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Flufftober por Girlyfairly

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31. Tú me haces una mejor persona


Elle se reclina contra su silla, soltando un suspiro. Ha sido una mañana extraña, no ha podido concentrarse mucho en el trabajo a pesar de haber sido recibido de la mejor manera por muchos de sus compañeros, después de todo hoy es su cumpleaños.


Llegar a los treinta es difícil, al menos eso es lo que dice Light. El castaño todavía tiene veintinueve, pero ha estado de luto desde que cumplió veintiocho. Elle hoy ha llegado a ese número tan temido. Él no es alguien a quien le importe mucho la edad, sin embargo si fue impactante despertar el día de hoy como un hombre de treinta años, quizá tanto melodrama de su novio le afectó un poco. Solamente que a diferencia del castaño, él no está preocupado por la elasticidad de su piel o porque ciertos alimentos luego de cierta hora ya le caen pesados, en su caso este día ha estado más pensativo de lo normal, reflexionando sobre aspectos de sí mismo que han cambiado a lo largo de los años.


Su novio es un dramático de primera, pero también es la persona más sensata y segura que conoce, siempre dice lo justo cuando es necesario. Así que Elle puede concluir que si a sus treinta es un hombre más centrado en la vida se lo debe en cierta parte a Light, aunque si se lo preguntaran al castaño de seguro ni se le pasa por la cabeza que su sola presencia pudiera tener tal impacto. Él piensa todo lo contrario, solo es de rememorar los años de su adolescencia para darse cuenta de lo mucho que Light lo ha hecho crecer como persona.


Él sufrió de acoso desde temprana edad y su novio también tuvo que padecerlo cuando salió a la luz su orientación sexual. Fue una época difícil, muchas veces pensó en terminar la relación para liberarlo de ese yugo, de hecho una vez casi logra esa estupidez. Ahora Light lo toma con gracia, diciendo que el drama es tan parte de él que hasta llovió como ocurre en las escenas tristes de las películas, él por su parte guarda esa tarde como un recordatorio: nunca debe ser el causante de las lágrimas de la persona que ama, al menos que sean de alegría.


Está convencido que fue la seguridad del castaño lo que les permitió superar esos obstáculos, eso no significa que nunca lo haya visto tambalear, quizá sabía disimularlo mejor que él, pero esos ojos jamás pudieron mentirle.


Suspira por milésima vez en lo que va del día, se le viene a la mente la época de la universidad, podría decir que salir del instituto fue un alivio y que la vida al fin le sonrió. Fue ahí donde conoció la diversidad que puede haber entre los seres humanos, muchos de los cuales caerían en la categoría de "raros" al igual que él, la diferencia es que ahí la mayoría están demasiado agobiados con sus carreras como para perder el tiempo haciendo bullying, así fue como al fin hizo amigos que mantiene hasta el día de hoy. Si lo piensa, hasta en eso puede encontrar rastros de Light. No es que esté cegado por el amor que le tiene o que tenga a su novio en un pedestal, aunque eso último puede que sea un poco cierto. Sin embargo este día ha estado demasiado absorto en sus recuerdos y puede darse cuenta lo malo que era para las relaciones interpersonales cuando era niño y cómo lo que empezó como una amistad con cierto castaño le ayudó poco a poco a saber dirigirse a los otros sin quedar como un ser humano carente de empatía.


Es sacado de sus cavilaciones cuando el teléfono sobre su escritorio comienza a sonar. Su jefe lo felicita como lo han hecho los demás, aprovechando la llamada Elle pide el resto del día libre, lo cual no se lo niega, es bastante extraño que alguien decida trabajar en su cumpleaños.


De vuelta a casa decide pasar por una floristería, quisiera uno de esos arreglos enormes en forma de oso, pero sobrepasan por mucho su presupuesto, así que opta por un hermoso ramo de rosas.


En el camino intenta ordenar sus ideas, quiere agradecerle con las palabras correctas, sin caer en falacias como Light le dice a muchas de esas frases de amor que existen. Tiene muy presente la mayoría de esas llamadas telefónicas cuando eran más jóvenes, muchas se extendían hasta la madrugada. Recuerda una en específico donde él aseguró sentir que había encontrado a su otra mitad a lo que Light le explicó que nadie es el complemento del otro porque no somos seres incompletos. Creer tal cosa de "medias naranjas" puede ser interpretado por muchos como que solo se logra la plenitud al encontrar el verdadero amor, cuando la realidad es que en una relación saludable se necesita de dos personas completas, independientes y felices. Elle recuerda con exactitud muchas de esas charlas porque desde que lo conoció, Light ha sido la persona con la que ha tenido las conversaciones más interesantes.


