Aún no te das cuenta que te miro detenidamente mientras estás recostado delicadamente en el gran sofá de la sala, es verdad, se ma ha vuelto un hábito, un bello hábito. ¿Qué estarás soñando mi bello ángel? Seguramente tiene que ser algo hermoso, pues tienes una bella sonrisa en el rostro, una de esas que me encantan, de las que me vuelven loco.
Hace solo unas semanas que volví a estar junto a ti, unos 38 días para ser exactos, hace 38 días que recuperé mi cuerpo y volví junto a ti, Yugi, mi bello ángel.
Desde entonces han pasado un sin fin de cosas locas, pero la que más me sorprendió fue cuando Joey y Seto llegaron diciendo que hace meses que salían juntos y que a finales de este mes se casarían, y para ello quedan sólo dos días, por Ra esto es una locura ¿Cómo llegan tranquilos y nos invitan a su boda así sin más? Si hubieran hecho esto hace cinco mil años quizás Seto no habría sido un amargado desde antes que lo conociera, quizás desde ese entonces ustedes ya hubieran sido amigos y él y Joey llevarían más tiempo juntos. A veces pienso que la razón del porqué de esto tiene que ver con el cetro del milenio, quizás le mostró una parte de su pasado que no fue de su agrado, así que por ello tomó medidas en el asunto. Bueno no es tan malo, eso significa que mi amado primo, Seto, va a casarse con uno de mis mejores amigos, Joey, el que pronto pasará a ser parte de esta loca familia.
¿Qué otra cosa interesante ha pasado? Ah, si... el regreso de esos odiosos yamis, Bakura y Marik... aún recuerdo la cara que pusieron Ryo y Malik cuando atravesaron estas mismas puertas que ahora observo con detenimiento, en realidad fue muy divertida, lastima que ese instante Mokuba no estaba con su cámara de video, justo ese día tuvo que separarse de ella ¿Cuántos días han pasado ya desde esa expresión en los rostros de ambos hikaris? ¿Tres o cuatro días? En verdad ya no lo recuerdo, a mi me ha parecido una eternidad, como si siempre hubieran estado aquí... al igual que yo.
Siento que se me olvida uno muy importante... mmm... ah, ya me acordé... el día de San Valentín... el día en que llegue...
Jamás voy a olvidarlo, y jamás voy a dejar de agradecerle a Ra por esta oportunidad que me ha dado de ser feliz junto a la persona que amo, mi pequeño ángel... me sigo preguntando qué sueñas... y si estaré yo en ese bello sueño que tienes... acabo de comprobarlo, sí estoy en él, me acabas de nombrar con una bella sonrisa...
Sin poder evitarlo mis orbes amatistas se posan en un retrato que está en la mesa de centro en esta sala, en él salimos los dos, fue la foto que nos sacamos aquel día que regrese, nunca me canso de mirarla, al igual que no me canso de mirarte a ti... ese día... sin dudarlo te dije lo que sentía por ti...
Era un día soleado, lo recuerdo bien, y aunque en ese instante yo no estaba en la tierra en un cuerpo físico, podía sentir el ambiente de amor que estaba por todas partes, en eso te vi desde lo alto, desde este bello cielo azul que todavía nos acompaña a causa del verano, te veías triste, demasiado para mi gusto, y como nuestros corazones aún estaban, y están, conectados lo podía sentir en el mío. Cerré los ojos un par de segundos y cuando los abrí me di cuenta que estaba frente a la tienda de tu abuelo. Él estaba allí y se sorprendió, pero no comprendía el porqué, pero cuando se quedó mirando algo en la dirección en la que yo estaba, caí en cuenta.
-¿Faraón? -me preguntó sin salir de su asombro
-¿Puede verme? -no voy a negarlo, de verdad me sorprendí en ese instante
-Sino lo hiciera ¿le estaría hablando? -me dijo con una sonrisa
-Por Ra...
