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En la Oscuridad de éste Amor por Akia_Nekoi10

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En la Oscuridad de éste Amor

 

El carro de color negro, luminoso hasta en la oscuridad se derrapó en la lluvia, las llantas no respondían a la orden del volante y los frenos decidieron dejar de funcionar para reproche de su dueño que intentaba por cualquier cosa detener el auto.

 

-CUIDADO!! -gritó la aterrada voz de una mujer mientras se agarraba de uñas al asiento, el conductor intentó controlar el carro más no funcionó.

 

Se estrellaron contra un muro, el carro destrozado completamente...

 

El señor rubio y de barba pronunciada salía de la ventana del carro, ensangrentado...

 

La mujer, de cabellos castaños y los ojos abiertos, ahora sin vida, descansaba estrellada en el parabrisas...

 

Y...

 

-Buuaaaa....

 

El llanto de un bebé...

 

 

 

Mi nombre es Roy Mustang, puedo decir sin la menor modestia que soy un hombre despreocupado de la vida, me gusta relajarme y que nada en el mundo me estropee mi tranquilidad. Soy acomodado, no tengo ningún tipo de problema en mi vida y gozo de ella al máximo.

 

Ahora discuto con una amiga, creo que ya no lo somos, el punto es que me está gritando lo poco hombre que soy por haberla dejado sola en la cama, total, siempre es lo mismo... no me importa en verdad, ya que...

 

Simplemente con tocarla... ella olvidará todo... sus ojos se ponen sombríos, parpadea varias veces y me mira con duda, para después decir...

 

-Hola Roy...-que linda sonrisa tiene -Que haces aquí tan solo? -me pregunta para después caminar a mi lado...

 

Así es... en mis manos tengo un extraño don que me a ayudado muchas veces a librarme de serios problemas, al tocar a las personas, puedo borrarles parte de su memoria, la que yo quiera... gracias a Dios que puedo controlarlo y no ando por la vida borrando la mente de los demás...

 

Mi madre dijo que aquello que hago... es un don y lo debo de valorar, más no abusar de él... no lo hago... solo cuando en verdad estoy en un aprieto, además de que no he visto efectos secundarios, así que no debo de preocuparme por ello.

 

Miré mi reloj y marcaba las dos de la tarde, con gentileza me despedí de mi amiga y me fui directo al hospital, para mi desgracia tengo que hacer prácticas para la universidad, todavía me faltan cubrir las horas de los jóvenes y los niños... pero las había pospuesto tanto que ya me llamaron  la atención y si no hacia caso al llamado, me darían de baja todas las horas acumuladas. Y eso si daba flojera.

 

Al llegar al edificio de color blanco, me adentré a el y saludé a las enfermeras con sonrisas coquetas e insinuantes, muchas sonrojadas y otras nada tímidas me lanzaban besos, algunas me ignoraban, ya caerán y otras se escondían de la pena. Llegué a la recepción y saludé a la mujer rubia.

 

-Hola, Riza... Algo nuevo para mi? -pregunté coquetamente, recargándome en la mesa de recepción. Riza me miró con poca amabilidad. Me dio un pedazo de papel y lo leí con cuidado.

 

-Que bien, primero iré con los jóvenes -solté orgulloso, despidiéndome de Riza que solo negó con la cabeza. No entendí porque lo hizo...

 

Llegué al área de adolescentes con discapacidades, me coloco la bata blanca y tomo el archivo de consulta, viendo en el, lo que me podía encontrar. Tan concentrado estaba que no vi venir el peluche rosa en forma de rana que se estrelló de lleno en mi cara.

 

-Pero que demonios?! -pregunté alterado, viendo el cuarto en el que estaba, lleno de mocosos latosos y desordenados, corrían, saltaban, gritaban, muchos lloraban. Sentí un tic en el ojo; los perturbados no pasaban de los quince años, entre once y quince años...

 

Gruñí por lo bajo, Riza había cambiado el titulo de la hoja de Adolescentes y Niños a solo Adolescentes, tenía ganas de asesinarla con la mirada, pero ya me la imagino sonriendo de lo lindo por su travesura.  

