Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

APRENDIZ por Kitana

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Tus besos saben tan amargos

Cuando te ensucias los labios

Con mentiras otra vez…. 

 

 

Es tarde... se suponía que debía haber llegado hace dos horas y apenas se aparece con su infaltable sonrisa… a veces me hace perder mi escasa paciencia y siento ganas de rebanarlo en mil pedacitos… esta es una de esas veces. Lo que más me enfurece es que siempre encuentra una mentira increíble que contarme para justificar sus ausencias… debe creer que no sé donde estaba. Pero lo sé, de sobra que lo sé. Se acerca a mí y me besa, apesta a la loción de ese y aún así me dice que estaba arreglando un pequeño problema de trabajo, que le crea su abuela porque yo no.

 

- Bueno, ya llegaste, ahora me voy.- digo tomando mi abrigo y dirigiéndome a la puerta donde está mi maleta.

 

- ¿A dónde vas y por qué tienes que llevar maleta?- dice en tono acusador.

 

- Se te olvidó, ¿verdad? Debí imaginármelo, siempre haces lo mismo.

 

- ¿A que te refieres Hyoga?

 

- A que se suponía que hoy llegarías temprano y cenaríamos juntos porque salgo de viaje esta misma noche y no voy a estar para nuestro aniversario, se suponía que festejaríamos hoy por adelantado.- me mira con la misma cara de arrepentimiento de siempre. Prefiero no seguir hablando, me va a salir con la misma excusa de siempre y ya estoy harto de que me quiera ver la cara de tonto. Tomo mi maleta y abro la puerta para salir. Camus me sigue con cara de no rompo un plato. Si que sabe como hacerme enfurecer. Odio que me deje plantado, y en especial si es por alguna de sus conquistas. Solo que esta vez creo que no es pasajero, hace dos meses que apesta a la misma loción…

 

- Al menos deja que te lleve al aeropuerto.

 

- No hace falta, tomaré un taxi.

 

- ¿Estas molesto?

 

- ¿Y tú que crees Camus? – no digo nada más, me apresuro a bajar. Corro hacia la calle y me subo en el primer taxi que para. – Al aeropuerto. – le digo, veo a Camus decirme adiós con la mano  desde la puerta del edificio. A veces creo que es el hombre más estúpido de la tierra, pero aún así lo amo. Aunque no sé si voy a seguir aguantando sus tonterías por mucho tiempo. Camus cree que yo no me entero de nada. Pero vaya que me entero, nunca falta el entrometido que me dice que lo ha visto con una chica o un chico nuevo de lo más acaramelado en algún café o bar.

 

Dices que te estoy haciendo daño,

Que con el paso de los años

Me estoy haciendo más cruel 

Es que yo nunca creí que te vería

Remendando mis heridas

Con jirones de tu piel… 

 

 

Al fin llego al aeropuerto, me espera un largo viaje de más de catorce horas para llegar a Nueva York. Aún estoy furioso, ¿cómo se le pudo olvidar que íbamos a festejar nuestro aniversario esta noche?

 

 

 

Él no le toma importancia a esta clase de cosas, ya debería saberlo. No sé por que insisto en festejar aniversarios y cumpleaños, a él no le importan los aniversarios y mucho menos los cumpleaños, siempre dice que su trabajo no le permite cumplir años y mucho menos comer pastel. Quizá Shiryu tenga razón cuando me dice que todo esto es consecuencia de salir con un chico que no solo es modelo sino el mejor modelo del mundo.  La verdad es que no quisiera admitirlo pero desafortunadamente es cierto, Camus nunca se ha mostrado muy interesado en las cosas que a mí me parecen importantes. Además no ha dejado sus costumbres, aún se va de fiesta con sus amigotes después de terminar alguna sesión de fotos o de terminar alguna pasarela. Siempre que intento pedirle alguna explicación me da la misma respuesta, que así lo conocí y así lo acepté y que es tarde para  pedir explicaciones.

 

 

 

El avión ha tocado tierra. Me siento tan cansado y adolorido, desearía poder descansar antes de presentarme en esa audición, pero no hay tiempo. Debo estar ahí cuanto antes, apenas tengo tiempo de llegar, ¿por qué acepté venir hasta acá por algo tan improbable? No sé, solo sé que necesitaba un tiempo lejos de todo, de todos, en especial de él...  y esto me dará algunos días para pensar. No pienso regresar de inmediato. Tengo que quedarme unos días para saber el resultado de las pruebas que voy a presentar.

