El león pareció estar jugando con el escroto de Chika por un rato bastante largo. Hizo un llamativo sonido de lamido, lo succionó, lo besó y luego lo cubrió completamente por la espalda. El cabello esponjoso del animal se envolvió alrededor de su espalda y entonces, casi sin darse cuenta, se pudo escuchar un gruñido bajo que resonó justo detrás de su cabeza. Luego el león le lamió la nuca igual a si estuviese apuntando a su cuello y su columna.
A su abdomen...
Papá seguramente iba a estar decepcionado con esto.
Solo había llegado a visitar al discípulo de Yuzo, pero de repente, sin esperarlo, estaba a punto de ser devorado por un león. ¿Cómo pudo pasar esto en primer lugar?
El león finalmente mordió a Chika. Sus colmillos tocaron los lados izquierdo y derecho de su cuello y entonces, en un instante, un montón de resoplidos calientes y ásperos acariciaron su carne y sus hombros hasta hacerlo temblar justo como una ramita de árbol.
"Padre..."
Una gota de lágrimas cayó del rabillo de sus ojos.
"Sería mejor que me devorara el león y fuera con mi padre..."
"Sería mejor morir."
Cuando tal pensamiento cruzó por su mente, el león se emocionó aún más y lo sostuvo contra el suelo con sus patas delanteras. Al mismo tiempo, un olor nostálgico, algo rico, estimuló las fosas nasales de Chika a tal punto que pensó: "¿Es el olor a trigo...?" Sin embargo, al segundo siguiente y sin darle tiempo de recuperarse de esto, comenzó a sentir algo duro y resbaladizo que golpeaba con fuerza en su cintura y también entre sus nalgas ¡Y no podía creerlo! Tenía un pensamiento en su cabeza de lo que estaba pasando, pero ahora le había agarrado el miedo de que todo fuera más profundo que una simple muerte. Además, el olor a soba y a trigo comenzó a hacerse cada vez más y más intenso. Penetrante.
"¡Aaaaaah!"
El león mordió a Chika muchas veces y luego siguió sacudiendo su gran cuerpo de adelante para atrás. Dejando escapar un gruñido que sonó como si viniera de las profundidades de la tierra. Un objeto enorme se estaba restregando contra su espalda, de tal manera que las nalgas de Chika parecieron sentirse tan calientes como si estuvieran en fuego. Luego, esa masa de calor viajó de un lado a otro entre el culo de Chika hasta hacer que la punta empapada, delgada y afilada, se volviera más y más gruesa hacia la base. Y se sentía como si hubiera una pequeña protuberancia muy cerca de él.
La sensación de un objeto extraño, rozando sus nalgas, la respiración pesada y repetida sobre su cabeza, y sus colmillos rozando su cuello, le hicieron ver que su imaginación ciertamente estaba en lo correcto.
Y que iba a comérserlo. Pero no como creía.
"Mentira..."
Violado por un león. La increíble situación hizo que sus pensamientos comenzaran a detenerse. Y ahora, envuelto en el aroma del trigo de soba, tanto como para atragantarse, comenzó a surgir dentro de él unas fuertes ganas de vomitar. Chika casi se desmayó y casi comenzó a llorar. Incluso si el león lo mataba, imaginó que podía ir con su padre adoptivo. Pero ahora, estaba en un estado mental completamente vertiginoso que le hizo estremecerse de dolor.
"Esta forma de morir... Es más terrible que solo ser masticado."
Mientras pensaba en esto y en lo otro, su conciencia comenzó a interrumpirse lentamente. Sintiendo la piel del león y su verga hirviendo, frotando todavía contra la piel de su culo.
Los sentidos de Chika estaban dominados únicamente por su cuerpo.
"Padre... Padre, solo llévame contigo. ¡Padre!"
Cuando susurró esto, en una voz bastante bajita, la nota de su padre adoptivo, que había estado sosteniendo durante mucho tiempo, se le cayó de la mano hasta aterrizar contra el suelo. En ese momento, sintió una señal de que el león de repente dejó de moverse, pero no puedo estar seguro. Más que nada, porque ya estaba comenzando a desmayarse.
Luego, Chika sintió un escalofrío en la frente y apretó las cejas con fuerza.
"Oye, ¿Estás bien?"
En su mente, pudo ser completamente consciente de que alguien lo estaba llamando en voz baja. Tanto que hasta abrió los párpados de golpe. En el momento en que Chika vio sus ojos brillantes y su cara, evidentemente humana, saltó, (en un profundo estado de shock) y gritó sin saber por qué.
"¡¡¡Ayúdame!!! ¡El-El león está...!"
Justo después de eso, el hombre sostuvo firmemente su hombro tembloroso con una gran mano.
"¡Oh, oye! ¡Cálmate!"
El hombre miraba a Chika con una expresión completamente preocupada. Parecía estar a mediados de los treinta. Vestía ropa de trabajo, teñida de negro, con un tao envuelto alrededor de su cabeza. Los brazos que se asomaban a través de las mangas eran tan fuertes que se maravilló de ellos y además, el par de ojos, que eran profundos y deslumbrantes, emitían una mirada aguda que le hacía sentir como si se estuviese perdiendo en ellos. Un carnívoro que apuntaba a su presa.
La barba que crecía desde sus mejillas hasta su barbilla le daba al hombre un semblante muy salvaje. Sexy.
"Ah, yo..."
"Bien, acuéstate. Acuéstate. No pasa nada."
