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Copos de nieve por elenaa

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Notas del fanfic:

Corto Oneshot Charamen, para celebrar el cierre e inicio de año n_n

Todos los personajes pertenecen a Kishimoto.

«Rápido… rápido… rápido…rápido…» se repetía incesante en su cabeza a la par que corría a todo pulmón, mientras entraba rápidamente a un parque, siendo acompañado por una ligera nevada y distinguía en la lejanía cubiertos bajo un feo gorro, unos cuantos cabellos rubios e irremediablemente no pudo evitar recordar cómo había llegado a esa situación.

 

*****

 

En el momento en que los glaciales ojos se posaron en él, inevitablemente se sintió atraído por aquel joven de cabello negro y mirada esquiva, este era 100% su tipo.

Se felicitó internamente por haber aceptado aquella cita a ciegas que le organizo su amigo pelirrojo y coquetamente le sonrió a su acompañante.

Este, por el contrario, miro a la chica de ojos verdes que tenía a su lado y dijo —no me dijiste que mi cita, tenía cara de… eso.

—¿Eso? —cuestiono ofendido, saltando un poco de su asiento. 

Sus palabras captaron la atención del pelinegro de ojos azules, quien dejo de ver a su amiga y mirándolo con displicencia menciono—no te lo tomes personal. Es solo que no eres mi tipo.

—¿Qué no me lo tome personal? ¿Acaso estas ciego? —soltó ahora indignado, señalando su escultural rostro.

—Me temo que esto no va a funcionar…mmm...Charasuke.

—Es Sasuke. No Charasuke.

—Si eso. Un gusto haberte conocido —comento sin interés Menma. antes de despedirse con un ligero gesto y abandonar la cafetería en donde se encontraban.

Su mente galáctica no fue capaz de asimilar el desaire que sufrió y solo atino a ver a su amigo y decir— Gaara, no vuelvo a aceptar tus estúpidas citas. Justo cuando la camarera llegaba para tomar la orden.

 

*****

 

Aquella tarde cuando fue rechazado por aquel sujeto con degeneración macular, no imagino que su día se pudiera tornar peor.

Sin embargo, la vida y la ley de Murphy habían decidido aliarse para ensañarse especialmente con su fantástica persona. Porque aquel día no solo perdió su anillo favorito en la cafetería en donde fue su dichosa cita a ciegas, sino que también, por la noche cuando llego a la primera reunión familiar que daba inicio a todas las fiestas y celebraciones que daba su familia por las fechas decembrinas; quedo como payaso al ver que sus primos lo engañaron y que la fiesta no iba de suéteres feos de Navidad.

Llevaba dos humillaciones, más una perdida y justo cuando ingenuamente creyó que las cosas no se podrían poner peor; recordó que había apostado con Hinata, que quien no encontrara pareja para estas fechas, se tendría que hacer cargo de Hanabi.

Se estuvo entreteniendo tanto de cita en cita, que se olvidó por completo de buscar una pareja decente, a quien pudiera presentar a su familia y solo lo recordó, cuando vio a Hinata muy abrazada a un chico castaño, que dedujo era su novio.

«Maldición» se dijo internamente al ver como lo veía su prima con sus juzgones ojos grises y sonrisa burlona, notando que llego solo, con el tonto suéter de chimenea viviente, con botas, regalos, luces y adornos colgándole por doquier, de haber sido adivino mejor se hubiera comprado el suéter que decía: No, tía, no tengo novix.

Hinata dejo a su novio hablando con Neji y la novia de este, para dirigirse en su dirección y justo cuando lo alcanzo soltó —¿Y tu pareja, no me digas que no quiso venir con un suéter a juego? —al mismo tiempo en que tocaba las brillantes luces de su prenda navideña.

—Se me olvido conseguir uno oficial.

—Sabes lo que eso significa… verdad.

—Si…sí. Yo cuidare a Hana—dijo agitando la mano, restándole importancia al tener que cuidar de su prima de siete años.

—Prepárate, que hizo una lista de todas las cosas que quiere hacer.

—Enserio.

—Si.

—No podríamos mandarla con Neji y Tenten.

