Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Demencia por Etsuyah_Kitazawa

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Con amor para ustedes...

Notas del capitulo:

Capítulo único, oneshot o como sea... Me gustó mucho escribirlo, ya que no es uno de esos traspasados. No es algo muy genial, pero puse mucho de mi parte escribiéndolo. Espero les guste.

Dedicado a esas personas especiales que siempre están ahí... Pero por sobre todo, a esas personas que me dejan caer y despedazarme. Les amo.

  

Creí que lo sabía… Creí que podría vivir con ello y callar para siempre. ¿Por qué soy tan débil? ¿Por qué ahora mi respiración y mis palabras no pueden rozar tus labios? Me siento tan estúpido y tan vacío… Siento que no puedo más, y aún así, continúo rasgando mi piel a base de palabras y cortes, a base de promesas que nunca se cumplieron.

Ahora siento mil puñaladas… Siento la punta de mi arma cortando poco a poco mi piel… Siento lo que nunca debí sentir, pero que merezco. Sin duda lo que siento es mucho menos doloroso que el saber el resultado que yo mismo provoqué… ¿por qué?

Abres la puerta y yo sólo puedo sonreír… Sólo puedo estremecerme y pensar que todo lo malo se ha ido, y que vienes a rescatarme. Abres la puerta y mi mundo se ilumina, abres la puerta y en tu rostro se ve reflejado el miedo, no puedo verlo, pero siento que me temes… Ahora me temes, y sé muy bien el por qué. En tus luminosos ojos puedo reflejarme… puedo ver a esta criatura deforme que no merece morir, merece las peores mutilaciones y torturas. Merece desangrarse, merece ser disuelto en ácido… Merece los peores suplicios jamás antes vistos.

Dices mi nombre, y puedo oírte… no puedo verte, pero sé que estás ahí. Siento tu presencia… puedo oír que te sientas despacio en frente mío, y que tu voz se quiebra al intentar llamarme una vez más. Busco inútilmente tu mirada, busco inútilmente la manera de visualizar tu delgada figura… Sin duda alguna, esta es la peor de las torturas… Sé que lloras y no puedo consolarte. Sé que lloras porque me ves aquí… tan demacrado y tan silencioso, en un estado deplorable… Un horrible malestar invade todo mi ser. Quiero hablarte, pero no sé qué responder ante las posibles preguntas que puedas tener en tu cabeza.

-Akira… ¿Puedes sacarme las vendas?

Dejaste de respirar unos segundos, mas luego te aclaraste la garganta.- No…

Fuiste tajante… Fuiste cortante, al igual que el filo de aquella arma que usé mil veces para herir mi cuerpo. Quería verte… deseaba verte, y por sobre todo sentirte cerca de mí... Sentir el roce de tu piel, poder disfrutar de cada caricia. Akira… ¿Me sacarás de esto?

-Quiero verte…- Confesé, sintiendo mi corazón palpitar con suavidad, lentamente… Ya no me alteraba tanto al pronunciar esas palabras que antes tanto me costaba decir. Ahora era tan normal decirte cuánto te necesitaba. ¿Me necesitas también?

-Yo no quiero que me veas, Yuu…

Tú y tus respuestas… Siempre fuiste tan fuerte… Siempre mostraste ese lado de ti… Tan simple, y a la vez tan complejo. Fue un mecanismo de defensa, bien lo sé. Es lo que siempre deseé tener, es lo que siempre me gustó de ti…

-Al menos unos segundos, por favor.- Rogué, agachando un poco la cabeza. En este estado, es poco lo que podía hacer con mi cuerpo casi inmóvil.

-He dicho no…

Oí tus pasos alrededor de mi asiento, mi incómodo y helado asiento. Sentí tu mirada sobre mí, me gustaba ser inspeccionado, pero no de la forma en que lo estabas haciendo… Me mirabas con un odio y un rencor profundos. Me mirabas y querías hacerme desaparecer. Me hablabas con la mirada, diciéndome el daño que había causado. Ya lo sabía… Todo este tiempo fui un completo idiota. ¿Y qué? Sólo hasta este momento pudieron descubrirme…

-¿No vas a decirme nada?- Pregunté, deseando oír tu voz. Deseando saber si aún sentías eso por mí… durante todo este tiempo, he aprendido a escuchar… escuchar atentamente para comprender cada uno de los sonidos que de los labios salen.

-¿Qué puedo decir?... Sólo que no eres el mismo…

¿Qué no era el mismo? No he nacido de nuevo… Pero es la verdad… No soy el mismo Aoi que conociste… No sé por qué se produjo tal cambio, y la verdad es que no me interesa. ¡No me intereso! ¿A quién le importa saber acerca de Yuu? Sólo que soy despreciable… que te hice mucho daño, y que tú seguirás perdonándome. Siempre lo haces… borras todos y cada uno de mis pecados con tan sólo dos palabras… Pronúncialas de nuevo para mí…

-Soy el mismo… Soy el mismo al que amaste.

-No, no lo eres… El Yuu al que yo amé no hacía estas estupideces…

¿Estupideces?... Vaya, es un término bastante fuerte… Pero si es lo que piensas, por mí está bien. No tengo deseos de discutir contigo, menos, sabiendo que perderé. Ahora que estás cerca todo es tan distinto… Tú eras mi deseo de seguir viviendo. Tú eres todo… Pero aun así, el hambre no cesa… y este germen de culpa carcome poco a poco lo que resta de mi autoestima. El dolor se apodera de mi cuerpo y mi mente. Siento que cada una de tus frías palabras me atraviesa, que con cada una de ellas, mi tiempo de vida se reduce… mi aire se va agotando, hasta desaparecer. ¿Desaparecerá?

