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Aka to Shiro por Lima369

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Notas del fanfic:

Aquí reportandome.

 

Dieron de baja esto hace mucho tiempo, iré subiendolo poco a poco mientras logro recuperar el final de mi PC muerta... 

Mientras iré reescribiendo, ojalá lo disfrurten.

Blanco…

Ese era el color que se veía por todos lados en el reino de Shiro. Tanto  así que también era conocido como el reino blanco.

El blanco era el color de la nieve y la nieve lo cubría todo. Nevaba todo el día todos los días, pero aun así era un lugar hermoso y lleno de armonía.

En este reino estaba ubicado en el centro de un bosque de pinos y abetos. Los árboles tenían una ligera capa de nieve en sus ramas, dando un bonito paisaje para los habitantes de este lugar. Las cabañas a las que el pueblo vivía eran hermosas y hechas de madera gruesa para poder protegerse del frío. También había una gran cantidad de animales denominados Kyodaina por el hecho de ser sumamente grandes y –obviamente – blancos, sin embargo eran de las mismas especies que se conocían: caballos, conejos, lobos, osos. Sus pieles eran codiciadas y sumamente valiosas por el hecho de ser hermosas y abrigadoras

Shiro estaba habitado por hermosas criaturas: eran altos y esbeltos, su rostro era fino y de rasgos afilados, tenían ojos de un color plateado brillante e hipnótico, labios grandes, piel sumamente blanca –tanto que si les mirabas contra la nieve era muy difícil distinguirles– su cabello era  blanco tan puro como el de la misma nieve. Eran lo que comúnmente llaman: elfos.

En este lugar existía una leyenda…

Cada cinco años nacía entre la población un ser diferente con habilidades nunca vistas a los que se llamaban Gornarts. Y quedaba en una simple leyenda porque nunca nadie había visto uno; pero esa leyenda era tan real como que el sol va a salir todos los días, sólo que los reyes querían mantener oculto el poder que tenían estos seres, dejando que sólo ciertas personas conocieran la existencia de estos, pero callaban para evitar ser castigados por la Corona. Para ser más específico, eran los niños los que no podían saber la existencia de los gigantes de hielo.

Los Gornart eran elfos con habilidades diferentes. Eran más fuertes que todos los demás y también más rápidos, más audaces, pero lo que resaltaba más en ellos era esa capacidad de cubrir todo su cuerpo con hielo sólido, irrompible y que nunca podría derretirse. También eran llamados: Gigantes de hielo. Estos hermosos seres eran diferenciados de una manera muy fácil entre la población: tenían el cabello de una castaño claro hermoso y los ojos de un tono miel brillante y llamativo.

Sí. A cualquiera le gustaría ser un Gornart, pero en este caso a ninguna de las familias de elfos quería que su hijo naciera con esa habilidad ya que apenas cuando se daban cuenta de que tenían los rasgos de uno tenían que llevarlos al palacio y abandonarlo a la puerta de este, tenían que despedirse de un preciado y hermoso hijo. Sin embargo, nadie sabía el porqué de esto… ¿Quieres saberlo? Porque estos eran tratados como esclavos del reino y obligados a ir a la frontera con el rio Bunkatsu en busca de alimento para el reino.

Pero no había mucho de qué preocuparse ¿O sí? Claro que lo había. Para que uno de los pequeños pudiera ser un Gornart la sangre de uno  de los padres debía ser legítima, es decir, original. El padre o la madre debían ser hijos de un Gornart anterior y solo el primogénito nacía con estas características físicas. Los demás lo llevaban en la sangre.

Shiro se encontraba en una llanura donde solo se conocían dos partes, la blanca y la roja. Los shirences nunca habían podido acercarse más de 5 km a la frontera, pues morían a causa del extremo calor que ahí reinaba. Los gigantes blancos eran los únicos que lograban hacerlo.

En la frontera crecía toda clase de frutos y vegetales por lo que cuando llegaban los Gornart y recolectaban Shiro tenía una grande y basta prosperidad.

Nadie sabía de donde provenían todos esos alimentos y vestidos y nadie preguntaba, simplemente se dedicaban a disfrutar de las comodidades que el reino ofrecía.

 

Notas finales:

Gracias por leer n.n


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