—Hicimos una apuesta, o es que no tienes palabra. Además, no te vas a morir por unos días en que no andes de ligón—declaro en tono de reproche Hinata, con el ceño fruncido viéndolo muy fijamente con sus grises ojos, que en ocasiones daban la sensación de atravesar el cuerpo.

—Claro que sí, de aburrimiento—soltó antes de suspirar profundamente.

—No seas dramático, y ven que te voy a presentar a mi novio. Por cierto, que lindo tu suéter—dijo Hinata, jalándolo del brazo, para llevarlo a donde estaban los demás.

—Ja, ni creas que olvidare esto—declaro a la par que señalaba su suéter y mentalmente juraba venganza.

 

*****

 

Al día siguiente, fue por la tarde a buscar a su prima menor. Siendo recibido por una muy arreglada Hinata que estaba lista para salir con su novio, quien lo dejo a cargo de una muy activa Hanabi que estaba muy emocionada por empezar su día en el centro comercial, para ir ver a Santa Claus y pedirle los regalos que quería.

Llego al centro comercial con la alegre niña y antes de llegar a la zona en donde se encontraba el hombre disfrazado de Santa Claus, vio la enorme fila que había y se lamentó el tener que estar ahí.

Se colocó al final de la fila y le pareció reconocer la voz de la persona que se encontraba al frente, quien hablaba con un impaciente niño aparentemente de la misma edad que su prima.

Pasaron los primeros veinte minutos y Hanabi se empezó a poner impaciente, así que le puso un video en su celular para distraerla, pero no funciono; afortunadamente su prima no solo había heredado el gen de la belleza de la familia, sino que también sus innatas habilidades sociales y se puso a conversar con el niño que estaba adelante de ellos.

Por lo que tomando el ejemplo de Hanabi, se dispuso a matar un poco el tiempo conversando con el acompañante del niño, cruzando los dedos por que este fuera de su tipo y pudiera tener un poco de diversión.

Y nuevamente los astros del universo se alinearon para burlarse de su persona, porque el acompañante del niño, con quien su prima ya hablaba como si fueran amigos desde siempre. Era el ciego con quien Gaara le organizo una cita a ciegas.

«Maldición» pensó justo en el momento en que sus ojos se encontraron con unos fríos azules; ambos se miraron minuciosamente y estratégicamente con un silencioso gesto acordaron ignorarse mutuamente.

No obstante, no esperaron que los pequeños a los que estaban cuidando e ignorando de lo que hablaban; habían compartido planes y decidido hacer actividades juntos.

Grande fue su sorpresa cuando después de que Hanabi pasara con Santa y se tomara su foto navideña, el ciego y el niño que cuidaba los estuvieran esperando para ir a tomar chocolate caliente.

 

—Quiero ir a tomar un chocolate con Konohamaru—le pidió su prima.

—Hana. No podemos, ya nos tenemos que ir.

—Pero Hinata dijo que podía hacer todo lo que quisiera, que tú me cuidarías—dijo la pequeña viéndolo con el ceño fruncido, de la misma forma que su hermana mayor.

Así termino en una cafetería del centro comercial acompañado por dos infantes y un ciego amargado.

Estaban en la cafetería donde vendían el chocolate más rico de toda la ciudad y el cegatón pedía un americano sin azúcar. Ah, pero con un toque de vainilla y una pizca de canela; aun procesando el extraño gusto del hombre que tenía en frente soltó—Así que nuevamente nos encontramos en una cafetería.

—Ya vez—expreso sin mucho interés Menma, antes de darle un sorbo a su taza de café.

Frunció ligeramente el ceño al ver lo tranquilo que se encontraba Menma, disfrutando de su bebida y mientras lo imitaba dándole un sorbo a su chocolate caliente, miro al contrario minuciosamente; cuando Gaara los presento, solo se fijó en dos cosas, su apuesto rostro y sus glaciales ojos azules.

No obstante, ahora que lo veía mejor noto como este tenía las raíces del cabello ligeramente rubias.

—Que tanto me vez, ya te dije que no eres mi tipo.

—Lastima, con lo que me gustan los peli-teñidos ciegos.

—Ja, así que estoy ciego porque no me resultas atractivo.

—Por supuesto. Y de seguro debes de tener un gusto igual de pésimo, que el que tienes para escoger bebida.

