13. Hora del baño
L se considera un detective aseado, pero es fiel creyente que en invierno las personas solo deberían bañarse un día sí y un día no. El problema es que Light, su sospechoso, se niega a estar encadenado a alguien que no se duche todos los días.
—¡Ay, por favor Ryuzaki! —Insiste Light tirando de la cadena para sacarlo de la cama.
—Ni siquiera he sudado, ¿por qué desperdiciar algo tan valioso como el agua? —El detective continúa aferrado como un gato al respaldo de la cama. —Y mis partes íntimas puedo limpiarlas con pañitos húmedos.
El castaño odia la fuerza que L tiene a pesar de tener un cuerpo delgado, se convence que no podrá moverlo, así que decide optar por otra táctica.
—¿Y si te preparo una tina con mucha espuma y agua caliente?
El detective destensa los hombros y se coloca en cuclillas, llevándose el dedo pulgar a los labios mientras medita.
—¿Light-kun se bañará conmigo?
El aludido arruga levemente la nariz, dando un paso hacia atrás.
—A veces dices cosas tan raras. No se te olvide que uno: soy tu sospechoso, dos: soy el hijo del jefe de policía y tres: soy menor de edad, puedes ir a la cárcel.
El detective frunce el ceño, él lo decía para que jugaran con la espuma, aunque no cree que decir eso ayude.
—¿Y puedo tener un patito de hule? —Pregunta el pelinegro, frotándose los pies entre sí.
Light pone los ojos en blanco, ¿qué tan infantil tiene que ser este hombre de veinticuatro años?
—¿Algo más?
—Por el momento es todo.
oOo
L toma un poco de espuma y se lo coloca de sombrero a su patito mientras el castaño sigue restregándole la cabeza.
Light suelta un gruñido al mismo tiempo que vuelve a tomar el bote de shampoo y deja caer otro poco, no entiende por qué no hace espuma.
—Me duelen los brazos. —Refunfuña, haciéndolo con más fuerza.
—¡Auch! ¡No tan brusco! —El detective se aleja un poco, huyendo de esas garras— Light-kun debe ser gentil, después de todo fue él quien me obligó a darme un baño.
El otro le hace muecas tan pronto como Ryuzaki le da la espalda.
—Vamos a intentar con el acondicionador. —Toma la manguera de la ducha y deja caer un buen chorro de agua, provocando que la abundante melena caiga sobre el rostro del detective.
Light cierra el grifo al instante y sin poder evitarlo ríe por la apariencia del otro.
—¿Qué es tan gracioso? —L se separa el cabello como si fuera una cortina y fija sus enormes ojos en el adolescente.
—Es que siento como si estuviera bañando a un cachorro.
El detective frunce el ceño y hace un mohín con los labios.
—Por insinuar que parezco un animal, mis sospechas de que seas Kira suben un tres por ciento.
La risa del castaño cesa e indignado se lleva una mano al pecho.
—¡Te voy a dar razones para que creas que soy Kira! —Toma una esponja y sin ninguna delicadeza comienza a tallarle la espalda.
—Auch... auch... auch... —L se mueve de un lado a otro, intentando huir del ataque, hasta que el movimiento provoca que Light caiga en la tina.
—¡Ryuzaki! —Exclama, golpeando el agua con las manos.
El detective se ríe un poco, algo de la espuma quedó en la punta de la nariz de Light.
—Espera... —Junta un poco más de espuma con su dedo índice y lo pasa sobre los labios del castaño, formándole un bigote— Por lucir tan adorable, las probabilidades de que seas Kira se reducen un uno por ciento.
—Y las probabilidades que algún día madurez siguen en cero. —Espeta, salpicándole agua en la cara, lo que da inicio a una guerra que se prolonga durante casi una hora.