No podía ver hacia donde la llevaban, tenia un saco negro en la cabeza y sus manos estaban atadas, el libro colgando entre ellas, los guardias, dos imponentes elfos, la habían estado arrastrando por numerosos pasillos durante horas, incluso dudaba que siguiera en la biblioteca.
Habían intentado quitarle el libro de varias formas, pero las cadenas, eran prácticamente irrompibles, parecían estar forjadas por un antiguo hechizo, uno que ninguno de los mayores expertos en magia sabía cómo descifrar, mucho menos eliminar.
Subió a lo que parecía ser un carro, y unos 20 min después se detuvo. Habían llegado a su destino.
Uno de los guardias la obligo a levantarse, lenay hacia todo lo que estaba en su mano por no llorar ante el tirón del segundo guardia bajándola del carro.
Subieron varias escaleras, pudo escuchar varias personas cuchichear a su alrededor.
-pobrecita no sabe en lo que se ha metido- dijo una mujer
-ella fue capaz de activar el libro? No que era imposible- dijo un hombre
-Esto solo generara problemas, es un augurio- dijo una mujer
Las voces continuaron hablando hasta que una puerta se cerró acallándolas a todas. La obligaron a arrodillarse en el suelo, el libro al lado suyo era curioso como a pesar de no verlo podía sentirlo, como una especie de extraña conexión.
Le quitaron la bolsa de la cabeza revelando su estropeada cara llena de lagrimas. Sus vidriosos ojos azules miraban alrededor con miedo, y su cabello rubio ya no estaba tan bonito y arreglado como en la mañana.
Observó su entorno era una sala bastante amplia, columnas sostenían varios de los extremos. Frente a ella se alzaba un trono por encima de unas escaleras. Dos personas la miraban desde allí.
Un hombre de cabello castaño y ojos color avellana, con aspecto robusto que la observaba de manera severa, era el que se sentaba en el trono, su presencia era imponente. De pie a su lado un viejo elfo con una barba extremadamente larga también la observaba. Fue entonces cuando se dio cuenta de que se encontraba en el palacio real, frente a la máxima autoridad del reino.
El rey hizo una seña, y los guardias desataron a la pobre niña que no paraba de llorar en silencio, asustada.
-¿Quién eres? - pregunto con una voz grave
-L-L-L-L-Len-Lenn- intentaba pronunciar su nombre, pero era incapaz
-Acaso te han comido la lengua? Responde- Dijo el hombre perdiendo la paciencia. La niña en respuesta solo se puso a llorar desconsolada.
El viejo bajo las escaleras sin prisa y le puso una mano en la cabeza -respira, no sirve de nada llorar ahora- le dijo con voz tranquila, casi amable. Sintió una energía cálida encima de su cabeza. Un hechizo de calma. Ella asintió, y respirando se tranquilizó un poco más.
-M-Me llamo L-Lenay L-Lituart s-señor- dijo con voz temblorosa pero alto
-de la casa Lituart eh- dijo el rey colocándose un dedo por su mentón. Llamo a uno de los guardias que estaban en la pared.
-señor- dijo este con una mano en el pecho e inclinando su cabeza
- contacten con la familia noble Lituart, díganles que se presenten hoy mismo-El rey observo a la niña y continuó- su hija puede ser el punto de partida de la devastación- dijo en tono frio y serio. El guardia trago saliva y poniéndose firme salió de la estancia deprisa.
El viejo elfo volvió a su lugar al lado del rey. Y este ultimo comenzó a hablar.
-Tengo entendido que sabes por que estas aquí- dijo el hombre poniéndose de pie. Lenay asintió
- Es por el libro verdad? Porque lo toque- dijo y sus lágrimas empezaron a caer de nuevo
-Eso es correcto, pero hay más- dijo el rey levantandose del trono y bajando las escaleras- Ese libro que tienes encadenado a ti es un artefacto muy antiguo, que otorga a su portador de un inmenso poder- Con cada paso que daba el rey, la ansiedad de lenay aumentaba- pero el precio que hay que pagar por el es demasiado alto- dijo parándose delante de la niña.
