Había llegado, por fin, el ultimo dia de aquel interminable semestre. Los alumnos de la Escuela de Investigaciones y Fuerzas Especiales se graduaban ante el publico espectante. Nombre por nombre los estudiantes eran reconociodos por su esfuerzo...Pero, alguien destacaba de entre todos...
-Ahora...-dijo con la mirada llena de orgullo el presentador.-otorgaremos el premio al alumno más destacado de la generación...Desde su llegada hace seis años no ha dejado de sorprendernos y hoy se gradúa con grandes honores....Dean, ven aqui por favor...-
De entre los graduados se levantó un muchacho. Su piel, blanca como la nieve, le daban un aspecto enfermizo, pero su rostro mostraba todo lo contrario. Su cabello castaño oscuro, sus ojos verdes, tristes, reflejaban precisión, calculo y voluntad. Con tranquilidad, subió al escenario y recibió el premio, agradeciendo los cientos de felicitaciones que le otorgaban sus superiores, mientras el resto miraba con respeto y admiración la escena. Después de eso, la ceremonia terminó.
-Dean, ven aqui un momento...Quiero hablar contigo..-el Jefe de la Escuela de Investigaciones deseaba hablar con él personalmente...-como sabrás, nuestra escuela posee un prestigio muy amplio, por lo que las ofertas de trabajo para nuestros graduados son muchas....Esta mañana, he recibido una oferta muy especial, sin mencionar que es una de las mas importantes que ha recibido la academia, y en todo lo que respecta, quiero que la tomes. Sé que podrás hacerlo, es lo menos que podemos responder por el mejor alumno de nuestra escuela...¿La aceptarás?..-
-Por supuesto, señor.-su respuesta fue decisiva.
-Excelente. Nada más, debo advertirte, que no será como todos los trabajos para los que te hemos entrenado, pero confió en tus capacidades...-
-¿De qué trata el trabajo, señor?-
-Deberás cuidar...al hijo del Rey...-
-¿Al hijo del Rey, ha dicho?-
-Asi es. Quizás no es como lo esperabas, pero es de suma importancia...No podemos dejar que cualquiera se haga cargo...¿Estás de acuerdo?..-
-Si senor, estoy de acuerdo...-
-¿Cuidarás de el?...-
-Incluso si tengo que dar mi vida por el, lo haré...-
Pero lo que el no sabía, era que aquellas palabras se volverían tan verdaderas como nunca imaginó....
Al día siguiente fue enviado inmediatamente a la mansión del Rey y llamado a su oficina.
-¿Quería verme, su majestad?-
-Oh! si! por favor...entra, toma asiento...-Así lo hizo.- Verás, supongo que ya sabes por lo que has sido enviado a esta mansión...-
-¿Para cuidar del principe, no?-
-Si, asi es. - parecía nervioso.- mi hijo ha cumplido los 16 años y ya está en edad para que atienda algunos asuntos de mera importancia...El problema es....que mi hijo...nunca ha dejado la mansión...-
-¿Como dice?..-se sorprendió.
-Así es...Nada más conoce la mansión y sus alrededores, a los sirvientes y algunas personas de la realeza...Es por eso que necesito de su ayuda...-
-Cuente conmigo su majestad, no lo defraudaré...-
-¡Gracias! ¡Gracias! -
-Bueno, si me disculpa, iré a ordenar mis cosas..-
-Si, si, adelante....Ah! una cosa más...-
-Si? digame...-
-Este...Deberías saber....Que mi hijo es....Este....Es...-sacó un pañuelo de su bolsillo y lo pasó por su frente..- Es un tanto...Ingenuo...-
-Ingenuo, dice?..-
-Si....Su único mundo ha sido este lugar...Desconoce muchas cosas y no tiene idea de protocolo, por lo que te pido, que le tengas paciencia...-
-Descuide su majestad, no tiene nada que temer. Daría mi vida por su hijo....-
-¡Gracias! ¡Muchisimas gracias! -
~"Daría mi vida por su hijo"~
Ese mismo dia, un poco más entrada la tarde, Dean se encontraba en su habitación arreglando sus cosas, cuando es victima de una sorpresiva aparición...
