Manteniéndose inmune a la penetrante mirada de su sensei que lo observaba atentamente, el castaño, confundido, se intentó levantarse vanamente de conseguir más distancia, sin embargo cayó hacia a atrás, quedando así sentado frente a L.
El pelinegro sonreía tiernamente y en sus ojos brillaba una señal de victoria, o más bien una esperanza. Quizás, tan solo quizás, había logrado llamar la atención de su castaño, sin embargo una asaltante duda sobre el acontecimiento anterior reducía sus probabilidades de que eso fuese posible.
Se quedó mirando los ojos miel del castaño, tan continua y perdidamente que no le fue difícil notar como este caía de espaldas, mientras que sus ojos se entrecerraban y perdía el conocimiento, una vez más.
Caminó en cuclillas acercándose al castaño. Con un sencillo movimiento de su mano corrió un mechón que caía travieso sobre el rostro del joven y delineó lentamente su mejilla, sonriendo ante la idea de lo delicado que resultó ser su castaño.
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- Light-kun…-
Sintió como la voz del pelinegro lo llamaba. Abrió lentamente sus ojos topándose con una tela blanca.
- Light-kun, ya llegamos a tu casa…-
El castaño abrió completamente los ojos, comprobando que se encontraba frente a la reja de su casa. Un fuerte rubor cubrió sus mejillas al darse cuenta su posición. Estaba en la espalda del pelinegro, sus brazos rodeando su cuello y sus piernas sujetadas por las manos de sus sensei. Se apresuró en bajarse, aunque con torpeza.
- L-sensei, ¿cómo sabía donde estaba mi casa?- El castaño miró pacientemente a su sensei, definitivamente no era la primera vez que el pelinegro parecía saber cosas de él, y eso le inquietaba bastante. Además para haberlo cargado todo el camino, cosa que concluyó rápidamente, debía saberse muy bien como llegar.
- Si no te hubiera traído lo más seguro es que hubieras sido violado por Mikami- dijo sonriente, evadiendo la pregunta.
El castaño se enmudeció al instante, no había pensado en eso, de hecho no había pensado nada claramente desde el accidente en la mañana. Decidió tocar el timbre, respondiendo ante este una sonriente chica, de pelo castaño más oscuro que el de Light, y amarrado en una cola.
- Oniichan (hermano)- gritó emocionada la joven, tirándose a los brazos de su hermano. – Te estaba esperando, adivina quien vino a visitarnos-
El castaño no respondió pero miró tiernamente a su hermana, para luego ser arrastrado con el pelinegro dentro del recinto.
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La tenue luz de la sala principal fue reemplazada por deslumbrante brilló de las lámparas, denotando así los sencillos ornamentos de la estancia y dando entender que había caído la noche. Los dos hombres, que habían estado sentados en los sillones, se pararon para recibir a los recién llegados con una sonrisa.
- ¿Matsuda?- susurró el castaño yendo a abrazar a uno de los hombres que sonreía tiernamente al menor.
- Llegaste muy tarde Light- dijo el padre del castaño que acompañaba a Matsuda, para luego percatarse de la presencia del pelinegro.
- L-san, que gusto tenerlo aquí- dijo amablemente, invitándolo con un gesto de su mano a que tomara asiento.
- ¿Se conocen?- interrogó el castaño a su padre, ahora sentado sobre Matsuda, de tal manera que el castaño le daba la espalda al pelinegro y apoyaba su cabeza en el pecho de Matsuda, quien rodeaba con sus brazos su cintura.
- Por supuesto, L-san nos ha ayudado en muchos casos- Respondió su padre. -¿Es que también es detective?- Preguntó Light extrañado ante la respuesta de su padre.
-Que no lo sabías Light, L-san es el mejor detective del mundo, ha resuelto casos muy difíciles. Además cuando un caso se torna i posible a la persona que se recurre a L-san- Matsuda siguió moviendo las manos en forma de mímica para explicarle a Light lo grandioso que era L, aunque el castaño solo veía al pelinegro encismado en sus propios pensamientos. “
Light-kun me esta mirando, seguro que cree que soy grandioso” pensaba un pelinegro muy feliz, con ojitos iluminados por la idea que se le había ocurrido
-Si eres un detective tan famoso que haces trabajando en la universidad- preguntó Light con suma indiferencia a las explicaciones de Matsuda dejando a un pelinegro totalmente desilusionado.
