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Show Me por Raziel Soul

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Notas del capitulo:

Las canciones utilizadas son: Need you tonight de INXX, y Show me de Sakima. 

Si bien la segunda fue lanzada mucho después del 94 no estoy siguiendo una línea temporal estricta :D

Aun se preguntaba cómo es que se había dejado convencer, en realidad era más curiosidad morbosa que otra cosa, ciertamente decidió por sí mismo acompañarle a ese lugar, obviamente no lo admitiría de buenas a primeras, no es que le molestase estar ahí, solo que a su edad conservaba un poco de… ¿pudor? Quizá solo le preocupaba que algún conocido lo viese entre la multitud y fuese con el chisme a su madre. Aunque pensándolo bien, si alguien lo veía se callaría, ¿pues cómo explicar que esa persona se encontraba también ahí sin echarse de cabeza? Sonríe internamente ante sus “profundas” cavilaciones. Un escalofrió le recorre de pronto, el clima de la ciudad no estaba como para quedarse quieto en un solo lugar, y la fila avanzaba con más lentitud de lo que le gustaría, observaba a su alrededor, chicos bastante atractivos tomados de la mano, chicas hermosas se miraban cómplices. Estaba bastante sorprendido porque hubiese un sitio así en Japón, ese tipo de comportamientos no eran socialmente bien vistos, y le asombraba aún más el que Benimaru, con el poco tiempo que llevaba viviendo ahí, lo conociera antes que él. Por supuesto que no debía olvidarse de las preferencias del rubio, lo más seguro es que si Kyo le preguntara a su acompañante sobre el mejor sitio de arcades en la ciudad, el modelo no sabría qué responder.

-Vamos Kyo – un empujoncito por parte de su amigo que vestía muy diferente a él, mientras Kusanagi ostentaba unos jeans algo ajustados, pero nada escandaloso para la época, una chamarra de piel y unos tenis, los cuales le daban ganas al mayor de aventar por ahí pues no estaban a la moda; Nikaido lucía unos pantalones de piel negros ajustados, y una ombliguera de hombros descubiertos, el cabello suelto, con una pequeña trenza a un costado, pendientes discretos pero que lucían bastante en él.

El castaño se preguntaba cómo es que no tenía frío con tan poca ropa encima, sin dejar de admitir que su amigo además de estilo era bastante atractivo, y que se veía mucho mejor con el cabello así que con su peinado característico para los combates, “es para que no me estorbe mientras lucho, no me juzgues” le dijo alguna vez el ojiazul al preguntarle por su arreglo tan inusual. Da un fuerte suspiro, el vaho escapa de sus labios, la ciudad iluminada a esas horas da cuenta de la modernidad, los enormes edificios, tiendas de moda, comercios de diversa índole, gente aquí y allá incluso en un sitio como Ni-chome, jamás explorado por él en Shinjuku.  

-Oye… ¿crees que me dejen entrar? – susurra al oído del rubio, nada más sentir la respiración del menor contra su cuello hace al otro estremecerse, le encantaba ese muchacho, le llevó ahí para dejarle ver las ventajas de estar con un chico, algo le decía que Kusanagi no era 100% hetero, en realidad pocas personas en el mundo lo eran, aunque tampoco sería el primer “buga” que podría llevar a experimentar el sexo gay, no obstante no deseaba solo una noche con él, le traía más que por las nubes, y era menester adentrarle en su mundo poco a poco.

- ¿Qué dices? Si prácticamente eres mayor de edad – le jala el moflete divertido, Kyo se aparta para sobarse la sonrojada mejilla

- Me faltan tres meses para cumplir los 18 años ¿sabes?... y por lo que sé, prácticamente tu tampoco eres mayor de edad en tu país – asegura el chico de ojos avellana, con 20 años Benimaru estaba en la línea límite que los Estados Unidos trazaban como “adultez”.

- Como sea, competiste en un torneo para mayores de edad… además, este es un bar no tan legal, ¿comprendes? No te van a pedir identificación, solo disfruta y ya que bastante hice para poder dar con un sitio así… además, por lo que escuché la banda de esta noche es bastante famosa entre los bares, ya sean de ambiente o no. – comenta el mayor acomodando un mechón de cabello tras su oreja.