  De ti aprendió mi corazón

De ti aprendió mi corazón

Y ahora no me reproches

Que no sepa darte amor  

Me has enseñado tú,

Tú has sido mi maestro para hacer sufrir

Sí alguna vez fui malo, lo aprendí de ti

No digas que no entiendes como puedo ser así

Si te estoy haciendo daño lo aprendí de ti

Me has enseñado tú

Maldigo mi inocencia y te maldigo a ti

Maldito el maestro y maldito el aprendiz

Maldigo lo que amo y te lo debo a ti…   

Bajo del avión, se supone que la sala de conciertos donde será la audición está relativamente cerca del aeropuerto, espero que así sea, tengo menos de una hora para llegar.

  

 Me he demorado un poco en la aduana, odio perder el tiempo. Salgo lo más rápido que puedo del aeropuerto, tengo que conseguir un taxi y tengo que conseguirlo pronto. Solo espero que me toque un conductor honesto, la última vez que salí de Europa y se me ocurrió tomar un taxi solo no me fue muy bien, eso fue en Los Ángeles. En fin, ahora debo concentrarme en conseguir transporte.

 

 

Al fin un taxi vacío, solo que no he sido el único que se ha decidido por este taxi.

 

- Oh lo siento.- digo retirando mi mano de encima de la mano del otro chico, volteo a mirarlo… es muy guapo.

 

- Ah no te preocupes,  supongo que debes tener tanta prisa como yo.- me dice sonriendo.- Sí no te molesta podemos compartir el taxi, voy muy cerca.

 

- Por mi está bien, solo sí no te molesta.

 

- Me vendría bien conversar con alguien, cuando estoy nervioso puedo ser un fastidio, así que espero no ser una molestia para ti.

 

- Entonces vamos. – lo dejo subir primero, es muy guapo y simpático, tiene una elegancia natural que lo hace ser más  interesante. Me siento junto a él. No deja de sonreír.

 

- ¿A dónde vamos?- dice el conductor.

 

- Eh, primero vamos al Carnegie Hall, y luego… ¿a dónde vas tú?

 

- Este… yo también voy al Carnegie Hall.- los dos reimos.

 

- Entonces al Carnegie Hall.- dice el conductor.

 

- Vaya coincidencia, ¿no lo crees?

 

- Oh sí, imagino que también vas a la audición, ¿cierto?

 

- Sí… pero me muero de nervios, todos los que van a intentar entrar a la orquesta son muy buenos y pues yo no me siento muy seguro, aunque decidí intentarlo porque estoy convencido de que será una excelente experiencia.

 

- Pienso lo mismo.

 

- ¿Qué instrumento tocas?

 

- Violín.- le digo mostrando mi estuche.

 

- Yo toco el arpa, aunque también toco el piano, mi hermana Eurídice dice que no soy tan malo, claro que comparado con ella soy un safio, Eurídice es magnifica tocando el piano. Por cierto mi nombre es Orpheo Farneud. – dice tendiéndome la mano.

 

- Mi nombre es Hyoga Kido.

 

- Así que eres japonés, no lo pareces.

 

- Es que mi madre era rusa.

 

- Eso lo explica todo.

 

- Entonces tu hermana Eurídice debe ser Eurídice Farneud, ¿cierto?

 

- Cierto, y no, no creo que quiera escucharte tocar.- me dice con un gesto de fastidio.

 

- ¿Perdón?

 

- Lo siento, creo que eso no era lo que querías  decirme, ¿o sí?- dice apenado.

 

- Pues la verdad no.

 

- Lo siento es que cuando alguien se entera de que Euridice es mi hermana lo primero que me piden es que los presente con ella para que los escuche tocar.

 

- Pues créeme que no me pasó siquiera por la mente, la verdad debe ser horrible tener a alguien así en la familia y dedicándose a lo mismo debe ser peor. – los dos sonreímos. - ¿Sabes? Uno de mis hermanos también es famoso, también es músico, solo que a él no le atrae nada el tipo de música que yo toco, él es músico de rock.

 

- Ah sí? Debe ser divertido tenerlo como hermano.

 

- La verdad no, la mayor parte del tiempo se lo pasa viajando y cuando llega a tener tiempo para estar con la familia no le falta una fanática que venga a molestar.

 

- Y sí no es indiscreción, ¿Quién es tu hermano?

 

- Ah pues su nombre artístico es Phoenix, es el vocalista de los “Black Knights”, pero se llama Ikki. – le digo sin evitar sonreír. Los hermosos ojos azules de mi nuevo amigo no dejan de mirarme.

 

- ¿Te puedo contar algo y no te ríes de mí?

