Al día siguiente, un Shura bastante molesto llegaba a su oficina y su rostro significaba peligro, algo que Shaina notó enseguida mirándolo con una mueca, sobretodo por lo que encontraría en su escritorio.
El español entró a su oficina siendo recibido por un enorme arreglo floral que tenía una nota. La tomó mirándola apretando los dientes.
“Arreglemos esto, amor”
Maldito infeliz, pensó rompiendo en pedazos la tonta nota para enseguida tomar las flores y arrojarlas en el bote de la basura. Shaina se acercó alzando una de sus coloradas cejas.
-¿Qué sucedió? Y tiene que haber sido algo grande, porque estabas loco por él hace dos días y no puede ser el sexo porque estabas de mejor humor y tu pelo es más brillante- Shura bufó mirándola con molestia para después dejarse caer en su asiento.
-Está casado, tiene esposo.
-¿Y crees que no puedes contra él?- Shaina recibió una mirada repleta de desdén.
-Ese no es el punto, yo no salgo con hombres casados, ni destruyo hogares para salir con alguien.
-No se trata de eso, Shaina, Cassios y yo estábamos casados y no éramos felices, ahora lo somos.
-Destruiste dos matrimonios, Shaina.
-Primero que todo- dijo la joven alzando un dedo -uno de esos matrimonios era el mío, así que no cuenta. Y segundo, la esposa de Cassios era una frígida sin atractivo sexual, eso estaba condenado desde el principio así que no cuenta como engaño- Shura la miraba con el gesto torcido mientras negaba lentamente.
-No creo que así funcionen las cosas.
-Todo lo que digo es que un tipo casado sería la pareja perfecta para ti. El hombre fue capaz de vivir toda esa vida sin que te dieras cuenta, necesitas a alguien que tenga algo que lo mantenga ocupado.
-¡No un maldito esposo!- gritó con frustración -Yo no hago eso, ya estoy grande para esto. He salido por años y ya lo superé, ya no lo necesito más- finalizó un poco harto de todo.
-Estás siendo negativo- dijo Shaina mirándolo con los labios fruncidos -Me iré, pero te diré lo que me dijo mi madre y es un consejo que vale mucho -Shura la miró cansado -Las personas egoístas viven más.
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Después del incidente de la mañana, Shura había decidido gastar sus energías en sus casos y distraerse de toda esa mierda de Saga.
-Shura- interrumpió Shaina entrando a su oficina.
-Si vienes a decirme que moriré joven por mis decisiones…
-Lo buscan- dijo la joven interrumpiendo a su jefe, quien la miró extrañado.
-¿Quién?
-Mu Díplo- el español la miró unos segundos sin expresión alguna hasta que alzó ambas cejas y resopló, ese era el colmo. Se levantó pasando a un lado de la peliverde, quien esperaba que no asesinaran a su amigo y jefe.
-Hola- saludó en cuanto salió a la sala de espera y vio al pelilila esperando por él.
-Hola- musitó levantándose con cierto nerviosismo -Soy Mu, te conocí el viernes en la noche… en mi casa
-Sí, lo recuerdo- dijo incómodo -Si estás aquí por lo de tu jarrón, te lo pagaré, lo juro.
-No, yo… encontré tu número en el celular de mi esposo -dijo mirando al azabache con cierta incomodidad -Tu nombre era extraño y estaba ahí, bueno entré con su contraseña y fue molesto porque no sé nada de su vida últimamente, pero, en fin, aquí estoy y pensé que tal vez podríamos hablar.
-No, no podemos- soltó el español tratando de ser lo más diplomático posible -Si tienes problemas con tu esposo deberías preguntarle a él.
-Bueno, lo haría, pero estoy seguro que me está mintiendo y se está acostando contigo- dijo el pelilila mirándolo intensamente. Shura desvió la mirada sin saber qué decir ante eso y fue una reacción notada por Mu, quien lo miró extrañado -Entonces ¿Tengo razón? ¡¿Tengo razón?! ¡Te estás acostando con mi esposo!
-Lo siento, no tenía idea, yo…
-¡¿Te acuestas con mi esposo?!- gritó de nuevo comenzando a dar de vueltas por el lugar tomándose el pelo y respirando cada vez más rápido mientras Shura miraba a los lados esperando que en los otros despachos no estuviese escuchando.
-Baja la voz.
-¡Dios! Ok… de acuerdo- soltó el pelilila comenzando a gimotear -No esperaba esto para nada. Creí que vendría aquí y me dirías que estaba loco- dice sonriendo sin humor dejándose caer en uno de los asientos de piel -Es algo muy horrible para ser verdad y es peor cuando te pasa a ti y… ¡Diablos!- suelta apretando los ojos soltando un para de lágrimas para después levantarse y acercarse a uno de los enorme ventanales -¿Esto está abierto? ¿Hay cómo salir? Necesito salir ¿Está abierta esta ventana?- decía palpando el vidrio mientras Shura negaba.
-No, por una buena razón. Si tienes un ataque de pánico debes salir y tomar aire fresco.