- ¿Bares de ambiente? – el jovencito ladea la cabeza como cachorro confundido, el americano amaba esos gestos tan inocentes, era un desgraciado manipulador y lo sabía, pese a ello no podía dejar de estar a su lado

- Bares gays, para que entiendas… enserio Kyo, a veces me pregunto si eres o te haces… anda ya – toma la mano ajena y lo jala, era su turno en la fila, como él era ya algo conocido ahí le dejan entrar pese a que su acompañante llevara ese tipo de calzado, los dueños eran sumamente snob y no toleraban la falta de elegancia en sus visitantes – la siguiente que uses esos tenis para venir aquí voy a dejarte fuera, llueve, truene o relampaguee – comenta Benimaru con un gesto bastante sassy.

Kyo solo atina a sonreír cosa que derrite al otro dejándolo mudo y sin ganas de reñirle más. Ninguno de ellos se da cuenta que, desde una de las ventanas del segundo piso alguien no pierde detalle de ambos. El castaño observa a su alrededor, el lugar era más amplio de lo que se miraba desde afuera, el escenario semi circular estaba a metro y medio por encima de la pista, lo que permitía ver a la banda desde cualquier lugar, y la banda podía ver al público sin problemas de igual forma. La música era bastante bailable, y los cuerpos se pegaban unos con otros, parejas e incluso tríos se entregaban a la pista sin inhibiciones, no distaba mucho de otros bares que él había frecuentado, pero tenía una atmósfera particular, todos estaban ahí para disfrutar, sin prejuicios, sin límites. Se siente llevar de nuevo por su amigo, caminan directo a la barra para pedir un par de copas, Nikaido no quiere borracho al otro así que pide algo con poco alcohol, no iba a atiborrarle de cervezas tampoco, deseaba mostrarle nuevos sabores y experiencias, lo divertido que podía ser vivir más allá de los prejuicios estúpidos de la sociedad. El barman coquetea un poco con el rubio, este le guiña el ojo, Kusanagi niega divertido, cuando su compañero coquetea también pero descaradamente se siente un tanto cohibido, esos ojos azules eran bastante dulces, al menos cuando le miraban a él, si no fuese porque no le gustaban los hombres seguramente ya habría caído en los brazos de ese americano tan particular, o era quizá porque le veía solo como un buen amigo, su mejor amigo en realidad, ya que podían hablar de todo sin sentirse juzgado. Nota al otro inclinarse, le dice al oído que vayan a una mesa algo apartada de la pista, no quería hacerle sentir incómodo entre tanta mirada indiscreta así que tal vez estar alejados del barullo esa primera vez fuese lo mejor. Les llevarían los tragos a su lugar.

-Sí que hay gente – comenta Kusanagi algo alto para que no haya problemas de comunicación con su acompañante

- Ni que lo digas… eso es en parte por la banda que viene hoy…

- Entonces sí es popular… ¿cómo se llama? – luego de esas palabras agradece al mesero que les ha llevado las bebidas

- De nada guapo – cuando toma su copa siente al otro rozarle los dedos, Nikaido solo observaba la escena, pero con frialdad posa sus ojos en aquel atrevido quien al darse cuenta solo atina a dar una leve reverencia e irse de ahí

- Y creí que tú eras bastante descarado – bromea Kusanagi, si bien las acciones del mesero le hicieron sentir algo incómodo tampoco era un homofóbico de marca, de ser así no estaría acompañando a su amigo a esos lugares. – en fin… ¿qué banda es? – vuelve a su plática ya que no desea ahondar en algo sin importancia ni que su amigo se moleste más.

- Ojos malvados… o sádicas miradas… algo así – comenta como si nada, sí, toda la semana estuvo jodiendo al castaño para que le acompañase so pretexto de querer escuchar a esa banda, según rumores el bajista era un bombón y no deseaba perder la oportunidad de conocerle.

