¿Realmente puede haber esto tras una universidad?
Se preguntó interiormente Light al ver aquel extraño paisaje que se presentaba frente a sus ojos. Una vez hubo dejado la sala de retención siguió por el largo corredor del establecimiento, donde, entre la peculiar colección de cosas que halló, le llamó la atención las extrañas salas al final de pasillo: Una sala de televisión, una sala de ping-pong, una sala de estar, un comedor con casino dentro, y sobre todo, una habitación aparentemente normal, digo aparente ya que por la ventanilla solo se podía observar un escritorio y una silla… pero eso no explicaría la estruendosa música que surgía de dentro.
Con tantas cosas así no le sorprendía que los profesores siempre llegaran felices a las clases, contando al profesor de educación física que siempre lo veía con una sonrisa.
Pero eso no era lo que lo había dejado atónito. Cuando cerró la última puerta que lo separaba de las oficinas se paró en seco. Árboles y un suelo de aspecto mohoso, unido con un ambiente sofocante parecido a un fuerte olor a tierra inundaban el lugar.
¿Donde mierda estaba la oficina del profesor? Hizo memoria de las instrucciones que le habían dado: traspasar el patio, las oficinas principales, el callejón… La pregunta era donde estaba.
Caminó por entre los árboles, apartando las ramas con los brazos, para al fin llegar a lo que parecía ser una reja. Con suma agilidad la saltó habiendo puesto fin a la parte insoportable de esta travesía.
Caminó por un pequeño callejón sin salida. Suspiró. Había caminado mucho, mucho, pero realmente bastante para llegar ahí, y solo para ser castigado por su “mal comportamiento” Abrió la puerta de su derecha y subió por las escaleras para finalmente llegar a la oficina.
Vio al profesor sentado como siempre, con ambas piernas cobre la silla y comiendo una tarta de frutilla.
- Light-kun, tardaste mucho- dijo mirándolo fijamente, mientras comía afanosamente su pastel.
¿Cómo esperaba que llegara antes teniendo que pasar todo eso? Lo maldijo por dentro, si no fuera porque no quería empeorar su posición le hubiera golpeado.
- Toma asiento- dijo señalando con el tenedor con el que comía una silla enfrente de su banco- Entonces Light-kun ¿no duermes mucho en tu casa?
El castaño se sentó como su profesor se lo había indicado y lo miró fijamente.Como le podía hablar de dormir teniendo esas ojeras. Suspiró. Ahora el dormirse en clase, contradecir al profesor e insultarlo un poco, era un motivo para ser llamado a una oficina. Maldijo por dentro a su profesor de Educación Física. Darle un somnífero diciendo que era una pastilla para el dolor de cabeza. Qué pretendía. Por eso odiaba a los profesores. Siempre abusaban de él.
- Light-kun, si algún otro profesor vuelve a drogarte, hazme el favor de avisarme-
-¿cómo?- le preguntó el castaño con extrañeza, este profesor leía sus pensamientos.
- No es eso, Light-kun, solo lo deduje por tu forma de actuar… - dijo L viendo a su alumno que se había inclinado para verlo atentamente - y por que te acuestas a las 10:30 luego de haber leído un tiempo, y te levantas puntualmente a las 7:00 para llegar a tiempo a la escuela. Tampoco bebes o fumas por lo que no deberías tener una necesidad extra de dormir.
- Que alivio, pensé que estaba en problemas- dijo el castaño, suspirando y cayendo sobre el respaldo de la silla. Cerró los ojos. Estaba tan aliviado que podría quedarse dormido en ese lugar. Aunque pensándolo bien, por qué sabía tanto de él. -_-U
Sintió una extraña presión sobre sus hombros, por lo que abrió los ojos súbitamente y pudo ver el rostro de su profesor a escasos centímetros del suyo. La cálida respiración de su sensei le pegaba en el rostro haciéndolo estremecerse totalmente, y un ligero temblor en si mismo provocó que cayera de la silla junto con su sensei.
- ¿Te encuentras bien, Light-kun?- le preguntó L, quien ahora sostenía firmemente con una mano la cabeza del castaño, mientras que con la otra se apoyaba para no caer completamente sobre Light, cuyas piernas habían sido aprisionadas por las del mayor.
-Eso creo- respondió, viendo extrañado el rostro de su sensei, que, poco a poco se acercaba más al suyo.
-Sensei, que ha…- dijo Light semi-cortado, sintiendo como su profesor “aplastaba” completamente su cuerpo y con una voz melosa le susurró al oido:
- me interesas, Light-kun-
El castaño se quedo paralizado, más que por lo que dijo, por la manera en que lo dijo. Y por que ahora se sentía una mano tocando descaradamente su trasero. Un espasmo le recorrió el cuerpo, y como acto-reflejo, alejó a su profesor y salio corriendo de ahí.
- Al parecer, Light-kun, eres virgen- sonrió para si mismo, parándose y volviendo a su escritorio donde tenía su pastel.