Abre despacio la puerta una vez que llega a casa, quiere sorprenderlo. Sonríe porque lo encuentra pegando unos globos en la pared, dándole la espalda, así que se acerca con cautela para que no perciba su presencia y acto seguido lo rodea con los brazos. Todo sale de acuerdo al plan, sin embargo se da cuenta que tal vez no fue la mejor idea ya que Light suelta un grito tan fuerte que lo hace retroceder dos pasos mientras se lleva un dedo al oído para deshacerse del horrible pitido.


Si se tratara de un asalto lo lógico sería correr, pero muchas veces los humanos necesitan medir la gravedad del peligro, por lo que el castaño voltea y es entonces que se encuentra con su adorable novio.


—¿¡Qué rayos, Elle!? —Se lleva una mano al pecho intentando regular su respiración y los latidos de su corazón— ¿¡Acaso quieres matarme de un susto!?


—Lo siento, lo siento... —Se apresura a decir, aún manteniendo el ramo escondido detrás de él. Su idea era asustarlo, pero no tanto.


Un sinfín de insultos pasan por la cabeza de Light, no obstante luego del subidón de adrenalina sus neuronas logran discernir una idea: Elle está en casa.


—¿¡Qué haces aquí!? —Vuelve a farfullar, esta vez con los ojos muy abiertos mientras extiende los brazos hacia los lados, como si así pudiera cubrir la decoración— ¡Tú no deberías ver esto!


Elle sonríe de lado y se acerca los dos pasos que retrocedió antes, luego le rodea la cintura con el brazo que tiene libre.


—¿Crees que sigue siendo sorpresa si todos los años me haces la misma fiesta?


—Ush, ya nadie aprecia lo que uno hace. —Cruza los brazos a la vez que pone los ojos en blanco. Elle sonríe de nuevo.


—Aprecio que lo hagas —le da un beso en la punta de la nariz—. Lo que no aprecio es que todos los años Mello me lance las serpentinas en los ojos.


—Y si todos los años hace lo mismo, ¿por qué no intentas cubrirte los ojos? ¿Seguro que te graduaste con honores?


El pelinegro hace un puchero, podría reclamarle, pero recuerda el motivo por el cual volvió temprano así que le muestra el ramo que había mantenido detrás de él todo el tiempo.


—Para ti.


Light abre los ojos por completo y de inmediato sonríe al mismo tiempo que su corazón comienza a latir más rápido. Sin embargo su nube de romanticismo desciende cuando cae en cuenta que Elle le está regalando algo en su cumpleaños.


—¡Se supone que soy yo quien debe darte regalos, no tú a mí! —Despega uno de los globos de la pared y con ese le da un golpe en la cabeza.


—¿Dónde está escrito que yo no puedo darte un obsequio hoy? —Esta vez lo rodea con ambos brazos y lo pega a su cuerpo antes de darle una suave mordida en el mentón.


—Voy a escribir las reglas del cumpleañero y la primera sería que el cumpleañero no debe dar regalos. —Responde a pesar que abraza con ternura el ramo contra su pecho mientras siente los dedos traviesos del otro colarse debajo de la pretina de su pantalón.


Si hay algo que Elle Lawliet pondría en un pedestal es el trasero respingón de su novio. Desciende las manos ansioso, rozando el inicio de lo que supone es la ropa interior hasta que sus dedos se encuentran con la piel al desnudo de sus glúteos.


—¿No llevas nada debajo? —Pregunta con una sonrisa coqueta mientras abarca con las manos el par de nalgas turgentes.


—Es parte de tu regalo para después de la fiesta. —Suelta un gemido involuntario, Elle adora tanto su trasero que quizá tanto magreo diario lo ha vuelto una de sus zonas más erógenas.


—¿Y no podemos adelantar ese regalo? —Busca sus labios y Light acepta el beso, pero se aparta a los pocos segundos, su mente sigue funcional y le recuerda que hay una fiesta que organizar.


—No, yo debo terminar aquí y tú debes irte.