—¿Qué tiene que ver cómo me gusta el café?

—Tiene todo que ver, solo una persona amargada toma el café sin azúcar.

—Ahora soy amargado.

—Claro.

—Así que soy un peli-teñido, ciego, amargado y alguien con pésimo gusto. Haber dime que más soy porque mira que no me entero; aparte de niñero eres psicólogo—menciono Menma a la par que, usaba sus dedos, para ejemplificar las palabras que dijo Sasuke.

—Ja. Que tu amiga no te dijo que estudió ingeniería mecánica.

—Tal vez lo menciono. Solo que no prestaba mucha atención cuando me dio los detalles de la cita a ciegas.

—¿Si no estabas interesado porque fuiste?

—Perdí una apuesta—confeso Menma señalando su cabello.

—¿Tu castigo era teñirte el cabello e ir a la cita así?

—No. Perdí una apuesta contra un amigo, el castigo era que quien perdiera se pintaba el cabello del color del ganador. Y como ya andaba de mala racha y Sakura me tenía mareado de lo mucho que insistía en que aceptara la cita, accedí a ir.

—Así que, en verdad, te resulto sumamente apuesto. Pero te desquitaste conmigo. Descuida te perdono, yo también perdí una apuesta recientemente—declaro con una coqueta sonrisa antes de guiñar el ojo.

Menma se quedó cinco segundos viéndolo sin expresión, antes de formar una leve sonrisa y decir—en verdad que eres todo un caso. ¿Brincas para los dos lados o solo para uno? Harías una perfecta pareja con mi prima.

—Soy hombre de un camino.

—Que mal, eres completamente el tipo de prima.

Y antes de que pudiera decirle algo ingenioso al peli-teñido para que viera de lo que se perdía, Hanabi, quien había estado muy entretenida conversando con su nuevo amigo, llamo su atención y le pidió otro chocolate; al Igual que Konohamaru le pedía lo mismo a Menma.

Aunque en un principio se negó a comprarle otro chocolate a su prima, principalmente porque no se la quería imaginar aún más hiperactiva, termino perdiendo contra la menor. Quien le compartió un poco de su chocolate a su amigo, que no logro que le compraran otro.

Ya cuando estaba a punto de marcharse; ambos infantes lo sorprendieron tanto él como a Menma con una sola palabra.

—Nos vemos mañana—dijeron al unísono, con una alegre sonrisa.

 

*****

 

Al día siguiente fue más temprano por su prima para llevarla a patinar sobre hielo, con la para nada sorpresa, de que ahí también se encontraba Menma con Konohamaru.

Le coloco bien los patines a Hanabi, le acomodo la ropa y observo como esta enseguida iba en la dirección en la que se encontraba su amigo.

Mientras veía a los niños patinar tranquilamente se fue acercando en donde Menma se encontraba vigilando a su propio niño de la sorpresa.

—¿Otra vez de niñero?

—Ya vez—respondió Menma, antes de darle un sorbo a su café.

—Parece que estamos destinados a encontrarnos.

—Por desgracia.

—Ja.

Estuvieron un largo tiempo viendo a los niños patinar sobre el hielo y en vista de que habían limado un poco asperezas hablaron tranquilamente, primero de sus amigos que le organizaron la cita y de las apuestas que habían perdido; cuando se dio cuenta ya hasta le estaba enseñando a Menma una foto de él con el suéter feo.

—Oh no, está horrible…me encanta—dijo Menma mientras observaba minuciosamente la foto.

—Espera creo que escuche mal... ¿Acabas de decir que te encanta?

—Oíste bien, me gusto tu suéter feo, te van todas esas luces—expreso Menma aun sin apartar los ojos de la foto en el celular. Sin ser consiente de cómo sus mejillas se habían sonrojado un poco por sus palabras.

Al final el día le resulto sumamente agradable, se la paso bien con el ya no tan ciego de Menma y su prima se divirtió mucho patinando con Konohamaru y otros amigos que hizo en él lugar.

Incluso fueron juntos por algo de comer, cuando a los niños les dio hambre.

 

Esa noche mientras se disponía a dormir, pensó en que no había estado nada mal que perdiera la apuesta. Hanabi si era un remolino, pero uno llevadero, aparte de que estaba el bonus de estar con Menma; al principio si se sintió ofendido por el rechazo de este, sin embargo, ahora ya no le importaba.