-Romperé la ventana, la romperé- dijo pegando su rostro contra el vidrio mientras el español lo miraba con lástima -Hace calor aquí- jadeó sentándose de manera desprolija
-Mu, te diré lo que quieras saber si te levantas y te vas- musitó acercándose al pelilila, quien lo miró con tristeza.
-¿Lo que sea?
-Sí, lo que sea.
-Bien, ayúdame a levantarme- soltó extendiendo su mano, el azabache la tomó con molestia levantándolo de su mal estado.
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Era el cuarto shot de tequila que Mu tomaba y ni siquiera habían comenzando a hablar, Shura lo miraba con el ceño fruncido.
Había decidido llevarlo a un bar que estaba cerca de su oficina, el pelilila lo había esperado por un par de horas hasta que terminó su jornada, de verdad estaba desesperado.
-¿Cuánto tiempo tienen tú y mi esposo viéndose?- dijo el pelilila en un jadeo después de su quinto shot.
-No lo sé, un par de meses.
-¿Y cuándo empezaron a acostarse?- Shura le dirigió una mirada incrédula para después fingir que pensaba.
-Tratamos de esperar hasta la fiesta de graduación, pero nos dejamos llevar- dijo con un deje de sarcasmo -Somos adultos, tuvimos sexo. No creo que importen los detalles.
-Los detalles sí importan porque hay una diferencia entre tener sexo una vez y tener sexo diez veces- dijo mirándolo con molestia haciendo que el azabache torciera el gesto no muy convencido con lo que el pelilila decía -¡Dios! ¿Tuvieron sexo más de diez veces?
-Ser específico es mala idea.
-Por favor.
-Bien, se me viene a la cabeza, no sé… ¿Cincuenta veces?
-¡Cincuenta veces! ¡¿Tuviste sexo con mi esposo cincuenta veces?!- gritó más sorprendido que molesto mientras Shura se sonrojaba -¿No tienes trabajo o un pasatiempo? ¿Qué sucede contigo?- soltó negando para después hacer una mueca incrédula -¿Eso significa que no está entrenando para el maratón?
-No lo sé.
-Esto no está bien- susurró Mu tomando su cabeza con ambas manos -Soy parte del equipo Díplo, yo trabajo mucho para que él se enfoque en sus cosas. Acepté no tener hijos porque él no estaba listo, fui hasta Canadá ¿Sabes lo lejos que está Canadá?
-Sí, lo sé- musitó Shura sin saber qué más hacer.
-¿Y qué haré ahora? No estoy listo para tener citas y tampoco para estar soltero. La última vez que lo estuve tenía veinticuatro y tenía una piscina de hombres para elegir… ahora sólo queda un charco- gimoteó con la mirada perdida -Y son viejos asquerosos, yo no quiero eso.
-Sé que crees que es así de malo, pero honestamente es peor ¿Sabes por qué?- comenzó Shura recibiendo una mirada lastimosa -Porque aún si conoces a un buen tipo, y me refiero a bueno con que no es un sociópata evidente, no puedes emocionarte al respecto porque es cuestión de tiempo antes de que alguno de los dos se aburra, sea infeliz y luego diga que se terminó. Y ese es un final feliz, un final de mierda es como el que tenemos ahora, en el que le pones una trampa al esposo del príncipe encantador.
-Entonces ¿Dices que siga con él?- preguntó Mu sorbiendo por la nariz.
-Digo que todo falla eventualmente y que la monogamia no es natural. Si puedes vivir con eso entonces anda y sigue así, pero si no, sugiero que planees algo y te vayas.
-¿Qué hay de la gente que intenta arreglarlo? Tal vez esa sea una opción- Shura negó rodando los ojos para después vaciar su vaso de un solo trago.
-Los mentirosos e infieles no cambian y si lo solucionas, él lo volverá a hacer y terminarás donde empezaste, deseando que lo hubieras dejado la primera vez. Pero esa es mi opinión, es tu esposo- Mu se mordió el labio inferior mirándolo algo confundido -¿Qué dice tu interior?- el interior del pelilila al parecer ya tenía mucho alcohol y por ello vomitó a los pies del español.
Shura resopló molesto sacando al pobre hombre a la calle para que terminara de vaciar su estómago, por desgracia, gracias al viento de la calle a Mu se le había subido el alcohol a la cabeza.
-Dame un beso- pidió colgándose de su cuello mientras Shura se alejaba del terrible aliento del pelilila.
-No, quítate, pediré un taxi- se quejó alejándolo y dejándolo sobre la banqueta para poder silbarle a un taxi, que por suerte se detuvo enseguida -Ahora, sube al auto con cuidado- dijo tomándolo por debajo de sus brazos para levantarlo mientras el pelilila comenzaba a reírse.
-Eres el mejor.
-Sí, sí, ese soy yo, el amante del año- rezongó dejándolo en el asiento trasero y cerrando la puerta para enseguida indicarle al chofer la dirección de Saga.
-¡La mejor fiesta de todas!- gritó Mu asomando su cabeza por la ventanilla haciendo que Shura sonriera de lado. El auto avanzó con el pelilila gritando y lanzando carcajadas.
-Mierda, esto fue muy extraño- susurró viendo al auto irse, de verdad que aquello había sido lo más extraño que había vivido en su alocada vida y eso era decir mucho.