En cierta forma no le había mentido, solo estaba aprovechando la ocasión, en realidad deseaba ver al cantante de una banda tan popular, pero si no resultaba nada con ese sujeto bien podía continuar con el plan B, seducir a Kyo de forma discreta para que, con el ambiente, la música y la confianza entre ambos pudiese suceder algo. Incluso si solo lo tomaba como una experiencia nueva, un “descuido” del destino, no le importaría, todo con tal de tenerlo entre sus brazos… o encima suyo, en ese aspecto no tenía preferencia. Lo principal era buscar un comienzo entre ambos, sea cual fuese la forma. A los pocos minutos de comenzar su charla dos sujetos les invitan a bailar, pero se niegan rotundamente, cosa que no le agradó demasiado a ese par que a regañadientes se alejó a buscar otras presas. Kusanagi por su parte estaba encantado de todo aquello, para él sencillamente era una manera divertida de pasar la noche, cosas nuevas, sitio agradable, con su mejor amigo, ¿qué más podía pedir? No echaba de menos las chicas lindas pues las tenía frente a él bailando, e incluso de forma tal que cualquier hetero habría deseado estar en sus zapatos pues dos chicas besándose era la fantasía de muchos.

Repentinamente todo queda en penumbras y en silencio, se alcanzan a escuchar los murmullos de las personas a su alrededor, el sonido de los primeros acordes deja a todos más sorprendidos, una canción conocida, algo de la vieja escuela pero que es bastante acorde para el lugar y el momento, además de esa voz grave pero sensual al mismo tiempo al decir “come over here”, el griterío comienza, los ojos avellana y azules se posan en el escenario cuando las luces dejan entre ver a la banda. Se sorprenden bastante al ver una chica en la batería. Sin embargo, los ojos de Benimaru escrutaban intentado divisar al bajista/cantante pues desde donde estaba no podía verle bien debido a que le estorbaban un par de sujetos altos. 

-Anda ve… - le dice Kusanagi comprensivo – al ruedo vaquero, no lo dejes vivo – bromea notando al rubio rodar los ojos

- Te advierto que si no lo atrapo a él vendré por ti – el aliento de Nikaido golpea la oreja del menor que no puede dejar de estremecerse, siente su piel erizarse, sabe que bromea, pero aun así sintió calosfríos.

Él por su parte se queda en su mesita dando tragos suaves a su piña colada, mirando desde donde está al escenario, definitivamente esa canción de INXS no estaba pasada de moda en absoluto y los arreglos de la banda la hacían más moderna, tampoco podía negar que la voz del cantante era bastante atrayente, lástima que desde donde estaba no podía verle, ya su amigo se lo presentaría en un rato, antes de decirle “Kyo toma un taxi, nos vemos mañana”, ríe internamente sin saber que desde el escenario alguien sí que puede verle a él, ha robado la atención de otro par de ojos azules que no pueden dejar de observarle, le parece extraño que esté ahí solo como si nada le importase en ese lugar, no parece encajar del todo pero tampoco es como si estuviese de más. Y el hecho de que lleve el ritmo con su cabeza le hace saber que pese a todo está prestándole atención, sonríe de forma un tanto viperina; cuando sale a la luz nuevamente el griterío, en especial por parte de los chicos siendo aún más fuerte, en especial por esos movimientos de cadera mientras toca su bajo, sumado a esa manera tan sexy de cantar. Benimaru queda totalmente embelesado.

So slide over here and give me a moment

Your moves are so raw, I've got to let you know

I've got to let you know

You're one of my kind

I need you tonight

'Cause I'm not sleepin'

There's somethin' about you, girl

That makes me sweat

 

-Lástima que nunca acepte salir después de las presentaciones – escucha el rubio a dos sujetos que charlan durante una parte sin letra de la canción.

- Si fuese por mi lo invitaba a mi casa… pero muchas “estrellas” son bastante snob – decía el otro con un tono entre desanimado y de reproche, era obvio que hablaban del bajista. Bueno, ahora podía usar eso de pretexto para robarse a Kyo.

