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Aishiteruze Baby por Natsumi Mizuki

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Notas del fanfic:

 

 愛してるぜベイベ

 

 

Hola a todos ^^

He aquí mi primer fan fic en la categoría de Death Note, espero y os guste. He puesto mucho empeño en realizarlo, a ver que tal.

 

Notas del capitulo:

 

Es sólo una pequeña adaptación al manga de Aishiteruze Baby, aunque he modificado tanto la historia que definitivamente difiere mucho de la original. He intentado suavizar las situaciones entre los personajes, así que no penséis que se trata de algo depravado. Siempre he pensado que el shota es un género muy lindo, sólo hay que cuidar algunos detalles para no caer en demasiado en la perversión.

Por último aviso que contiene un poco de OoC, ya veráis a lo que me refiero; ojalá sea llavadero.

Gracias por escoger leer, es un gusto para mí ^^

 

Death Note no me pertenece es prepiedad de Tsugumi Oba -sensei y Takeshi Obata -sensei.

Aishiteruze Baby es propiedad de Maki Youko-san.

 

 

 

Aishiteruze Baby. 

Capítulo 1: ¡Ryuuzaki tiene 11 años!

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Siento claramente como los rayos de Sol se filtran por mi ventana. Abro lenta y pesadamente los ojos, mientras escucho el canto matutino de las aves.

Es un nuevo dia. Otro patético dia en mi monótona existencia.

Sin ánimos, me levanto de mi cómoda cama y me dirijo al baño para mojarme la cara con agua fria y poder despertar de una vez por todas. Cuando termino, me dispongo a ponerme el uniforme del Colegio.

Me coloco frente al espejo para acomodarme la corbata. Como siempre, tengo ese semblante serio e intimidante. No es que este enfadado ni nada por el estilo, tan sólo es parte de mi personalidad. Y por lo visto, al resto de las demas personas parece fascinarle ese aire enigmático. 

Ya es tarde, asi que me doy prisa y termino de arreglarme. Bajo las escaleras, encaminándome a la cocina para desayunar y asi poder marcharme al Instituto.

 

Mi nombre es Yagami Light, tengo 16 años, y según mi opinión y la del resto de la gente, soy en cierta forma,  perfecto. ¿Para qué engañarme a mi mismo siendo modesto? Honestidad ante todo, es mi lema.

Y es que es verdad, soy el mejor estudiante del Colegio, y quizas de todo Japón. Sobresalgo en todo lo que hago, aunque nunca estoy satisfecho.

 

 

Me siento en una de las sillas del comedor, con mi tipica actitud inquebrantable.

Estoy a punto de consumir mi sagrado desayuno, pero...

-Light, ¿Me pasas la mermelada, por favor?

Es mi hermano mayor, Mikami. Nada le costaría estirar su brazo y cogerla el mismo, pero seguramente no lo hace por darme la vara. Pero no vale la pena discutir con él, así que simplemente se la doy. 

Continúo desayunando, pero como no, al pesado de Mello se le ocurre fastidiarme también.

 

-Dame un pan tostado, Light. ¡Ahora! 

 

Lamentablemente, Mello es mi hermano menor. No conformes mis padres con darme un hermano mayor tan ejemplificar como Mikami, decidieron mortificarme con Mello, el trastornado con las barras de chocolate. 

 

-Tómalo tú. - Le respondo sin siquiera molestarme en mirarlo. No pienso dejar de comer por su causa.

-¡Light! - Me mira claramente enfadado. 

 

Le observo por el rabillo del ojo. No voy a ceder a sus caprichos. Después de un rato, por fin se cansa de maldecirme y lo coje el mismo.

 

Termino de desayunar, y me dirijo a la escuela seguido por mis dos molestos hermanos. 

 

-Light, no vallas tan deprisa.

 

Mikami. Siempre tan despreocupado, aunque en realidad, es un verdadero sadomasoquista que sólo piensa en el sexo y en sí mismo. Es tres años mayor que yo, y asiste a la Universidad. Aún me pregunto como le permitieron aprobar el preescolar. 

 

-Diantres, Light. ¡Espera! 

 

Mello, el quejica andante. Es un año menor que yo, y parece no cansarse de renegar de practicamente todo su alrededor. Lo que mas disfruta es molestarme y tratar de arruinar mi existencia, mientras yo simplemente le ignoro olímpicamente. Pero tal vez en un futuro próximo enfreme de diabetes o muera de indigestión por comer en exeso barras de chocolate, no lo descarto. 

 

Vaya par de hermonos que me han dado.  