 

*****

 

A la mañana siguiente se despertó temprano, hizo un poco de ejercicio, se ducho y si, se arregló y perfumo más de la cuenta, antes de ir a buscar a su prima.

 

—¿Por qué tan arreglado hoy? —inquirió Hinata, mirándolo curiosa.

—Yo siempre estoy presentable.

—Es porque va a ver a su novio—soltó Hanabi a la par que se colocaba una bufanda roja alrededor de su cuello.

—¿Novio?

—Los niños y su imaginación.

—No es imaginación, conseguimos novio mientras esperábamos en la fila para ver a Santa.

—¿Qué? Se supone que tienes que estar cuidando a Hana, no ligando. Y como es eso que tiene novio.

—Me estas levantado un gran falso, estoy cuidando a Hana como la hija que aún no quiero tener y no estoy coqueteando con nadie. Esta señorita tiene mucha imaginación.

—Pero Konohamaru dijo que tú y su tío hacían bonita pareja.

—Estos niños de ahora.

—Si estos niños, como no. Sasuke cuida bien de Hana. Y usted señorita aún no tiene edad para novios—soltó Hinata a la par que le daba una caja llena de bufandas, sombreros, botones grandes y Zanahorias.

Todo regañado llego al parque para hacer hombres de nieve y cuando Menma llegó con su sobrino se sorprendió al ser recibido por un vaso de chocolate.

Y él se sorprendió al ver a Menma de rubio.

Noto que el rubio estaba indeciso en tomar la bebida y dijo—descuida no es chocolate, es café negro, sin azúcar con un toque de vainilla y una pizca de canela.

Menma recibió la bebida pronunciando un sencillo—gracias. Y dándose cuenta de cómo se quedó observando su cabello soltó—el tinte por fin se cayó.

—Eso veo.

Ambos se sonrieron levemente y fueron a ayudar a los menores a hacer hombres de nieve.

Compitieron por ver quien los hacia más rápido, luego por quien más bonitos y terminaron con un ejército de hombres de nieve de varios tamaños.

Aprovecho que los menores pidieron que les tomaron fotos con los muñecos de nieve e intercambio número con Menma, el cual le dio su número más fácil de lo que espero.

Finalizo aquel día de actividades con su prima, teniendo una lucha de bolas de nieve que claramente Hanabi y él ganaron.

 

En la noche mientras estaba acostado en su cama se puso a pensar en Menma y ya no pudo evitar buscar las redes sociales del ahora rubio, para seguirlo y mandarle solicitud de amistad.

Al poco tiempo Menma lo acepto como amigo en konohaface y se quedó dormido con una sonrisa.

 

*****

 

Por la tarde después de haberse ejercitado y arreglado muy bien, fue por Hanabi para llevarla a decorar casas de jengibre.

Hasta donde sabia, solo tenían que decorar las casas. Sin embargo, esta era una competencia y si había algo que le gustara más que verse siempre fantástico eso era ganar. Lo demostró un poco en la pelea de bolas de nieve. Solo que no espero que Menma fuera igual que él en ese sentido.

Así que por más que se esforzó junto con Hanabi en el armado y decoración de la casa de jengibre, al final tuvieron un accidente por exceso de glaseado y gomitas de dulce en el techo, que provoco que varias decoraciones se cayeran justo cuando los jueces pasaron a calificar la casa.

Todo lo contrario, a la perfecta casa de jengibre que hicieron Menma y Konohamaru; quienes ganaron.

 

—Es injusto, estudias arquitectura. Claro que tu casa de jengibre ganaría—menciono mientras se encontraban en una cafetería.

—Que mal perdedor eres.

—Puede que lo sea, pero solo cuando me tomo enserio las cosas.

Menma sonrió ligeramente e hizo un movimiento que saco de su camisa un anillo que conocía muy bien conectado a una cadena.

—¿Ese anillo, donde lo compraste?

—Este. Lo encontré afuera de una cafetería—respondió simplemente Menma, jalando el anillo de plata que tenía grabados copos de nieve.

—¿De causalidad fue la misma cafetería en donde fue nuestra cita?