—Pero si ya sé que me harán una fiesta no tiene sentido que intenten sorprenderme. —Intenta besarlo de nuevo y esta vez el otro se cubre el rostro con el ramo de rosas para impedirlo.


—Pues no me importa, solo procura actuar sorprendido.


Elle suelta un suspiro y pone los ojos en blanco, retirando las manos de su lugar favorito. Sin embargo es entonces que recuerda las palabras que venía practicando en el auto.


—¿Puedo decirte algo antes?


—No. Elle si viene alguien y te ve sabrá que la sorpresa está arruinada. —Lo toma de los hombros para hacerlo girar, acto seguido comienza a empujarlo.


—Te prometo que no me tomará ni un minuto. —Insiste mientras sus pies tratan de impedir en vano que lo saquen.


—Me lo dices después de la fiesta o cuando vuelvas, pero no ahora... —Responde entre dientes al estar haciendo todo su esfuerzo para lograr sacarlo.


Elle también pone de su parte para evitar que lo siga empujando, pero Light gana esta vez. Las manos de su novio en su espalda solo dejan de empujarlo una vez que llegan al pórtico y cuando Elle da la vuelta para asegurarle que será breve, le cierra la puerta en la cara.


Light apoya la espalda contra la puerta, intentando recobrar el aliento y no se aparta de ahí hasta que no escucha el motor del auto alejándose. Se da cuenta que se deshizo de Elle a tiempo porque no pasa mucho antes que lleguen los primeros invitados. Mihael, Mail y Nate llegan juntos porque comparten apartamento, tienen una relación extraña de poliamor que no entiende ni le interesa entender, lo único que agradece es que al ser tres lo ayudarán a terminar más rápido.


—Aún me faltan muchas cosas. —Los guía hacía la sala, invitándolos a empezar con lo que quieran: globos, carteles, acomodar los muebles, lo que sea.


Los tres se ponen a ello sin rechistar. Al rubio no le agrada mucho que lo manden y muchas veces su personalidad choca con la de Light, los dos son muy dominantes, pero quiere al ojeroso que tiene por amigo así que toma algunos globos para inflarlos.


Todos están tan concentrados que el silencio no les incomoda, hasta que alguien decide interrumpirlo.


—¿No llevas ropa interior, Light? —Pregunta Nate con esa voz monótona que muchas veces le pone los pelos de punta.


El castaño rápidamente se lleva las manos al trasero y se da la vuelta para esconder esa zona de los ojos curiosos del enano. Lleva ropa interior, pero es un hilo dental que se le mete por completo entre los glúteos y la única forma de notarlo es verlo fijamente.


—¿Acaso le estabas viendo el culo al novio de nuestro amigo, pelusa? —Reclama Mihael dándole un golpe en el brazo, de inmediato recibe respuesta por parte de Matt quien le da una palmada en la nuca.


—No le pegues a Nate.


Light decide dejar esa discusión de trío amoroso y corre a la cocina, aún le falta agregar unos detalles del pastel y luego de semejante comentario incómodo lo mejor es que ellos se encarguen solos de la decoración de la sala.


Un tiempo después el timbre suena de nuevo, el castaño va apresurado a atender la puerta. Está comenzando a desesperarse, se supone que para ese entonces ya todos tendrían que haber llegado porque su novio puede regresar en cualquier momento.


—¿¡Por qué tardaste tanto!? —Reclama tras abrir y encontrarse con el desgarbado de Beyond.


—Tenía que ir por el viejo. —Responde señalando con el pulgar hacia atrás mientras mastica chicle de mala manera.


—Señor Watari... —Saluda haciendo una leve reverencia, luego se hace a un lado para dejarlos pasar.


Toma el obsequio que traen y lo deja en la mesita de regalos. Cuando vuelve a la sala ve a Beyond con sus zapatos sucios sobre el sofá, quizá Elle no sea muy cuidadoso con su aspecto, pero es mucho más decente que su hermano. Sin embargo debe guardarse todos los improperios que podría gritarle cuando llaman a la puerta de nuevo, tiene el tiempo tan encima que lo de Beyond puede esperar.


—¿¡No te dije que estuvieras aquí a las cuatro!? —Está vez el regaño va hacia Sayu, quien viene con su novio en turno.


