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Koori por Hefestion

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Notas del capitulo:

Estoy trabajando, estoy trabajando, agregando y quitando.. (y honestamente divirtiéndome, tengo tiempo que no escribo locuras como esta ^_^, me gustaría poder hacerlo de nuevo y creo que lo hago un poco con la parte de 'agregando cosas nuevas'), y en fin, corrigiendo y editando, espero que te guste Ángel, y a todos quienes se pasan por acá y me leen, especialmente a Clau, Ashen, May, Persephone, Niniel, Shiryu, por tomarse un momentito y dejarme sus comentarios... Gracias!.

Kari no Chiryu

 

koori

Kari no Chiryu

 

.Acto  IV.

"URASAI, SEIYA". (Cállate, Seiya). Bramó el rubio, abrazando a Shiryu mas fuerte de lo necesario. 

"¡Yare, yare!". (Bien, bien). Suspiró el joven con una sonrisa mansa, exponiendo sus manos en señal de paz. "¿Y tú quien eres, corazón?". Le preguntó a la dulzura rubia.

La niña continuó chupando su dedo, mirando a Seiya con una expresión que claramente decía: ¿La flecha más filosa de la aljaba, verdad?.

"Tío Daneus jugaba conmigo a las escondidas, pero el jardín de Tío Akira es tan grande que no lo reconocí, así pensé que estaba perdida pero Tía Shiryu me encontró".  La niña dijo por vía de explicación.  "Y ahora, papá está aquí también". Sonrió dulcemente mirando a Hyoga.

La sonrisa en el rostro de Seiya desapreció más rápido que el humor de Ikki al encontrárselo (a Seiya).  "¿Hyoga, tienes una hija?".

"Seiya, cómo vas a pensar...".

"¿Tu hija?".  Shiryu levantó la cabeza del hombro de Hyoga mirándolo a la cara. Sus ojos estaban un poco dilatados pero su expresión facial y corporal prestó atención individida. "¿Shun lo sabe?".

"Yo... no...".  Trató de explicar sin encontrar las palabras. Qué demonios era todo aquello, antes bien quiso que alguien se lo explicara.

"¡Oh Dios, Hyoga!".  Seiya suspiró con dolor al ver la réplica en miniatura de Hyoga, con la sola diferencia de la piel pálida, los dulces ojos azul océano y, por supuesto, el vestido rosa y blanco con conejitos bordados, encajes y cintas. "Ikki va a matarte".

"¿Por qué?, ¿hay alguna nueva razón por la cual quiera matar al estúpido que se robó a mi conejito?". 

Seiya e Hyoga tragaron la sequedad en su garganta. Shiryu, ahora de pie, pestañeó un par de veces. Los tres se asaltaron por el mismo pensamiento: ¡Hablando del diablo!... y Seiya lo había invocado.

Ikki se detuvo regio, alto, moreno y poderoso a la puerta de la cocina, con la expresión de arrogancia eterna y una curva diminuta en la esquina de sus labios que habló de humor renuente.

Koori, aún desapercibida para el recién llegado, corrió asustada a esconderse detrás de Hyoga, "¿Tía Ikaru?". Tembló.

"HAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHA". Seiya sujetó su tórax en un intento de conservar sus pulmones dentro de él y sus adoloridas costillas.

.Acto  V.

Algo extraño pasó entonces. Sí, más extraño de lo que había pasado hasta el momento... Los hombros de Shiryu comenzaron a agitarse ligeramente, entonces mas pronunciado hasta que una risa agradable dejara su garganta.

Confundirlo a ‘ÉL' con una mujer, fue pasable cuando llevó su ropa espesa de deporte... después de todo, su cuerpo era bastante esbelto.

Pero confundir a Ikki... IKKI... ¿con una muchacha?... ¿Al todo poderoso caballero Phoenix...? Ese quien, a vista de todos, poseyó una masculinidad arrolladora que encantó tanto a mujeres como a hombres.   

Perdón, pero tenía que reírse...

Ikki frunció el ceño a la niña asustada de rizos rubios escondida tras el hombre igualmente rubio e igualmente aterrado.   Demás está decir que el caballero de los Hielos no reía.