 

- Claro que no me voy a reír, cuéntame lo que quieras. – Orpheo esta completamente sonrojado.

 

- Bueno es que yo… yo soy fan de tu hermano.- dice con un hilito de voz y con un precioso  sonrojo adornando sus blancas mejillas.

 

- Entonces te voy a conseguir su nuevo disco autografiado. – le digo sonriendo. No sé que me pasa, Orpheo me parece muy guapo, pero hay algo más… esta inquietud que me produce solo me la había producido antes una persona: Camus.

 

 

 

Hemos llegado al Carnegie Hall. Orpheo se ofrece apagar el taxi, lo dejo con la promesa de que la próxima vez me tocará a mí pagar. Corro hacia el lugar de las audiciones, apenas tengo tiempo de llegar. Estoy demasiado nervioso. Me tiembla todo, pero no puedo desperdiciar esta oportunidad.

 

- Bienvenido, ¿eres Hyoga Kido? – me dice la chica que está recibiendo a los solicitantes.

 

- Sí… yo soy Kido Hyoga. – digo después de recobrar el aliento.

 

- Entonces pasa, apenas llegas a tiempo.- me dice con una amable sonrisa la chica. Me tomo un instante para tranquilizarme y entro en el salón donde va a realizarse la audición. Al entrar me topo con un hombre muy mayor que me recuerda al abuelo de mi mejor amigo Shiryu, además de él están una señora bastante obesa y un hombre mucho más joven, y bastante apuesto.

 

- Bienvenido señor Kido, le presento a Madame Boissier, ella es la administradora, yo soy Daniel Finnes, el encargado de la selección y el joven aquí presente es nuestro director estrella, él es el maestro Saga Gemini. – estrecho una a una las manos que se me ofrecen, al llegar a la de Saga  siento que él me aprieta con bastante fuerza pero su mirada no es solo amable, es algo más que eso…

   

Después de realizar mi audición salgo para encontrarme con Orpheo.

 

- Hola, ¿Cómo te fue? – dice entregándome mi maleta.

 

- De lo peor… el director me dijo que estoy negado.

 

- ¿Te digo algo?  No te preocupes, te escuché y no eres nada malo, como dije, esto es solo una experiencia, ya tendremos nuestra oportunidad. – dice sonriendo, no puedo negarlo, sus palabras me tranquilizan mucho, aunque no sé porque se toma tantas atenciones conmigo, apenas nos conocimos hace unas horas.

 

- Bueno sigo yo, deséame suerte.- dice Orpheo al escuchar su nombre. Me siento en la silla que él ha dejado vacante y me dispongo a esperarlo… aunque no sé porque lo hago.

 

 

 

Minutos después veo salir a un entristecido Orpheo, me imagino que le ha ido tan mal como a mí.

 

- ¿También a ti te dijo que estabas negado?

 

- Sí… y además me dijo que parezco una chica… - murmura muy apenado. - ¿A ti te parezco una chica? – dice mirándome.

 

- Pues no, no me pareces una chica.- le digo recordando lo mal que se siente mi hermano Shun cada vez que alguien le dice eso, él y Orpheo son de constitución, delicada y sí a veces no sabes si se trata de un chico o una chica, pero no voy a decírselo.

 

- Será mejor que me vaya a casa y luego llamará a Eurídice, seguro que me va a regañar, ella dijo que no estaba listo y que no sería bueno par mí presentarme a esta audición.- dice Orpheo y se echa a andar en dirección de la puerta, se detiene repentinamente.  – Hyoga, si no tienes reservación, ¿no te gustaría hospedarte en mi departamento? Tengo una habitación extra y me gustaría seguir conociéndote. – dice con la sonrisa más maravillosa que haya visto.

 

- De hecho yo… ni siquiera tuve tiempo de reservar, así que sí, acepto tu  oferta. – digo aferrando con fuerza el estuche de mi amado violín.

 

- Entonces vamonos, iremos en autobús si no te molesta.

 

- No, claro que no. – me uno a él y juntos salimos  del teatro… ni siquiera se porque estoy haciendo esto, Orpheo parece un buen chico, amable, tierno… todo lo opuesto a Camus, y sin embargo, me hace sentir esa misma inquietud, ese deseo de estar con él, de probar sus labios…

 

 

-Hemos llegado. - Dice Orpheo deteniéndose frente a un enorme edificio de apartamentos. – Vamos, habrá que usar las escaleras porque el elevador no funciona.- añade haciendo una mueca  de disgusto. Subimos las escaleras despacio, yo por llevar la maleta y el violín, Orpheo porque apenas si puede transportar su estorbosa arpa.