—Ay relájate hermanito, recuerda que en unos meses llegarás a los treinta, cuidado con esto —le toca con el índice el entrecejo, provocando que Light destense esa zona de inmediato.


—Hola, Light. —Saluda el sonriente muchacho que venía detrás.


—Quedamos a las cuatro, Matsuda. —Repite, intentando no fruncir ningún músculo de su cara.


—Ah, sí... lo que pasa... —Balbucea, rascándose la mejilla con el índice.


—Solo vinimos media hora tarde —responde Sayu poniendo los ojos en blanco mientras le entrega el obsequio que llevan para el cumpleañero—. Además tuvimos que desviarnos porque mi bebé Matsu necesitaba que le dé una mano.


Matsuda se pone rojo al instante, mucho más cuando la inquisidora mirada de Light lo atraviesa. Quizá Sayu ya tenga veinticinco años, pero sigue siendo su hermana menor.


—Interesante... —murmura, sin apartar la mirada del noviecito ese.


—La putería viene de familia, hermanito, no hagas tanto drama. —Encoge los hombros y toma al pelinegro de la mano para terminar de entrar, quien la sigue completamente rojo.


Light intenta no reaccionar porque eso que él dentro de poco también llegará a los treinta le caló y también porque no tiene tiempo de discutir las intimidades de su hermana. Sin embargo, la toma del brazo antes que se aleje.


—¿Mis papás vendrán? —Pregunta esperanzado. Sus progenitores nunca estuvieron de acuerdo que estuviera enamorado de un hombre y aunque dicen aceptarlo, la convivencia es casi nula. La expresión de Sayu cambia a una menos animada, acto seguido niega con la cabeza.


—Dijeron que estaban muy ocupados, pero le mandan saludos. —Dice lo último con una sonrisa como si eso pudiera arreglar algo.


Light asiente y los invita a pasar, diciéndole que los demás están en la sala, al estar a solas suspira. Watari siempre ha sido demasiado amable con él y hasta Beyond que es un desastre de persona ha sabido respetar su relación. Ha sido bien recibido por la pequeña familia Lawliet y le duele no poder ofrecerle a Elle lo mismo.


Es sacado de su ensimismamiento cuando escucha un motor conocido acercándose, corre hacia la sala y les dice a todos que tomen sus posiciones. La parte más divertida es esconderse, gritar «¡sorpresa!» y lanzar confeti, así que todos emocionados buscan un escondite. El único que no pone mucho de su parte es Beyond, a quien su abuelo debe jalar de la oreja para obligarlo a ocultarse detrás de un mueble.


Elle abre la puerta, esta vez lleva puestas unas gafas oscuras para que no le pase lo mismo de siempre. Luego de caminar por el recibidor y llegar a la sala, lo esperado ocurre. Todos salen de su escondite dando un grito y lanzándole serpentinas.


A pesar que ya sabía lo que ocurriría, no puede evitar dar un respingo por el grito que casi lo deja sordo. Sin embargo, lo que le sorprende es que hoy que iba preparado nada impactó sus ojos por lo que decide quitarse las gafas para saludarlos, sin saber que el cohete relleno de confeti de Mello se ha quedado trabado y cuando el rubio lo hace funcionar todo el contenido como siempre va a parar a sus ojos.


Se forma un silencio incómodo al ver al pelinegro llevarse las manos al rostro y quejarse, pero es un silencio que solo dura unos segundos antes de que todos vuelvan a gritar «¡Sorpresa!». 


Elle debe ignorar el escozor en sus ojos cuando uno por uno comienzan a acercarse para envolverlo en un efusivo abrazo.


El incómodo momento de la bienvenida pronto es dejado atrás y comienzan a convivir entre ellos. Hay bocadillos, refrescos, una mesa llena de dulces para complacer al cumpleañero y un ambiente más que agradable.


Elle adora la fecha de su cumpleaños, para empezar se encuentran por todas partes un sinfín de dulces exquisitos por ser Halloween. Además según los registros, Beyond nació unos minutos después, cuando ya era primero de noviembre así que siempre les han celebrado los cumpleaños por separado y eso solo significa más pastel, ¿quién podría ser infeliz con tanta azúcar?


Va hablando con todos los invitados, pero procura no alejarse mucho de la mesa de dulces que su novio siempre prepara especialmente para él.


—Si sigues comiendo golosinas no vas a querer pastel. —Dice Light apareciendo de repente cuando el otro se estaba atascando con unas gomitas.