 

Resoplé con cierto fastidio y recorrí con mirada inquisidora todo el lugar, aplacando a muchos niños con ojos fríos, no soporto a los niños...

 

-Es el doctor! -gritó una voz chillona y tierna. Sin poder evitarlo, volteé por inercia, otro peluche se estrelló en mi cara -Jajaja!

 

-Mocosa impertinente! -grité viéndola con ojos fúricos, la rubia me sacó la lengua y como la pequeña que era, se metió bajo las sabanas.

 

Caminé con pasos seguros para encarar a la traviesa y le saqué las sabanas con tosquedad, quedándome pasmado al ver el estado de la niña.

 

"No tiene piernas..." pensé estupefacto. Mi mano tembló sin poder evitarlo. Aquella pequeña se tapaba la cara, pretendiendo ser invisible y la sonrisa tierna seguía en sus labios.

 

-No me ve! -canturreó la chiquilla, suavicé la mirada, sintiendo un remordimiento y culpa por aquello, por eso odiaba a los niños... no eran concientes de la situación por la que pasaban. Con poco cariño, casi con indiferencia, tapé de nueva cuenta a la niña.

 

-No seas tonta, Winly! -se escuchó la voz de otra pequeña, seguí con la mirada la voz y casi me voy de espaldas, la otra niña era morena de cabello bicolor y ojos violetas muy bonitos, más no tenía un brazo -El doctor no viene a jugar, solo a ver como estamos.

 

Winly, que resultó ser el nombre de la rubia traviesa, le sacó la lengua a la otra muchacha, quien le respondió el gesto.  La morena se cruzó de brazos, resoplando. Estoy completamente mudo... impactado por ver a todos estos niños, me daba tanto... asco... no me gustaban las personas a medias, las prefería completas...

 

-Oiga doctor... nos va a checar si o no? -preguntó la voz aniñada de un muchacho, parpadeé y vi a un muchacho de cabellera negra, larga y parte de esta cubriéndole la cara. Fruncí el cejo en molestia y solo asentí

 

Mi rutina era aburrida, algunos niños eran caprichudos y molestos, además de que las partes de las que carecían me daban... demasiado asco... algunos resultaron agradables, como la pequeña Winly, que siempre pretendía ser invisible y quería que la buscaran.

 

Había de todo tipo de niños en esa sección, desde inválidos, mancos, sordos, ciegos, retrasados... en fin, si se ponían más en la lista, era seguro que iba a vomitar... más uno en especial me llamó la atención. Un pequeño muchacho de cabello rubio, se veía sano, ya que dibujaba, muy entretenido, en un cuaderno grande, con un plumón de color amarillo. No quiero suponer que el muchacho estaba bien, ya que con muchos me llevé sorpresas desagradables...

 

Sin querer meditarlo más, me acerqué al muchacho, pero en eso sentí como mis propios pasos eran pesados, el rubio parecía no notar mi presencia.  Tomé una silla y me senté a un lado de la cama. Fruncí el cejo al verme ignorado... quien se atrevía a ignorar a Roy Mustang?!

 

-Ejem...-carraspeé, El rubio seguía coloreando una esfera amarilla. Sudé una gota.

 

-Ejem...-intenté de nueva cuenta, ahora el joven había agarrado otro plumón, éste era de color azul, sentí como una vena se inflamaba en mi frente. Todos los demás niños veían entretenidos la escena.

 

-Mocoso te estoy hablando!! -grité casi con coraje, arrebatándole el estúpido cuaderno, vi con satisfacción su reacción, estaba algo desconcertado. Después sentí como mi sonrisa se borraba con lentitud. Aquel niño tanteaba entre las sabanas en busca de su cuaderno.  

 

Pero su vista... no estaba enfocada en nada...

 

-Perdí mi cuaderno? -preguntó el rubio, me sorprendí de lo bonita que era la voz de aquel niño, llena de felicidad, más algo de preocupación por su cuaderno.

 

-Te lo quitó el doctor! -gritó Winly, volteé instintivamente, para después ver como se ponía las manos en la cara -No me ven! -dijo emocionada,

 

-Y donde está el doctor? -preguntó el joven, dirigí mimbrada de vuelta al rubio.