-Buenas noches a todos, nosotros somos ¡Sadistic Eyes! – los aplausos resuenan por el sitio nuevamente - Esperamos hacer de esta noche algo especial para ustedes – la voz de ese sujeto sí que era varonil y bastante intensa. Va presentando a cada miembro de la banda.

Durante aquellos momentos un par de chicos acorralan al amigo de Kyo, el cual no opone demasiada resistencia pues eran sumamente atractivos, además sabe que el jovencito de ojos avellana no va a querer bailar con él, al menos no de esa forma tan…sensual. Tras varias canciones interpretadas por el bajista la voz cambia repentinamente, ahora era la baterista quien ha tomado el micrófono, el pelirrojo debía descansar un rato, pero esta vez, a diferencia de otras ocasiones no va directo al camerino, sus pasos le guían por la vía menos concurrida hasta la mesa de aquel castaño que disfruta su segunda piña colada al tiempo que observa a los demás bailar.

- ¿Quieres bailar? – aquella pregunta, y esa voz le hacen voltear, la sorpresa se refleja en esos hermosos ojos avellana, el pelirrojo también queda estático, no era el primer chico atractivo que conocía, pero esos ojos… tan grandes, tan expresivos, las pestañas que los adornaban parecían haber sido rizadas a posta. Traga saliva sintiendo un vuelco en su corazón, lo mismo que el castaño, el cual traga también para pasarse el ultimo sorbo de piña colada que había dado, el hombre frente suyo le ha hecho sentir algo que jamás había experimentado.

Ni siquiera pudo responder, tampoco es como si necesitara hacerlo, su cuerpo se movió tal que fuese autómata, toma la mano ajena que le lleva a la pista, sabía que no podría inventarse un pretexto por si Benimaru le veía, sencillamente parecían un par de imanes atrayéndose sin que otra ley universal pudiese evitarlo. La mano tomándole firmemente de la cintura, le era extraño dejarse guiar pues era él quien regularmente llevaba a la chica, no obstante, solo tardó unos segundos en acostumbrarse, ambos cuerpos se acoplaban sin problemas, la canción no era algo muy tranquilo, pero sí que podía bailarse así de pegados, se miraban fijamente.

-Es la primera vez que baila con alguien - balbucea una chica en la pista, Benimaru estaba cerca y voltea, sus ojos se abren sorprendidos al ver aquello

- ¿Es el bajista cierto? – le pregunta al sujeto con el que estaba bailando

- Sí… y como ella dice es extraño que invite a alguien a bailar, no quitaban los ojos de encima de ese par.

- Tu amigo… el rubiecito, es gay ¿no es así? – pregunta Yagami sin apartarse demasiado del otro, sus rostros más juntos de lo que “deberían” estar dos chicos.

- ¿Es obvio no? Estamos en un sitio ambiental – la risilla ajena le hace saber que ha dicho algo estúpido

- De ambiente, y sí, estamos en un bar Gay pero… tú no eres homosexual… - los ojos del pelirrojo se entrecierran con un brillo de superioridad, las mejillas sonrojadas de su compañero le dejan saber que lo que dijo es cierto – al menos no totalmente – esas palabras le ponen un tanto a la defensiva

- ¿Qué in… - dos dedos en sus labios que le hacen callar, apenas y puede sostener esa mirada tan directa y firme, los ojos del rubio y ese pelirrojo son casi del mismo tono azulado, pero la intensidad de sus miradas es tan diferente, ese tipo le estremece solo con sentir como le observa.

- Seguramente estás aquí solo por curiosidad… - la voz es íntima pues se ha acercado a su oreja para no tener que gritar, pese a que la música está a todo lo que da, el tipo de sonidos no es estridente así que pueden tener una charla sin gritar demasiado, el potro desbocado que era el corazón de Kusanagi en esos momentos no logra contenerse en absoluto, al contrario, parecía ser azuzado con cada palabra y movimiento del mayor. – tal vez deba saciarla un poco… aunque la curiosidad mató al gato – su lengua pasea levemente por el pabellón de la oreja ajena

- ¿Cómo se llama? – a unos pasos de ahí la voz del rubio se escuchaba un tanto tensa, y no era por no ser él quien bailase con ese pelirrojo, sino porque deseaba estar en su lugar, sentir el cuerpo del castaño contra el suyo, por fortuna no vio lo que hacía el bajista con su amigo en esos momentos o electrocutaría a varios de ahí.