—Somos novios desde el instituto —responde con dificultad al tener los cachetes llenos— ¿cómo puedes decir eso?


—Bueno como sea, traga que es hora de partir el pastel.


Elle se lame el azúcar de los dedos mientras el castaño lo jala del brazo para llevarlo a que tome asiento en el sofá frente al cual han puesto una pequeña mesita con el pastel.


Esta es su parte menos favorita, es conmovedor, pero también es incómodo que todos canten y él no sepa qué cara poner. Sin embargo, mientras el fuego de las velitas le iluminan el rostro y todos aplauden al cantar, él decide pasear la mirada por lo que lo rodea. Hay globos, muchos obsequios, comida, pero sobre todo está rodeado por un ambiente cálido y familiar, muy diferente a sus años de adolescencia. Así que al soplar para apagar las velitas, tiene muy claro su deseo.


Light comienza a partir el pastel y Mail le ayuda a repartirlo, Elle no le aparta la mirada en ningún momento, reafirmando lo que ya sabe: ama demasiado a ese hombre.


El castaño se queda charlando un momento con Watari, quien dice estar encantado con la invitación pese a que todos los años hacen lo mismo. Elle mientras tanto conversa con sus amigos de universidad: Mail, Nate y Mihael.


—Cuñadito, falta nuestra foto de todos los años. —Dice Sayu al interrumpir la plática, llevando a su novio de la mano.


Elle deja el pastel a un lado y posa junto a la chica, esperando que Matsuda saque la fotografía. A ella le gusta tomar una foto en cada cumpleaños para llevar una secuencia y ver qué cambios o nuevas arrugas hay, a él le da lo mismo, pero a Light no le gusta mucho.


—Salimos bien, ¿no? —le muestra el celular y el pelinegro asiente. —A ver, ahora una con tus amigos.


La sesión fotográfica se extiende más de lo que le gustaría. Sayu le toma fotos individuales, con su hermano, en grupo, junto a la mesa de obsequios, con el pastel y todo lo que se le ocurre hasta estar satisfecha.


La fiesta siempre se extiende hasta la noche entre charlas y bocadillos, cada año es así. Sin embargo no ha podido charlar tanto con su novio como quisiera y aún tienen algo pendiente, así que decide mandarle un mensaje.


«¿Quieres que te cuente el deseo que pedí?»


—Discúlpame un momento. —Le dice el castaño a Matsuda cuando siente su celular vibrando en su pantalón. No obstante frunce el ceño al ver el remitente, con la mirada busca a su panda ojeroso por la habitación antes de leer y responder el mensaje.


«Es sabido que los deseos de cumpleaños no se cumplen si los cuentas.»


«No importa, estoy seguro que se cumplirá así que te lo quiero decir. Además aún no te digo lo de las rosas.»


«¿Por qué me estás mandando mensajes cuando estamos en la misma habitación?»


«Porque tenía que captar tu atención de algún modo. Entonces, ¿vamos a la cocina y te cuento?»


«No Elle, tenemos invitados.»


«Será solo un minuto. Lo prometo.»


Light aparta la mirada del aparato y la fija en su novio, advirtiéndole con ella que más le vale que sea breve.


—Matsuda, en un rato seguimos hablando de lo que te pasará si le haces daño a mi hermana, ¿está bien? Tengo algo que hacer.


Se dirige a la cocina y a los pocos minutos es seguido por el otro.


—Vamos, suéltalo de una vez. —Dice Light, cruzándose de brazos y apoyándose en el filo del desayunador.


—Uy, pero que novio tan romántico tengo. —Elle sonríe de lado, acercándose a él y le rodea la cintura.


—Es de mal gusto dejar a los invitados así.


—Ya, ya. Será rápido —primero busca con la mirada las rosas, encontrándolas en un florero sobre el mueble de la cocina—. Lo que quería decirte más temprano... hoy ha sido un día extraño ¿sabes? He estado muy pensativo, no pude ni concentrarme en el trabajo. Creo que todos hemos atravesado las famosas "crisis existenciales" en algún punto, pero esta vez fue diferente, no fue agobiante sino más bien fue reveladora, he pensado en cómo mi vida ha ido cambiando a través de los años y...


—¿Y te diste cuenta que ya no quieres estar conmigo? —Interrumpe el otro con notable pánico en su rostro.