 

 

 

Al fin llegamos al piso de Orpheo, con la respiración agitada mi nuevo amigo abre la puerta para dejarme entrar.

 

- Bienvenido.- dice intentado sonreír, la verdad es que se ve muy lindo con las mejillas así de sonrojadas. – Me voy  a sentar un rato, necesito… recobrar el aliento...- dice y se deja caer en uno de los sillones de la sala. Me siento junto a él y lo miro, en verdad es hermoso, tiene el cabello y los ojos azules, es un azul claro y muy hermoso que hace pensar en el cielo de medio día.

 

- Eres hermoso… - murmuro.- Orpheo me ha escuchado y me mira con los ojos muy abiertos.

 

- ¿De verdad lo crees? – dice.- ¿De verdad crees que soy hermoso?

 

- Sí… no solo lo creo, de verdad eres hermoso Orpheo. No sé quien está más sonrojado… el caso es que ninguno de los dos se mueve ni un milímetro. Entonces mi maldito celular comienza a sonar rompiendo todo el encanto.

 

- Este… voy a la cocina por un poco de agua.- dice Orpheo  desapareciendo detrás de una puerta, el teléfono no deja de sonar.

 

- Hola?...- digo no escucho nada más que música techno.

 

- Hyoga?- es la voz de Camus.

 

- Hola Camus, ¿qué pasa?

 

- No mucho, estoy en medio de un desfile, quería pedirte un favor, sé que estas en Nueva York así que… ¿podrías traerme algunas cosillas?, ya te mande la lista de todo lo que necesito a tu mail.

 

 Ahora me duelen tus caricias

Porque noto que tus manos

Son cristales rotos bajo mis pies

Dices que te estoy haciendo daño,

Que con el paso de los años

Me estoy haciendo más cruel   Es que yo nunca creí que te vería

Remendando mis heridas

Con jirones de tu piel…  

 

- Camus no creo que tenga tiempo ni dinero para ir de compras, además tengo que ir a las audiciones y no creo que me de tiempo de hacer esto.

 

- Humm, que mal novio eres patito, está bien, ya  veré como consigo yo mismo lo que necesito, no eres al único a quien puedo llamar a Nueva York.- me dice molesto antes de colgar el teléfono.  Me quedó, una vez más, con las ganas de decirle lo que se merece, odio que me haga estas cosas.

 

- Hyoga…-me dice Orpheo sacándome de mis pensamientos homicidas hacia Camus.

 

- ¿Qué pasa Orpheo?

 

- Quería saber si te apetece comer algo, es tarde y no creo que hayas podido comer algo.

 

- Muchas gracias Orpheo, la verdad es que me muero de hambre.

 

.- Entonces acompáñame a la cocina. – lo sigo a la cocina, no me habia fijado en la elegante decoración del lugar, sin duda este es un verdadero hogar.

 

De ti aprendió mi corazón

Mi corazón

De ti aprendió mi corazón

Mi corazón

Y ahora no me reproches

Que no sepa darte amor  

 

- ¿Podemos hablar Hyoga?- me dice Orpheo al terminar de comer.

 

- Si, claro. ¿De qué quieres hablar?

 

- Quiero preguntarte algo… ¿era en serio cuando  dijiste que era hermoso?

 

- Bueno yo… no te lo habría dicho si no creyera que era cierto. – repentinamente Orpheo comienza a llorar. -¿Qué pasa Orpheo? ¿Por qué lloras?

 

- Ay… perdóname, acabo de conocerte y ya te estoy agobiando con mis dramas… pero es que me siento tan mal… esta ha sido una semana horrible.

 

- Si lo dices por ese maldito director de orquesta, no debes preocuparte, yo también te escuché tocar y me di cuenta de que eres maravilloso, nunca había escuchado a nadie tocar como tú lo haces.

 

- Gracias… pero no es solo eso… dime ¿tú sales con alguien Hyoga?

 

- Bueno sí… tengo un novio en casa, ¿por qué?

 

- ¿Cómo te sentirías si ese novio tuyo, del que por cierto estás  enamorado como un estúpido, te dijera que eres horrible y que por eso tuvo que buscarse a otro, y además te lo dijera en un  lugar público en frente de todos tus amigos? – dice llorando aún más.

 

- Si te hizo eso es que es un idiota, un gran idiota que además esta ciego, porque se necesitaría estar ciego para no darse cuenta de lo hermoso que eres Orpheo.