A los ojos de lenay ese hombre era un gigante, no un humano. El hombre la observo de manera penetrante y luego observo el libro- Hay una profecía- dijo mientras caminaba hacia el libro- Se dice que aquel que posea el libro, tendrá acceso a todos sus conocimientos. Todo su poder- El rey intento tomar el libro del suelo pero este le dio un corrientazo-Solo el portador puede usarlo- se sobo la mano- también se dice que el libro solo puede ser despertado cuando la paz se vea amenazada- dijo observando a la niña- cuando ese momento llegue el portador deberá hacer un viaje de peregrinación, más allá de territorio conocido, en busca de la séptima raza-
Lenay no lo podía creer, la séptima raza realmente existe, todo este tiempo, buscando algo que le confirmara que existía, finalmente la confirmación había llegado. Lo que le había dicho el rey le emocionaba y le aterraba al mismo tiempo. - Toda esta información que te he contado solo lo sabe un grupo muy selecto, para las masas el libro es indescifrable, así evitamos cualquier posible…. -hizo una pausa como pensando sus palabras-altercado- dijo subiendo nuevamente las escaleras para volver a sentarse en el trono-Aun no hemos descifrado que es eso que amenazara la paz, hay demasiadas incongruencias en los textos y también es un documento de hace mas de 1000 años- dijo el hombre tranquilo
-Pero antes de ir a todo eso hablemos del precio que ha de pagar el portador- esta vez hablo el viejo elfo rápidamente. Observo a la joven- uno es el precio de la iniciación- dijo en tono sombrío
El momento fue interrumpido por un guardia que entraba apresuradamente en la estancia.
El hombre asustado se tomo un momento para respirar y con voz temblorosa dijo -S-Señor, la casa Lituart….. ha sido completamente aniquilada, n-no queda nada, solo un gran agujero en la tierra- Los ojos de Lenay se abrieron como platos, incapaz de articular palabra solo se quedó viendo al vacío, con cada palabra que decía el guardia su visión se volvió cada vez más borrosa, la voz del hombre parecía cada vez mas lejana, hasta que de pronto solo vio oscuridad.
El rey y el viejo elfo observaron a la niña desmayada en el suelo. La pobre había sufrido de una increíble cantidad de estrés para su edad y encima de todo había perdido a sus padres.
-El precio de la iniciación ha sido cumplido, todas las personas que amas han muerto-dijo el rey en tono serio para si mismo. El viejo alcanzo a escucharlo.
-Yo la adoptare- dijo después de pensarlo por un momento — le enseñare el arte de la magia, la preparare para el viaje que le espera, con suerte sobrevivirá a ello- dijo sin apartar sus ojos de la niña
-Boris, viejo amigo- el rey le tomo del hombro en confianza- no hay nadie mejor que tu en cuanto al dominio de la magia, eres el mejor mago de mi corte, y sé que en tus días fuiste un ávido aventurero, pero- su tono cambio a uno serio- no te encariñes, tu y yo sabemos el destino de esa niña- soltó su hombro
-El precio de la invocación, lo sé -dijo con tristeza- pero al menos déjame prepararla, no servirá de nada si no llega al lugar de la invocación- le dijo casi como suplica
-Esta bien- dijo suspirando el rey
- llévenla a una de las habitaciones, a partir de ahora vivirá aquí, se le tratara como si fuera mi propia hija- dijo el rey a sus guardias-Boris tu estarás a cargo de su tutela y educación- boris asintió agradecido-Eso es todo retírense-dijo e inmediatamente los guardias cargaron a la niña inconsciente hacia su nuevo dormitorio.
El rey se levantó para irse pero antes le dijo a su amigo- recuerda, da igual cuanto lo aplaces, el destino de esa niña es la muerte- sentenció con tono grave y sombrío dejando a boris con sus pensamientos