—¿De dónde sacas eso? —Enarca una ceja, completamente desconcertado— ¿Por qué te regalaría rosas si quisiera dejarte?


—N-No... ¡No lo sé! Cuando me propusiste vivir juntos fue un día que estábamos comiendo unos hot dogs en la acera porque tu auto se quedó sin gasolina a media calle y estábamos esperando a tu abuelo. ¡Tampoco es que sepa qué esperar de ti!


Elle lo pega más a su cuerpo y le da un suave beso en los labios para callarlo y tranquilizarlo.


—El día de hoy a mis treinta años fuiste el centro de mis pensamientos, sí... pero no por lo que imaginas —le acaricia la mejilla mientras lo veo directo a los ojos—. Light decidí regalarte rosas como un pequeño agradecimiento. No sé si te das cuenta de cómo influyes en mi vida, pero llegue a la conclusión que tú me has hecho una mejor persona y mi deseo de cumpleaños es que el universo me permita seguir creciendo a tu lado.


A Light se le hace chiquito el corazón de inmediato. Quizá no es partidario de esas frases vacías que rodean al romanticismo, pero eso no le impide ser cursi hasta la médula. Además, las palabras de Elle no son un puñado de sandeces que serían impresas en miles de tarjetitas con la imagen de cupido detrás de ellas, así que dejándose llevar le rodea el cuello y lo besa en los labios. Sin embargo el contacto dura poco, al separarse le suelta un golpe en el pecho que descoloca al otro.


—¿¡Qué!? ¿¡Por qué me golpeas!?


—El beso fue por ser lindo y el golpe fue porque en la guía del cumpleañero que aún no escribo, prohibiré que el cumpleañero haga este tipo de cosas.


El pelinegro pone los ojos en blanco sin dejar de rodearle la cintura.


—Bueno, ¿y qué puede hacer el cumpleañero?


—Dejarse consentir. —Sonríe, pellizcándole las mejillas.


—Yo con gusto me dejo consentir —ni lento ni perezoso desciende sus manos y toma entre ellas el apetecible trasero de su novio—. No creas que he olvidado el regalo que me espera luego que se vayan todos.


—Tú no cambias... —Murmura Light meneando la cabeza mientras ríe.


El castaño acorta la distancia una vez más, tiene presente que los invitados deben estar esperándolos, pero necesita besarlo de nuevo y mientras lo hace piensa en las palabras de Elle. Él nunca se había puesto a pensar cómo uno podría influir al otro. No tiene idea de qué hizo como para que Lawliet le agradezca, trata de enfocarse en sí mismo, en algo que haya cambiado en él donde pueda encontrar rastros de su novio. Lo más evidente y lo primero que viene a su mente es que ahora disfruta de las cosas sencillas que en su juventud jamás hubiera hecho, como lo es comer hot dogs en la calle o hacer una pequeña reunión solo con la gente que importa en lugar de aspirar a algo más ostentoso. Elle también lo ha hecho ser una mejor persona y comparte su deseo que el universo les permita tener muchos años juntos en los cuales sigan aprendiendo del otro para ser cada día la mejor versión de sí mismos que el otro se merece.




Notas de autor: 


Y con esto llegamos al fin del flufftober. Tomando en cuenta que es el cumpleaños del bebé panda, quise adaptar un poco el último tema del fluff a una mini celebración hacia él, ya que nunca le he hecho una (qué vergüenza, haha)


Espero que les haya gustado esta serie de oneshots. Ya saben que a mí me gusta siempre preguntar qué es lo que más les gustó. Así que aquí preguntaré cuál fue o fueron sus oneshots favoritos. En lo personal siento que hubo unos mejores que otros, peeeero creo que cada uno tiene lo suyo. A mí de los que más me gustaron fueron los LawLight pero ambientados un poco en el mundo de DN, como lo fue peinar al otro, compañero enfermo, hora del baño y compartir la cama, jaja me da mucha ternura y gracia lo raro y tierno que puede ser L con su sospechoso. ¿Ustedes tienen algún o algunos favoritos? 


En fin, muchas gracias una vez más por habernos acompañado a mi beta y a mí durante este mes. 


Y por último, una vez más... Feliz cumpleaños a nuestro ojeroso favorito, a esa Lconda propiedad de Light Yagami 3


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