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Flufftober por Girlyfairly

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30. Primera vez


Teru aparca el auto frente a la casa de su novio, acto seguido se mira a través del retrovisor para asegurarse que está presentable y se mete en la boca unos chicles de menta solo por si acaso, luego agarra dos flores que trae en el tablero y sale con dirección a la puerta principal.


Hace más de un año conoció a Light cuando éste comenzó a trabajar en la misma oficina que él, fueron amigos por un tiempo hasta que se armó de valor y lo invitó a salir. La primera cita fue tan desastrosa que no entiende cómo ese hermoso castaño es su novio desde hace ocho meses.


En todo este tiempo a lo más pasional que han llegado son largos besos en el auto cada vez que lo va a dejar a su casa, siempre lo sostiene de la cabeza o a lo mucho le acaricia la espalda, no más. Sin embargo, últimamente su novio siempre le acaricia de forma ascendente el muslo cada vez que se besan. A él no le gusta acelerar las cosas, de hecho tampoco sabe cómo hacerlo. Está a nada de cumplir treinta, aún así con Light ha vivido muchas de sus primeras veces y su novio dice estar listo para llegar a algo más, pero al ser él alguien tan inexperto, obviamente sus nervios están por los cielos.


Toma aire al estar frente a la puerta, no sabe con qué cara verá a los Yagami cuando ha llegado para llevarse a su hijo a un hotel. No es que Light sea un crío, pero no deja de ser incómodo o al menos para él. Toca el timbre y espera, rogándole al universo no desmayarse.


Sachiko abre la puerta y lo saluda con una sonrisa, Teru le entrega una de las rosas.


—Para usted —sonríe de forma galante pese a que tiene el estómago revuelto.


—Pasa, por favor. —Responde, emocionada con el detalle.


—¿Y Sayu?


—Anda en su clase de canto. —Sachiko camina unos pasos delante de él con dirección a la sala.


—Oh, está otra rosa era para ella.


—Eres muy amable, Teru. —Sachiko recibe la otra flor, diciéndole que pondrá las dos en un florero— Siéntate, Light bajará en un momento.


—Ah, sí... es que iremos a comer. —Balbucea poniéndose rojo, afortunadamente Sachiko ya se había ido en busca de un florero por lo que no se dio cuenta.


Al poco tiempo Light baja, usando un atuendo menos formal que el suyo como siempre. No suele saludarlo de forma cariñosa cuando están los padres, si es Sachiko quien está presente se atreve a darle un beso en la mejilla, pero si sumamos a Soichiro se limita a estrecharle la mano.


—¿Nos vamos? —Pregunta el castaño, peinándose el cabello con los dedos, aún lo lleva húmedo.


Sachiko los despide diciéndoles que se diviertan, Teru se vuelve a poner rojo.


—¡Sí, claro! ¡Solo iremos a comer! —Dice nervioso, provocando que su novio lo tome del brazo y lo jale con él.


No es que Light sea pudoroso, todo lo contrario, pero eso no significa que quiera que sus padres se enteren qué es lo que van a hacer.


Teru se adelanta para abrirle la puerta con cuidado, siempre lo hace así aunque ya pasó mucho tiempo desde aquella desastrosa primera cita. Al hacerlo, toma el ramo de rosas que había dejado sobre el asiento y se las entrega a su novio.


—Aww, estaba a punto de ponerme celoso pensando que solo le habías traído a mi mamá y mi hermana. —Comenta, abrazando el ramo contra su pecho. Él es la primera persona que le regala flores.


—¿Cómo crees? —Sonríe mientras le acomoda al castaño un mechón detrás de la oreja— Jamás me olvidaría de ti.


Light siente las mejillas calientes de inmediato, pensaba que las famosas mariposas en el estómago pasaban solo cuando eras adolescente y no en alguien de su edad.


Terminan de subirse al auto y se ponen en marcha, por unos minutos lo hacen silencio, Light va embelesado con sus rosas. Por una parte está excitado, no lo va a negar, le ha quedado claro muchas veces que él es más sexual que su novio, por otro lado también se siente nervioso pese a no ser su primera vez, con Mika no es algo pasajero sino más bien especial.