- Iori algo…lo dijo al presentar a los demás, dulzura – comenta divertido el pelinegro que bailaba con Nikaido, siente como su compañero de baile se zafa, tal vez no le gustó que le llamase de esa forma, se encoge de hombros, muchos peces en el mar, aunque debía admitir que no tan atractivos, por su mente no pasaba que el modelo estaba dispuesto a separar a esos dos, pero su corazón duele, pues, luego de hacer a un lado a alguna que otra parejita, la escena frente a él le hace escocer los ojos que se nublan de inmediato.  

No sabe qué pensar, qué hacer, solo atina a dar dos pasos atrás buscando después la manera de irse de ahí, sí, su misión era regresar con su amigo a casa de este sanos y salvos, ya fuese en la madrugada o al otro día después de retozar juntos en su departamento, o en futones separados, pues tampoco se hacía demasiadas ilusiones, pero sus planes se vinieron abajo en cuanto les vio… no solo bailando de manera por demás cercana, los labios del castaño fueron atrapados por los del hombre pelirrojo, sin oponer resistencia, ni lo más mínimo, un beso que se volvió profundo a tal punto que el joven Kusanagi terminó por cerrar los ojos entregándose a las nuevas sensaciones que recorrían su cuerpo. Los puños del modelo se cerraron con fuerza, halos de electricidad los rodeaban, sin embargo, debía contenerse, no era lugar ni momento, tampoco tenía el derecho de reclamarle, fue su propia insistencia la que le hizo ir ese día a aquel bar. Siente irritación en sus mejillas, no le queda más que dar media vuelta para salir de ahí, consciente está que el castaño no regresara a su casa en su compañía.

Mientras tanto, sin prestar demasiada atención a todo lo que sucedía a su entorno, los brazos de Kyo habían quedado alrededor del cuello ajeno, los besos iban aumentando su intensidad a cada segundo. La mano del pelirrojo se ha deslizado un poco más abajo de donde estaba, nota que bien formado y firme está ese trasero, el castaño se aparta, tiene el rostro sonrojado.

- ¿Qué haces? – pregunta con cierto apuro, más que reclamo fue sorpresa, pero no se le permite hablar más, los labios del bajista atrapan nuevamente los suyos, el beso es aún más demandante que antes, puede saborear su boca sin problemas, ambas lenguas juguetean, ese chiquillo le está haciendo perder la cordura, no se lo puede permitir, pero tampoco quiere hacer algo al respecto,  la situación escapaba de sus manos más de lo que le gustaría admitir.

We can talk all night

I’ll stay up as long as you listen

Speak of what you like

Say the desires that are your deepest

 

La voz del guitarrista llena el club, la canción esta vez es para bailar muy cerquita, Iori no pierde el tiempo y le atrae nuevamente, sabe que el otro no va a forcejear, ambos desean que suceda todo lo que deba pasar esa noche, él se sabe bisexual, o al menos no le preocupa estar con alguien de su mismo sexo si, como está sucediendo en esos momentos, la ocasión lo amerita; en tanto que varios sujetos que ha conocido han resultado ser… heteroflexibles.

 

We know this won’t be forever

When morning comes I won’t be here

Don’t think you even know my name

But it’s probably better that way

 

De un momento a otro se encuentran en el piso superior del bar, un par de veces el dueño les dejó descansar ahí cuando el concierto terminaba más tarde de lo que habían planeado, confiaba en ellos así que tenían las llaves para entrar cuando desearan, las prendas de ambos adolescentes caen al piso, era un encuentro casual, abajo la música les dotaba de un agradable ambiente, cierto es que no estaban prestando demasiada atención. 

