James miro su reloj y respiro hondo la noche estaba tranquila. Ideal para caminar por el Central Park. El verano se acercaba y con ella las temperaturas se elevaban. Pero él seguía sintiendo frio como si fuese invierno. Bueno metafóricamente. ya que llevaba dos años solo, desde que había terminado su relación con Rumlow. No había sido larga, pero si había dejado un estela de cicatrices en su vida, en todos los sentidos posibles, pero ninguno bueno.
Ella iba caminando sola por la calle
Pensando, "Dios, ¡qué complicado es esto del amor!"
Se preguntó a sí misma cuál habría sido el detalle
Que seguro Cupido malinterpretó
Elevo la mirada al cielo rogando que el cansancio llegara para regresar al departamento y dormir sin pesadillas, pero estaba resignado a que solo dormiría una hora y se levantaría para ir a trabajar en el taller de motos de Steve. ¡como envidiaba a su mejor amigo! Él si había encontrado a la persona correcta, por muy loco que estuviese Tony. A veces se preguntaba ¿realmente el amor daba señales?
Él daba, como cada noche, vueltas en la cama
Sonó, de pronto, una canción romántica en la radio
Quizá fue Michael Bolton quien metió el dedo en la llaga
Y como le faltaba el sueño fue a buscarlo
“I Promise You” de Michael Bolton había sonado en su audífonos de bluetooth haciéndolo sentir la imperiosa necesidad de salir a caminar, luego de revisar por quinta vez sus diapositivas para el día siguiente. Debía exponer las ventajas del crear una alianza estratégica ante un grupo de empresarios interesados en crear tecnología renovable a partir del vibranium un metal recientemente descubierto.
T’Challa Udaku era un hombre metódico acostumbrado al éxito a pesar de solo tener veintisiete años. Se había comprometido hacía tres años con su mejor amiga de toda la vida, Nakia, pero un día y sin más anunciaron su separación definitiva, aunque su amistad quedo intacta. Su padre solía decirle que era porque realmente nunca los había unido el amor
Los dos estaban caminando en el mismo sentido
Y no hablo de la dirección errante de sus pasos
T’Challa se sentó en una banca y miro al hombre blanco que miraba la luna. Por alguna extraña razón le transmitía dolor, pero uno que provenía de él mismo. Escucho un suspiro y por instinto miro también el firmamento. Apoyo su espalda en el respaldar y su hombro izquierdo rozo el de James. Una electricidad recorrió sus cuerpos estremeciéndolos completamente
Él la miró, ella contestó con un suspiro
Y el universo conspiró para abrazarlos
- Hola – dijo el moreno –, vaya calor
- Si – dijo James sonrojado
- ¿Vives por aquí? – pregunto
- Soy de Brooklyn pero estoy viviendo en la 83 – dijo James
- ¿es broma? – dijo el moreno con una carcajada – vivo en la 86 y Madison Ave. T’Challa Udaku – y le extendió la manos
- James Barnes, pero me dicen Bucky - estrechándosela
Era increíble como viniendo de dos mundos tan diferentes tenían tanto en común. T’Challa era hijo de un migrante africano que se había abierto camino en el negocio de un material llamado Vibranium que se extraía únicamente en Wakanda, país de origen del padre del moreno. James un veterano de guerra que casi pierde el brazo por lo que lo dieron de baja con honores
En un momento, sonó el celular el T’Challa y James no pudo evitar decir “¡que buen tema!” al reconocer la canción de Bolton. Al terminar la llamada T’Challa abrió su reproductor de música y colocó el tema
- ¿me concedes esta pieza? – dijo el moreno haciendo reír al otro hombre quien tomo su mano y se puso de pie
Dos extraños bailando bajo la luna
Se convierten en amantes al compás
De esa extraña melodía
que algunos llaman destino
Y otros prefieren llamar casualidad
Compraron unos hot dogs que vendían cerca y volvieron a su banca para seguir hablando. Ahora era suya. A James le fascino como el moreno hablaba de sus padres y la admiración que sentía por su hermana menor. A T’Challa le deslumbro descubrir los horrores que James había visto en la guerra y como aun creía en el amor
Y él le preguntó al oído, "mi amor, ¿dónde estabas?"
"Durante todo el tiempo que yo tanto te busqué"
Ella le contestó, "lo siento, es que estuve ocupada"
"Aunque, para serte sincera, ahora no entiendo en qué"
Las risas cómplices, los roces casuales, la conversación por ratos banal, por ratos profunda los hicieron perder la noción del tiempo. Y es que las cosas más maravillosas que la vida nos regala casi nunca tienen planeación ¿destino? ¿casualidad? ¿Quién sabia? Pero son perfecta y lo más maravilloso que se puede recibir es el amor.
La noche se hizo día, pero no se fue la luna
Se quedó a verlos, apoyada en el hombro del sol
Ninguno supo a ciencia cierta cuando salió el sol o si la luna realmente se había escondido, solo sabían que en algún momento sus manos se entrelazaron mientras sus aprendían a latir al mismo ritmo
“Alúmbrales con fuerza, brilla todo el día
Y, cuando llegue la noche, yo sellaré su pasión”
James resulto ser un buen bailarín y T’Challa aprovecho para pedir concejos. Y es que en algún momento de las últimas seis horas de sus vidas ambos habían descubierto un secreto de si mismos y habían decidido esconderlo de todo y todos. Eran adictos al contacto mutuo. Se necesitaban al grado de pensar como es que habían logrado respirar sin conocerse hasta ese momento
Dos extraños bailando bajo la luna
Se convierten en amantes al compás
De esa extraña melodía que algunos llaman destino
Y otros prefieren llamar casualidad
Nueva York aceleraba el ritmo a medida que el reloj avanzaba, pero T’Challa y James no eran consciente. Como tampoco lo eran de las miradas que recibían mientras reían y bailaban como si lo hicieran en alguna corte europea de mediado del siglo XVII
- Pareces un príncipe azul – dijo James coqueto
- Entonces tú serás mi princesa – contestó el moreno sonrojando al hombre que tenía entre sus brazos
Y bailan
Sin que les importe nada que suceda alrededor
Y bailan
Y la gente que les mira va creyendo en el amor
James estaba sentado en una banca de Central Park mirando la luna mientras sus manos se movían suavemente sobre su vientre de seis meses. Ya hacia dos años que un anillo de oro blanco con su nombre y el del moreno seguido de una fecha adornaba su mano derecha. Sonrió viendo a T’Challa que se acercaba con dos helados y se sentó a su lado
- De vainilla tal como Azari y tú lo pidieron – dijo entregándole su helado
- ¿podemos probar el tuyo? – dijo James – creo que tu hijo cambio de opinión y quiere de chocolate
- Ese es otro precio – dijo T’Challa y su esposo hizo un puchero adorable – vamos. Tengo cambio – y James se acercar para besarlo suavemente mientras el moreno sonreía
Dos extraños bailando bajo la luna
Se convierten en amantes al compás
De esa extraña melodía que algunos llaman destino
Y otros prefieren llamar casualidad
Y otros prefieren llamar casualidad