Chika no podía comprender la situación, pero de todos modos se acostó en el futon de nuevo, justo como le decía el hombre. Y en ese momento, muy tarde tal vez, se dio cuenta de que le habían puesto a dormir en la casa de un completo extraño.
Iba a hablar de nuevo, pero la puerta frontal se abrió y apareció otro hombre:
"¡Que bueno que me llamaste! ¿Dónde está? ¿¡Dónde lo tienes!? ¡Ah! ¿Estás bien? ¿Algo te duele? ¡¡¡Dime qué es!!!"
Gafas.
Un hombre, vestido con una bata blanca y gafas le hablaba a Chika con un tonada que le hacía sentir nervioso. Finalmente, el sujeto le sonrió:
"Soy Yanagishita. El doctor de la montaña."
Bueno, ciertamente actuaba como un médico.
"Tengo una relación de amistad bastante larga con este hombre, así que no te pongas nervioso ¿Bueno? Estoy acostumbrado a tratar todo lo relacionado con las bestias."
"¿Bestias?"
Chika inclinó la cabeza ante las palabras que no podía entender bien, pero el hombre, con ropa de trabajo, habló en su lugar y le explicó:
"Lo siento, pero después de lo que pasó me tomé la libertad de registrar tu equipaje."
"... De acuerdo."
Chika estuvo de acuerdo y asintió, diciendo con sus movimientos que entendía que era algo que no se podía evitar.
"Fuiste criado por un anciano de Kanoya ¿Verdad?
Cuando el hombre dijo eso, levantó la nota que sostenía Chika y la agitó en el aire. Era esa carta que Yuzo había dejado para él.
"Era una carta dirigida a mí, por lo que no necesitaba tu permiso para leerla".
Justo cuando miró a Chika, que lo miraba con el ceño fruncido, el hombre rápidamente desvió la cara.
"Soy Shishitani".
En el momento en que Chika escuchó esas palabras, una sensación de calor brotó de su pecho.
"... Entonces, eres... Eres el dueño de "Shishi Soba" ¿Verdad?"
Shishitani asintió hoscamente.
"Gracias a Dios... Gracias..."
Y respiró aliviado por la alegría de encontrarse a salvo con el discípulo de Yuzo. Pensó que iba a ser atacado por un león y morir en la montaña, pero debió haber sido un sueño por el agotamiento y el hambre.
Mientras Chika estaba acostado, se movió ligeramente hacia Shishitani y le tendió la mano. Él pareció no saber qué hacer al respecto.
"Gracias por ayudarme a pesar de que llegué tan de la nada".
Comenzó a saludar y a presentarse.
"Mi nombre es Chika"
"Estaba escrito en la carta, así que te conocemos."
Yanagishita intervino en lugar de Shishitani, quien tenía una actitud brusca para él.
"... Tu papá... Falleció, ¿Verdad?"
Mientras hablaba, tomó la mano de Chika y le midió el pulso. El sonrió. Shishitani se mordió la boca.
"Esta carta, es el testamento del anciano... Algo dirigido a mí."
Después de decir eso, Shishitani volvió a guardar silencio. Le dio la espalda a Chika y mostró una actitud de rechazo. Se preguntaba si tal vez fue una molestia para él irrumpir repentinamente en su casa o si estaba enojado por otra situación. Mientras tanto y tal vez para calmar a Shishitani, Yanagishita envolvió suavemente los dedos de Chika después de asegurarse de que estaba bien.
"Parece que te criaron con mucho amor y cuidado".
"Sí. Lo hicieron..."
La imagen de Yuzo, desmayado en la cocina, revivió en su mente en un instante así que Chika se quedó sin palabras.
"... Tu padre... Él sufrió de una enfermedad común en los hombre bestia."
Yanagishita le dio una sonrisa apenada a Chika, quien estaba completamente estupefacto.
"¿No escuchaste nada sobre su enfermedad?"
¿Qué le estaba diciendo Yanagishita a Chika? Era como si no estuviera hablando su idioma.
"Oye, Shishitani. ¡No te calles, hombre! ¡Ayúdame aquí! ¿Por qué no lo explicas correctamente?"
A un lado de Yanagishita, Shishitani miró a Chika por encima del hombro. Como su nombre indicaba, su cabeza le hacía parecer como si fuera la melena de un león. Sin embargo, tan pronto como se encontró con los ojos de Chika, inmediatamente se giró y se puso la toalla bien apretada alrededor de la cabeza.
"Va a estar bien. No me necesitan para esto."
La cantidad de cabello que sobresalía de debajo de la toalla era sorprendentemente grande y rizado. Era castaño oscuro y estaba tan desordenado como el de un niño. El doctor chasqueó la lengua con disgusto.
"Dijiste que querías pagarle al maestro por cuidarte ¿Fue una mentira?"
Yanagishita regañó apresuradamente a Shishitani.
"¡No puedes evitarlo! Incluso si no están relacionados por sangre, si es un niño criado por el mismo anciano bestia que te acogió, entonces es como un pariente tuyo".
"Yo..."
La voz de Shishitani tembló de desconcierto, en contraste con su gran cuerpo y rostro tosco. Le dio un vistazo a los ojos de Chika, aunque fue débil. ¿Fue solo su imaginación verlo teñido de rojo? No podía saberlo.
Chika preguntó:
"¿Por qué hablan de hombres bestia?"
"... ¿No has oído nada sobre la existencia de los hombres bestia?"