—¿Estás emocionado? —Pregunta Light luego de unos minutos, apoyando la cabeza en el hombro de su novio mientras maneja.


—S-Sí... ¿y tú? —Balbucea Teru, intentando en vano no sonar nervioso.


—¿Yo? —Sonríe de lado y voltea hacia él, susurrándole al oído— Ya la llevo dura.


Mikami mete el freno a fondo, deteniéndose de forma brusca y provocando que los dos se sacudan.


—¡Lo siento, lo siento! —Murmura el pelinegro— ¡El semáforo cambió a rojo!


—Tranquilo —Light agita una mano, reteniendo una mueca de dolor mientras se examina el cuello, el cinturón de seguridad le hizo un poco de daño— ¿Y a qué motel iremos? —Pregunta a fin de desviar la atención del aparatoso accidente.


—Yo había pensado más bien en un hotel, el Crown. —Se pone en marcha de nuevo, sintiéndose avergonzado con lo sucedido.


—¿¡Qué!? Pe-Pero yo había pensado en algo más como en un autohotel o algo así...


—¿Por qué? —Arruga un poco la nariz. Sabe que un motel se define como alojamiento para descansar durante un viaje en carretera, pero dentro de la ciudad las personas lo usan específicamente para intimar y le da un poco de asquito ir a un lugar donde quién sabe cuántos han pasado solo para tener sexo.


—Porque es más barato.


—¿Y eso que tiene? —Lo mira de reojo para registrar sus facciones, sin apartar del todo la atención de la calle.


—Un hotel, sobre todo el Crown, es costoso. Podrías haberte ahorrado ese dinero e íbamos a cualquier lado.


—Ese es el problema —afirma Teru, sin esa pizca de nerviosismo que lo ha acompañado todo el camino—. Yo no quiero que sea en cualquier lado, tú no eres cualquiera. Quiero que sea especial porque tú eres especial.


Y con esas palabras Light se queda callado, no hay nada que objetar, y aunque lo hubiera no podría hacerlo porque esa respuesta lo dejó sin aliento.


Una vez que llegan al hotel caminan hacia la recepción, Light aún lo hace en silencio, tratando de asimilar todo. Si es honesto él no le da tanta importancia al lugar, así que tener a alguien que lo trata como lo hace su novio es chocante de una forma que lo enloquece, en el buen sentido.


—Aquí está la llave de la suite —una señorita con sonrisa amable les hace entrega de las tarjetas de acceso, luego que Teru brindara su información—. Que disfruten su estadía, caballeros.


El castaño no pasó por alto la palabra «suite», sabe que su novio no lo hace por alardear, siempre se ha sentido como si fuera una clase de príncipe gracias a todos los mimos a los que Mikami lo tiene acostumbrado. Sin embargo, todo esto del hotel y la suite lo ponen nervioso, haciéndolo sentir como si fuera de nuevo un crío que está a punto de perder su virginidad.


—Sabes... —carraspea la garganta una vez que están en el ascensor— venir a un hotel sin maletas es bastante sospechoso, ¿no crees? —Emplea una voz seductora mientras se pega al brazo de su novio. Al no obtener una respuesta voltea a verlo— ¿Mika? ¿Estás bien?


Teru retiene el aliento, quedándose inerte. Los botones del ascensor se van encendiendo uno a uno, indicando los pisos que van subiendo, así como su nerviosismo.


—¿E-Estás seguro de querer... hacer esto? —Cuestiona Teru apenas audible una vez que se sitúan frente a la puerta de la habitación.


De manera errónea Light cree que la actitud de su novio es solo porque no quiere presionarlo ni acelerar las cosas, lo cual es cierto, sin embargo la inexperiencia de Mikami también tiene mucho que ver.


—Más que seguro si es contigo. —Responde, enrollándose de nuevo en su brazo.


Teru traga saliva, sabiendo que no hay vuelta atrás. La puerta se abre y Light se queda sin aliento al encontrarse con un camino de pétalos de rosas.


—Mika...


El aludido carraspea la garganta, tomándolo de la mano para entrar despacio.