 

 

Después de unos irritantes minutos escuchando los reproches de Mello y las penas amorosas de Mikami, al fin llegamos al Colegio, y como de costumbre, mi Club de fans se encuentra esperándome en la entrada con pancartas, camisetas y recuerditos en alto. No entiendo como no caen en cuenta del ridículo tan enorme que protagonizan. Nisiquiera me molesto en  mirarlas y paso de largo. 

 

-¡Light! - Conozco esa voz chillona. Sin duda alguna se trata de Amane Misa. 

Me resigno y vuelvo la cabeza para verla, seguro y otra vez quiere invitarme a salir.

-Etto... yo... me preguntaba si tu quisieras salir conmigo y... - tartamudea sonrojada.

-Lo siento, no puedo. -La interrumpo cortante. 

¿Acaso creía que voy a perder el tiempo con ella?

-¡Pero Light! - Chilla insistente.

-Tengo que irme - Me doy la vuelta y sigo mi camino, dejàndola botada en algún rincón del campus. 

 

Pasan las horas y la profesora da su clase, aunque para ser sincero, no le presto atención. Estoy muy ocupado reflexionando en que contradictoria puede llegar a ser la vida. Mientras muchos desearían estar en mi lugar, yo sólo pienso que mi vida es patética. Todo lo que hago es por complacer a mi padre, por cumplir sus espectativas. Nada más. Y él ni siquiera lo reconoce. Realmente no tengo vida propia, y eso es algo que tengo que solucionar pronto.

El timbre que anuncia el fin de las clases suena. Recojo mis cosas y salgo lo mas rapido que puedo, ignorando los llamados de Misa y demás compañeras.  

 

Luego de caminar un poco, perdiéndome entre el resto de gente, llego a mi casa. Lo único que deseo es dormir un buen rato. 

Abro la puerta, y sin previo aviso, choco con algo... o alguien. 

 

-¡Itae! - se queja mientras cae al suelo.

Es un niño de cabello y ojos negros. Lo examino con la vista, mientras él me observa sorprendido, aún desde el piso.

 

-¿Estás bien, L? - Le pregunta Itachi mientras lo ayuda a levantarse. 

-Oe Mikami - Le llamo esperando una explicación.

-Nee Light, ¿A que es muy mono?  - me interrumpe señalando al niño y apretando sus mejillas.

-Si, pero... ¡Mikami! - Bramo molesto.  - ¿Quién diablos es este niño?

-Es Ryuuzaki, nuestro pequeño...

-"L" - Corrige indignado - Mi nombre es L.

-Ya, es verdad - Mikami sonríe nervioso - Como decía, es L, nuestro pequeño primo. Supongo que te encantará saber que de hoy en adelante estará a tu cargo. - Añade sonriendo maliciosamente.

-¿Qué quieres decir? - Cuestiono descomponiendo el rostro. 

-Lo que escuchaste, exactamente. Pero mejor pasa para que te explique. - Ofrece intentando sonar conciliador. 

 

Esto tiene que ser una mala broma. Yo no pienso cuidar a nadie que no sea yo, y mucho menos a un niño pequeño. 

 

-Será mejor que tengas una muy buena explicacion para todo esto, Mikami - Sentencio lo más sereno que puedo.

-De hecho la hay - Lo miro con el ceño fruncido -  Este niño es Ryuuzaki, hijo del primo de nuestro padre. Hace unos meses murió su madre, y nuestro tío no puede hacerce cargo de el por el momento, así que nos pidio de favor que lo cuidaramos por ese tiempo. - Suelta un gran suspiro al terminar  explicación.

-¿Y? - Cuestionó con los brazos cruzados. Comienzo a imaginar hacia donde va la cosa.

-Bueno... tú sabes que yo lo cuidaria con mucho gusto si no estuviera taaan ocupado con eso de la Universidad, y Mello... , recién puede cuidarse así mismo, no sería prudente pedirselo a él, asi que... - me mira sugerente - Pensé que tú...

 

Aunque estoy de acuerdo en que Mello es un completo inútil, de ninguna manera aceptaría tal propuesta.

 

-No, yo no puedo cuidarlo - Corto con seguridad.

-Pero Light, eres el mas indicado para este trabajo.

-Lo siento. Nisiquiera sé cuidar niños - Me excuso dando media vuelta.  

-Valla. Ahora resulta que el gran Light no puede con algo tan sencillo- Dice una voz detras mio con un tono especialmente irónico.

-Mello - Le miró desafiante - Si es allgo tan sencillo, deberías hacerlo tú.

-Oh, yo no podría. No estoy tan calificado como tú - ironiza dando un mordisco a la barra de chocolate entre sus manos.