-¿Me sacarás de aquí?- Inquirí una vez más, sintiendo tu cuerpo a mí lado… Con una distancia que jamás se me hizo tan grande… El silencio nunca fue tan doloroso…

-Van a internarte, Yuu…- Suspiraste.

-¿Qué?- Comencé a reír… a reír estrepitosamente.

-Estoy hablando en serio…

-No…- Negué con la cabeza, intentando convencerme de que lo que decías no era cierto.- No dejarás que lo hagan… ¿No, verdad?

Guardaste silencio… Una fuerte punzada en el pecho me obligó a morder mi labio inferior para contener un grito. Comencé a sollozar despacio… luego sentí que las lágrimas caían por mi rostro, humedeciendo la venda que tú mismo pusiste sobre mis ojos. ¿Cómo pude ser tan tonto? ¿Cómo no me di cuenta de que si me tenían así era porque no iban a soltarme? ¿Cómo llegué hasta tal punto?

-Sólo son unas cortadas… es sólo eso, nada más… No era la primera vez que lo hacía… ¿Por qué me hiciste esto, Akira? ¿Por qué, si me querías?- Dije entre sollozos reprimidos.

-Porque te quería… Porque necesitas ayuda.- Ahora tú llorabas.

No recordaba nada… ¿Qué había pasado? Sólo podía recordar vagas imágenes que se sucedían unas a otras. Poco a poco, tu llanto se fue intensificando, y con eso lo recordé…
  Recordé mi mano escribiéndote una carta, a ti y a los chicos. Recordé mi rostro reflejado en el espejo de mi baño… Mis lágrimas, y cómo los cortes y quemaduras ya no eran suficientes. La autoflagelación ya no calmaba mi dolor… Ya no me entregaba el placer, y sólo lo hacía por inercia. Recordé también todo lo que me costó tomar la decisión, pero finalmente lo hice… luego de recibir tu llamada… aquella en la que dijiste: “No te quiero”.

-¿No me quieres…?- Sollocé.

-No…

Sí, fue igual… Fue entonces cuando decidí que lo mejor sería tomar aquella sábana… aquella que estuvo puesta la vez que hicimos el amor. Aquella vez que me susurrabas bellas palabras al oído, y yo correspondía besándote y estrechándote entre mis brazos. Esa noche decidí que ya no quedaba algún motivo para vivir, ya que el único motivo eras tú.

-Esto no es verdad… ¡Esto es una pesadilla!- Comencé a llorar más fuerte, y a gritar, intentando zafarme del agarre de estas cuerdas. Intentando escapar de esta silla a la cual permanecía firmemente sujeto. De pronto, sentí tus brazos rodeándome, y tu rostro apoyado sobre mi cabeza.

-Todo… Todo cambiará… No te preocupes… Mañana despertarás y estaré a tu lado… Mañana serás feliz, y ya no habrá cicatrices que ocultar… No tendrás que preocuparte por complacer a nadie. No estarás aquí… Te prometo que no estarás aquí...- Susurraste débilmente, mientras acariciabas mi cabello.

-¿Me prometes que estarás a mi lado?- Pregunté.

-Sí…

-Te amo…- Pronuncié.

-…

-¿Me amas…?- Pregunté, para luego sentir cómo me soltabas. Te alejabas de mí, casi con repulsión… casi con asco o con vergüenza.- ¿Qué sucede?

No entendía nada… Sentí cómo corrías, y pronto, murmullos comenzaron a invadir la habitación. Muchas personas que cuchicheaban entre ellas. Voces graves, voces agudas… Pero no podía oírte. No podía… Me estabas dejando caer. ¿Me abandonaste, una vez más…?

-¡Akira!- Grité, luchando por escapar de allí. Sentía muchas manos rodeándome… Tenía mucho miedo, y deseaba que me acompañaras. ¿Dónde estabas?

De pronto, oí tu voz a lo lejos… no pude captar lo que decías, pero pronto te tuve más cerca… Tomabas mi mano.- Yuu… Perdóname…

-¿Por qué…?- Pregunté con ingenuidad.

-Perdóname…

Iba a responder, cuando sentí una aguja clavándose en mi cuello. Ya comprendía… Esto era lo que merecía, ¿verdad? Así pasaría el resto de mis días… Internado en una clínica psiquiátrica, usando sedantes y pastillas… ¿no es así? Qué ingenuo fui… ¿Cómo no me di cuenta antes? Ladeé la cabeza, sintiendo cómo las fuerzas me abandonaban, mas antes, pude proferir.- ¿Me… amas…?- Pero luego mis ojos se cerraron... No me dormí en seguida, pude oír tu respiración, y tus labios junto a mi rostro, susurrándome con delicadeza lo que esperé tanto oír…

-Sí, Aoi. Te amo…




Fin.
Notas finales:

Me dejó una sensación amarga en la boca... Siento que hay sólo un paso para acabar de esta forma... ¿No hubiera sido mejor morir ahorcado?

Luego despertará... ¿O no...?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).