We can talk all night

When the talking's done

 

Era la primera vez que Kyo podía sentir unas manos firmes acariciar su piel, de manera un tanto ruda a la par de esos besos demandantes, el sabor de los labios ajenos, la lengua que no dejaba tranquila a la suya, explorando sus bocas sin inhibiciones, sus cuerpos se acoplaban de manera maravillosa como si estuviesen hechos el uno para el otro, la cama rechina un poco al sentir el peso de ambos.

 

Let our bodies talk

‘Cause they talk so loud

 

- ¿Como te llamas? – pregunta el moreno pues hasta ese momento calló en cuenta que no sabía ni eso del otro

 

If the mood is right

 

- ¿Quieres saber qué nombre gritar cuando estés en el culmen del placer? – esa pregunta en su vida se la hubiese esperado, el pelirrojo se da cuenta de que el chiquillo está en miras a reclamarle, pero no le dará la oportunidad - Iori… - susurra e inmediatamente sus labios atrapan uno de los pezones ajenos, escucha un gemido de placer salir de la boca del moreno. – ¿el tuyo? – aquella piel contrastaba con la suya, pero era suave al tacto, los músculos marcados que se contraían por cada nueva sensación.

 

We can do this right

 

-Ky… - ¡ah!... Kyo… maldita sea – se aferra a las sábanas cuando la mordida en su pelvis le hace estremecer, su falo estaba respondiendo de manera casi inmediata, se sentía como un párvulo, algo no tan alejado de la realidad – ¿qué haces? – sus ojos se abren como platos, nota esa melena pelirroja algo desaliñada por sus propias manos,  nota los dientes rasgar la cubierta de un preservativo.

We can conversate

I’ll be here as long as you listen

We stay up till late

 

-Algo que va a gustarte bastante – sonríe con sorna, que en él no era burla como tal, se notaba más como un coqueteo que es bastante sexy en él, si no fuese porque el castaño estaba por demás avergonzado seguramente le sangraría la nariz, pero su cordura estaba pendiendo de un hilo, los labios delgados del ojiazul cubren su falo poco a poco, deslizando el condón por su extensión, traga saliva, quería salir corriendo, no es que no le gustase, era precisamente todo lo contrario, la presión de esa boca en el tronco acercándose cada vez más a la base, aunque segundos después empezaba a subir y otra vez a bajar, su respiración se agita, el corazón palpitaba sin la mínima intención de calmarse un poco, la razón era más que obvia: jamás le habían dado una mamada.

 

Your body sings and my body listens

 

Iori por su parte no dejaba de atenderle seguro de cada movimiento, dándose cuenta por esos gestos de placer lo que al otro le gustaba más, era un sujeto bastante atractivo, con aire inocente, no podía evitar sentirse por demás atraído, no solo por lo carnal, pues a simple vista era casi perfecto, sino por la forma de ser, de abandonarse al placer sin perder ese gesto de ingenuidad que le estaba volviendo loco, él no solía darle oral a otros hombres, pero no podía calmar las ganas de saborear de todas formas ese cuerpo cuasi virginal, estaba seguro que no era la primera vez que tendría sexo, pero si la primera experiencia con otro sujeto.

And maybe this won’t be forever

Morning comes I won’t be here

I’ll leave my number on the table

In case you want it again

 

Quizá la última, como le mencionó antes algo le decía que no era gay como tal, y lo más probable era que después de eso no volverían a verse, lo cual estaba bien, no estaba hecho para una relación estable, no había motivos para ir más allá del sexo. Su cabeza subía y bajaba aun así no perdía detalle, puede conocer el gesto del chico de ojos avellana al llegar al clímax, ha sido bastante transparente, el gemido de placer, la tensión de sus músculos, el cómo se arqueó un poco hacía arriba mientras los dedos de sus pies se aferraban a las sábanas, los espasmos en su sexo al correrse, Kyo mantiene cerrados los ojos por unos momentos más dejando escapar hasta la última gotita de su esencia en el condón.