-Creo que los dioses le han dado una oportunidad más... ¿sabe en dónde esta mi nieto? -eso en verdad me sorprendió más, ¿acaso me leyó la mente? Eso no me lo ha dicho
-Sí -entonces entendí... era ese día, o no lo era nunca
-Apresúrese
No me di cuenta, pero luego de esas palabras que me dedicó ya estaba corriendo en dirección al parque en el que te había visto antes de recuperar mi cuerpo, corría a todo lo que daban mis pulmones, y en unos minutos estaba a unos escasos metros de ti.
En ese instante agradecí que tu tristeza te tuviera sumido en tus pensamientos o jamás hubiera logrado aquel beso... me acerqué a ti cual gato caza, y me puse a solo unos centímetros de tu oído, sin que me notarás aún.
-¿Por qué tan triste?
Fue lo único que te pregunte y reconociste mi voz de inmediato, te volteaste y me miraste con los ojos vidriosos, a punto de derramar unas tiernas lágrimas, trataste de contenerlas lo más que pudiste pero ellas te traicionaron y cayeron por tus suaves mejillas. Antes de poder sacarlas de tu rostro, tus labios ya estaban posados sobre los míos, este acto me sorprendió mucho, tampoco voy a negarlo, ¿no se suponía que yo debería actuar? Entonces me di cuenta que eras tú el que debía hacerlo, en ese instante me di cuenta que mi amor por tu antepasado de hace cinco mil años no tenía nada que ver con lo que mi corazón sintió cuando nos conocimos y comenzaron nuestras aventuras... eras tú el que debía conocer el amor, y recuperar totalmente la felicidad que se iba poco a poco a pesar de mostrar siempre una sonrisa en este bello rostro que aún observo.
Cuando el aire se nos acabó nos vimos forzados a separarnos, y pude ver nuevamente aquel brillo en tus ojos que siempre veía antes y después de irme de tu lado. Me sonreíste como nunca antes y ante aquel acto te dije lo que sentía, derramaste lágrimas nuevamente, y me odie por eso, nunca me ha gustado verte llorar, aunque sea de felicidad, no me gusta ver lágrimas en tu bello rostro. Me dijiste un "te amo" que jamás voy a olvidar, es verdad que me lo dices a diario, desde que nos casamos... ¿no lo había dicho? Estamos casados desde el día siguiente de nuestro encuentro en aquel parque, aquel que visitamos a diario por las tarde para ver el mar y el atardecer... ese era el otro acontecimiento que me faltaba contar y anotar en este cuaderno, las memorias que anotamos los dos mientras el otro no está en casa o se encuentra dormido, como lo estás tú ahora tenshi.
Cuando los chicos lean esta parte... van a matarnos, aún no sé porqué no se los hemos dicho, pero mejor lo diré en dos días, luego de que Seto y Joey hayan intercambiado los votos y estén felizmente casados... si, ahí tiraré la bomba... de verdad va a ser entretenido...
Ya estás abriendo tus ojitos y hace unos instantes he dejado de escribir mi macabro plan, me miras con ternura y me preguntas que he escrito, ante esa pregunta me acerco a ti y te entrego delicadamente el cuaderno luego de darte un tierno beso.
-¿Estás seguro? -me preguntas con una sonrisa
-¿Te parece mala idea? -te preguntó mientras me siento a tu lado
-No en realidad, va a ser divertido
Si, tienes algo de mi personalidad, y eso es algo que me agrada.
Ya han pasado los dos días, y luego de que me ayudaste a calmar a Joey en este enorme jardín que Seto exageradamente construyó en su mansión, los reunimos a todos... que divertido será esto...
Todos nos miran con interés, ¿Qué sería más importante que esto? ¿Hay algo más importante que la boda que se está celebrando en estos momentos? Sí, si hay algo, este secreto que hace casi un mes tú y yo no les hemos dicho.
Notaste las expresiones en sus rostros y sonreíste levemente cuando te preguntaron si de verdad que estábamos casados, les respondiste que sí por inercia, y luego lo comprobaron por los anillos que llevábamos puestos. Nos quieren matar, lo sé, pero no me interesa, me interesa que ya lo saben y si les gusta o no, ya no es asunto mío.
Te entristeciste mi hikari, pero cuando Joey se te acercó y te abrasó sonreíste, el había entendido a la perfección, un poco raro en él debo decir, pero al fin y al cabo lo entendió, al igual que los demás que luego de reaccionar ante aquel shock.