- ¡Es tu profesor!- se exaltó el padre de Light, parándose estrepitosamente de el sillón.
-Soy el profesor de inglés, y el reemplazo del de matemática. Por cierto, hoy Light se cayó de la escalera del tercer piso y mientras descansaba en la enfermería hubo un pequeño incidente con Teru Mikami- Dijo el pelinegro con su típico aire de descuido, intentando aparentar el hecho de que estaba aún preocupado por el castaño.
- Light- Matsuda nombró al castaño y lo estrechó contra su propio cuerpo. Apoyó su cabeza en el cuello de Light y bajo su cabeza desabrochándole la camisa hasta llegar a descubrirle la mirad del pecho y dejar su cabeza reposando en este.
“lo mataré” pensaba interiormente cierto pelinegro que veía como su castaño era acosado sexualmente por Matsuda, pero aún peor este se dejaba y hacía que el instinto asesino de L creciera a cada segundo y lo mirara con odio.
- Al parecer Light es la misma droga que la vez anterior, esa que te dio en sobredosis y tuvimos que dejarte una semana en el hospital, pero esta vez fue una dosis muy pequeña y lo más probable es que el efecto haya sido retardado- dijo Matsuda con una expresión algo preocupada, mientras le cerraba lentamente la camisa al castaño.
-Si lo que querías era analizar el tipo de droga era necesario todo ese espectáculo- preguntó un pelinegro sumamente molesto, que aún veía con odio a Matsuda.
- Lo se, pero es más fácil y a Light no le molesta- sonrió Matsuda abrazando a un castaño algo ruborizado que miraba fijamente al suelo.
- Me voy a mi habitación, debo estudiar- dijo el castaño separándose rápidamente de Matsuda, intentando escapar de la extraña atmósfera que se estaba creando en la sala.
- Buenas noches, Light-kun- dijo L tomándolo del brazo e impulsándolo a que se detuviera cuando pasara frente a él. El castaño vio fijamente a los ojos del pelinegro y un dulce beso fue depositado en su mejilla.
“sueña conmigo” susurró sensualmente el pelinegro al oído del castaño, para que este retomara su camino hacia su habitación
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El fuerte sonido del caer de la lluvia sonaba a través de la ventana. Hacia ya poco tiempo desde que el padre de Light se había retirado a su trabajo nocturno y habían quedado solos L y Matsuda. Sin embargo ambos veían a lados opuestos de la habitación, había un tema en común, pero ninguno de ellos podía dejar su orgullo para preguntárselo al otro directamente. El silencio provocaba un ambiente muy pesado y aunque no quisieran hacerlo ambos dieron vuelta la mirada, cuando Matsuda susurró levemente el nombre del castaño.
- A ti te gusta Light, ¿verdad?- preguntó Matsuda al pelinegro quien se limitó a asentir inconscientemente
- ¿Qué le pasó hoy? - Mikami intentó violárselo- dijo denuevo con ese tono despreocupado, pero consiente de lo que decía.
- Entiendo, otra vez lo mismo-
-¿Otra vez?- preguntó el pelinegro.
Matsuda asintió con la cabeza- Esto empezó hace mucho tiempo. Creo que también coincide con la fecha en que conocí a Light. Fue una vez que hicimos una reunión de trabajo en la casa del señor Yagami. Light tenía doce años entonces, pero aquella vez solo vi por unos segundos-
El pelinegro estaba escuchando atentamente el relato de Matsuda. Quería saber todo sobre su castaño y esta era su oportunidad perfecta para obtener información. Alentó a Matsuda a seguir su relato.
- Al día siguiente mientras iba pasando lo vi sentado cerca del río. Se veía tan lindo que no pude evitar quedarme viéndolo desde lejos. Fue entonces cuando alguien cayó del puente y Light se tiró al río a salvarlo. Estuvo más o menos tres minutos bajo el agua cuando salió a flote con el cuerpo de la persona entre sus brazos y lo llevó a la orilla. Recuerdo muy bien que estaba atardeciendo cuando le aplicó respiración boca a boca. Ese día no hice nada para evitar que Mikami se abalanzara hacia Light a abrasarlo fuertemente. Encontré que era normal abrazar de alegría a la persona que te salva la vida. Durante todo el mes vi a Light ir muy a menudo a la orilla del río, cuando un día Mikami que solía acompañarlo luego de volverse amigos se le declaró. Naturalmente le rechazó pero este resentido se le tiró encima y empezó a besarlo salvajemente y a sacarle la ropa. Esa vez corrí lo más rápido que he corrido hasta ahora y llegué donde Light. Por suerte espanté a Mikami esa vez, aunque como puedes ver no se ha dado por vencido.