 

We can talk all night

When the talking's done

Let our bodies talk

‘Cause they talk so loud

 

Instantes después Kusanagi siente al otro moverse sobre su cuerpo, todavía respiraba de forma agitada,  le es retirado el condón momentos antes que unos labios devoren los suyos, al principio el sabor a látex no le es agradable, pero se olvida de eso cuando los besos se tornan más que apasionados, lascivos, jadea por los roces en su entrada, esta tan lleno de placer que no le importa lo que el otro le haga, solo desea sentirlo de todas las maneras posibles, su piel, sus besos, cada caricia le eleva a un placer jamás conocido anteriormente.

 

If the mood is right

We can do this right

I don’t want to hear you say that it’s love

I just need you to show me

 

Entre abre sus ojos, lo primero que ve son unos mares azules que le embelesan, pero no tanto como aquellas manchitas rojas que por la excitación son más notorias, en el bar no las notó por la poca iluminación, parecen haber sido salpicadas por un pincel pues tienen una distribución casi perfecta en ese rostro que al ver por primera vez le pareció el de un hombre, pero ahora, al tenerlo cerca nota cuan joven es, incluso parecen de la misma edad, tan parecidos pero al mismo tiempo por demás diferentes, la madurez en las acciones ajenas, la experiencia, todo lo deja en claro que no es un chico normal.

 

I can feel the water rising

I can hardly hold it back

You’re a creature of the night dear

So body talk me through this

 

- Mmm n-no… - balbucea cuando su entrada es profanada por un par de dedos que pese a ser delgados duelen.

- Solo relájate – esa voz le derrite, no logra evitar que su cuerpo responda y obedezca cada palabra que sale de esos labios, sus sentidos se entorpecen con los decibeles en ese timbre vocal. Siente una punzada al principio, sin embargo, poco a poco el placer empieza a aparecer, no del mismo modo que hacía unos minutos al perder la cordura gracias a la boca de su amante en turno. Su entrada es dilatada lo mejor posible – Abrázame… y si tienes que arañarme no te detengas – Kyo no entiende por qué esa petición.

 

Both of us are moving in closer

 

Al menos hasta segundos después cuando los dedos han dado paso a algo más grande y grueso que destroza todas sus barreras, sus uñas, al igual que un gatito asustado, se aferran a la espalda, no se ha dado cuenta de las cicatrices que la recorren, pero por el momento su mente intenta mitigar el dolor, su cadera parece romperse en dos, ni los besos en su cuello logran que se relaje, al menos esos primeros dos minutos en los cuales el cuerpo encima suyo no se ha movido.

And i can feel your words in my hands

So teach me how to speak like you do

I could be yours

 

-Relájate – escucha de nuevo pero antes de decir algo los labios ajenos regresan a los suyos, lentamente su cuerpo va acostumbrándose, sabe qué está pasando y sigue sin arrepentirse, incluso cuando las caderas ajenas comienzan a moverse provocándole de nuevo dolor, sensación que va desapareciendo gracias al glande que se frota en su interior masajeando partes sensibles, el látex no impide que las mismas sean jodidamente agradables, los quejidos dan paso a los gemidos y jadeos por parte de ambos.

 

We can talk all night

When the talking’s done

Let our bodies talk

‘Cause they talk so loud

 

Sus piernas de forma automática abrazan al pelirrojo por la cintura, en esa posición él se inclina un poco más llegando profundamente, rozando la próstata, logra captar la tensión en el esfínter y el gesto de placer del moreno, no duda en absoluto comenzando a embestirle sin tregua alguna, su falo se ha acoplado a esa estrechez como si no fuese la primera vez que están juntos, la cama se mueve con el vaivén de ambos cuerpos, no es que lo hicieran salvajemente, que tal vez si tuviesen más tiempo llegaría a ese nivel, pero al ser una cama de ocasión no era de la mejor calidad, aun así no les interesa en lo más mínimo. Lo que más importa es la manera en que sus cuerpos se han conocido, la pasión que despertó en ambos, esa atracción que ninguno puede explicar pero que fue lo único que necesitaron para entregarse de esa manera el uno al otro.