-*Esta habitación es enorme...Parece una casa entera*- Pensaba. Tomó sus prendas en un colgador y cuando se disponía a tenderlas en el armario, algo le cae encima- *Ouch!*- Sobando su cabeza con la mano, pudo ver ante el a un chico que sonreía travieso. Su piel, extremadamente blanca, daba a entender que nunca había sido expuesta al sol. Su cabello gris combinaba a la perfección con el color celeste de sus enormes ojos. Su contextura delgada lo hacía parecer débil, pero tenía la fuerza suficiente como para derrivar a un hombre de Fuerzas Especiales como Dean. Y, a diferencia de todos en la mansión, no estaba elegantemente vestido. Un polerón negro, un par de jeans y...¿sus zapatos? Andaba en calcetines.
-Te encontré!!!!..- gritó con humor.
-Que susto me has dado, pequeño...¿Que haces aqui?, ¿Estas perdido?..-
- Perdido?....Juego al escondite...-
-Al escondite? pero, no es bueno que te metas a las habitaciones de otras personas...
-Pero...- su ánimo desapareció..- Estaba aburrido...quería divertirme....-
-Esta bueno, sal de encima y te llevaré con tus padres, ¿De acuerdo?..-
-¿Mis padres?.-
-Si...vinieron contigo a visitar la mansión asi que deben estar por aquí...¿No?-
-Bueno, este....Mi padre está en su despacho y siempre está muy ocupado así que no tiene tiempo para jugar conmigo...-
-Q-Que quieres decir con que está en su despacho?- se paralizó.
-Ajá...Ahí está...Mucha gente entra a verle, al parecer mi padre es alguien importante...-
-N-No me digas que...-
-¿Que cosa?- Sonrió sin entender...
-¿Como se llama tu padre?-
-Uff! Tiene un nombre muy largo...Al igual que yo, pero he oído que mucha gente le dice Rey...-
-¡¡¡Rey!!!..Por todos los cielos, que estoy haciendo?! - se levantó y tomó al niño en brazos, dejandole correctamente de pie, sacuediendole hombros y espalda - su majestad...perdone....yo..no lo sabía....-
-¿Su....majestad?- lo miró con extrañeza
-¿He dicho algo malo, majestad?- no entendió la reacción del pequeño en cuanto este se tiró al suelo a llorar desconsoladamente...- no, perdone....majestad, excelencia...por favor...no llore...yo...yo...- no sabía que hacer, nunca le había tocado enfrentar una situcaión como esa.
-Yo....yo...-dijo el chico entre sollozos..- detesto cuando la gente me llama de esa manera...-
- Perdone...yo...no lo sabía..-con un impulso casi inconciente le abrazó.
-Ahhh! que lindo!.. Ahora si ya te quiero..- dijo feliz olvidandose del llanto.
-Ehem ehem..- se enderezó con postura firme...
-¿Como te llamas?.- lo miró desde el suelo con una expresión extremadamente tierna.
-Dean, para servirle...Y cual es su nombre, su ma...digo, usted?-
-Mi nombre es Andri, pero muchos me llaman principe...Tú solo dime Andri...-
-De acuerdo, señor Andri...-
-Andriiii!!!...-
-De acuerdo, A-Andri...-
-Jeje..-rió satisfecho.- y tu...Eres mi amigo?-
-Yo, soy su guardaespaldas...-
-Guardaespaldas? ¿que es eso?-
-Si señor, soy su amigo...- dijo para ahorrar palabras.
-Y vivirás aqui conmigo?-
-Asi es....-
-Biiiiiieeeeeennnnnnn!!!!....Así podremos jugar mucho!! y comeremos, dormiremos, cantaremos, bailaremos...Woo! le contaré a mi padre...Se pondrá muy feliz!- salió corriendo de la habitación con sus pies descalzos, dejando atrás a un hombre con la cabeza rebalsada de cosas que no entendía.