Colocando ambas manos a sus caderas sus hombros subieron a tal ángulo que su chaqueta de cuero quedó abierta, exponiendo su  ancho, firme, plano, poderoso  y muscular (sangrado nasal) pecho masculino debajo de su camiseta ajustada.

La niña tragó, algunas lágrimas comenzaran a rodar por sus mejillas.  

Hasta ahora se sintió tan segura con su familia... porque no había estado perdida...

Pero había algo tremendamente equivocado...   Este hombre se pareció tanto a su tía querida,  pero era un hombre...

Y su tía era una mujer, una mujer preciosa, alta, elegante, regia, exquisita, fuerte pero femenina completamente. ¿Dónde estaba su tía....?

Y entonces la voz de su otra tía... no es que  había estado hablando raro, ¿esa era la voz de un muchacho?... ¿su tía Shiryu era un muchacho...?.  ¿Y por eso Tío Seiya tampoco la había conocido?

El temor invadió su alma frágil como un fantasma... ahora más que antes, se sintió muy sola y desamparada.

Alejándose incluso de la seguridad relativa detrás de su ‘padre',   Koori retrocedió vacilante hasta detenerse contra la pared.

Ikki frunció mucho más el ceño al acercársele.

Los otros tres muchachos en la habitación fijaron su atención en la pequeña así como Ikki lo hacía y la niña... parecía querer simplemente desaparecer.

Sorbiendo, permitió a las lágrimas verterse de sus orbes azules.

Ikki se detuvo abruptamente, sintiendo en su pecho la contracción de su corazón... se visualizó de repente ante la niña y comprendió cuán amenazador aquello debía parecer para alguien que escasamente alcanzaba la altura de su cintura.

 "Mamá... mamita...".  La niña comenzó a sollozar enterrando el rostro en sus manos.

Hyoga sintió quebrarse su corazón, sus ojos quemaron con lágrimas, se apresuró hacia ella para solazar; Shiryu y Seiya lloraban desvergonzadamente, conmovidos por la criatura.

E Ikki estaba helado ante los ojos acuosos que perfectamente eran sus propios ojos... que tan perfectamente, en su pureza y fragilidad, eran los ojos de su hermanito querido.

"¿Qué está pasando aquí?".  Sahorí sonrió.  Hyoga se detuvo antes de alcanzar a su hijita. Tragó volviéndose hacia la diosa como los otros tres hicieron.  Sus expresiones eran de absoluta consternación.  "¿No me digan que comenzaron el desayuno sin..?.".

Apartándose ligeramente, revelaron a la niña llorosa en el rincón.

La muchacha pequeña emitió un sollozó aún más lastimero.

"Tu no eres tío, Akira".  Acusó en su llanto. Tenía tanto miedo.

"Ohayo".  Dijo suave y dulcemente la voz del caballero de Andrómeda.  "¿Qué está pasando?".  Preguntó al notar a la pequeña.

La niña tembló, sollozó.... y corrió a los brazos siempre receptivos, siempre amorosos y siempre protectores de su querida...

"Okaasan". (Mamá)

Sin preguntar qué, por qué, cuándo, cómo o dónde, Shun acunó a la niña hacía su pecho permitiéndole llorar.

Sus ojos azules buscaron los de su familia; aún cuando estaba más cargado con preguntas que las respuestas que prometieron salir de sus amigos y hermano, Shun se dejó llevar por el sentimiento que le inspiraba esta pequeña y totalmente desconocida, cosita entre sus brazos.

"Ya bebé, no llores". Acarició su cabeza y besó sus sienes.

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Familia

(.¡Continuará!.)

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Notas: Mis sinceros agradecimientos a Clau, Ashen, May, Persephone, Niniel y Shiryu por leerme y tomarse unos momentos para dejar sus comentarios, lo aprecio de todo corazón y prometo responder cada uno de sus reviews para corresponder a tan bonito gesto!... Gracias.

Dulce, ¡Ángel-chan!... zanquiU, sabes que va de relanzamiento en edición por ti! ^_^


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