Mi abuelo llego momentos después, al verme en aquella cama de hospital enloqueciendo. Tanto que las enfermaras tuvieron que calmarle, ya no volví a haber a aquel médico de apellido extraño.
-¿En verdad estas bien? Luffy-pregunto Sabo por teléfono aquella noche al haber sido notificado del asunto, tan solo suspire viendo a mi abuelo dormir en el sillón.
Ya hace un rato Nami y Usopp se fueron, prometiéndome traerme todos los apuntes, la verdad se los agradecía.
-Estoy bien Sabo, no fue nada. He estado en peores.
-Lo se, Lu... Pero debes tener cuidado... después de todo, no eres simplemente un chico.
Estaba consciente de eso, jamás podría en si ser un chico normal. Pero al menos esperaba que este corto tiempo que mi padre me había dejado, pudiera disfrutar un poco mi vida, siendo yo realmente.
-Debo colgar Sabo, necesito dormir y el abuelo, ya ni siquiera se encuentra en este mundo.
-De acuerdo, descansa. Si sucediera algo más sabes que Ace y yo estaremos ahí.
-Si, si. Gracias.
Colgué viendo la hora eran las 12 de la noche, volviendo a sumergir en mis propios pensamientos.
-Sabia que estarías aquí-mire en la puerta a Zoro, mi mejor amigo.
Zoro era el hijo mayor de los Roronoa, uno de los aliados más fieles de mi padre. Desde que tenía recuerdos Zoro, ya se la pasaba a mi lado en todos lados, incluso en aquellas lecciones de pelea. Al igual que Sanji, él cual era el otro de los herederos como nosotros.
-Zoro. ¿Cómo sabías de mi?...
-Bueno, las noticias corren rápido entre nosotros, que decidiste darte un tiempo. No creí que tu papá te dejará.
-Ni yo, de hecho Sabo termino de convencerlo diciéndole que esto me ayudaría a pulir mejor mis habilidades...
-¿Aun sigues pensando en...?
-Yo solo quiero ser en verdad yo, Zoro. ¿Y Sanji?
-Esta preocupado por ti-se acerco sentándose en una silla cercana a mí, note aquel característico olor, mirándole un poco molesto.
-¿Qué has estado haciendo?
-Nada que te preocupe, pero digamos que esos idiotas que se atrevieron a dejarte aquí no volverán a hacerlo.
Suspire, volviendo a negar, por estas cosas es que deseaba alejarme de ese mundo diferente. Aquel oscuro mundo era muy diferente, solo pocas personas podía conocer de él, ahí solo tenías dos opciones. Morir siendo débil o matar para continuar viviendo, solo el más fuerte sobrevive según las ideas de mi padre. Una persona que se mostraba como era, siendo sentimental no era bienvenida, ni siquiera la bondad se conocía. Era como un pecado.
-Zoro sabes que estoy en contra de la violencia y el asesinato.
-Claro, por eso te dije que no tienes que nada de que preocuparte-río mirándome divertido.
Él era considerado uno de los mejores asesinos junto a Sanji, a pesar de su actitud fría y despreocupada lo consideraba mi amigo, él sabia que no deseaba vivir en aquel mundo y termino por aceptarlo, apoyándome en todo momento.
-Sanji me ayudo.
-¿Él también?...
-Si, como también le pedimos a nuestros padres el venir a acompañarte.
-¡¿Qué?! No, estas loco...
-Oh vamos, no puedes ser tan cruel con nosotros...
-No, porque quisiera que dos asesinos entrenados me acompañaran...
-No puedes decir que no, al enterarse tu padre iba a traerte de regreso a casa. Si no fuera por Sanji que sugirió el que viniéramos, prometiendo le a tu padre que te cuidaríamos.
-No necesito que me cuiden... Yo pude haber acabado con esos hombres.
-Pero no lo hiciste, eres demasiado amable para lastimar a los otros, Luffy. La decisión esta tomada, solo acostúmbrate. Nos vemos mañana.
Se levanto dejándome más preocupado, termine por optar dormir, al menos podría olvidarme un rato de mi situación actual. ¿Acaso jamás podría ser libre de eso que odio?...
’
-Todo esta muy bien, Luffy-comento una de las enfermeras al terminar de revisar al chico, quien le sonrió.
-Gracias. Por cierto, el doctor que me atendió aquella vez...
-Ah, te refieres al Doctor Trafalgar.
-Si, Tra... Torao...
-¿Torao?
-Es difícil su nombre-la chica soltó una risa.
-Eres muy tierno Luffy. El doctor Trafalgar es cirujano, ese día estaba de guardia y ayudando. De vez en cuando lo hace, es uno de los mejores doctores del hospital y además uno de los más jóvenes. Varías de las enfermeras están enamoradas de él, pero es muy frío. Solamente tiene buena relación con el doctor Sachi y el doctor Penguin.
-Ya veo...
-¿Acaso te trato mal?
-N-no... es solo...
Ni siquiera él sabia exactamente porque había preguntado por aquel doctor, tan solo sentía curiosidad por él. Eso significaba que no lo volvería a ver. Luffy siempre odio todo lo relacionado a los hospitales, pero saber que aquel médico se encontraba por los alrededores causaba que quisiera quedarse y hablar con aquel extraño hombre, él cual causo un interés en él.
-Espera Luffy-le grito una de las enfermeras, quien iba a aplicarle una inyección, pero el chico salio corriendo de su habitación.
-Ni loco dejaré que me piquen-grito con temor, cuando iba girando chocando con alguien de paso.
Luffy se quejo del dolor debido a la caída abriendo sus ojos al sentir una suave respiración cerca suyo, abrió los ojos encontrándose con aquella mirada fría. Aquel doctor que había llamado su atención se encontraba sobre él, viéndolo sorprendido como el chico intentaba procesar lo que había pasado.
-Doctor, ¿se encuentra bien?-pregunto una de las enfermeras, cortando aquel momento, donde Luffy ya se encontraba con un sonrojo.
Law por su parte se percato levantándose.
-¿Qué sucede aquí?
-Lo siento doctor... el paciente no nos dejo aplicarle una inyección y...
Suspiro con pesadez, odiaba a los pacientes difíciles y se notaba para Law que aquel niño era una molestia.
-Supongo que solo es un mocoso...-susurro para si, pero fue escuchado por el chico, quien se sorprendió- ¿No quieres ir a casa?
Luffy seguía en sus pensamientos viendo al doctor, él cual comenzó a impacientarse con él. Para Law era una pregunta sencilla, no tenía que pensarlo mucho.
-¿Acaso no me oíste?
-Ah... si... si quiero...
-Entonces te dejarás aplicar los medicamentos y problema resuelto, no quiero más problemas en el hospital. ¿Has entendido?
-Luffy-llegaron Nami, junto a Usopp. Ayudando le a levantarse, había podido escuchar las ordenes del doctor, quien al ver a sus amigos tomo aquellos expedientes en el suelo y continuo su marcha.
-Pero que antipático...-susurro Usopp, viendo al médico irse del lugar.
Había escuchado las palabras del amigo de aquel mocoso, pero prefirió ignorarlas.
-¿Estas bien?-pregunto la chica preocupada, pero Luffy aun mantenía su mirada en aquel médico.
Nadie trataba a Luffy de aquella manera, era conocido por no dejarse intimidar. Pero sin saber la razón estar junto a aquel hombre le causaba confusión y curiosidad.