—¿Te gusta...? —Él pidió la decoración de la habitación, aun así observa absorto todo su alrededor: las luces tenues, el camino de pétalos, la botella de champán en una cubeta con hielo sobre la mesita y las dos copas de un cristal centelleante.


Light no sabe qué responder, solo atina a rodear el cuello del otro y fundirse en un beso entre emocionado y excitado. Pese a que Teru es más lento, le bastan unos pocos segundos para seguirle el ritmo. En un principio él se abstiene a sujetarlo con fuerza de la cintura mientras Light acaricia desesperado todo lo que está a su alcance: espalda, brazos, pecho y... su entrepierna.


Mikami puede considerarse mucho menos sexual que su novio, pero mentiría si dijera que su miembro no está duro desde que venían en el ascensor. Además, la idea que ese perfecto castaño sea completamente suyo lo tienen al borde del delirio.


Se aventura a que sus manos abandonen esa cintura y desciendan un poco, llegando hasta sus piernas, las cuales sostiene con fuerzas y jala hacia arriba. Entendiendo las intenciones del otro, Light lo rodea con ellas sin dejar de besarlo a la vez que hunde los dedos entre esos cabellos oscuros, los cuales sostiene con más ímpetu al tiempo que su miembro se endurece cada vez más.


Mientras lo carga, Teru camina hacia la cama entre besos y un sinfín de «Te amo». Deposita a su novio sobre el colchón como si fuera a romperse si lo hace de otra manera, igual de lento comienza a retirar las prendas de ambos, procurando marcar con sus labios cada zona nueva que descubre de él. Sin embargo, una vez que están solo en ropa interior se detiene a causa de los nervios.


—¿Mika...? —Susurra Light confundido ante el repentino cambio. Se lleva las manos a su entrepierna, sintiéndose avergonzado de lo duro que está junto a la mancha de humedad que hay en su bóxer. Quizá él presionó demasiado, quizá fue demasiado atrevido cuando casi le acarició la entrepierna en el auto, mientras su novio solo le acariciaba con dulzura la espalda— ¿no quieres hacerlo?


—¿¡Qué!? ¡Por supuesto que sí! —No puede permitir que los nervios le arruinen este momento mágico, así que se obliga a reprimirlos mientras sus manos temblorosas sujetan el elástico de la última prenda que viste al cuerpo de su castaño, pero le es imposible deshacerse de ese bóxer, es como si sus manos se negaran a hacerlo.


Sin embargo, en lugar de sentirse incómodo Light cree entender lo que ocurre, le recuerda a él mismo muchos años atrás. Pese al tiempo que llevan siendo novios, el sexo nunca ha sido un tema de conversación, a lo mejor debieron haber empezado por eso.


—Mika... ¿nunca habías estado con alguien antes?


El sonrojo que cubre su rostro debería ser respuesta suficiente, aun así asiente despacio sin verlo a los ojos.


—Lo siento... —susurra relamiéndose los labios.


De inmediato Light se incorpora un poco, usa un codo como apoyo y con la otra mano toma el mentón del otro, haciendo que lo vea a los ojos.


—No lo dije en mal plan, ¿por qué te disculpas?


—Porque probablemente no será como lo esperabas.


—Contigo nada es como lo esperaba, Mika. De ser así no estaría sobre un puñado de pétalos —sonríe de lado acariciándole la mejilla—. Has sido más de lo que esperaba desde el primer momento y créeme que yo también estoy temblando.


Teru suspira, sabe que lo dice para hacerlo sentir mejor. Está consciente que su novio ha tenido encuentros con otras personas antes que él, y no le molesta, de hecho cree que lo ideal sería que él tomara el control al tener más experiencia. Sin embargo Light piensa diferente. El castaño se abre de piernas para que el otro se acomode entre ellas al mismo tiempo que le rodea del cuello y lo besa, llevándolo con él cuando se deja ir suavemente hacia atrás.


A Light no le importa la torpeza e inseguridad que pueda tener a causa de los nervios, ni la lentitud o la timidez con la que lo toca, porque él también se siente como si fuera su primera vez, así que no lo importa el ritmo al que vayan siempre y cuando sea con él.


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