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-Biiiiiieeeeeennnnnnn!!!!....Así podremos jugar mucho!! y comeremos, dormiremos, cantaremos, bailaremos...Woo! le contaré a mi padre...Se pondrá muy feliz!- salió corriendo de la habitación con sus pies descalzos, dejando atrás a un hombre con la cabeza rebalsada de cosas que no entendía.
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Y ahí estaba, en su habitación, sacandose el uniforme para ponerse ropa un poco más "informal" mientras el cerebro se le escapaba por los oídos.
-*Bien, ya estoy aqui. Ahora a cumplir con mi trabajo..* -Dejando atrás las interrogantes, respiró profundamente y salió del lugar.
Recorrió la mansión de un extremo al otro, calculó que debía tener por lo menos 1000 habitaciones. Bajó por las escaleras de marmol puro, caminó por los alfombrados pasillos y llegó a la cocina, donde se encontró con Andri comiendo una enorme torre de helado.
-Dean, Dean!! ¿quieres helado? - sonrió con toda la cara manchada.
-¿Helado? pues, nunca lo he probado...-
-¿Estás de broma?..-
-No...es verdad...-
-Entonces ven, sientate...comamos juntos...- así lo hizo - Susaaaaaaan!!!- De la cocina salió una chica bastante joven de aspecto amigable.
-¿Si, señor?-
-Susan, Susan! Trae una copa de helado para mi amigo .- dijo señalando a Dean
-Enseguida..-se retiró y segundos después volvió con una copa de helado casi tan grande como la del principe.- Buen provecho...-
-Gracias..- respondió sorprendido frente a tal cantidad del delicioso postre.
-Te lo comes todo...¿me oyes? - dijo Andri con la cuchara en la boca.
Minutos más tarde, entre risas, ambos se quejaban del dolor de estómago que padecían. Hace mucho, mucho tiempo, que Dean no se reía de esa forma.
Las dos semanas siguientes fueron exactamente iguales. Ambos se entendían a la perfección y adoraban la compañía del otro. Lo mejor de todo, era que Andri aprendía muchas cosas nuevas estando con Dean, y este, tambien aprendía muchas cosas del pequeño.
Cierto dia, Dean entró a la habitación del muchacho para despertarle. Seguramente aquella era la habitación más grande de la mansión, junto con la del rey. En medio de ella se encontraba una gigantesca cama donde descansaba el principe. Se acercó y pudo verle durmiendo enredado entre las sábanas, con el cabello desordenado y una expresión pasiva en el rostro.
-* Dios! Este chico es terriblemente tierno...Parece un angelito...* - Se inclinó sobre el. Sin evitarlo se acercó a sus labios hasta sentir el calor de estos, luego se alejó. *¿Que diantres me pasa? Controlate imbécil.. *- volvió a acercarse y esta vez dijo en un pequeño susurro..
-Principe....Principe, despierte..- el pequeño abrió los ojos - Buen dia, señor Andri..-
-Ñaaaaaa! Buen dia! He dormido como un rey..- *Cuac!*
-Me alegro de que así haya sido. Señor Andri...-
-¿Que pasa?- se frotó un ojo mientras trataba de desenredarse de las sábanas.
-* Que adorable!* El Rey, digo, su padre me ha pedido que le recuerde que hoy es el dia de su entrenamiento..-
-Mau! que aburrido... -
-Disculpe que me entrometa, pero no tenía idea de que el principe estaba sometido a entrenamiento..-
-Bueno, asi es...- dijo sentandose en el borde de la cama.
-Exactamente ¿que practica, señor Andri? -
-Mmmmmm...muchas cosas...me han dicho que son para defensa personal...-
-Entiendo...-
-¿Me acompañarás?- le sonrió.
-Claro! Estaré a su lado...-
-Jeje...así está mejor entonces..- sacó una toalla del armario y se dirigió a una habitación contigua que supuso era el baño.
Cuando se hubo bañado y cambiado la ropa, salieron a los jardines. Allí se encontraron con el instructor, un señor de edad que parecía tener mucha fuerza.
-Buenos dias, principe..-dijo inclinandose.
-Buenos dias, sensei...-
-¿Está listo para comenzar?-
-Asi es! -
-Bien...Pero, su acompañante ¿Quien es?..-señalando a Dean.
-Es mi amigo!! Me va a acompañar en el entrenamiento..-
-Mucho gusto...Pareces un chico muy fuerte..-
-Gracias, el gusto es mio...-
-¿Cual es tu nombre?
-Dean, señor...-
-Dean? ¿El mismo Dean graduado con honores de la escuela de investigaciones?-
-Asi es, señor..-
-Fantastico! Que agrado conocerte...Supongo que sabrás Judo, ¿no?-
-Judo? Si, asi es...-
-¿Que te parece entrenar hoy con el principe?-
-Bueno pues..- miró disimuladamente a Andri que se revolcaba en el pasto...- estará bien? digo, ¿Y si lo lastimo?-
-Descuida...solo tienes que ser un poco más suave...le hará bien practicar con alguien como tu...-
-De acuerdo...-
- Joven principe, Dean será su oponente hoy...-
-Woooooow! Genial! - Así comenzó el entrenamiento. Muy cuidadoso, el mayor se preocupaba de no hacerle daño a su contrincante. Cuando lo tenía entre sus brazos no podía evitar pensar en lo frágil que era...Pero el principe tambien poseía algo de fuerza bruta.
-Me rindo, me rindo...-dijo Dean entre carcajadas acorralado por las piernas del pequeño en su cintura. Salir de ahí era muy facil, pero no quería lastimarlo.
-Gané!!!!!!! - gritó muy entusiasmado. En un rápido movimiento se abalanzó sobre su guardaespaldas y lo abrazó por el cuello. Cada vez que se tocaban, cada vez que sus pieles intercambiaban calor, provocaba en ellos una sensación inexplicable. Dean lo abrazó tambien y en un gesto de ternura, el principe le dió un beso en la mejilla.
- De acuerdo, ese ha sido todo el entrenamiento de hoy...muchas gracias por su ayuda, señor Dean..-
-Ha sido un placer...-se levantó del suelo ayudando a Andri.
-Nos veremos la proxima semana....hasta entonces, joven principe...-
-Adiooo! - sacudió su brazo energicamente.
-Señor Andri..- llamó Susan.- está listo el almuerzo, por favor pase al comedor..-
- Siiiii!!!! Comidaaaa! - corrió por el jardín con sus pies descalzos hasta entrar en la mansión.
-Señor Dean...- se dirigió Susan.
-Si, digame..-
-Su majestad desea hablarle, lo espera en su oficina....Al parecer es sobre el principe, dijo que era urgente...-
Los pelos de los brazos de Dean se erizaron en un segundo. Apretó su mano hasta hacer sonar sus huesos y rogó al cielo por que no fuera algo malo....Algo como....