Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No hay dos sin tres por Aranel Poli

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Llegar a su casa ebrio era algo que no acostumbraba en su perfecta vida de perfecto esposo… claro.

Arrugó el gesto al pensar en ello entrando a su habitación y viendo a Saga dormido sin la menor idea lo que estaba pasando a su alrededor. Negó suspirando que de ahora en adelante su vida ya no sería la misma, ya no podría ver a las personas igual sin saber si estaban pasando lo mismo que él y que decidían no mostrarlo, justo como lo hacía por la mañana en el supermercado, haciendo compras como si nada hubiese sucedido.

Eso no podía ser así, no podía estarle pasando a él.

------------------------------

Era su segunda junta en el día y ya estaba un poco cansado. Tomó su bolígrafo golpeándolo contra las hojas que tenía enfrente mientras escuchaba a Dohko parlotear de cosas sin importancias.

-Shura- susurró Shaina acercándose sigilosamente detrás de su jefe.

-¿Qué?

-Te busca Mu Díplo, está en la entrada del edificio- el azabache miró a su amiga incrédulo mientras esta se alzaba de hombros y salía. Frunció el ceño y se levantó para salir enseguida y saber qué era lo que ese hombre quería.

Bajó hasta la recepción acercándose al guardia de seguridad, quien lo miró confundido.

-Licenciado Caballero.

-¿Qué sucede?- el hombre señaló con su mentón hacia Mu, quien estaba sentado con un enorme perro a sus pies y unos lentes que cubrían la mitad de su rostro. Shura lo miró extrañado.

-Lo llamamos porque este hombre se hace pasar por ciego e insiste verlo- en ese momento el pelilila se levantó furioso de su lugar tomando la correa de su perro.

-¡Yo no dije eso! Uso estos lentes porque me veo de la mierda y al ver al perro se imaginó eso- se quejó haciendo que el azabache suspirara y se tomara el puente de la nariz.

-Yo me encargo, gracias- dijo al guardia algo apenado con una sonrisa y tomando al pelilila del brazo para alejarse. -¿Qué sucede?

-Pretender que no sé nada de la infidelidad de Saga me llevó a una enorme furia y rencor, y no eres un cualquiera ni nada por el estilo…

-Vamos afuera- musitó Shura sospechando que el pelilila haría de nuevo una vergonzosa escena. Mu asintió saliendo junto a Kaiser y sus enormes lentes de sol. -Asumo que viniste porque pensaste que somos amigos y me importan tus problemas, pero no es así. No me importan tú, ni Saga, ni tu matrimonio, ni tu perro- el pelilila lo miró con un puchero lastimoso.

-Sólo quería mantenernos en contacto- Shura lo miró ofendido abriendo la boca sin creer lo que ese extraño hombre decía.

-¡No quiero estar en contacto!

-Bien, de acuerdo- aceptó Mu agachando la mirada.

-Gracias- finalizó Shura algo agitado y dándose la vuelta para volver a su aburrida junta, la cual prefería que seguir con esa bizarra e incómoda situación.

------------------------------

Después de tan estresante escena, esa misma tarde, Shura se encontraba en casa ahora tranquilo y tratando de despejar su mente con una copa de vino.

O al meno eso creyó.

Cuando estaba por sentarse a ver la televisión su timbre se escuchó. Rodó los ojos levantándose molesto para asomarse por la mirilla. No podía ser cierto.

-Lo siento, soy yo, no te enojes. Sólo quiero hablar y tal vez podamos cenar algo- dijo Mu sonriendo hacía la mirilla y alzando una bolsa con lo que parecía ser la cena. Shura negó y resopló sabiendo que quizá el diablo lo estaba castigando por todos sus juegos pasados.

-¿Cómo supiste dónde vivo?- preguntó en cuanto abrió, recibiendo una mirada avergonzada del pelilila, quien claro, no venía solo.

-Te seguimos a casa- aceptó acariciando la cabeza de Kaiser.

-¿Y cómo entraste al edificio?

-Esperamos a que alguien saliera y entramos- el español lo miró sin saber si llamar a la policía o comenzar a reírse.

-¿Qué quieres? ¿No entiendes lo raro que es esto?