 

- Él no lo cree así… él me dijo que no soy nada, que solo soy un tonto… pero yo lo amo, ¿entiendes? Lo amo aunque él parece odiarme… ni siquiera sé que hice para que me tratara como lo hizo…

 

- A veces la gente hace cosas de las que después se arrepiente.

 

- Pero él no va a arrepentirse, Radamanthys no es de los que piden disculpas… y encima tuvo que meterse con el tipo que más odio en el mundo, se llama Pharaoh y también toca el arpa… es muy bueno y muy engreído… no sé porque te cuento  esto… tú y yo apenas nos conocimos  hoy y ya te estoy aburriendo con la historia de mi vida.- dice Orpheo limpiándose las lágrimas e intentando sonreír.

 

- No te preocupes, a veces nos hace falta hablar con alguien imparcial, alguien que no nos reprenda por sentir lo que sentimos a pesar de que el otro se la pase lastimándonos donde más duele.

 

- Sí, eso debe ser por que siento que tú puedes entenderme… no sé que me pasa contigo, es… extraño, es una sensación extraña pero agradable aquí.- dice poniendo su mano en mi pecho.

 

Me has enseñado tú,

Tú has sido mi maestro para hacer sufrir

Sí alguna vez fui malo, lo aprendí de ti

No digas que no entiendes como puedo ser así

Si te estoy haciendo daño lo aprendí de ti  Me has enseñado tú

Maldigo mi inocencia y te maldigo a ti

Maldito el maestro y maldito el aprendiz

Maldigo lo que amo y te lo debo a ti…  

 

No sé como terminamos así…más bien lo sé… después de desahogarnos uno con el otro Orpheo y yo nos besamos, él no dejaba de llorar mientras me besaba… limpié sus lagrimas con mis labios y una cosa llevó a otra… ambos estamos tan solos… yo estoy solo a pesar de tener a Camus, él no es mío como yo soy de él, como Orpheo esta siendo mío en este momento. Me entrego a sus caricias sintiéndome morir por dentro, sintiendo mi piel arder bajo las manos de Orpheo, esta pasión animal que me obliga a tocarlo, a tomarlo en mis brazos, a recorrer su piel como solo creí que podía hacerse por amor y no por simple lujuria. Estoy aquí, en la cama de otro, de un hombre sumamente hermoso que se entrega a mí solo porque lo creo hermoso… no es amor, no es nada de eso, es puro y simple deseo, mi mente ha dejado el control de mi cuerpo a mis instintos…

 

- Tómame Hyoga, hazme sentir que soy hermoso, que soy capaz de despertar tu pasión. – dice Orpheo rasguñando mi espalda desnuda. Lo obligo a tenderse en la cama, comienzo a besar sus labios carnosos y suaves, su aliento es embriagador, el suave perfume que emanan sus cabellos me enloquece… aspiro el aroma de su piel y no puedo soportarlo, lo veo llorar, acaricio su rostro y beso con suavidad sus labios.

 

- No llores mi niño, yo te enseñaré que eres capaz de despertar la pasión en mí, en cualquier hombre. – levanto sus piernas para ponerlas sobre mis hombros, me mira con una dulce sonrisa en sus labios, el azul cabello de Orpheo se arremolina alrededor de su rostro dándole un aspecto muy seductor. Acaricio su pequeña entrada, él emite uno que otro quejido, no sé sí es dolor o sí es que lo que estoy haciendo le agrada, solo sé que aunque quisiera no podría dar marcha atrás en este momento. Me decido finalmente y lo penetro. Me muevo despacio y con suavidad en el interior de mi amante, él aferra mis caderas con sus finas manos. Noto que Orpheo entrecierra los ojos y exhala un gemido de placer cuando comienzo a moverme con más velocidad. Mi respiración agitada y los gemidos de Orpheo son todo lo que se oye, no hablamos, ni siquiera nos miramos, esto es  puro sexo, solo dos personas que satisfacen su deseo entre sí, es todo lo que somos. Pronto Orpheo alcanza el orgasmo, revolviéndose bajo mi cuerpo lo escucho gritar, lo veo sonrojarse y arquear la espalda… es hermoso, más hermoso de lo que se puede decir con palabras y ha sido mío. Mi orgasmo se acerca, Orpheo no deja de agitarse y de rasguñar mis caderas aumentando con ello mi placer. Por un momento me pregunto ¿esto es lo que sentirá Camus cuando está con alguno de sus amantes? No lo sé, solo sé que en este preciso instante Camus está a años luz, no solo de mi cuerpo, también de mi corazón.

 

Por una noche…

¿Qué más da?
Notas finales: espero rewies, opinen, bye =P

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).