Ahora resulta que Mello acepta que soy superior a él. Esto es el colmo.

 

-No.

-Vamos Light, sabes que nuestro padre trabaja todo el día, y mamá está de vacaciones. ¿No podrias hacerlo, por lo menos hasta que ella regrese?  - Pide Mikami con ojos soñadores. Aunque más bien parece que tiene un tic en el ojo. 

Debe estar pirado si cree que voy aceptar hacer esto. 

Bajo un poco la vista, topándome con los grandes ojos de Ryuuzaki. No puedo evitar notar su piel pálida y las pronunciadas ojeras debajo de sus ojos.  

 

"Es sólo un niño, Light" Me repito mentalmente. 

-Por favor, Light - insiste Mikami con voz melosa. 

 

Vuelvo a mirar a Ryuuzaki, como si esperase una respuesta de su parte. Él ladea la cabeza y por un momento parece convencerme.

Respiro hondo, esperando no arrepentirme de lo que voy a hacer. 

 

-Está bien. Pero sólo hasta que mamá regrese - Me he resignado. De todas formas, Mikami y Mello iban a obligarme a hacerlo. 

-¡Muchas Gracias, Light! - Mikami me abraza hasta prácticamente axficciarme -  Entonces toma  - me extiende una maleta - Ah, y aqui hay una lista de las cosas que debes y no hacer, a que hora come, cuando debe ir a la cama, y esas cosas, ¿Entendido?  

 

Es ahora cuando me empiezo a preguntar si de verdad hice bien en aceptar.  

 

-"Desayuno a las 8. Recojerlo en el colegio a la 1. Comida a las 2. Debe hacer la tarea a las 4. Cena a las 7. A las 8 el baño, a las 9 a la cama..." - Repito las indicaciones anotadas en la dichosa lista. 

No sé si podre hacerlo. Son demasiadas cosas. Pero ya es demasiado tarde para arrepentirse. 

 

-Buena suerte, Light - me desea burlonamente Mello mientras se va. 

 

Igualmente, me doy la vuelta y me dirijo a mi habitación, seguig¡do de un nervioso Ryuuzaki. 

En cuanto llego, aviento la maleta y me tumbo sobre mi mullida cama, dispuesto a dormirme un buen rato. 

-Etto... - Tartamudea tirandome de la camisa.

-¿Que sucede? - interrogo con el ceño fruncido.

Ante esto infla las mejillas, haciendo un gracioso puchero.

-Es que yo... ya son las 8....

-¿Y qué con eso?   

 

Es entonces cuando recuerdo las instrucciones de la lista que me dio Itachi. A las 8 el... 

 

-Baño. Es hora de mi baño.

-Ese es el baño. - señalo una puerta y cierro los ojos.

-Es que... mi mami siempre me bañaba - Dice juntando sus deditos una y otra vez. 

 

Abro los ojos de golpe y lo miró fijamente. No pretendera que yo lo bañe. Esto tiene que ser una mala broma.

 

-Ese no es mi problema. Hazlo tú solo, Ryuuzaki.

-¡Mi nombre es L! - Responde enojado.

-No estarás insinuando que te bañe yo, ¿Cierto? Ademas, ya estás bastante grandecito, ¿Cuántos años tienes?

-Once. Tengo once años - Responde orgulloso. 

 

Lo miro incrédulo. Yo le calculaba menos edad. Es muy pequeño para tener once.

 

-¡Onegai, Light kun! - me pide apenado, retomando el tema del baño. 

 

Suspiro resignado. Recién llega y ya esta pidiendome ese tipo de cosas.  

 

-Está bien, vamos.- Me levanto en dirección al dichoso baño. 

Ya dentro, preparo el agua de la tina. Retiro su playera blanca, notando que tiene un cuerpo pequeño y piel muy suave.

Joder. Ya empiezo con esa clase de pensamientos. 

Pero es que verlo con sus mejillas sonrosadas, su pequeño torso desnudo y sus labios entreabiertos me hace simplemente imposible no pensar en ello.

 

Trago en seco.  Definitivamente, esto no va a ser nada fácil. Y para mi infortunio, es tan solo el comienzo. 

 

 

 

Notas finales:

 

El Diario de Natsumi.

Esto es todo de mi parte por el momento, espero os haya gustado. Recién va comenzando la historia y Light ya se ha topado con algunos problemillas; gajes del oficio, no hay duda. Por cierto, hablando de inconvenientes, aún no se que pareja debo tomar para el buen Mello, así que si tenéis alguna sugerencia ya sabéis.

Muchas gracias por leer, espero estar por aquí en brebe ^^

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