CAP 1: NUESTRA DULCE PENA
Su vida había sido muy traumática desde pequeño.
= La muerte de su madre durante el parto, algo de lo que su padre lo culpaba.
= El ser utilizado por su propio padre para conseguir dinero vendiéndolo al mejor postor por un día entero para que hicieran lo que quisieran con él.
= Asesinar a su padre cuando este estuvo a punto de violare cuando tenía 14 años.
= Pasar un año en terapias sin querer hablar debido a lo pasado los años pasados
= Un año después su padrino se hizo cargo de él aunque no de muy buena gana y siendo usado como sirviente por toda la familia.
= Ser comprometido con una mujer a la que ni conocía solo por la dote que daba la familia ofreciéndolo como "Es muy guapo, seguro sus hijos lo serán" y ordenándoselo con "Nos debes todo lo que hemos hecho por ti".
=Saberse usado
=Escapar al único lugar donde se le ocurrió, aquel país de donde su madre provenía. Japón.
= Fue ahí donde su vida dio un giro positivo, cuando conoció a su primo Hiroshi, quien le consiguió un trabajo, pero no solo eso. Le presento a una persona; la única persona que cambió su percepción de la fatídica vida que tenía, con su sonrisa, felicidad e inocencia.
Era una lástima que la vida no fuera grata con ellos, ni con su amor.
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La noche había caído.
Era una gran casa pues su padre era un gran hombre de negocios, con una ética intachable y muy conservador.
Casado con su esposa por compromiso previo, y sus hijos debía seguir los mismos pasos. Tal y como lo había su hija mayor, casada 6 meses atrás.
Pero aún faltaba por sentar cabeza a su hijo menor, el único varón y sobre quien caía todo el peso de la familia al ser heredero total de los negocios de su padre y el único que podía hacer perdurar el nombre de la familia.
Era un chico que aparentaba 16 a pesar de pronto cumplir los 18, de sedosos cabellos rosas, hermosos y expresivos ojos violetas, y una alegría e inocencia que embrujaban a cualquiera.
Shu: Papá ¿Me deja invitar a Eiri para que coma mañana con nosotros?
Padre: ¿Eiri? ¿Te refieres al extranjero ese? - Para todos era claro que el padre detestaba al hombre.
Shu: Eiri pudo haber nacido fuera del país, pero su madre era japonesa.
Padre: Pero su padre no, lo que lo convierte en mestizo y el nacer fuera de Japón le convierte en extranjero.
Shu: Pero...
Padre: Pero nada, no quiero que hagas amistad con ese sujeto, no sabemos que clase de costumbres tenga. Lo que si sé es que no tiene las mismas tradiciones que nosotros. - Con ello la conversación estaba terminaba.
El hombre era recto, severo, moralista y conservador con las tradiciones de su país, ello no era malo, pero el estaba más cerrado que una caja fuerte, y no deseaba tener contacto con cualquiera que no fuera 100% Japonés.
Y sus razones para ello eran muchas:
= El mundo se había convertido en una porquería que olvidaba sus raíces, ahora era libertino y carente de sus tradiciones y costumbres.
= Estaban perdiendo muchas costumbres en su país debido a la globalización, lo que convertía a los jóvenes en seguidores de la moda, las nuevas tendencias y los movimientos de pensamiento más "sátiros" que hubiera tenido la humanidad, todos provenientes de occidente.
= La tecnología hacia que los cerebros se atrofiaran y comenzara a crear cualquier estupidez que trabajara por ellos
= El libertinaje había traído enfermedades nuevas e incurables que eran de fácil contagio.
= Y muchas otras razones similares, que si bien tenían algo de razón estaban demasiado exageradas.
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El día siguiente llego, y así de rápido que vino se fue
Había sido hermoso, era una lástima que como todo, eso también terminará
Pero ese ocaso en verdad era bello.
El cielo en suaves tonos naranjas que se mezclaban con los azules; las primeras estrellas comenzaban a hacer su aparición aunque la luna no llegaría esa noche.
Las personas del parque comenzaban a irse, familias, amigos, parejas, niños con mascotas, todo poco a poco iba quedando vació.
No muy lejos de ahí.
En un puente que cruzaba el gran lago.
Un chico arrojaba pequeñas migajas al agua mientras los patos y los peces se amontonaban para comer.; sus cabellos rosas caían un poco por sobre su rostro adornándole y a la ves dándole un toque infantil. Sus grandes ojos de color amatista reflejaban alegría e inocencia, vestido galantemente con el clásico uniforme de preparatoria, haciendo más que obvio su proceder.
Shu: ¿Tenían hambre? - Pregunto juguetonamente para arrojar un poco más de migas al agua y ver como los animales corrían por ellas.
Del otro extremo del puente un hombre le observaba.
Era joven, aproximado a los 22, de sedosa y lacia cabellera rubia. Sus ojos ámbar miraban fijamente al chico, atrapándolo con su gatuna y gélida mirada. Su rostro se mostraba serio, como si analizara algo, y de hecho lo hacía. Vestía un traje oscuro con el saco desabrochado y la camisa violeta desfajada con los primeros botones desabrochados haciendo que se viera muy atractivo.
Yuki: Shu... - Llamo y se acercó al chico para apoyarse en la barandilla y verlo. - ¿Lo saben?
Shu: No, aún no les digo. No he encontrado el momento indicado
Yuki: ¿Qué crees que digan?
Shu: No creo que nada bueno - Dijo para arrojar todas las migajas que le quedaban en la bolsa y tras ello se alejo
El rubio dejo de insistir en eso y siguió al chico.