Te dieron demasiados abrazos, si, no lo niego, me puse celoso, y por la cara que tenía Seto, él también estaba celoso de que su cachorro te abrasará tanto. Ambos notaron el aura oscura que recorría tanto mi cuerpo como el de Seto, así que, casi por inercia nos besaron al mismo tiempo para calmarnos, eso me gusto definitivamente.
No sé cuanto tiempo paso, pero luego de despedirnos de los recién casados nos subimos al lujoso auto que compre gracias a los tesoros que Ishizu, Odion, Marik y su Hikari encontraron en mi antiguo lugar de reposo hace una semana. Nos encontramos camino a aquella lujosa mansión que he formado gracias a esta fortuna que no había utilizado ni siquiera cuando gobernaba Egipto, mi antiguo hogar.
Ya hemos llegado a la casa que hemos compartido desde que me diste el "sí", tu abuelo no armó un escándalo cuando le contamos ese mismo día, creo que siempre ha sabido que estábamos enamorados, incluso desde que no tenía mi propio cuerpo y estaba en el rompecabezas para salir a ayudarte siempre que lo necesitabas y darte algunos consejos de vez en cuando. A pesar de todo este tiempo, sigue sin decir nada, y no creo que nos diga algo, no hasta que llegue de la expedición que está haciendo junto con el señor Arthur y la pequeña Rebecca en Egipto. Me intriga saber toda la información que tendrá... a veces no puedo dormir bien debido a esto.
Te encuentras dormido nuevamente, este día fue agotador, en especial para ti, y todo porque Seto y Joey te insistieron que fueses el que organizará todo lo referente a la boda. Estabas de un lugar a otro, y yo trataba de ayudarte lo más posible, además no quería separarme de tú lado, no con las miradas que te dedicaban los chicos y las demás personas que se encontraban allí. ¿Cómo no iba a ponerme así? Estabas endemoniadamente bello, con ese traje blanco de etiqueta, tus cabellos revueltos y ese leve sonrojo que tenías debido a la vergüenza que te producía el que no me separaba de ti, te hacían más bello de lo normal. Es verdad, creo que en eso último yo tuve la culpa, no quería dejar de abrasarte, quería que todos los presentes supieran que tenías dueño. Soy igual que Seto, posesivo, por algo fuimos y somos familia. Pero creo que al abrasarte por la espalda, no le ayudaba mucho a tus suaves mejillas ocultar tu rubor, aquel que todavía llevas débilmente.
Te acaricio suavemente los cabellos, tu expresión es tan bella, tan serena, tan inocente, nunca me canso de verla, siempre serás un ángel, siempre mantendrás esta apariencia de niño pequeño, no me molesta en absoluto, me encanta que seas así y más me gusta que mantengas tu actitud de niño pequeño. Pero lo que más he hecho desde que llegue a este mundo con mi propio cuerpo, es verte dormir, no puedo evitarlo, me encanta verte dormido, porque me gusta saber que al día siguiente despertarás a mi lado cuando despierte.
Me acuesto a tu lado, luego de ponernos a ambos el pijama corto, y al sentir mi calor de acurrucas instantáneamente en mi pecho, queriendo grabar mi aroma, queriendo que nos fundiésemos en uno, pero entonces esta oportunidad que me dio Ra de poder estar junto a ti no tendría sentido. Debido a esto sólo atino a abrasarte, para que no te vayas de mi lado, para que te quedes conmigo toda la eternidad, así como las estrellas están junto a la luna.
No sé cuanto tiempo ha pasado, pero mis ojos están más que cansados, y quieren cerrarse para poder descansar un poco de este día tan loco que hemos vivido. Te miro nuevamente, y le doy un cálido y tierno beso en los labios, ante esto sonreíste y pronunciaste mi nombre, te has quedado dormido, siempre lo haces luego de decirlo. Te beso nuevamente para rendirme en los brazos de Morfeo, para despertar al día siguiente junto a ti, y vivir otro día junto a la persona que amo. Tú. Mi amado y dulce hikari.