- “Eso explica como huyó tan fácilmente de mi oficina el primer día de clase. Light-kun ha sido víctima de diversos intentos de violación por lo cuál esta acostumbrado a huir…”- El pelinegro se cabeceó un poco al imaginar a su pobre Light siendo acosado por Mikami. Un sentimiento extraño lo recorrió, sentía como si quisiese proteger a Light-kun de todo. No quería que su castaño sufriera - Así que intentaron violar a Light-kun repetidas veces y tu lo salvaste, por lo que eso explicaría tu relación actual con él y porque eres el encargado de examinar el tipo de droga usada en él- concluyó finalmente.
- Si, aunque… realmente siento que Light no se merece una vida así. Huyendo de violadores y siendo golpeado muchas veces por compañeros de los ladrones que atrapa-
El tono de Matsuda que se había vuelto melancólico desde el inicio de la narración y aún más cuando mencionó lo último.
El pelinegro vio detenidamente el rostro de Matsuda, parecía que se largaría a llorar. ¿Tú te has enamorado de Light?
Matsuda vio ruborizado al pelinegro, por lo que este pudo deducir que su lógica había acertado. -Supongo que si-
-Entonces porqué aún no has adelantado tu relación con él- inquirió el pelinegro observando a su, al parecer, nuevo rival.
- ¡¡NO!! Si Light cree que solo he estado con él porque me gusta entonces se sentirá muy mal, creerá que nadie desea solo su amistad. Light nunca ha tenido amigos porque todos se lo quieren violar. ¿Entonces como podría yo hacer eso?- Un inquieto y exasperado Matsuda se había parado para tomar por los hombros al pelinegro y sacudirlo salvajemente, como si creyera que sacudiéndolo se le quitara la idea de la cabeza, pero al contrario el pelinegro solo meditaba toda la información que había obtenido de su castaño en una sola noche. Realmente no había aspirado a la posibilidad de que Matsuda fuera tan abierto cuando se tratara sobre Light, había preparado varios trucos mentales para ello en caso de que fuera muy difícil, pero ya que tenía lo que se había propuesto era hora de desalojar el lugar.
- Gracias por todo, Matsuda-san- dijo el pelinegro para luego pararse del lugar, sin embargo detuvo para asentir a una frase de Matsuda, quien veía, aún algo exaltado, a L.
- Gracias-
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El ruido de la lluvia había cesado hace poco, provocando que el suave respirar del castaño se sintiese más intenso. El pelinegro que había estado parado frente a la cama de un durmiente Light, se agachó para dar un corto beso en los labios del castaño, y acomodó con una mano un travieso mechón que le cubría sus ojos.
“L-san, no dejes que Light sufra más”
- te quiero Light-kun…No dejaré que nadie más te haga daño-
El pelinegro delineo dulcemente la mejilla del castaño, provocándole un pequeño estremecimiento que hizo que este último girase la cabeza, aún durmiendo.
- Sueña conmigo- le susurró calidamente al oído, para luego caminar lentamente hacia el marco de la puerta y dedicarle una última mirada, y yéndose.
El día había terminado al fin. Un día bastante complejo que había acarreado una enorme cantidad de situaciones extrañas y problemas. Había conocido una chica nueva que decía amarlo. Se había caído de una escalera y fue acosado por Mikami, vino Matsuda de visita y L-sensei…
Estaba aún despierto meditando sobre todo lo que le había pasado en el día cuando sintió unos cálidos labios sobre los suyos. Es cierto que él nunca le había gustado mostrarse como una persona débil, no obstante al escuchar aquellas palabras de su profesor no pudo evitar que unas escurridizas lágrimas delinearan sus mejillas.
En la oscuridad de la habitación solo se escuchaban unos ahogados sollozos, mientras que el castaño aún podía visualizar la silueta del pelinegro en el marco de la puerta y un extraño sentimiento se apoderaba de él al recordar cada palabra que le había sido dedicada esa noche.
“Supongo que realmente esta noche soñaré contigo, L-sensei”