-Sólo pensé que podríamos hablar porque yo… -Mu comenzó a boquear entre la vergüenza y entre no saber qué decir -Yo… porque… todo mi mundo se vino abajo y no tengo trabajo, no tengo dinero propio y honestamente no sé qué es lo que voy a hacer- aceptó con los ojos humedecidos y mirando al azabache con pesar comenzando a llorar -No tengo amigos con quienes hablar porque todos mis amigos son amigos de Saga. Sin exagerar, tú eres literalmente la única persona en el mundo que sabe lo que está pasando y si sigo hablando conmigo me volveré loco- creo que ya sucedió pensó Shura mirando al pelilila con algo de lástima.

-No puedo hablar contigo hasta que dejes de llorar.

-Lo siento- gimoteó Mu tratando de calmarse apretando la garganta -Es que estoy muy triste.

-Llora por dentro como un ganador.

-De acuerdo- aceptó respirando con dificultad y guardando su llanto ganándose un dolor en la garganta.

-No puedes encargarte de ti mismo a menos que seas fuerte. Y si quieres hablar con alguien que no sea un chismoso, yo te puedo dar los nombres de tres abogados.

-Los abogados cuestan dinero.

-Tienes dinero, tienes la mitad de lo que tiene Saga- explicó haciendo que Mu asintiera lentamente agachando la mirada.

-Está bien, gracias.

-De nada ¿Terminamos?- espetó Shura algo tajante recibiendo una mirada ofendida.

-¿Terminamos? Esa no fue una conversación, sólo me dijiste cosas hirientes- finalizó dándose la vuelta junto a Kaiser. Shura suspiró apretando los labios, quizá sí se había excedido un poco.

-De acuerdo, mira- dijo haciendo que Mu regresara a su lado rápidamente con una mirada esperanzada -Si te dejo entrar no nos peinaremos el pelo, ni beberemos tragos amistosos y mucho menos haremos una pijamada.

-No, nada de eso, lo prometo.

-Tienes una hora- soltó Shura haciéndose a un lado dejando pasar al pelilila con su peluda compañía -Y me dejarás elegir lo que trajiste de cena.

-De acuerdo- sonrió Mu asintiendo dándole la bolsa.

-Toma asiento- dijo llevando la bolsa hasta la cocina. Al volver vio que Mu no se había movido de su lugar y miraba a su alrededor algo incómodo o al menos él, ya que el perro ya había tomado lugar en el sofá más grande.

-Kaiser, bájate- susurró el pelilila, pero el perro sólo lo ignoró.

-Lo que me faltaba.

-Es sólo un cachorro, no entiende.

-De acuerdo, sólo siéntate- aceptó alzando sus manos y sentándose en el sofá pequeño. Mu volvió su mirada a su alrededor mostrándose ansioso -¿Qué?

-No quiero sentarme en un lugar en donde Saga y tú hayan tenido sexo- el azabache resopló pensando pasando su mirada por el lugar -¿Esa silla?- señaló por detrás de Shura, quien la miró haciendo una mueca.

-Mejor no.

-¿Y este pequeño taburete?- señaló a su lado haciendo que el español negara lentamente -Bueno, me sentaré en el alféizar- sonrió yendo a la ventana.

-Para ser honesto…

-¿En serio?- soltó Mu sorprendido mientras Shura se alzaba de hombros -Es una ventana, la gente puede ver hacia adentro.

-Mira, tendrás que elegir un lugar sin darle más vueltas. Siéntate- Mu resopló dejándose caer junto a Kaiser, y estaba por decir algo más, cuando el celular de Shura se escuchó vibrando en la pequeña mesa de centro.

Vio la pantalla desde su lugar y después miró al pelilila chistando, de verdad que ese día estaba siendo demasiado extraño y molesto.

-¿Es Saga?

-Sí.

-Saga está en nuestra casa de Patras ¿Por qué te habla desde ahí?

-No sabía que estaba en Patras- musitó Shura sin responder la estúpida llamada y dejándose caer en el respaldo del sofá.

-¿Por qué te llama entonces?

-Tampoco sé eso. Usualmente no llamo a mis novios cuando me entero que están casados- dijo con sarcasmo.

-¿Lo has estado ignorando y aún así te llama?- Shura se alzó de hombros ante la incrédula mirada del pelilila.

-Quizá por eso me llama.

-¿Qué tal si te llama para decirte que está enamorado de ti y que quiere estar contigo?

-No me importa.

-¿Qué tal si esta enamorado de ti?- continuó Mu con una extraña sonrisa en el rostro -¿Alguna vez te ha dicho que te ama? ¿Ha hablado así contigo? ¿Crees que aún me ame?- y ahí estaba la realidad de toda esa estúpida verborrea. Shura lo miró alzando sus oscuras cejas.

-Si vamos a hacer esto necesito un trago.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).