas.
-Y aunque alguien nos unió no debemos acostarnos con el mismo tipo nunca más- agregó Afrodita haciendo que sus amigos negaran enseguida.
-¡Salud!
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Mu ahora trabaja en la empresa de Shaka desarrollando ideas millonarias y es el CEO de varias empresas exitosas, además de que está saliendo con el guapo rubio.
Aioria y Shura se enamoraron y se casaron, adoptaron una gata y ahora el español bebe su café en la casa de la playa… aunque el sol lo deslumbre.
Y Afrodita… él y Kardia convirtieron las mariposas en realidad y siguen el verano alrededor del mundo gracias al trabajo del menor. Shura se niega a llamarlo padre.