La voz del guitarrista tiene tiempo que ha parado, pero la última canción resuena en su cabeza, no le ha abandonado en cada caricia que se han dado, en ninguno de los besos, está en su mente porque de manera curiosa parecía estar hecha para describir esa aventura. Aunque no tiene demasiado tiempo para pensar en ello pues el ritmo ha aumentado, el sonido de los cuerpos al chocar es perceptible, la cama golpea un poco contra la pared, los ojos del pelirrojo no pierden de vista el rostro de placer del castaño, su entrada se aprieta alrededor de su sexo dejándole saber que no desea soltarle, y por alguna razón él tampoco quiere ser liberado

 

-Kyo… no aprietes tanto – no es que no le agradase, pero no deseaba lastimarle si forzaba ese pequeño sitio con sus movimientos.

- No… no sé cómo – balbucea con ojos entrecerrados, una mano acaricia su mejilla, lo que le hace abrirlos, la mirada de Iori le desarma completamente

- No quiero lastimarte, no me moveré hasta que te relajes un poco – nota que la respiración del pelirrojo también está hecha un lío pese a querer hablar con sensatez, un gesto de desacuerdo invade las facciones de Kyo – no te enojes… enserio quieres salir de aquí como venado recién nacido – una risa escapa de la boca del ojiazul al ver cuan en desacuerdo estaba por no seguir moviéndose – entonces – se empuja de pronto forzando ese lugar, haciéndole gemir algo alto – te gusta… - lo hace de nuevo, nota un gesto dolorido pero el otro estaba de necio – ¡rudo! – comienza a moverse constante, Kyo no sabe cómo pero logra destensar un poco su esfínter, permitiendo al otro ir profundo sin tanto problema, volver a esos roces intensos pero placenteros - ¿ves que sí puedes?

- Cállate y no vuelvas a parar - reclama Kusanagi acariciando ese cuerpo, sus dedos pasean por la espalda, aferra el trasero ajeno como instándole a ir más allá – ¡IORI! – justo como se lo había dicho el ojiazul, había gritado su nombre al llegar a la cúspide del placer, en vida tuvo un orgasmo tan bueno como ese. El semen ajeno es atrapado en el látex.

Los besos no se hacen esperar, los dedos de Kyo se pierden en ese cabello rojizo. Yagami se tumba a su lado en la cama luego de aventar el condón a la papelera, nota el semen del menor sobre ambos torsos y limpia con un pañuelo, no sin que su amante se sonroje. Kusanagi agradece, ambos se quedan recostados mirando al techo. El moreno no sabe por qué no se va de ahí, e Iori no tiene idea del por qué no se atreve a correr al otro, muchas veces solo terminaba lo que hacía y les mencionaba lo ocupado que estaba por lo que debían salir más rápido que de inmediato.

- We can conversate, i’ll be here as long as you listen – el chico de ojos avellana comienza a cantar bajito la canción que escuchó mientras subían a la habitación, Iori le mira de reojo, sorprendido no solo por la voz agradable del otro al cantar sino por la letra - We stay up till late… Your body sings and my body listens

- And maybe this won’t be forever, Morning comes I won’t be here – aquello hizo doler el pecho de ambos, pero ninguno estaba dispuesto a admitirlo, solo sexo de ocasión, estaban prácticamente seguros que no se volverían a ver.

Kusanagi se levanta comenzando a vestirse, internamente deseaba que el bajista le detuviese, le dijese algo “tengamos otra ronda”, incluso aceptaría eso como una invitación válida. Silencio.

- I’ll leave my number on the table… - deja un papelito en el buró junto a su lado de la cama - In case you want it again – le sonrie antes de salir, Yagami debe contener las ganas de ir tras él, no quiere, ni puede tener compromisos, moriría joven ya fuese por la maldición que corría por sus venas o al ser asesinado por ese tal Kusanagi que conocería en un par de semanas.

- I don’t want to hear you say that it’s love… So teach me how to speak like you do… I could be yours – farfulle, y desde la misma ventana de donde le vio en la fila antes de entrar al bar, le observa partir, nota como voltea unos segundos retomando su camino alejándose de ahí para no volver.


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