 

El niño de melena larga le dijo que a su lado, el rubio volteó, más no lograba mirarme a los ojos, tragué en seco. Con las manos temblorosas, tomé las del ambarino.

 

-Es su mano, doctor? -preguntaste. Solo asentí, sintiéndome estúpido después... no podías verme... pasé una mano frente a tu cara, más tus ojos estaban inmóviles... exacto... eras...

 

-Si doctor, es ciego! -dijo la moreno de doble tonalidades, la miré por un rato, para después volver a ver al rubio, seguía buscando su cuaderno. Me había olvidado que lo tenía conmigo.

 

-Gracias -dijiste cuando te di tu libreta y continuaste dibujando. Enarqué una ceja. A ver... no que eras ciego? Entonces porque podías pintar? Mirabas el dibujo como si supieras donde iba cada cosa y agarrabas los plumones correctos para los árboles, cielo, sol...

 

-Me tengo que ir -solté viéndome ignorado, me despedí de los niños y a Winly le dediqué una sonrisa tierna, la chica se ocultó más entre risillas. En verdad era encantadora...

 

 

 

Varios días habían pasado y yo cumplía mis horas como me correspondía, más la presencia de aquel muchacho me inquietaba, y no porque me incomodara... al contrario, era una sensación extraña... me agradaba, no sabía porque, pero me agradaba verlo...

 

Siempre que iba al hospital lo encontraba coloreando, o platicando con la chica rubia que se escondía de él, así como durmiendo... Me gustaba, porque cada vez que venía de mal humor por culpa de alguna de mis citas, ese muchacho me alegraba el día con su sonrisa tierna y despreocupada...

 

-Oye y como es que sabes que color va en cada cosa? -te pregunté mientras veía con interés como pintabas una montaña.

 

-Por el olor -soltaste de lo más normal, sin quitar la atención de tu dibujo. Parpadeé sin entender.

 

-Por el olor?... como es eso? -en verdad estaba intrigado como era que podías pintar basándote en el olor.

 

-Sip... la señorita Sheska me enseñó como -ahora agarrabas un plumón azul para el cielo, dejando los lugares de las nubes en blanco -Tome un plumón y huélalo...-me tentaste, tomé el plumón que me ofrecías.

 

Lo destapé y lo olí... olía a uva...

 

Tomaste mis manos entre las tuyas, se veían tan pequeñas a comparación de las mías. Tus movimientos eran torpes, ya que estaban un tanto inseguro de ellos, te acercaste el plumón a la nariz, ayudándote yo con la distancia entre éste.

 

Lo oliste con delicadeza...

 

-Es morado -dijiste emocionado mientras entrecerrabas los ojos y lo meditabas, mentiría si dijera que casi no me infarto al ver que habías atinado al color -El morado vuele a uva -sonreíste tras decir aquello -Eso me lo dijo Sheska, así podía relacionar los colores e identificarlos.

 

Eso solo me desató mas dudas, en verdad sabías que era un azul? O amarillo?....pero la más importante ... no te mareabas de tanto olerlos?...O_ó

 

-Y ahora que dibujas? -pregunté mientras revisaba tus archivos, sonreíste, pareces hacerlo mucho, y me mostraste tu dibujo.

 

El dibujo en si era bonito, pero...

 

-Es un choque...-susurré sin poder evitarlo, miré de soslayo al menor y lo vi muy tranquilo, meneando los dedos entre los otros. Sonriendo como siempre -Me puedes explicar el dibujo, por favor? -te pedí de la manera más cortes, asentiste contento, como si esperara aquella petición.

 

-Esta es una montaña -dijiste, señalando aquel pedazo color café del dibujo -Está el sol también, y nubes - apuntando lo antes mencionado, el olor seguía en la hoja....

 

-Lo rojo es de papá y mamá...  pero no se porque se los dibujé -soltaste con voz dudosa, analicé los colores en el dibujo, no me decían mucho -Y yo soy éste de aquí -tomaste el cuaderno y lo acercaste a tu nariz para poder oler el color negro -Éste! -te apuntaste.

 

Eras muy misterioso, tu sonrisa era sincera, no ocultabas nada en ella, pero tú subconsciente se mostraba despierto, mostrándote cosas que de seguro tú ni sabías de su existencia...

