Hola a todos!!!! Ehmmm… bueno soy nueva en esto de hacer historias y todito, espero que les guste mi fic realmente me esforcé.
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Trisha y Hohenheim era una pareja felizmente casada. Tenían dos hermosos hijos: Edward y Alphonse.
Trisha: ¡Buenos días amor! ¿Cómo amaneciste?
Hohenheim: Bien, gracias, querida, ¿tú?
Trisha: También bien
Hohenheim: Bueno me tengo que ir se me hace tarde para el trabajo. Tengo muchas cosas pendientes, así que llegaré tarde. No me esperes despierta.
Sin decir más, le dio un beso en la frente a su esposa y se retiró.
A Trisha ya no le era creíble la excusa de su esposo respecto sus tantas llegadas tardes a su casa, por lo que decidió asegurarse ella misma de que su marido dijera la verdad.
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Trisha llegó al trabajo de su esposo justo a la hora a la que salen regularmente todos los trabajadores. Lo esperó a fuera, pero, como veía que no salía, creyó por un momento que lo que decía su esposo sí era verdad. Justo antes de que se fuera, salió su esposo pero…. No se dirigía exactamente a su casa.
Después de un largo tiempo siguiéndolo, llegaron a una pequeña pero lujosa casa. Cuando llegó Hohenheim a la puerta, fue recibido muy afectuosamente por una joven hermosa.
Ver esto fue muy difícil para Trisha, así que decidió volver a su casa. Llegando a ella, no paró de llorar.
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En cuanto su esposo volvió a casa, Trisha le pidió el divorcio. Hohenheim al principio no aceptó pero tras una larga pelea, Hohenheim accedió. Lo que más les dolía era lo que iban a sufrir sus hijos con esta separación.
Al momento de ver quien se iba a quedar con la custodia de sus hijos, hubo muchos problemas puesto que ambos querían estar con ellos.
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Los trámites de divorcio duraron mucho, pero tras un largo proceso, el juez los divorció y su veredicto respecto a sus hijos fue: Hohenheim se quedaría con su hijo mayor, Edward. Mientras que trisha se quedaría con su hijo menor, Alphonse.
Cada padre tomó un rumbo distinto junto con su hijo, a ambos le dolió mucho separase del otro.
Los años pasaron y ninguno de los dos recordaba al otro, ya que cuando los separaron eran muy pequeños.
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Los hermanos Elric ya estaban en preparatoria. Edward, ya estaba en tercer semestre y Alphonse estaba simplemente en el primer semestre.
El castaño en su primer día de clases en la preparatoria estaba buscando su casillero para poder guardar sus libros.
Alphonse: mmm…….. 105, 104, 103……. ¿Dónde estará mi casillero?
Edward: ¡Hey! ¡Lánzame el balón!
Como Al estaba demasiado preocupado en busca de su casillero, no se percató del rubio que se acercaba con gran velocidad hacia él. Ed tampoco se percató del castaño. Sin darse cuenta, golpeó a Al con gran fuerza, logrando que el menor cayera al suelo.
Alphonse: Aaauuuuhhh!!!! ………..
Edward: Lo lamento tanto, no me fijé por donde iba, ¿Estas bien?
Alphonse: Sí estoy bien, creo….
Edward: ¿Me permites ayudarte a levantarte?
Alphonse: Esta bien
Alzó su mano para que el rubio la tomara.
Edward: ¿Te puedo ayudar en algo en compensación por el golpe que te di?
Alphonse: Pensándolo bien si. ¿Me ayudas a encontrar mi casillero?
Edward: Claro, ¿Cuál es?
Alphonse: Es el 50.
Edward: Vaya que coincidencia, está a lado del mío. Vamos, te digo donde está.
Edward le enseñó donde estaba el tan buscado casillero.
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En clase de matemáticas a Alphonse le iba muy bien. Para él no era un problema en absoluto, pero para su compañero de a lado, Fletcher, si lo era.
Alphonse: Oye, he visto que no te va muy bien en la clase, si quieres, te puedo ayudar
Fletcher: Sí, por favor
Fue entonces cuando Alphonse empezó a ayudar a Fletcher. Y con el paso del tiempo, fue surgiendo un sentimiento muy especial.
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Desde hace tiempo Trisha empezó a sentirse muy mal; sentía mareos, nauseas, y de más malestares. Ella no había querido decir nada ni tampoco ir al médico pues no quería preocupar a Alphonse. Así que, frente al castaño, fingía estar sana.
Pero conforme pasaba el tiempo, los dolores se volvían más y más fuertes. Llegó a un punto donde ya no toleró el dolor y decidió ir al doctor.
Ya estando con el médico, él no le pudo decir nada sin estar seguro de lo que pensaba, así que para estar positivo, le hizo a Trisha varios estudios. Sus resultados estarían listos hasta dentro de unas semanas. Trisha volvió el día que le dijo el doctor.
Trisha: Doctor, ¿Qué es lo que tengo?
Doctor: Señora Trisha, tiene leucemia y lamentablemente no podemos hacer nada porque su enfermedad está muy avanzada.
Trisha: ¿¡Cómo que no puede hacer nada!? Que… ¿Qué va a pasar conmigo?
Su voz se percibía angustiada.
Doctor: Señora Trisha a usted no le queda mucho tiempo de vida. Se podría decir que le queda un mes, quizá un mes y medio a lo máximo. De verdad lo lamento mucho.
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Al llegar a casa Trisha lloró tanto no sólo por que iba a morir, si no que su pequeño hijo, Alphonse, iba a quedar desamparado. Fue entonces que pensó en Hohenheim y en Edward. No quiere decir que no haya pensado en Ed en todos estos años, si no que ahora más que nunca pensó más en él.
Tras meditarlo, Trisha decidió que ya era hora de que Al se enterara de que tiene un padre y un hermano mayor. Por lo que le llamó a Hohenheim para hablar al respecto.
Se citaron en un lugar para que pudieran charlar tranquilamente. Ambos llegaron puntualmente al lugar en el que se citaron. Al principio la conversación fue fría puesto que era difícil hablar después de años sin verse.
Hohenheim: ¿Cómo estas?
Trisha: Bien. ¿Y tú?
Hohenheim: Bien, gracias
Trisha: Bueno en realidad no estoy muy bien. Hohenheim, estoy muy enferma y pronto moriré. Y antes de eso, deseo poder pasar más tiempo con mis dos hijos. Claro si tú estás de acuerdo.
Hohenheim: Claro que estoy de acuerdo…. Y no sabes cuanto lamento que esto te esté pasando a ti.
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Bien, esto fue la primera parte de mi fic. Que se la dedico a Purple Cherry mi gran amiga. Espero que le haya gustado. Volveré la próxima semana para dejarle otra parte de mi historia.