Caminaron con calma hasta el apartamento del rubio, un lugar amplio con estilo minimalista. Que si bien Eiri no era una persona que tenía dinero para aventar al aire como era la familia de Shu; con lo poco que tenía, sabía aprovechar para dar elegancia sin gastar excesivamente.
Entraron con gran calma y Shu tomo su mochila que había dejado sobre el sofá para dar el paseo con el rubio sin tener que andar cargándola.
Shu: Ya son las 7, lo mejor es que regrese a casa.
Yuki: ¿Te vas tan pronto?
Shu: Eiri, no he llegado a casa en todo el día, vine directo a verte, de seguro que mi padre estará en la puerta esperándome.
Yuki: En verdad que tu familia es muy conservadora
Shu: Sabes que a mi padre no le agradas por ser...
Yuki: Extranjero. Lo se bien.
Shu: Si me regaña por que hable contigo, imagínate lo que dirá cuando le diga que tu y yo... - Mejor no termino la frase.
Se acercó al chico y tomo su rostro por los costados para dar un pequeño beso en sus labios, apenas tocándolos, no solo era para callarlo, también era por la necesidad de ellos.
Yuki: ¿Qué sabes de Yôko?
Shu: Aún nada, mi madre dice que la conoceré hasta el día de la boda con la excusa de que "Es malo ver a la novia antes de la boda" ¡Tonterías! ¿Cómo pretenden que me case con alguien a quien no conozco ni en fotografía?
Yuki pudo notar enojo en el rostro del chico, pero lo comprendía.
Él mismo había huido de su país unas horas antes de la boda con quien sabe que desconocida, algo que había arreglado su padrino.
¿Cómo era posible que la vida lo odiara tanto como para hacerle pasar todo lo que había pasado desde niño?
Shu: ¿Ocurre algo Eiri?
Yuki: No, es solo que... tu eres lo mejor que me ha pasado en la vida
Shu: Ei... ri...... - Un rubor cubrió sus mejillas y tras ello cerro los ojos.
De nuevo el rubio lo besó, esta vez fue más profundo que el anterior mientras poco a poco lo llevaba al sofá, donde lo recostó y el se semiacosto sobre el chico.
Un leve suspiro escapo de sus labios al sentirlo bajar por su cuello con suaves besos; debía tener mucho cuidado, si llegaba a besarlo con fuerza se notaría en su blanca piel y se llevaría una bofetada de su padre por andar haciendo cosas que no debía con quien sabe quien.
Shu abrió los ojos mientras sentía como Eiri besaba su abdomen suavemente, ya le había quitado la chaqueta y había levantado su playera para poder acariciar y besar directamente su piel.
Shu: Matte... - Suspiro moviéndose un poco
Yuki volvió a subir y lo cayó con un beso que fue respondido por el pelirrosa, Shu se había aferrado a la espalda del rubio mientras lo veía con algo de duda y sentía como una de sus manos ya acariciaba su pierna.
Cerró los ojos y trato de calmarse cuando se dio cuenta de que Eiri buscaba la manera de desabrochar su pantalón.
Shu: Matte curasai... - Suplico rompiendo el beso y empujando levemente al rubio.
Yuki: ¿Pasa algo?
Shu: No, bueno si... yo... estoy confundido.
Eiri lo miro y tras ello se levanto dándole la espalda al chico.
Shu: ¿Estas enojado?
Yuki: ¿Debería estarlo?
Shu: Se que tenemos 3 meses juntos, pero, aún no me siento listo.
El rubio no respondió, ni el mismo sabía como se sentía.
Por un lado le molestaba que Shu siempre lo detuviera
Por el otro estaba conciente de que no era nada fácil para él pelirrosa y aún era más complicado con la familia que tenía.
Todos sus pensamientos se vieron truncados cuando sintió como Shu lo abrazaba con fuerza y necesidad mientras escondía su rostro en el pecho del rubio.
Shu: En verdad lo siento mucho Eiri. No solo quiero que mi primera vez sea contigo, sino que quiero que siempre estemos juntos. ¡Te amo! Pero... tengo mucho miedo.
Yuki: ¿Miedo a que? ¿A equivocarte conmigo?
Shu: No, se que tu no me defraudaras, pero. Tengo miedo.
El rubio lo comprendió, tomo el angelical rostro del chico y beso sus labios nuevamente.
Yuki: Vamos, te llevare a casa
Shu: No, mejor me voy yo, si mi padre te ve se molestara mucho.
Yuki: Te dejare una cuadra antes ¿Te parece?
Shu: Esta bien.
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Entro a la casa de sus padres y camino lentamente por el silencioso lugar.
Padre: ¿Dónde estabas?
Shu: ¡Papá! Me asusto
Padre: Responde
Shu: Estaba haciendo una tarea con Hiroshi.
Padre: No me mientas
Shu: No miento
Padre: Insolente. - Regaño dándole una bofetada. - ¿Estabas con ese extranjero no es así?
Shu: ¡.........!
Padre: Me llamaron hace rato, te vieron en el parque con él
Shu: Me lo encontré en el parque y me pregunto por una dirección, como me quedaba de paso lo acompañe por unos momentos, solo caminamos y cruzamos unas palabras. - Su mente había sido ágil para mentirle a su padre, algo que era muy difícil.
Padre: ¡TE PROHIBO HABLARLE! Si me entero que lo vuelves a ver lo acusare de acoso - Y dicho esto se alejo
Shu: Papá, si supiera que lo amo. - Pensó el chico.
CONTINUE