 

-Doctor...-susurraste con voz preocupada, sacándome de mis pensamientos, te miré y tu gesto era perturbado -De repente se quedó callado, está bien? -sonreí, no podías saber donde estaba... acaricié tu cabeza y solo te dije que sí...

 

Eras muy encantador, porque negarlo?...

 

Gracias a ti, hacer las horas de práctica de la universidad, se me hacía más ligero, verte me daba paz...

 

Y parecía que a ti también...

 

 

 

Tres mese pasaron, y yo ya había terminado de hacer mis practicas, pero aún seguía visitándote, cuando te diste cuenta de que lo hacía porque quería, sonreíste mucho, y jamás dejaste de darme las gracias... Te paseaba en silla de ruedas por todo el patio del hospital, para que sintieras la brisa en tu piel y el calor del sol...

 

-Mira Roy! -así es... ahora me tuteas, tienes mi autorización, así como yo la de usar tu nombre, el cual resultó ser muy lindo también -Me darás tu visto bueno? -me preguntaste, mostrándome un dibujo de un prado, con la misma familia... pero esta seguía manchada de sangre...

 

Por que?... estabas conciente de lo que dibujabas?.... de lo que la sangre significaba en un dibujo como éste?... No... tu inocencia no te dejaba analizar los colores, los tomabas por lo que eran... colores...

 

-Es muy lindo -te dije casi por educación, más pareciste no notarlo, te veías muy nervioso... porque? -Edward?... te sientes bien? -te pregunté, pero te exaltaste ligeramente al escuchar mi voz, y un pronunciado sonrojo apareció en tus mejillas, te veías lindo.

 

-Yo... sabes...-empezaste a decir, no era tonto, suponía a donde querías llegar, lo que me sorprendió fue que fuera tan pronto... yo quería esperar un poco más... a que tú estuvieras listo, pero parecía que ya lo estabas...

 

-Roy... tu... es que tu me...-te era difícil, cuantas personas has conocido?... cuantas personas han pasado por tu vida para comprender lo que sientes ahora?... ninguna... es difícil...

 

-Que es Edward? -pregunté, no era que me gustara verte sufrir, pero era en verdad gracioso ver como te debatías para poder sacar aquello que te oprimía...

 

-Es que... tú me gustas mucho...-susurraste, bajar la cabeza y esconderla entre tus mechones no te ayudó en nada, te oí perfectamente. Tomé con delicadeza tu rostro y lo levanté, seguías sin enfocar la mirada... me deprimí...

 

Podía llegar a ser tus ojos Edward?... enseñarte el mundo tal como lo veo?... o por mi culpa seguirás en la oscuridad?... sacudí mi cabeza con fuerza, no podía pensar en aquello, mostraste valentía al confesarte, siendo conciente de que a lo mejor el rechazo estaba...

 

Yo también me aventuraría... solo por ti...

 

Tomé tus mejillas con calma, y sentiste como me acercaba a ti lentamente, sentías mi aliento chocar contra tus labios...

 

-Sabes lo que vamos a hacer, Edo? -te pregunté, tu solo negaste, claro que no sabías... desconocías lo que era un beso... sonreí...

 

Junté mis labios con los tuyos, sintiendo como al principio me rehuías, para después colocar tus manos, torpemente, en mi cuello, disfrutando del beso... un beso puro y casto...

 

Lleno de inocencia, como tú... de amor... de sinceridad...

 

Continuará...

Notas finales:

Minna!!! ke ondiux!!

Pues yo aki publicando un fic que ya me tenía ganas, jejeje, como verán, es algo progresivo recpecto a la relacion de Roy y Edward, porque?! Pues porque es mi primer fic corto, así es.

Para que gozen de una lectura pequeñita y llena de amor!! y es mi primer intento desde primera persona, ahí me dicen como me quedó, onegai!!

Un beso a todas y espero reviews!! *u*

Una carta es enviada correctamente cuando se conoce su destino...

Y si se desconoce?...

Las cartas caen en un pozo llamado olvido....

RoyxEd

PROXIMO FIC!

"DESTINATARIO EN EL OLVIDO"

Syao9 y Akia_Nekoi10

 


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