—Si… ¿por?

—Por nada, solo me pareció bonito.

—¿Te gustan los copos de nieve? Pregunto Menma curioso por su respuesta.

—Se podría decir que si—expreso con una sonrisa, que a Menma le gusto porque no era como las sonrisas coquetas que normalmente daba, era una más cálida y genuina.

 

*****

 

Sin que se diera cuenta el 24 de diciembre llego y aquel día solo tenía que llevar a Hanabi a pasear por todo el centro comercial.

Así estuvo casi toda la tarde en compañía de Menma y los pequeños, recorriendo el centro comercial de tienda en tienda, principalmente de juguetes, aunque también aprovecho para entrar a una que otra tienda de ropa. Viendo como las personas hacían sus compras de pánico, mientras que junto con Menma le tomaba fotos a Hanabi y Konohamaru en todos los lugares donde había adornos navideños.

Fue a dejar a su prima a su casa y se fue directo a la suya a preparase para la celebración de víspera de Navidad, las anteriores noches estuvo tan concentrado en ser un buen niñero y en pasar tiempo con Menma no había hecho acto de presencia en las fiestas familiares.

 

*****

Por la tarde ya casi cerca de la noche fue por Hanabi para llevarla a ver el desfile de Navidad y usando como excusa a los pequeños le mando un mensaje a Menma preguntándole su ubicación, este rápidamente le mando una foto del lugar en donde estaban y lo apresuro a llegar.

Al lado de Menma, se encontraba igual de perdido que los niños, que veían con ojos brillos los grandes y hermosos carros alegóricos, ser iluminados por las brillantes luces.

Aun cuando termino el desfile y Menma se despido dándole un rápido abrazo que interpreto como un adiós, a los días que habían compartido, solo volvió a la realidad. Cuando ya en su habitación, mientras revisaba los bolsillos de su abrigo, se encontró con una pequeña caja.

Rápidamente la abrió y descubrió un anillo parecido al que dejo que conservara Menma.

Y aunque en un principio se llenó de felicidad, al saber que Menma le dio ese anillo de regalo, esta fue bajando gradualmente, porque el regalo más el abrazo que el rubio le dio se sentía más como una despedida que como una oportunidad para que se acercaran más.

Rápidamente saco su teléfono y justo cuando iba a presionar el llamar. Se acobardo.

Nunca había sido un cobarde, si alguien le gustaba siempre era directo, pero los pocos días que estuvo con Menma golpearon fuerte su confianza y la verdad era que no solo le gustaba ese rubio algo ciego, sino que sin darse cuenta se terminó enamorando.

Tenía el número de Menma a la mano y con solo una llamada podía salir de la duda que lo carcomía, pero no quería hacer nada que ameritara que el rubio lo volviera a rechazar; por lo que los siguientes días solo se mantuvo en silencio. Solo viendo como Hanabi a quien Santa le trajo de regalo un celular, se la pasaba mandándose mensajes con Konohamaru.

 

*****

 

La noche del 31 de diciembre, mientras le conversaba a su hermano mayor y primos sus problemas de desamor, su celular sonó y cuando vio quien llamaba, la cara de tristeza que había estado teniendo mientras relataba su trágica historia, desapareció al instante y se transformó en una radiante sonrisa, que hasta a Itachi le sorprendió.

Apenas escucho lo que Menma le dijo, velozmente se colocó su abrigo y bufanda; y sin decirle nada a nadie se fue corriendo de la celebración familiar.  

 

Salió de su recuerdo a la par que corría como todo un corredor de carreras profesional; reviso velozmente la hora en su reloj y no pudo evitar contar en cuenta regresiva en su mente, «Diez…nueve…ocho…siete… seis…cin…» deteniéndose en seco, justo cuando tuvo frente a frente unos glaciales ojos muy conocidos.

Dio una gran bocanada de aire y sin que se lo esperara el joven rubio que lo miraba fijamente, lo jalo de la bufanda y le planto un beso, al mismo tiempo en que el firmamento era bañado por los gráciles copos de nieve y las luces centellantes de los fuegos artificiales.

 

Fin

 

Notas finales:

Espero que tengan un muy buen cierre de año y un espectacular inicio n_n


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